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  Osvaldo Bayer
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2001
Mi nieta Paula, de 20 años y que vive en Alemania, terminó sus estudios secundarios allá y, antes de comenzar Medicina, resolvió dedicar un año de su juventud al trabajo social. Para eso aceptó formar parte de un proyecto de la Iglesia Evangélica Alemana, en la ciudad bonaerense de Quilmes, dedicado a un Jardín de Infantes de niños carenciados. Claro, sus primeras impresiones fueron desoladoras acerca del contorno que rodea a esas poblaciones. Todo es sorpresa. Sorpresa de cómo una sociedad pueda hacer padecer tantas carencias no ya a parte de sus habitantes sino principalmente a los niños.
Viajo por tren el domingo pasado, de Constitución a Quilmes. Todo sucio, todo roto, todo triste. Recuerdo mi infancia cuando viajábamos de Bernal a la Capital. Todo verde, todo limpio, la gente vestida de domingo, las estaciones blanqueadas. Setenta años después voy hacia el fin. Todo es mamarracho. De Constitución a Quilmes suben 23 vendedores ambulantes. Desde la Virgen Desatanudos a libros para interpretar sueños, desde panchos a tijeras por un peso. Van y vienen. Conforman como un coro. El canillita grita que está por salir Menem en libertad. Es una pobreza-miseria, mísera, miserable.
Hace ochenta años, por las inmensidades patagónicas se escuchaba el eco de balazos. Se estaba fusilando a gente humilde. Los fusiladores eran soldados de Buenos Aires. Eran tiempos de Yrigoyen. A las peonadas se las fusilaba por huelguistas. Querían hacer cumplir un convenio firmado meses antes por el propio militar que ahora las fusilaba.
En Neuquén se vive un episodio fundamental que habla de la crueldad argentina. De nuestro absoluto desprecio por la democracia. En Neuquén se ha quitado la fuente de trabajo a 380 obreros. Una fábrica hermosa, productos de cerámicas nobles en plena marcha, gente feliz en un paisaje feliz. Y de pronto alguien dicta que hay que cerrar el establecimiento. Los políticos responsables de la democracia y la administración miran hacia otro lado y hablan de “problemas financieros”; los patrones organizados en clubes de la industria ponen caras de especializados y dicen en voz baja: “Hay problemas”. La Iglesia reza una misa. Los medios hablan del caso como si se tratase de algo que ocurre en los arrabales de un país no descubierto. Todos, Pilatos globalizados.
Cuántos sabios ya habrán dicho que para que el mundo encuentre su paz y su felicidad habría que humanizar las religiones. El Papa acaba de pedir disculpas a China por lo que hizo la Iglesia Católica en épocas pasadas. Claro, así es fácil. Se cometen los hechos y luego, mucho después, está claro, se piden disculpas. Total, los muertos, muertos están y no los resucita nadie. Por ejemplo, Bush bombardea al pueblo de Afganistán y mata niños. ¿Por qué todas las iglesias cristianas no se unen y lo anatemizan, le dan el título de "Asesino de niños", para toda la eternidad. No. Entonces no son religiones. O, dicho con voz de la calle: ¿entonces, para qué sirven las religiones?
Los analistas hablan ahora de que fue un apoyo al hombre falso. Una equivocación que cuesta la salud del Imperio. Bin Laden fue hijo adoptivo y preferido. Y ahora hay que destruirlo. Para eso, la utilización de la confabulación y la mentira. El Imperio manejó los hilos y todos dijeron que sí. El gobierno alemán, por ejemplo, no repara en decir a todo que sí, ja, yes, oui. El primer ministro Schroeder, socialdemócrata, ha ido hasta las ruinas de las dos torres mellizas y ha llorado. Fue dramático.
Aquí, en Alemania y Austria, los entendidos en fútbol están leyendo un sorprendente libro. Se llama: César Luis Menotti, dejar correr la pelota y al contrario. El autor es el periodista austríaco Harald Irnberger y lo ha editado Eichbauer Verlag, de Viena. Un libro para entendidos, estrategas, sabios y teóricos del fútbol y la política. Porque en sí, el meollo está en la problemática: ¿fútbol de izquierda o de derecha? Para este sabio cronista de tribuna, que es el autor del libro, Menotti es el creador del fútbol de izquierda.
La palabra terrorismo pasó a ser de uso diario. Se habló de inmediato de guerra, también. Una guerra entre padres putativos de hijos putativos. Los hijos casuales del imperialismo les rompieron la seguridad y la arrogancia a los imperialistas por excelencia. Y por el otro lado, salvo pocos, los entenados del imperio se pusieron de rodillas para no ser confundidos, no quedar al margen y así seguir globalizados. ¿Cuántos siglos necesitó el hombre para llegar a esto? Acompañado por sus religiones.
Unos construyen la bomba, otros plantan la semilla. Estados Unidos construyó la bomba y con sus ganancias construyó las torres de su poder. Pero el poder significa injusticia y la injusticia crea violencia. Y la bomba construida por el poder terminó por destruir sus torres. Es una constante y siempre será así pese a que se recen relamidas misas en el Obelisco. Se buscará el castigo de los desvergonzados y caerán inocentes y así nacerá la leyenda para los próximos que destruyan las torres.
El filósofo alemán Wolfgang Sofky, en su “Tratado sobre la violencia”, nos presenta un personaje completo en su violencia, para entrar en el estudio de ella. Se trata del caballero Gilles de Rais, de una de las familias fundacionales de Francia. Condecorado por su valentía, guerrero y noble, aristócrata, era admirado por su temeridad e inmensa riqueza. Cuando terminó la guerra, se dedicó a demostrar su poder a través del crimen, pero por otras vías. Asesinó por lo menos a 140 niños entre 8 y 15 años, todos de sexo masculino
En la Argentina no hay democracia. Sin justicia no podrá haber democracia jamás. Cada político tiene su juez; el poder tiene sus jueces. En nuestro país se cometieron horribles crímenes, como matanzas de obreros, como secuestros de miles de personas, como persecución de docentes e intelectuales, quema de libros, como robo de pertenencias y todo se olvidó o se perdonó. Todo está permitido. Pero guay que seas pobre y de izquierda, ahí sí que vas a encontrar todo el peso de la ley. El caso de Emilio Alí no tiene parangón en el mundo: cinco años de prisión por pedir alimentos en un supermercado para los hambrientos, por ejemplo.
Sin ninguna duda y en forma absolutamente evidente, los piqueteros se han convertido en los representantes más legítimos de nuestra democracia. El que pone en duda esto pasaría a la categoría de constitucionalista leguleyo o de cínico. Porque la verdadera democracia es aquella que mide todos sus habitantes con la misma vara. ¿Se puede llamar democracia a un país que es gobernado por los repentinos estallidos cerebrales (que nunca, por supuesto, tocan su propio bolsillo) de un señor Cavallo que hace, deshace, cambia, va y vuelve, que llevó al país a la indigencia actual (viene ya de la dictadura a la que sirvió como un vil sirviente y del anterior gobierno, suma de corrupciones, y continúa con éste al que subió por asalto).
Argentina tiene estas cosas. Mientras hoy los hijos se van de mercenarios a defender las banderas de los ex imperios (hace apenas un cuarto de siglo luchaban por una Argentina mejor y eran destrozados por nuestros mercenarios de picana eléctrica y tiro en la nuca), las Madres inauguran una casa en Gualeguaychú. Veinticinco años después de que se llevaron a sus hijos, ellas tienen nueva casa para recibirlos.
Salimos a buscar el año ‘21 en sus recuerdos y lo encontramos en su realidad. Hemos recorrido el norte santafesino con el dolor y la ironía que deja la comprobación que el año 1921 vale para el 2001, ochenta años después. Se cumplen ochenta años de las sangrientas huelgas obreras de La Forestal. Ojalá que en todo colegio secundario los docentes y alumnos se pregunten el porqué. El porqué de tanta crueldad contra los obreros, de tanta obsecuencia de los políticos de turno para con el poder económico en tiempos de democracia, el porqué de tanto egoísmo criminal de la gigantescas fábricas de tanino.
Los héroes y los maulas 23/6/2001
Los argentinos estamos asistiendo a un capítulo de la historia obrera que nos transporta a las décadas más heroicas de las luchas de los hombres y mujeres del trabajo. ¡Ahh! Dirán fastidiados señores y señoras apoltronados en sus lecturas diarias, ¡si estamos en pleno período de la globalización! Sí, oh sorpresa, en pleno período de globalización surgen de pronto los piqueteros. Hermoso nombre, piquetero, que contiene estoicismo, coraje, justicia.
El general y sus obedientes 9/6/2001
¿Cómo calificar a la Argentina de hoy? Un humorista la calificaría como “un país en joda” y un filósofo la definiría como “una realidad trágicamente cínica”.
¡Qué lástima, nos perdimos la corona del realismo mágico al no llevarlo detenido al ex presidente en su domicilio del Hotel Presidente! Faltaba más. Pero sí en una quinta con palos de golf, servicios a domicilio, pileta de natación y shiatsu. Pero lo de Menem es una anécdota, apenas. Una anécdota argentina.
Del silencio al no te metás 12/5/2001
Es incomprensible cómo la humanidad perdió grandes oportunidades de ir marcando pasos hacia el progreso y prefirió destruirlas con los peores métodos. Es el caso de los mártires de Chicago, cuya posición fue uno de los avances más firmes en pos de una civilización humana, racional, abierta. El pedido de esos mártires fue las ocho horas de trabajo en vez de las catorce a las que se obligaba en esa época. En vez de aceptar este pedido racional en un mundo que se decía cristiano, se los ahorcó públicamente. En la Argentina, sistemáticamente, los gobiernos reprimieron con una ferocidad inusitada las manifestaciones que pedían ese reordenamiento racional de la vida humana.
Una síntesis argentina 28/4/2001
Mientras Etchecolatz, (a) el siniestro, sigue alabando en su jerga despótica los horribles crímenes del sistema azul y blanco de desaparición de personas, los sobrevivientes de aquella juventud de la dignidad, víctimas de la capucha y de la picana, siguen abriéndose camino con la constancia y la entereza. En este caso se trata de mujeres. Ex prisioneras del horror, quienes apenas salidas de esa esclavitud superaron todas las vallas del pasado y se abrieron camino en la docencia, en la ciencia, en la literatura. Doloridas y zaheridas hasta el hartazgo, demostraron a sus ex verdugos que a ellas no las derrotaron, que están más fuertes que nunca frente a las miserabilidades de los obedientes debidos.
La bandera del general Arrillaga 14/4/2001
El 2 de abril pasado, la lujosa casa de departamentos de Arcos 2145 lucía en su entrada una bandera argentina de guerra. El general que vive allí quiso demostrar que es un patriota y festejó así el llamado Día de Malvinas, cuando los argentinos, por orden oficial, festejaban uno de los peores crímenes de la dictadura de Galtieri, aquel general borracho que se sintió Benito Mussolini en el balcón de la Rosada. Aquel 2 de abril nefasto de 1982, el citado general argentino, cuando el whisky ya le salía por los ojos, envió a jóvenes argentinos a la muerte, porque se le dio la gana, para huir hacia delante del fracaso total de la dictadura de las tres fuerzas armadas.
Ya llegaron a Quilmes 31/3/2001
Llegué de la vieja Europa. Me fui a dormir para superar la diferencia horaria. Cuando desperté mis pies tocaron el frío del agua. Mi casa se había inundado. Agua con barro y un olor insoportable. Una recepción acomodada a nuestra realidad. En patas embarradas me fui a la cocina a hacerme un café y puse la radio. Hablaban permanentemente de un salvador llamado López Murphy. Comentaristas y oyentes estaban exultantes. Recorrí lugares pero ya al anochecer el elegido había cambiado. Cavallo, Cavallo, era la consigna. Me senté en un banco de plaza llena de perros y sus digestiones, cuando pasó una pareja que comentó una noticia oída en la radio: las ratas ya llegaron a Belgrano.
El ejemplo de Sophie Scholl 17/3/2001
En esta época, en que la tendencia general es llevarnos a la superficialidad y a un pérfido consumismo ocurren hechos que nos hacen exclamar: no es así, no todo está vendido, hay seres humanos que comienzan a marchar en dirección contraria o dejan pasar la corriente y construyen su propio mundo. ¿Quién no se quedó sorprendido, increíblemente sorprendido en Alemania, cuando se publicó el resultado de una encuesta de la revista femenina para modas y temas generales del mundo del espectáculo más vendida en este país? La encuesta pedía a sus lectoras votar por la mujer más importante del siglo que acaba de finalizar. Y, oh sorpresa, no triunfó ni la Madre Teresa ni Lady Di ni Madonna, como esperaban todos, sino una joven mujer llamada Sophie Scholl.
No somos libres 3/3/2001
¿Hasta cuándo los argentinos tendremos que pasar la vergüenza máxima de que nuestros asesinos sean juzgados por la Justicia de otros países mientras nuestro territorio se ha convertido en el lugar de refugio de toda la mafia de picana y espada que impuso el método criminal más cobarde del que se tenga memoria: la desaparición de personas? Obediencia Debida y Punto Final son dos leyes fuera de todo basamento ético, es el oportunismo de la falta de coraje civil de nuestros políticos. La República convertida en el comité del vamo y vamo. Les damos la seguridad a todos los criminales y ellos se quedan tranquilos en sus cuarteles. Trato hecho.
Siete judíos y una alemana 17/2/2001
Sí, fueron siete. Siete judíos. En la cabeza. Están el juez, el fiscal, el abogado defensor, el acusado. Y el testigo acusador. Este se llama Adalbert Lallier, en 1945 era de las tropas SS, con 19 años de edad. Luego de terminada la guerra, se fue a Canadá donde llegó a ser profesor universitario de Economía. El año pasado resolvió volver a Alemania. Los remordimientos de conciencia no lo dejaban en paz. Y relató ante la Justicia lo que había ocurrido el 18 de marzo de 1945 en la ciudad de Limmeritz. El juicio acaba de comenzar en Ravensburg, en el sur de Alemania.
La Argentina en Nuremberg 20/1/2001
La televisión alemana dio en cinco detallados capítulos los crímenes nazis y los juicios a los asesinos de uniforme. Justo al día siguiente, los diarios alemanes informaban que se iniciaba el juicio de Nuremberg contra los militares argentinos autores de la desaparición de 79 ciudadanos alemanes en la dictadura de Videla. Sentí que la vergüenza me llegaba a la médula de los huesos y la indignación me impedía el habla: los argentinos no somos capaces, no tenemos el coraje civil de juzgar a nuestros infames verdugos y lo tienen que hacer tribunales de otros países.
 
 
   
 

 
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