Hay muchos detalles extremadamente
confusos e improbables en las relaciones que han llegado hasta nosotros de
la vida de esta santa belga, y es difícil determinar hasta qué
punto la
leyenda se basa en hechos históricos. El rasgo principal parece ser que,
si bien había consagrado secretamente su virginidad a Dios, sus padres la
casaron, sin pedirle su consentimiento, con un rico pretendiente. Decidida
a guardar su voto, se negó a vivir maritalmente con él, lo cual incitó
a su esposo a tratarla con brutalidad. Pero Dios velaba por ella y la
protegió, hasta la muerte de su marido. Apenas conocemos otros datos de
su vida, fuera de los milagros y de las numerosas traslaciones de su
cuerpo. Sin embargo, está fuera de duda que adquirió gran fama en
Flandes y que su culto ofrece abundante material a los especialistas del
folklore. En Flandes es conocida generalmente bajo los nombres de Varelde
o Verilde, y también como Vareide, Veerle, Verylde
o Pharailde. Las imágenes la representan frecuentemente con un ganso, con
un gato, o llevando unas piezas de pan. El ganso se refiere probablemente
a la leyenda, atribuida también a Santa Verburga, de que devolvió la
vida y las plumas a un ganso ya cocinado. Pero no es imposible que se
refiera más bien al nombre de la ciudad
en que reposan los restos de la santa, ya que Gante, en
flamenco, significa ganso. Las piezas de pan hacen alusión
al milagro acontecido junto a su tumba: según cuenta la
leyenda, una mujer que había rehusado compartir su pan
con un mendigo, diciéndole que no tenía, vio sus panes
convertirse en piedras. También se cuenta que Santa
Feraílda hizo brotar una fuente en Bruay, cerca de
Valenciennes, para calmar la sed de los que cosechaban
su campo. El pueblo afirma que el agua de esa fuente es
muy eficaz contra las enfermedades de los niños, y las
madres encomiendan la salud de sus hijos a nuestra
santa.
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