SEDE VACANTE 1958 - 2008

   Hace cincuenta años, alrededor de las tres de la mañana del 9 de octubre de 1958, Su Santidad, el Papa Pío XII, exhalaba su último suspiro en Roma. En ese momento, la mayoría de los católicos veíamos esto simplemente como la muerte de otro Papa, que, aunque lamentable, iba a seguir pronto otro, y todo seguiría bien.

   Los últimos cincuenta años nos han probado fuera de toda duda que ese no fue el caso. Primero, todo parecía ir según lo acostumbrado. El fallecido Papa tuvo un solemne funeral, y el comienzo del cónclave para elegir a su sucesor se fijó para el 25 de octubre.

FUNERALES DE PÍO XII

   En este cónclave ocurrió algo inusual: al día siguiente de comenzar, a las 6 de la tarde, se vio salir por la chimenea la famosa “fumata blanca”. La Radio Vaticana anunció que no había ninguna duda de que un nuevo Papa había sido elegido, ya que el humo blanco había sido visible durante cinco minutos. No obstante, ningún Papa apareció en el balcón, y el humo se tornó gris y luego negro. 

   A causa de esta confusión, muchos piensan que la final elección de Roncalli, conocido como Juan XXIII, fue precedida de una elección para el Pontificado Supremo de otro cardenal, un hombre cuya legítima y libre aceptación para ocupar la Silla de Pedro fue luego suprimida inválidamente, lanzando a la Iglesia al “eclipse” anunciado por Nuestra Señora de LaSalette, reemplazándola por una anti-iglesia que todavía tiene el control del Vaticano. 

   Si este hubiera sido cualquier otro cónclave, nadie hubiera tejido conjeturas, y seguramente se hubiesa dado alguna explicación razonable para justificar la primitiva aparición del humo blanco, pero para algunos es mucha coincidencia que justamente haya pasado en este cónclave que cambió tan dramáticamente todo, que no  hay dudas de que a partir de él se creó una “Nueva Iglesia”. El echo de que Roncalli tomara el nombre de un Antipapa del siglo XV, ya indicaba lo que estaba por venir. No obstante, en aquel momento no nos podíamos imaginar la tragedia que nos iba a tocar vivir.

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