CARTA A LOS AMIGOS
¡Ave María! Queridos Amigos del Seminario de la Argentina: ¡Dios les guarde les bendiga¡ Pasados los años, el Seminario y su Congregación, la Compañía de Jesús y de María, van cobrando forma con la ayuda de Dios. Comenzados con un puño de seminaristas generosos y un sacerdote empiezan a verse los frutos del árbol, traducidos ya en ocho sacerdotes formados durante diez años, dos de ellos ya ejerciendo el apostolado en Guadalajara. Nuestro único deseo es dar a 1a Santa Ig1esia Cató1ica sacerdotes fieles y abnegados, constates en hacer el bien y en procurar ser ellos mismos buenos. Asistimos a un mundo cada vez más alejado de Dios un mundo que ya no encuentra una barrera en la Iglesia modernizada, sino una colaboradora más para impregnar a los hombres de ideas y costumbres ajenas y opuestas a Dios. No puede ser que nadie haga nada, que nadie resista al embate de la revolución de paganismo que todo lo destruye. Hacen falta hombres, pero valga la redundancia, hombres con hombría, con valor, con entereza para ser buenos. Hombres tercos en el ejercicio del bien, que es lo que llamamos constancia. La hombría para ser cristiano se muestra en los hechos, no en las palabras. Rogamos al Cielo nos asista para ser buenos de hecho para Dios y rogamos también para que Dios nos bendiga con nuevas vocaciones, con jóvenes generosos que muestren cuánto aman a Dios, cuánto quieren a la Iglesia, cuánto les importa el bien de los demás. Para ustedes nuestra gratitud constante y nuestra sencilla oración en la cercanía de estas Fiestas Navideñas. Quiera Dios bendecirles y su Santísima Madre, desde la Cuna bendita de Belén. ¡Santas Navidades!
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