Se cuenta
que este asceta sirio vivió durante cuarenta años,
alimentándose únicamente con avena disuelta en un poco
de agua. Como su salud empezara a resentirse, el santo
decidió comer pan, pensando que no era lícito
acortarse la vida para evitarse fatigas y dificultades.
En el mismo sentido aconsejó a la madre de Teodoreto,
cuya salud se había debilitado por los ayunos, diciéndole
que los alimentos serían para ella la mejor medicina.
Teodoreto relata muchas curaciones milagrosas, obradas
por el agua que el santo bendecía; entre otras, la de
su propia madre. El mismo autor añade que su propio
nacimiento se debía a las oraciones del anacoreta, ya
que su madre no había tenido hijos en los trece
primeros años de matrimonio. El santo murió a los
noventa años de edad. Los menologios griegos incluyen su nombre.
Prácticamente
todos los datos que poseemos sobre San Macedonio
provienen de la Historia religiosa de Teodoreto (Migne,
PG., vol. LXXXII, 1399); pero el Sinaxario de
Constantinopla consagra también un párrafo a
nuestro santo el 11 de febrero (ed. Delehaye, PP:
457-458): Cf. DCB., vol. III p. 778; y Acta
Sanctorum, 24 de enero.
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