"¡Sui Eum
non receperunt!"
¡Los
suyos no le recibieron!
(Prólogo
del Evangelio de San Juan)
Dr.
Andreas Böhmler
.
Qué terrible realidad. Antaño había que aplicarla sólo a los
israelitas, apóstatas; sin embargo, también es un signo escatológico, de
la apostasía final del pueblo-injerto de la Nueva Alianza. Justa justicia de
Dios, que nos hace llorar y gemir, porque ignoramos la Santidad de Dios.
Nos hemos olvidado de que la --tan entrañable-- Navidad no es
un fin en sí misma, sino que, con paso obligado por la Pasión y
Muerte de Cruz, la Resurrección y Ascensión nos anuncian la Segunda
Venida, en gloria y majestad. Nuestro Señor desea volver, pero nadie
quiere que vuelva, ni aun los "católicos", encandilados y contentos
con la sola Primera Venida.
Las
Fiestas Navideñas, pues, nos obligan penetrar más a fondo esa realidad
sobrecogedora, tan difícil de resistir. En el libro del Apocalipsis--cuando
describe la Iglesia de Filadelfia, la 6ª, que es la nuestra porque es la
Iglesia del abrazo mortal por el Pueblo deicida--dice el Ángel, aplicado a los
tiempos de la gran "discessio" (2 Tes. 2:3):
"claudit,
et nemo aperit".
Sin embargo, también dice:
"aperit,
et nemo claudit".
Meditémoslo bien, a fin de que los que hayamos dejado la "secta filadélfica",
y hecho abjuración y profesión de fe católica sin menguas ni fisuras, podamos
tener la Santa Esperanza, contra totam
spem, de encontrar la puerta abierta, pese a que esté cerrada más que
nunca: "nemo aperit".
Miremos lo que dice el Ángel a los pocos fieles de este
tiempo, conscientes de que de nuevo, como antes de la Primera Venida,
estamos confinados a suspirar con Isaías: "Rorate coeli desuper, et pluant nubes Iustum; aperiatur terram, et
germinet Salvatorem" (45).
Dice, pues, el Angel, y ojalá pueda decirlo de nosotros también:
"Quoniam servasti verbum
patientiae meae et
EGO SERVABO TE AB HORA TENTATIONIS
QUAE VENTURA
EST IN
ORBEM UNIVERSUM TENTARE HABITANTES IN TERRA".
Y
no nos quepa la menor duda: "Nunc hora est", según lo anunciado por
San Pablo (2 Tes. 2: 7):
"Qui tenet nunc,
teneat donec de Medio fiat”.
Ese “nunc…donec”
abarcaba el tiempo de la Iglesia militante, desde los Apóstoles hasta el último
papa legítimo, porque, según confiesa San Agustín, ese germen del Misterio de
Iniquidad ha de brotar, cual mono imitador de Dios, de en medio de la Iglesia.
Estamos en ello, desde la usurpación de la Sede de Pedro por lobos
disfrazados de cordero. Desde entonces los fieles han de clamar de nuevo:
“Veni et illumina sedentes in tenebris mortis!”
Qué mar de lágrimas para los que vemos hecha realidad esa "operationem
erroris" anunciada (2 Tes. 2: 11). Pero he aquí el consuelo que nos da el
Angel de la 6ª Iglesia:
"ECCE VENIO CITO. TENE QUOD HABES (FIDES),
UT NEMO
ACCIPIAT CORONAM TUAM".
Ese "nemo" no son unos cualquiera, sino los que con su odio trajeron
la gran "discessio", pero que se convertirán cuando haya
fracasado su propio "reino mesiánico". Dios así los ha dispuesto, en
castigo de nuestra tibieza, para que nos arrebaten la corona, menos la de
unos pocos, los últimos mártires viejo-cristianos, según intenté
desarrollar, con trazos suficientes, en mi modesta exégesis del "Partido
Conservador...".
Arrodillados delante del Pesebre-trono, hagamos
todo lo necesario para poder obtener esa corona; que podría ser de mucuos, si finalmente, con mucha
contricción y lágrimas, dejaran de tener comunión con la secta
conciliar, y sus diversos apéndices tradicionalistas.
Con la gracia de Dios, no faltarán conversos, que
en grupo o a solas hagan lo que Dios manda; a saber, abandonar la secta
conciliar haciendo Abjuración pública de sus Delitos contra la Fe y Unidad de
la Iglesia.
Sólo ellos alcanzarán esa la corona en trance de haberse perdido; sólo ellos
gozarán de lo que les anuncia también el Ángel de la 7ª Iglesia, de
Laodicea, que significa Pueblo Justo, y que por tanto es la Iglesia de la 1ª
Resurrección en la Parusía:
Intrabo
ad illum, et coenabo cum illo, et ipse mecum".
En
la Iglesia de la Parusía (7ª) no habrá cabida para los tibios, vomitados
previamente en el regazo del Anticristo "luminoso"....
Hice algunos comentarios alrespecto en mi último libro, sobre "El Partido
Conservador de Lucifer".
"Dominus prope est", canta la liturgia del Adviento.
"Veni Domine, et noli tardare !"
"Rorate coeli desuper... !"
"Mane videbitis gloriam eius!", canta la Iglesia, en el Introito de la
Vigilia de Navidad.
"Exultet terra ante faciem Domini, quoniam venit!" (del Ofertorio)
"Et iterum venturus est iudicare !"
(Credo)
In charitate
veritatis.
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