Ya en junio me dijeron que me voy a una habitación aislada para ejercer la práctica espiritual. En realidad, esta práctica intensiva tendría que empezar mucho más tarde, pero fue decidido realizar un experimento de la práctica espiritual en una habitación aislada para prepararme para el trabajo en calidad de colaborador de la filial en Nueva York, cuya inauguración estaba planeada para noviembre.
Inicialmente me propusieron empezar esta práctica en octubre, pero ya que el logro de la Liberación en un mes se mostraba difícil se decidió que empezara antes.
Cuando en abril estuve en la subdivisión de jóvenes, oí sobre la posibilidad del viaje a Norteamérica. Se trataba de un plan concreto por la Salvación que consistía en la apertura de una filial cerca de Nueva Cork.
El día 12 de julio (domingo)

Primer día en la habitación aislada. La oscuridad de la habitación no me preocupa nada. Es más, siento cierta felicidad al librarme de diversas tensiones que surgían durante el trabajo dentro de la organización. El Maestro me indicó analizar mi karma comparando los tres deseos fundamentales –“la afición originada por las ideas egoístas”, “la ira dirigida a la autodefensa” y “la pereza e ignorancia que implican la distinción entre uno mismo y los otros”– con mi propia experiencia pasada.
La primera semana fue parecida a la creación de la base del Jnana-yoga. En cada experiencia yo analizaba como los tres deseos humanos fundamentales crean nuestros deseos, como estos deseos nos llevan a la desgracia y qué puedo hacer para volverme verdaderamente feliz.
Durante los tres primeros días mi conciencia no estaba clara. Me traían la comida una vez por día al espacio oscuro de la habitación. Me dijeron que podría dormir en cualquier momento. También me dijeron que tengo que meditar solamente. No hay ninguna tensión. No hay ruido. Y ya que no hago un trabajo difícil como durante el Bhakti, me siento como en el paraíso.
Me siento muy libre. La conciencia no está clara, pero se siente calor. Y al observar el trabajo de mi conciencia descubrí que estoy atado a muchas cosas. Entonces llegué a la conclusión de que esas cosas no me harán feliz.
Existen los deseos mundanos del tipo: “quiero ser rico”, “quiero vivir entre la élite” o “quiero tener éxito en la sociedad”. Tales deseos surgían, así como la soberbia que tenía. Por ejemplo, cuando alguien bromeaba sobre mí, me enojaba. Surgían emociones relacionadas con mis padres o con mi novia y tenía que rechazarlas para lograr la Liberación. Al analizar que semejantes cosas no me harán verdaderamente feliz, me encontré ante una pared: descubrí que no puedo pensar de tal manera desde lo profundo de mi corazón.
21 de julio (martes)

Llegó el Maestro y me trasmitió energía. Algún tiempo después de su salida mi conciencia perdió la estabilidad repentinamente. Una y otra vez yo realizaba el análisis para renunciar a las aficiones. Mi novia, mis padres y los deseos mundanos me atacaban comunicando emociones fuertes. El sólo pensar, o tener ciertos pensamientos me trae sufrimientos. Dormir tampoco es fácil; probablemente porque no me muevo.
A las cinco de la mañana la meditación de Guyasamaja (1*) del Tsandali me trajo comodidad que me ayudó a dormirme.
23 de julio (jueves)

Llegó el Maestro y recibí por segunda vez su energía. Acerca de la inestabilidad de mi conciencia me dijo: “Es bueno. Se manifestaron deseos ocultos. Y tú no tienes que escapar de ellos. Tienes que desmontar tus ideas desagradables. No temas a los cambios de tu mente y de tu espíritu”. Incluso dicha conciencia no soy “yo”. Así que no hace falta que me irrite. Decidí examinar los deseos lo más objetivamente posible.

---

(1*) Guyasamaja: un nombre del buda del Tantra, en el budismo esotérico tibetano Geluk-pa se considera como el objetivo final.

A la Proxima pagina

A la Pagina anterior A la Pagina Inicial A la Pagina principal