MAHAYANA SUTRA

Quinta lección
"El logro y la perfección en el Mahayana-yoga"



Nadie es más importante que nosotros mismos

Hoy les hablaré del Mahayana-yoga, pero primero les presentaré el método que permite alcanzar la Ecuanimidad. De la Ecuanimidad en los sutras(34*) se dice a menudo lo siguiente: “Ustedes deben amar a todos igualmente y de la mejor manera”. Creo que las palabras del sutra son insuficientes, pues que no conocemos los criterios para definir el estado del amor absoluto. ¿A quién ustedes aman más que a nadie en este mundo? ¿A su madre? ¿A su hijo? ¿A su amante? A esta pregunta les contestaré así: “Como criterio del amor absoluto consideren el amor a sí mismos”. Es decir, para nosotros no hay quien sea más importante que nosotros mismos. En comparación con nosotros mismos, todos los demás –la persona amada, los padres y los hijos– pasan al segundo plano.
Algunos probablemente objetarán: “En mi caso no es así. Para mí mi hijo es más importante que yo” o “No, para mí mi amada es más importante que yo”. Pero en realidad no es así. ¿Por qué? Supongamos que ustedes pierden su equilibrio mental, encontrándose en soledad en un local aislado. Por ejemplo, en China o en la Unión Soviética al hombre se lo arresta y se lo obliga a comer mucho dulce. Poco a poco esto lo saca de su equilibrio mental. Cuentan que cualquier persona que se encuentre en tal situación ya no necesitará ni marido, ni esposa, ni hijos.
En otras palabras, esa gente se encierra en sí misma. Todo lo demás se hace ajeno para ellos. En semejante situación sólo existen ellos mismos – lo más querido y lo más importante. Pero para obtener la Ecuanimidad ustedes, ante todo, deberán comparar a sí mismos con los demás y eliminar la distinción. Hasta que no empiecen a valorar igualmente a sí mismos y a los demás, no podrán pasar al Mahayana-yoga después del logro del Jnana-yoga.
Algunos posiblemente objetarán: “Yo no me amo a mí mismo”. En este caso les haré la siguiente pregunta: “¿Por qué se dedican a la práctica espiritual si dicen que no se aman a sí mismos? ¿Acaso ustedes no se dedican a la práctica espiritual para eliminar los sufrimientos?” El hombre se dedica a la práctica espiritual para sí mismo.
Por lo tanto, al educar en sí mismos la Ecuanimidad, deberán tomar como base a sí mismos. Esta doctrina pertenece a la categoría de las doctrinas secretas. Pero, en un principio no es absolutamente necesario que ustedes se tomen como base a sí mismos. Al principio podrán tomar como base a las personas que aman. Pero cuando superen ese nivel, deberán, al fin de cuentas, tomarse como base a sí mismos.
Las Cuatro Inmensurabilidades – la madurez del alma. Tras conseguir la Ecuanimidad el hombre pasa a la práctica del Mahayana. En el proceso de la práctica del Mahayana éste acumula una gran cantidad de Méritos mediante el Santo Amor, la Santa Compasión y el elogio de los demás. ¿Qué cambios ocurren en los hombres cuando concluyen completamente esa práctica? Primero, en el Mundo Humano desaparece la lucha, porque las personas una a otra empiezan a manifestar el Santo Amor, la Santa Compasión y el Santo Elogio. Asimismo desaparece la arrogancia – la gente se encuentra por encima de este sentimiento. Como resultado, se destruye el karma de los Cielos, se destruye el karma de los Asuras(35*) también y el hombre se hace capaz de establecer vinculo con mundos más altos.
La práctica de la Santa Compasión le va a ayudar a comprender que los Seis Mundos del Mundo de las Pasiones son el centro de los sufrimientos. Y ya que la Santa Compasión permite al hombre comprender las almas de la gente que sufre, él podrá experimentar los sufrimientos ajenos como propios.
Ni que decir tiene que la práctica de las Cuatro Grandes e Inmensurables Estados del Alma trae provecho a otras personas. Sin embargo, aún mayor provecho trae para el practicante mismo. Y ese provecho consiste en la adquisición de madurez del alma, gracias a la experiencia que se obtiene con esta práctica.

Ser amado por todos

Practicando el Jnana-yoga el hombre analiza y erradica su karma. Eso, como resultado, equivale a recibir un certificado que le permite reencarnar en un mundo superior. Pero esto es insuficiente porque la gente con la cual él se relacionaba hasta ese momento, aún tiene información negativa sobre él. Y si esta información se queda, entonces por ese karma el hombre tendrá que reencarnar en los Seis Mundos del Mundo de las Pasiones.
Sin embargo, gracias al logro de la perfección en el Mahayana-yoga, la información negativa que tienen otras personas desaparece, dado que la información negativa suele desaparecer si el hombre obtuvo la madurez del alma y puede amar, compadecer y elogiar a todas las personas. Nadie va a sentir hacia él ni rencor ni hostilidad.
Por el contrario, el hombre comienza a acumular el karma de una persona amada por todos o el karma que le permite ser el Cuerpo de la Recompensa en el siguiente yoga, Yoga Astral. Si el hombre se convierte en un Cuerpo de la Recompensa, él no reencarnará en los Seis Mundos del Mundo de las Pasiones, sino en el Mundo Astral Superior. También, por su propio deseo, podrá bajar en el Cuerpo Fenomenal al Mundo Humano en calidad de un Salvador. Pero, del Cuerpo Fenomenal les hablaré mañana. Además, podrá comprender que la energía del amor, alegría o tristeza de otras personas son vibraciones. No palabras, no acciones, sino vibraciones. A fin de cuentas, comprenderá que la propia estructura de la conciencia consiste en vibraciones. Luego podrá, sin hablar, determinar por las vibraciones qué pasiones tienen las personas. Por ejemplo, a través de las vibraciones se le transmite que otra persona siente tristeza. Cualquier emoción se le transmitirá en forma de vibraciones. Esto significa que podrá reaccionar enseguida al estado anímico de otras personas. Pero, a la vez, gracias a la perfección en el Jnana-yoga, su propia conciencia va a estar tranquila. Él podrá comprender bien el estado de ánimo de otros siendo él mismo ecuánime. Será amado y respetado por todos. Gracias a tal karma, podrá ser el Cuerpo de la Recompensa.


(34*)Sutras del budismo Mahayana como los tres sutras del elogio a Amitaba.
(35*) Los Cielos ... el Mundo de Asuras, véase la primera lección .



Siguiente
Anterior
Inicio
Pagina pricipal