Santa
Batilde, De origen anglosajón, era todavía
una niña cuando fue raptada por los piratas y vendida
al mayordomo de palacio del rey Clodoveo II de Neustria.
Este se enamoró de ella y la convirtió en su reina.
Tuvieron tres hijos, pero desgraciadamente, el rey murió
a los veinticuatro años de edad. Batilde ocupó la
regencia, se rodeó de buenos consejeros, y gobernó con
justicia y misericordia. Sin embargo, los nobles
terminaron por unirse contra ella y desterrarla a la
abadía de Chelles, donde pasó el resto de su vida
perdonando a sus enemigos, encargándose de las tareas más
humildes y atendiendo a los enfermos
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