Estos
cinco frailes fueron enviados por San Francisco a
convertir a los mahometanos del occidente, en tanto que
el propio santo iba a predicar a los del oriente. San
Berardo y sus compañeros predicaron primeramente a los
moros de Sevilla, ciudad de la que fueron expulsados
después de haber sufrido mucho por su celo. De ahí
pasaron a Marruecos, donde se dedicaron a predicar y a
servir de capellanes a los mercenarios cristianos del
sultán. Las gentes consideraban a los frailes como
locos y les trataban como a tales. Cuando se negaron a
retomar a sus tierras y a dejar de predicar la palabra
de Cristo, el sultán les decapitó con su propia
cimitarra, el 16 de enero de 1220. Estos santos formaron
la vanguardia del glorioso ejército de mártires que la
orden seráfica ha dado a la Iglesia. Cuando llegó a oídos
de San Francisco la noticia del valor heroico y el
triunfo de sus hijos, exclamó: "Ahora puedo decir
con verdad que tengo cinco hermanos". Eran éstos
San Berardo, San Pedro, San Odón, San Acurso y San
Adyuto. Fueron canonizados en 1481.
Ver
Acta Sanctorum, 16 de enero; Wadding, Annales
Minorum, s.a., 1220; Analecta Franciscana, vol.
III, pp. 579-596. Ver igualmente Karl Müller, Die An/iinge
des Minoritenordens, pp. 207.210; Léon, Auréole
Séraphique, vol. t, pp. 99-111; y H. Koehler, L'Eglise
du Maroc... (1934), pp. 3-20.
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