Canuto Lavard
"el Señor", como lo llaman sus compatriotas,
fue el segundo hijo de Erico el Bueno, rey de Dinamarca.
Cuando alcanzó la mayoría de edad, su tío, el rey
Niels, le hizo duque de la Jutlandia del sur y le
confió la responsabilidad de defender una parte del
país contra los ataques de los vendos. Canuto se
estableció en Silesia y se consagró a la tarea de
hacer reinar la justicia y la paz en su territorio.
Desgraciadamente, los vikingos, acostumbrados a la
rapiña, no se mostraron dispuestos a cooperar en tan
noble empresa. Un día en que Canuto había condenado a
la horca a algunos de ellos, en castigo por sus
piraterías, uno de los condenados alegó que era de
samgre real y que estaba emparentado con Canuto, El
duque respondió que, si era cierto, la distinción que
le merecía su nobleza era que le colgaran del palo
mayor de su navío, y así se hizo.
Canuto había pasado una
parte de su juventud en la corte de Sajonia. En 1129, el
emperador Lotario III reconoció la autoridad de Canuto
sobre los vendos y le dio el título de rey. Esto
provocó la ira de Niels, rey de Dinamarca, y el 7 de
enero de 1131, Canuto fue asesinado a traición en el
bosque de Haraldsted, cerca de Ringsted, por sus primos
Magno Nielsen y Enrique Skadelaar. Canuto, que había
favorecido la actividad misionera de San Vicelino, fue
canonizado por el Papa alejandro III en 1169, a
petición de su hijo Valdemar I de Dinamarca, y de
Esquilo, obispo de Lünd. El Martirologio Romano,
ateniéndose al culto que el santo recibía en
Dinamarca, le llama mártir, pero en realidad se trata
más bien del héroe de una dinastía que de un
mártir.
Ver el Acta
Sanctorum, 7 de enero; C. Gertz, Vitae sanctorum
Danorum (1908-1912); Schubert, Kirchengeschichte
von Scheleswig.Holstein (1907). vol. XI, (1958), pp.
79, 86.
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