Canon 1258 del Código de
Derecho Canónico (1917: “Está prohibido participar activamente
en el culto de no-católicos.” (comunicatio in sacris)
Y en al Canon 2316: “El que coopera en comunicatio en sacris en contra de la provisión del Canon 1258 es sospechoso de herejía.” En su conclusión sobre el falso ecumenismo, el Papa Pío XI dijo: “Venerables Hermanos, claro está por qué la Sede Apostólica nunca ha permitido a sus feligreses tomar parte en las asambleas de los no católicos”. |
LA NACIÓN, Buenos Aires, 09-11-2000 Autor: Jorge Rouillon EN
SAN MIGUEL, UN ENCUENTRO SIN PRECEDENTES La 80a. asamblea plenaria de la Conferencia Episcopal Argentina fue sede de un acontecimiento sin precedente: acogió en San Miguel a miembros de otras iglesias cristianas y de otras religiones, para honrar a Dios en un encuentro ecuménico e interreligioso de oración. Junto a casi un centenar de obispos católicos, rezaron dignatarios protestantes y evangélicos, ortodoxos, judíos, musulmanes e hindúes. Al abrir el encuentro, el presidente de la Comisión de Ecumenismo, Relaciones con el Judaísmo y Otras Religiones, monseñor Guillermo Garlatti, dijo que quería ser "un gesto sincero y cordial", en el espíritu de la carta de Juan Pablo II sobre el advenimiento del tercer milenio. "No llegaron los ortodoxos", comentó alguien, mientras se esperaba unos minutos el comienzo. En ese momento, llegó el arzobispo ortodoxo ruso Platón, que luego pediría al Señor "servirte con santidad todos los días de nuestra vida". Un coro de jóvenes de Berazategui, con cello y guitarra, creó un clima especial, cantando: "Ven, Espíritu de Dios, inúndame de amor". El swami hindú Pareshananda pidió: "¡Que el río fluya dulcemente! ¡Que haya dulzura en todas las direcciones!" Luego el imán Ibrahim Al Alfi, del Centro Islámico, alabó a Dios en árabe: "Indícanos el sendero recto, no el de los extraviados". Lo tradujo el imán Abdul Karim Paz. El rabino Abraham Skorka pidió al Creador los dones de la comprensión y el entendimiento, y deploró el paganismo que rinde pleitesía al dinero y el hedonismo. "En medio de un pueblo víctima del desencanto y la decepción, ayúdanos a ser mensajeros de esperanza", rogó el pastor Angel Furlan, de la Iglesia Luterana Unida. "Te prometemos amarnos", dijo el vicepresidente del Episcopado, Eduardo Mirás. Y el coro cantó: "Donde reina amor, Dios allí está". Sin leer, en tono llano, coloquial, el presidente del Episcopado, Estanislao Karlic, recordó la frase de San Agustín: "Nos hiciste, Señor, para Ti y nuestro corazón está inquieto hasta que descanse en Ti". "Queremos el camino de la fraternidad, del servicio, del perdón, de la misericordia", deslizó. Y destacó el respeto sincero por el pluralismo, pero siempre en la búsqueda de la verdad sobre Dios y el hombre. Todos se abrazaron, emocionados. Y rezaron la oración de San Francisco de Asís: "Allí donde haya odio, que yo ponga amor". El rabino Mordejai Levin confesó: "Me tocó el corazón". Luego todos charlaron largo y tendido en una comida amistosamente compartida. |