JUAN PAULO II FAVORECIÓ DESDE
UN PRINCIPIO AL JUDAÍSMO*
Sobre los judíos: "No se trata solamente de rectificar una falsa concepción religiosa del pueblo judío, que ha sido en parte causa de malentendidos y persecuciones en el curso de la historia, sino ante todo, del diálogo entre las dos religiones (Judaísmo y Catolicismo) que con el Islam, debían dar al mundo la fe en el único Dios inefable que nos interpela, y se proponen servir1e en re presentación de todo el mundo" (1). La mención del Islam junto con el Judaísmo y el Cristianismo, la había ya hecho Pablo VI con su primera afirmación que repetiría mucho después, de que "Tenemos un mismo Dios, Judíos, musulmanes y cristianos", y de que debíamos hacer a un lado las "disquisiciones de tipo teológico" para trabajar unidos por la paz, etc., etc..(2). Esta mención de la religión del "profeta" Mahoma quien predicó que el arcángel Gabriel, le había dado a, él solo la única revelación, (¿y la revelación a la Virgen María?) es cosa hecha como de compromiso para velar un poco el paso -valga la redundancia- hacia el definitivo plan: el Islam, el Judaísmo y el Cristianismo. Luego el Judaísmo y el cristianismo. Al fin, el Judaísmo solo. Así son también vía de paso las alabanzas hechas desde el Vaticano II a todas las otras religiones paganas, en particular al Budismo. "En el Budismo, -dice la Declaración Conciliar 'Nostra Aetate'- los hombres alcanzan la perfecta iluminación y la liberación con auxilio superior"... (3). Entonces, -se da a entender-, es bueno tener por re1igión al Budismo. No hace falta ser católico para alcanzar un auxilio superior para liberarse e iluminarse... ¡Y siguiendo estas aberraciones, la masa católica, lo mismo que lo hizo cuando tuvo lugar la Oración por la Paz en Asís, en 1985, caminará hacia el Monte Sinaí en el año dos mil a festejar con los adoradores de todo, hasta de las serpientes, el Jubileo de la Encarnación! ¡Muy bueno para todas las divinidad es paganas su reconocimiento por parte de una iglesia que ya no invita a la conversión a Jesucristo!.. En la reunión sinárquica del Sinaí, Jesucristo aparecerá como lo querían y lucharon hasta conseguirlo los masones, como si esto lo propusiera la Iglesia, como un "iniciado" más. Los masones llaman "iniciados" a todos los fundadores de religiones notables. Así tienen en la lista a «Rama, Kríshna, Hermes, Moisés, Orfeo, Pitágoras, Platón, Jesús, Zoroastro, Buda y los Esenios». En su obra titulada "Los Grandes Iniciados" Eduardo Shure se explaya sobre el tema (4). En el Sinaí serán consagrados como parte de un "cristianismo anónimo" (que no saben que son cristianos, pero lo son, según el Vaticano II, Congar y Juan Paulo II) los nombres de por lo menos otros ciento cincuenta "iniciados" junto con Nuestro Señor Jesucristo. Pero volviendo al tema... En otras alocuciones empieza ya Juan Paulo II a eliminar al Islam: "Judíos y cristianos están llamados como hijos de Abraham a ser bendición para el mundo, en cuanto se dediquen conjuntamente a la paz y la justicia entre todos los hombres, y por cierto, con la plenitud y profundidad que Dios les atribuye para nosotros. Cuanto más marcado sea nuestro encuentro por este sagrado deber, tanto más redundará en bendición para nosotros mismos" (5). ¡Y nosotros que creíamos que el "sagrado deber" de la Iglesia era "predicar a Jesucristo, y a éste, crucificado" como sintetiza San Pablo!.. "predicamos a Cristo crucificado, escándalo para los judíos, locura para los gentiles" (6). No es el espacio con el que contamos suficiente para exponer y refutar todo el pensamiento equívoco de Juan Paulo II que es el mismo del Vaticano II; pensamiento, que no teología, porque todo ello constituye una ofensa a la teología. Este estudio se está haciendo ya por parte de verdaderos teólogos. La reacción católica comenzó desde antes del Vaticano II cuando los herejes que des pués fueron peritos del concilio como Ives Congar, -el del "cristianismo anónimo"- al que en 1995 hizo carde nal Juan Paulo II, Kung y De Lubac propagaban sus herejías. Teilhard de Chardin no fue invitado porque ya había muerto, pero su espíritu con el de Maritain flotó sobre las aulas conciliares. |
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