Fue un
joven cristiano de Nicea, en Bitinia. Sus padres fueron
cristianos, desde la época en que Diocleciano gobernaba
el Imperio.
Como dato prodigioso de su vida, se cuenta
que, a los nueve años, era capaz de instruir a los
compañeros de su edad y que a los diez, se retiró a
una gruta del monte Olimpo. Una extraña bestia roja se
apartó de la cueva para hacerle sitio.
Cuando tenía quince años, en los momentos
en que la persecución ardía con más furia, fue
detenido por cristiano, en Nicea de Bitinia. Rehusó
sacrificar a los ídolos y por este motivo fue azotado
con varas y arrojado a un brasero ardiente. Como estos
suplicios no hicieron ningún efecto en él, fue
decapitado por la fe.
Baronio en sus Notes sur
le martyrologe romain lo ha inscrito el día 20 de
enero, según lo que dice de él el monologio griego, a
pesar de que éste lo haya colocado el día 21.
Sinaxario
de Constantinopla, en Acta Sanct., nov.,
propylaeum, p. 410.
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