San Poppón
nació en Flandes, el año 978. Fue educado por su
virtuosa madre, quien murió siendo religiosa en Verdún.
Poppón sirvió durante algunos años, en el ejército;
pero, comprendiendo que la meditación y la oración le
proporcionaban mayores deleites que todos los placeres
de los sentidos, renunció a la carrera de las armas y
al matrimonio que su madre había arreglado. Antes de
entrar en religión, había visitado los Santos Lugares
de Jerusalén, de donde trajo numerosas reliquias que
regaló a la iglesia de Nuestra Señora de Deynze. Al
regresar de una peregrinación a Roma, tomó el hábito
en el monasterio de Sto Thierry, cerca de Reims.
Hacia el año 1008, Ricardo, abad de Saint-Vanne, tuvo ocasión de conocer a San Poppón y vio en
él a un hombre singularmente dotado para ayudarle en su
trabajo. No sin muchas dificultades, consiguió que el
santo fuese transferido a su monasterio para encargarle
la restauración de la observancia en las abadías de
Saint-Vaast, en Arrás, en Beaulieu, y algunas más.
Poco a poco, San Poppón se fue independizando de
Ricardo, el abad de Saint-Vanne, y llegó a ser elegido
abad de Stavelot. Desde entonces, parece haber actuado
como una especie de abad general de todos los
monasterios de Lotaringia, donde fue muy venerado y
preservó admirablemente la disciplina. El emperador San
Enrique II le estimaba mucho. Se dice que solicitó su
prudente consejo en muchos asuntos de política. San
Poppón murió en Marchiennes, el 25 de enero de 1048, a
los setenta años de edad. Recibió la extremaunción de
manos de Everelmo, abad de Hautmont, quien escribió
después su vida, o, más exactamente, revisó la larga
biografía escrita por el monje Onulfo.
Se
encontrará una edición crítica de dicha biografía en
MGH., Scriptores, vol. XI, pp.
291-316. Ver también Acta Sanctorum, 25 de
enero; Cauchie, en Biographie Nationale, vol.
XVIII, pp. 43 ss; y M. Souplet, St Poppon de Deynse (1948).
|