Las biografías de Gil
cuentan que nació hacia 1443 en Lorenzana, en el antiguo reino de Nápoles.
Sus padres eran piadosos cristianos de clase humilde, y no se opusieron a
las prácticas religiosas que Gil adoptó desde muy joven, sobre todo
cuando cayó bajo la influencia de los franciscanos, quienes habían
fundado un convento en Lorenzana. Gil determinó servir a Dios en la
soledad y se instaló en las proximidades de un pequeño santuario de la
Virgen. Ahí pasaba la mayor parte de su tiempo absorto en oración,
acompañado por los pájaros y las fieras. Pero la noticia de los milagros
que se le atribuían, empezó a atraerle visitantes. Forzado así a buscar
refugio en otra parte, Gil entró al servicio de un agricultor de los
alrededores de Lorenzana. De este período de su vida se cuenta que,
aunque Gil pasaba la mayor parte del tiempo en la iglesia, su trabajo, por
especial favor de Dios, no sufría menoscabo alguno. Gil ingresó más
tarde como hermano lego en la orden franciscana. Habiéndosele confiado el
cuidado del jardín, Gil se construyó en él una especie de cabaña que
le servía de ermita. Seguía siendo amigo de los pájaros y de todas las
criaturas de Dios, y sus curaciones milagrosas, su oración extática y su
don de profecía, le valieron gran fama. Se dice que con frecuencia se
elevaba del suelo mientras