Se cuenta
que el Papa Vitaliano era originario de Segni, en la
Campania, pero no sabemos nada sobre él, antes de su
elección al pontificado, en 657, ni conocemos su vida
posterior a excepción de sus actos públicos. Su
pontificado se vio turbado por las tendencias
monotelitas de dos patriarcas de Constanti nopla y del
emperador Constante II y su sucesor. Más consolador es
el cuadro de las relaciones del Papa con otras Iglesias,
como la de Inglaterra, según puede leerse en los
escritos de San Beda. Bajo el reinado de este Papa, San
Benito Biscop hizo su primera visita a Roma. Las
diferencias entre los obispos celtas y anglosajones,
sobre la fiesta de la Pascua y otros puntos, quedaron
zanjadas en el Concilio de Streaneshalch (Whitby). San
Vitaliano envió a Inglaterra a Teo doro de Tarso como
obispo de Canterbury, y al monje africano San Adriano,
que fue abad de San Agustín. La influencia de ambos, en
la preparación del clero anglosajón y en el
establecimiento de relaciones más estrechas entre la
corona de Inglaterra y la Santa Sede, fue muy grande.
San Vitaliano murió en 672 y fue enterrado en la basílica
de San Pedro.
Las fuentes principales
son el Liber Pontificalis (ed. Duchesne) , vol. I,
pp. 343 ss.; Beda, Historia Ecclesiastica: y las
cartas de San Vitaliano, aunque algunas de las que se le
atribuyen son espurias. Ver también Acto Sanctorum, 27
de enero, y DCB., vol. IV, pp. 1161-1163
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