FILO-HEBRAISMO DE JUAN PAULO II*

   Del filo-hebraísmo, puede decir que es la adición y predilección favorecedoras por la Historia, Doctrinas, Culto, Finalidades y personas judías.

   El término es lo más aceptable a nuestro ver, en el punto a que se ha llegado en la actualidad respecto al movimiento dentro de la secta surgida del conciliábulo Vaticano II, altamente influenciada por los judíos. Por un tiempo los escritores católicos estuvieron empleando para sancionar las estrechas "relaciones religiosas de la Iglesia Católica con el Judaísmo", el término "Judeo Cristianismo" por significar de algún modo la iniciada pretendida fusión del Judaísmo y el Cristianismo en una sola religión. Pero hoy muchos que emplearon el término se retractan, porque hay un equívoco en su contenido. La dialéctica postconciliar ha sometido el entendimiento humano a verdaderas torturas de afanes de acomodamientos sofísticos. No puede, en realidad, existir tal Judeo Cristianismo, ni será esta fusión la "religión del futuro". Porque existen el Judaísmo, él solo, y el Catolicismo (que es el único Cristianismo, y en esta convicción estoy de acuerdo con el gran historiador católico Hillaire Belloc (1), él solo. Existen los judíos con sus convicciones, y los que pueden ser amigos o enemigos de sus convicciones, y los amigos de Jesucristo y Su doctrina, o Sus enemigos. EL filo-hebraísmo de la nueva iglesia postconciliar es el fruto evidente de una maniobra para hacer penetrar en las mentes lo que no es sino una absoluta sinrazón, por no hablar de la apostasía. Lo que está a la vista y realizándose ya, no es como enseñan los postconciliares una "fusión de las dos Alianzas, la Antigua y la Nueva en una sola, no existiendo más que un solo Pueblo de Dios... sin que se pueda hablar de ruptura entre los dos Testamentos" (2) herejía alentada y expuesta abundantemente por Paulo VI y Juan Pablo II. Lo que está a la vista a través de este gran sofisma es el Predominio del Judaísmo, sobre el exterminio del Catolicismo. La pretendida unidad de los dos Testamentos de ninguna manera busca la supervivencia del Catolicismo... ¡Cómo iba a rendirse el candelabro ante la Cruz!... Hablemos un poco de conceptos que deben ser recordados, aunque ahora el trastorno de la filosofía básica haya puesto de cabeza toda manera congruente de pensar. ¿Qué son el Judaísmo y el Catolicismo?..

   Se trata de dos conceptos de Dios radicalmente distintos, no sólo en el sentido en que pueden serlo los conceptos de Dios cristianos y paganos; aquí se trata de dos conceptos que entrañan rivalidad e imposible convergencia. Por un lado la Fe Católica que profesa y predica como verdad de Fe que Jesucristo es Dios hecho Hombre, el Ungido, el Mesías prometido por medio de Israel, en Quien se cumplieron las profecías de las cuales el pueblo elegido EN ORDEN AL MESÍAS CRISTO, fue depositario. Por el otro, la Fe del Judaísmo, que habiendo recibido la Promesa no se adhirió a su cumplimiento en Cristo, y habiendo rechazado al Mesías niega que Él sea Dios, y no sólo le dieron muerte por blasfemo ("Ha blasfemado" dijo Caifás ante la afirmación de Cristo de ser Él el Mesías, el Hijo de Dios, (San Marcos, 14, 61 a 63)... y gritaron todos: ¡reo es de muerte!) sino que los judíos no han dejado -organizados como un ejército conspirador- de odiar a Cristo y su obra. En el menor de los casos, muchos siguen creyendo que es un impostor, y según su propia fe continúan esperando a su mesías, la realización de su gobierno universal en que consiste su mesianismo. Así lo que está en juego no es la lucha de dos imperialismos humanos; es la aceptación o negación, de lo divinamente revelado, por parte del hombre, con todas las consecuencias de esta aceptación o rechazo. Así estas dos nociones de Dios, del Hijo que se reveló, admitido por unos y rechazado por otros, conllevan, el Judaísmo y el Catolicismo, una distancia infinita e imposible de paliar. Un filo-hebraísmo católico, pues, sólo puede ser manifiesta apostasía. La lógica elemental no se puede sacrificar. Ahora bien, el filo-hebraísmo aunque esté vestido de todos los ropajes color de rosa como tratan de presentarlo los postconciliares, es, -y lo repetimos muchas veces ¡aunque parezca increíble que haya que hacer esto para los católicos!- el filo-hebraísmo, o adhesión y manifiesto amor por los judíos, expresado en nombre de la Iglesia Católica, es algo inaudito, inaceptable, que debería levantar a las masas, ya no decimos a los jerarcas falsos que tienen, en manifiesta protesta y rechazo. Por el contrario, todo el mundo está pendiente de las palabras y de la presencia constantemente impuesta a través de la televisión y los diarios, del "carismático" Juan Paulo II. Su carisma principal desde que arribó a usurpar la Silla de Pedro ha sido la alabanza de los judíos y el amor manifiesto que pretende imponer (ya estaba iniciado el camino) de los católicos hacia ellos. Hemos de citar algunos párrafos de Wojtyla, bárbaro de la teología, (perdón, Atila) para apoyar las observaciones que haremos comentando la biografía "Su Santidad". De paso, ahora Juan Paulo reconoce muchas otras "santidades" incluyendo la santidad budista. 

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  •  * Comentario a la obra "Su Santidad"  (Juan Pablo II y la Historia Oculta de Nuestro Tiempo) de Carl Bernstein y Marco Politi ver (40). de B. Kostas, Editorial Véritas, Santa Fe de Bogotá, Colombia, pags. 47-49.

  • (1) Las Grandes Herejías. Hillaire Belloc. Colección Piragua, Editorial Sudamericana, Buenos Aires, Págs. 23 a 27.

  • (2) Cruzandoel Umbral... Pág. 128.