a Nos
son conocidos algunos detalles concernientes a la vida
de San Palemón, gracias sobre todo, a su ilustre
discípulo Pacomio.
Palemón fue uno de los
primeros anacoretas de la Tebaida. Vivía retirado en el
desierto desde hacía un buen número da años, cuando
Pacomio fue a buscarle y pedirle que le recibiera como
discípulo. El viejo ermitaño respondió que la empresa
era muy ardua y que muchos no habían podido llevarla a
buen fin. Al mismo tiempo, le hizo una descripción de
sus austeridades y terminó diciendo: "No vas a
poder resistir. Primero vete a trabajar y mortificarte
en un monasterio y luego volverás". Sin embargo
Pacomio insistió y Palemón consintió en recibirlo.
Después de muchos años,
el discípulo dio parte a su viejo maestro de las
empresas de fundación que Dios le inspiraba.
Convinieron en no separarse, aunque en realidad,
Palemón guardó su soledad y sus austeridades.
Por otra parte, no tardó
en caer enfermo. Pacomio regresó de Tabena para
asistirle y para enterrarle, después de haber visto que
los ángeles llevaban su alma al cielo.
La muerte de Palemón
sucedió probablemente hacia 330. Su nombre está
escrito en el Martirologio Romano, el día 11 de enero.
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