He peleado el buen combate, he terminado la carrera, he guardado la fe. En adelante me está reservada la corona de justicia, que me dará el Señor, el Juez justo, en aquel día y no sólo a mi sino a todos los que hayan amado su venida.
(II Timoteo, 4, 6-8 )

"Somos pocos, poquísimos: ¨pusillius grex¨, 
los que nos hemos quedado fieles a la religión católica, 
obedeciendo a doscientos sesenta y pico de papas, 
a veinte Concilios Ecuménicos. No aceptamos la revolución litúrgica
 y sus consecuencias: la revolución doctrinal y la revolución disciplinaria"
(Palabras del P. Le Lay, comentando la carta del P. Mathet que publicó en la Revista La Tradición, nro. 135, de febrero de 1979).

   Nació el 25 de octubre de 1913 en un pequeño pueblo de Bretaña (Francia). Realizó sus estudios eclesiásticos en la congregación del Espíritu Santo, que suspendió durante el desarrollo de la Segunda Guerra Mundial, siendo prisionero de las tropas alemanas. Fue ordenado sacerdote el 7 de julio de 1946. Ya en 1947 advirtió la influencia modernista en su congregación lo que le llevó a abandonarla, solicitando su secularización.

   Consiguió la protección en Argentina del obispo de Salta, Monseñor Tavella (quien ayudó también en parecidas circunstancias al P. Castellani). Mons. Tavella de confió la Parroquia de Tala, Salta donde ejerció el ministerio desde el 3 de marzo de 1957 hasta el 4 de julio de 1974, siendo expulsado por las nuevas jerarquías modernistas.

   Ya en la fiesta de Cristo Rey de 1968 suscribió el "Vademecum del Católico Fiel", junto a 200 sacerdotes de distintas partes del mundo, 3 obispos y un cardenal, propiciando una guía de conducta para permenecer fieles a la tradición frente a la revolución litúrgica.

   Injustamente "suspendido a divinis" en Salta, fieles de Córdoba le pidieron se radicara en la ciudad de Alta Gracia y el 7 de abril de 1978 comenzó su ministerio, donde fue nuevamente perseguido por las nuevas autoridades conciliares.

   Falleció el 19 de abril de 198
2, luego de defender la verdadera fe católica de forma inquebrantable, oponiéndose a posturas intermedias. Su Boletín "La Tradición: boletín periódico de cultura católica" fue una de las primeras publicaciones en América Latina en denunciar la revolución modernista  de modo anticipado al Concilio Vaticano Segundo. Desde la lejana Tala, Salta, editó su primer número ya en 1953 hasta sus últimos, publicados a princicpios de los años 80 desde la ciudad de Alta Gracia, Córdoba en Argentina. 

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