Amadeo
era descendiente de la casa real de Franconia y había
nacido en el castillo de Chatte del Delfinado en 1110.
Cuando tenía ocho años, su padre, Amadeo de Oermont,
señor de Hauterive, tomó el hábito religioso en la
abadía cisterciense de Bonnevaux. El santo fue al mismo
convento a proseguir su edu cación, pero al poco tiempo
pasó, con su padre, a Ouny. Amadeo de Oermont volvió más
tarde al austero convento cisterciense, en tanto que el
joven sirvió durante algún tiempo en la corte del
emperador Enrique V. Después tomó el há bito
religioso en Claraval, donde vivió catorce años. En
1139, el abad de Haute combe de Saboya se retiró del
cargo, y San Bernardo nombró a San Amadeo para
sustituirle. El monasterio había adoptado la reforma
apenas cuatro años antes y sus finanzas se hallaban en
un estado lamentable. San Amadeo animó a la comunidad a
soportar gozosamente esas dificultades adicionales, y
con una administración cuidadosa, logró sacar al
monasterio del mal paso. En 1144, se vio obligado a
aceptar, por orden del Papa Lucio II, la sede de
Lausana, donde se encontró pronto envuelto en luchas
con los nobles y fracasó en su intento de persuadir al emperador Conrado para que acudiese en
ayuda del Papa contra Pierleone. Cuando Amadeo III,
duque de Saboya, partió a la segunda Cruzada, San
Amadeo fue nombrado corregente con Humberto, el hijo del
duque. Cuatro años antes de su muerte, Federico
Barbarroja le hizo canciller de Borgoña.
Nicolás, el secretario de San Bernardo,
habla en términos muy elogiosos de la virtud de este
activo prelado. Su antiquísimo culto fue aprobado en
1910. Existen todavía muchos sermones del santo.
No
parece haber ninguna vida contemporánea de San Amadeo,
pero el resumen de los principales documentos biográficos
se halla en obras como Gallia Christiana, vol.
XV, pp. 346-348, y Manrique, Annales Cistercienses, año
1158. Un relato más moderno es el de la Cistercienser-Chronik,
vol. XI (1891), pp. 50 ss., y vol. XXIII (1911), pp.
297 ss. Ver A. Dimier, Amédé de Lausanne (1949)
en la colección Figures monastiques.
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