LA NACIÓN, Buenos Aires, 25-02-2000

Diálogo con musulmanes y coptos

   EL CAIRO (De una enviada especial).- Como preveía su limitada agenda, el Papa realizó ayer dos visitas "de cortesía" más que simbólicas a los representantes de las dos religiones más importantes de Egipto, la musulmana sunnita (que aquí profesa la gran mayoría) y la ortodoxa copta (que siguen más de 6 millones de personas). El propósito de ambas fue fortalecer el ecumenismo y el diálogo interreligioso, uno de los grandes objetivos del pontificado de Karol Wojtyla.

   Por la tarde, el pontífice de Roma y su santidad Shenouda III, papa ortodoxo de Alejandría de Egipto y patriarca de la Sede de San Marcos, en El Cairo, oraron juntos en un acto simbólico de hermandad cristiana.

¿Reconciliación?

   Pese a la importancia de este gesto, nadie espera que realmente se dé una verdadera reconciliación entre la Iglesia Católica y la Iglesia Copta Ortodoxa, que nació en el año 61 cuando el evangelista San Marcos introdujo el cristianismo en el país y se escindió de Roma hace 1500 años. La Iglesia Ortodoxa Copta no reconoce la supremacía del Papa católico y es una de las más reticentes al diálogo ecuménico que éste propone.

   Juan Pablo II se reunió después con la máxima autoridad del Islam sunnita, el jeque Mohammed Sayed Tantawi, en su residencia. Tantawi encabeza la histórica universidad de Al Azhar, uno de los centros culturales más importantes del Islam, considerado el Vaticano de la religión musulmana.

   En un clima muy caluroso, en medio de aplausos y tras el intercambio de dones, el Papa abordó con Tantawi el proceso de paz en Medio Oriente y el diálogo islámico-cristiano.

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