Felipe
Latini había sido en su juventud, zapatero en Corleone,
a unos vein ticinco kilómetros de Palermo. Según
refiere su biógrafo, se había sentido también atraído
por la carrera de las armas y pasaba por ser el mejor
espada chín de Sicilia. En una de sus numerosas
disputas con la policía, hirió a un alguacil, lo cual
le obligó a buscar refugio en una iglesia. Ahí estaba
a salvo, pero naturalmente no podía salir hasta que sus
perseguidores dejaran libre el campo. Sitiado así
durante varios días, Felipe, que era muy devoto por
temperamento, tuvo tiempo de reflexionar y de caer en la
cuenta de que la vida de aventurero que llevaba ponía a
su alma en grave peligro. Así pues, en 1631, a los
veintisiete años de edad, se hizo hermano lego
capuchino y recibió el nom bre de Bernardo. A partir de
entonces desplegó en la práctica de la austeridad el
mismo entusiasmo que había mostrado en su vida de
aventuras. Sus ayunos, disciplinas y vigilias eran
extraordinariamente severos. El relato que hacen sus biógrafos
sobre los ataques que le hizo sufrir el demonio, que se
le aparecía en formas espantosas y le golpeaba,
constituye una lectura impresionante. Pero las gracias
de que fue objeto Bernardo, según sus biógrafos, no
eran menores; se nos habla de éxtasis, levitaciones,
profecías y milagros, en cantidad.
Uno de los dones que se le atribuían era
el poder de curación hacia los animales, lo cual ha
contribuido a la popularidad del beato, en nuestros días.
Bernardo sentía gran compasión por el sufrimiento de
las bestias porque, co mo él decía, no tienen
doctores, ni medicinas, ni pueden manifestar lo que las
hace sufrir. Las gentes del lugar acudían con sus
animales al hermano Bernardo, quien recitaba el Padre
Nuestro y les hacía dar tres vueltas alrededor de la
cruz del atrio de la iglesia del convento. Así curaba a
todos los animales ("tutte le risanava") y, lo
que es más sorprendente, se cuenta que el beato legó
este poder a otro miembro de la comunidad, con quien le
unía una gran amistad. El hermano Bernardo de Corleone
murió en Palermo, el 12 de enero de 1667, y fue
beatificado en 1768.
Ver
B. Sanbenedetti, Vita del... F. Bernardo da Corleone (1725);
la primera edición de esta biografía parece haber sido
publicada en 1679, doce años después de la muerte del
beato; cf. la biografía completa escrita por el P. Angélique
(1901); P. Dionigi, Profilo del B. Bernardo (1934),
donde se hallará una bibliografía; y Léon, Auréole
Séraphique, vol. I, pp. 97-98. Como ilustración de
los abusos a que se prestaba el derecho de asilo, ver J.
B. Labat, Voyages en Espagne et en ltalie, 1703 y
1707, vol. IV, p. 19.
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