El
calendario general de la Iglesia de occidente conmemora
el día de hoy a Santa Martina, t su nombre encabeza el
30 de marzo, en el Martirologio Romano. En la referncia
más larga del 1º de enero, el Martirologio Romano nos
dice que la santa fue sometida a muchos tormentos y
finalmente decapitada en Roma, bajo el emperador
Alejandro (Severo 222-235). Alban Butler afirma con
razón, que existía en Roma una capilla consagrada a
Santa Martina, a la que los peregrinos acudían con gran
devoción, en el siglo VII. También afirma que las
reliquias de la santa fueron descubiertas en una bóveda
en ruinas de su antigua iglesia y que, en 1634, fueron
trasladadas a la nueva iglesia que el Papa Urbano VIII
había construido en su honor. Según dicho autor,
el mismo Papa compuso los himnos de santa Martina para
el breviario, y afirma que la ciudad de Roma la
considera como una de sus patronas particulares.
A Pesar de esas afirmaciones, la existencia histórica
de Santa Martina es dudosa. Los documentos más antiguos
dicen que fue martirizada en Roma, pero no hay ninguna
tradición primitiva que mencione ese hecho. Las
"actas" están llenas de milagros
extravagantes en extremo, como por ejemplo, que al golpe
del verdugo brotó del cuerpo de la santa, leche en vez
de sangre. Lo único seguro es que, como se ha hecho
notar desde antiguo, esos milagros se parecen
extraordinariamente a los que han sido atribuidos a
Santa Tatiana y a Santa Prisca. Pío Franchi de
Cavalieri ha demostrado, con gran probabilidad de estar
en lo cierto, que dichos milagros son apócrifos, que
fueron primeramente atribuidos a Santa Tatiana y que los
autores de las "actas" de Santa Prisca y Santa
Martina no hicieron más que copiarlos.
Ver Pío Franchi de Cavalieri, en Römische
Quartalschrift, vol. XVII (1903), pp. 222-236; y Analecta
Bollandiana, vol. XXIII (1904), pp. 344-345. Las
"actas" de Santa Martina fueron publicadas por
los bolandistas, 1 de enero. Cf. también Marucchi, Le
Forum Romain et le Palatin (1924), pp. 246-248.
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