Aunque
algunas Iglesias orientales y el Martirologio Romano
conmemoran a estos santos el día de hoy, no poseemos
ningún dato fidedigno sobre ellos. Se dice que Clemente
se consagró a la instrucción de los niños y de los
pobres, que a los veinte años de edad fue consagrado
obispo de Ancira de Galacia; que fue arrestado y llevado
de ciudad en ciudad, sufriendo durante años, increíbles
tormentos, y que una serie de estupendos milagros le
salvó de la muerte. Agatángelo habia sido convertido
por Clemente, cuando éste fue llevado a Roma. Ordenado
diácono, Agatángelo compartió los sufrimientos de su
maestro. Según la leyenda, los dos murieron por la
espada en Ancira. Desde Baronio y Tillemont, todos los
críticos reconocen el carácter poco fidedigno de las
"actas" de estos mártires.
Ver Acta Sanctorum, 23
de enero, y DHG., vol. 1, c. 906.
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