La Ley del Karma.
¡Este es el mundo de la Verdad!

El retorno kármic. Cuanto más rápido, mejor.

Podrá usted pensar que, gracias a la práctica de Dar, le vendrá de inmediato la felicidad. Estas ideas surgen porque usted es ignorante y desconoce la Ley del Karma. Uno se pregunta: ¿Es ahora mismo cuando se produce el resultado de las acciones de hoy, o no? Desde luego, hay personas a las que lo realizado hoy se le retorno ese mismo día, pero con otra gente no sucede así.
La diferencia radica en la rapidez con que se manifiesta el karma. En términos de yoga eso se llama acción de las energías Tamas y Sattva. En pocas palabras, esto depende de la predisposición de cada persona a acelerar o frenar la manifestación de karma. Se considera que mientras mayor es la rapidez con que se manifiesta el karma, más alto es el nivel espiritual de la persona.
Expresémoslo en forma más sencilla. Supongo que la mayoría de ustedes no observan los cinco preceptos existentes para los practicantes laicos. Son como sigue: no matar, no robar, no adulterar, no mentir y no tomar bebidas alcohólicas.
El karma que se acumula como resultado del incumplimiento de dichos preceptos volverá rápidamente a quien aprende el Dharma, se dedica a la meditación, reconoce errores propios y confiesa. Por ejemplo, el karma de matar vuelve en forma de dolor o accidente. El karma de robar hará que usted mismo sea robado o empobrezca. El karma de adulterio vuelve en forma de empeoramiento de las relaciones humanas. El karma de mentira hará que usted pierda la confianza de otros. El karma de tomar bebidas alcohólicas le hará cometer errores absurdos. Es precisamente lo que le sucederá cuando vuelve su karma.
Cuando usted ve volver su karma, se pone a lamentar: "Mejor que no hubiera practicado la doctrina de Aum... ¿Por qué comencé a practicar aquí? A otras personas, aunque cometan algo malo, nada les vuelve…" En efecto. Otras personas pueden matar, robar, adulterar, mentir o tomar bebidas alcohólicas, pero su karma no vuelve. No, mejor dicho, pueden tomar prestado mucho dinero.
Permítame explicarlo utilizando el ejemplo siguiente. Veamos dos personas: el Sr. A y el Sr. B. El señor A puede tomar prestado hasta cien millones de yen, mientras que el señor B sólo es capaz de tomar hasta un millón. El Sr. A sigue tomando prestado y el Sr. B hace lo mismo. Pero, cuando el Sr. B ha tomado ya un millón de yen, ya no puede tomar más. El propio hecho de no poder tomar prestado más dinero significa que debe experimentar sufrimientos al pagar la deuda. Pero el Sr. A que es capaz de tomar prestado hasta cien millones de yen, puede continuar tomando dinero hasta que la deuda llegue a cien millones. Cuando la suma alcance cien millones más un yen, tendrá que pagar la deuda.
La capacidad de tomar prestado mucho no significa que usted tenga un gran potencial, es un indicio de que tiene insuficientes méritos. Más aún, a la hora de pagar la deuda usted sufrirá.
El primer hombre (Sr. A) renacerá en su futura vida en uno de los mundos malos (Reino de Infiernos, Reino de Animales o Reino de Espíritus Hambrientos). El segundo (Sr. B) tiene karma de sufrimiento debido a sus acciones en esta vida.
Habrá quien pregunte: "Asahara, dices cosas raras. ¿En qué te basas al decirlo?"
Puedo mencionar, a título de ejemplo, una prueba de que hay diferencias entre la capacidad de soportar de un practicante en Aum y una persona ordinaria. Como decía anteriormente, esto significa que quienes practican en Aum "pagan sus deudas", habiendo entre ellos algunos creyentes virtuosos que han acumulado méritos y, en vez de contraer deudas, incluso han hecho ahorros. De tal manera, sus Cinco Acumulaciones de Apegos, que son la fuente de sufrimientos, cambian, dejan de causar dolor y traen felicidad.
Como vemos, los fenómenos malos que ocurren cuando usted comienza a practicar la Verdad, no lo son. Por el contrario, aquellos sufrimientos que emergen gracias a la práctica de confesión, se encuentran en lo profundo de nosotros mismos (la Confesión, ese gran principio de la práctica espiritual, constituye uno de los dos pilares básicos - la confesión y el Dar- de la práctica budista). Debemos sacar fuera esos sufrimientos para destruir nuestro karma que conduce al renacimiento en uno de los tres mundos malos.


De "La Verdad Absoluta. El Mundo de S.Asahara, parte 5".

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