Este monje cisterciense
nació cerca de Montpellier. En 1199, era ya archidiácono de Maguelone;
pero uno o dos años más tarde, entró en la orden del Cister. El Papa
Inocencio III le confió a él y a otro compañero, en 1203, el cargo de
delegado apostólico e inquisidor contra los herejes albigenses. Pedro
desempeñó la tarea con gran celo, pero con poco éxito. La oposición
que se levantó contra él, favorecida por Raimundo VI, conde de Toulouse,
terminó con el asesinato, el 15 de enero de 1209, no lejos de la abadía
de Saint-Gilles. Con el cuerpo atravesado por una lanza, el beato Pedro
gritó al asesino: "Quiera Dios perdonarte como yo te perdono".
Sus reliquias fueron depositadas y veneradas en la iglesia abacial de
Saint-Gilles.
Ver Acta
Sanctorum, 5 de marzo Hurter en Kirchenlexikon, vol. II, cc.
20-31-2033; H. Nickerson, The lnquisition, pp. 77.95.