Aunque el culto de la Beata Margarita no parece haber
sido formalmente confirmado, su biografía ocupa varias
páginas del Acta Sanctorum de los bolandistas.
Margarita, originaria de Russi, en las proximidades de
Ravena, perdió la vista, según se cuenta, unos cuantos
meses después de su nacimiento. Sin embargo, es
imposible determinar si estaba totalmente ciega, ya que
siempre encontraba el camino de las iglesias, como lo
hace notar ingenuamente su biógrafo: "Esto me
hace creer -comenta- que, aunque estaba ciega, Margarita
veía lo que quería ver". Sus primeros años
estuvieron llenos de pruebas y sufrimientos, en parte
debido a su mala salud, y porque sus prácticas ascéticas
y su amor al retiro provocaron cierta animosidad contra
ella. Fue acusada de hipocresía y sufrió muchas
persecuciones, pero al fin acabó por ganarse la estima
de sus más acerbos contradictores. Unas doscientas o
trescientas personas de ambo sexos se confiaron a la
dirección de Margarita y formaron una asociación
religiosa de laicos, tanto solteros como casados.
Ayudada por el venerable Jerónimo Maluselli y algunos
otros, la beata redactó las constituciones. Sin
embargo, la asociación no tomó forma en Italia tal
como Margarita la había concebido. En cambio, después
de su muerte, el P. Maluselli fundó sobre las mismas
bases una congregación religiosa de clérigos,
conocidos con el nombre de Sacerdotes del Buen Jesús.
Margarita dio ejemplo, durante toda su vida, de continua
oración, humildad y amable paciencia, y deseaba que ésas
fuesen las características de la obra que había
fundado. Los milagros y profecías de la beata la
hicieron famosa. Su muerte ocurrió el 23 de enero de
1505, cuando Margarita tenía sesenta y tres años.
Ver
Acta Sanctorum, 23 de enero; Kirchelexikon, vol.
VI, cc. 1462-1463; Heimbucher, Die Orden und
Kongregationen, vol. II, pp. 35 ss.
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