LA VOZ DEL INTERIOR, Córdoba, sábado 2 de diciembre de 2000

Dirigentes judíos elogian la visita de Ñáñez a la sinagoga

El rabino Gabriel Frydman y el titular de la Daia local, Gregorio Brodsky, coincidieron en señalar que la visita que realizó ayer el arzobispo de Córdoba, monseñor Carlos Ñáñez, a la sinagoga de esta Capital marca un hecho de trascendencia en el camino para estrechar los lazos entre los dos cultos.

Inédita reunión de las cúpulas católica y judía de Córdoba



   Lejos de la formalidad que se hubiera supuesto para un encuentro de esta magnitud, la visita de Monseñor Carlos Ñáñez a la sinagoga de Alvear 254 —la primera de un arzobispo de Córdoba al templo judío local— transcurrió entre diversas anécdotas bíblicas, chistes, comentarios históricos y, lo más importante, varias especialidades de la tradicional comida judía a las que el sacerdote no pudo resistirse.
   Ayer, en el Centro Unión Israelita de Córdoba, Ñáñez compartió una mesa de café, laikej de miel y strudel de membrillo, con los representantes de la comunidad judía, además de políticos y funcionarios entre los que se encontraban el embajador de Israel en Argentina, Benjamin Oron, y el ministro de Educación de la Provincia, Juan Carlos Maqueda.
   Al respecto, Ñáñez destacó la importancia del encuentro y se mostró gratamente sorprendido por ser esa la primera vez que visitaba una sinagoga.
   “Es una circunstancia feliz e importante, quiere ser un gesto que se sume a otros para un camino de comprensión, aprecio mutuo y diálogo. Es una impresión muy linda. No conocía un templo judío. Y este me impactó por su sencillez, su sobriedad y, a la vez, su belleza. Me viene a la memoria lo que el Papa expresaba cuando fue a la sinagoga de Roma, en cuanto al hecho de estar en contacto con nuestros hermanos mayores”, señaló el arzobispo.
   Por su parte, el rabino Gabriel Frydman agregó: “Hace mucho que tengo relación con monseñor Ñáñez, buena, franca, en distintos ámbitos. Poder conversar y participar de eventos comunes es algo que sucede desde hace tiempo. Esta visita, al margen de ser un hecho histórico que sigue los pasos de la visita del Papa a la sinagoga de Roma, es parte de ese proceso. Esperemos que esto sea un aporte más al encuentro de los cordobeses”.
Monseñor Ñáñez también recibió algunos presentes y fue invitado a firmar el libro de visitantes ilustres, luego de lo cual compartió, junto a toda la comunidad judía de Córdoba, la ceremonia del tradicional Kabalat Shabat, que indica el comienzo del descanso semanal.

Un gesto de amistad

   Casi al final, fue invitado a transmitir su mensaje. Ante la gran concurrencia, que colmó las instalaciones del templo, agradeció la invitación y calificó de “amigo” a todo el pueblo judío. Y dijo que este encuentro se da “porque Dios así lo quiere”.
   El presidente de la Daia local, Gregorio Brodsky, señaló: “Este encuentro es un hecho trascendente, tiene un enorme valor simbólico relacionado con la profundización de un diálogo y la búsqueda de coincidencias. Por su parte, el titular del Centro Unión Israelita destacó que, cuando monseñor Ñáñez decidió que el 1 de diciembre visitaría la sinagoga, “no sabía que esa fecha coincidía con los 50 años de la fundación del Colegio Israelita San Martín. Esta coincidencia es sorprendente y nos emociona”.
   Además de coincidir con la semana de festejos del establecimiento educativo, la visita también se da en el marco del 65 aniversario de la Daia.