Aunque Pío
X confirmó en 1907 el culto del beato Ferreolo, apenas
conocemos algo de su vida. Se dice que fue el décimo
tercer obispo de Grénoble; pero, como lo hace notar
Mons. Duchesne, este dato se apoya sobre la base de una
débil tradición litúrgica. Algunos relatos
posteriores cuentan que opuso resistencia a las
exigencias del tiránico mayordomo de palacio, Ebroín,
quien le desterró de su sede y le condenó a muerte.
Ver
Duchesne, Fastes Episcopaux, vol. I, p. 232, y Acta
Sanctorum, 12 de enero.
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