VERDAD Y PAZ

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LOS CONFESIONARIOS DEL APOCALIPSIS

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DUALIDAD PAPAL Y AMBIGÜEDAD EPISCOPAL

+ Mons. Andrés Morello

 

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                     Servir a la Verdad es servir a la Paz. Y si no sirvo a la Verdad difícilmente sirvo a la Paz.

                        Dice el. Salmo 84, 11: "Justitia et pax osculatae sunt" "La justicia y la Paz se han besado". La Justicia en lo moral es dar a cada quien lo que se le debe, en términos estrictos de Teología Moral "reddere ad aequalitatem", devolver por igual, tanto cuanto se debe. En el orden intelectual la Justicia es la Verdad porque es pensar de las cosas lo que las cosas son y, por ende, reconocerles sus esencias, naturalezas, cualidades y atributos sin fingir la realidad de manera errónea o, en el peor de los casos, engañosa. Si vale decir que servir a la Justicia es servir a la paz, vale igualmente decir que quien sirve a la Verdad sirve a la Paz.                   

                        ¿Por qué esta introducción? Tardamos varios días en decidirnos a escribir estas líneas que concernerían de manera directa a S. Excia. Mons. Richard Williamson, al menos a un escrito suyo que circuló por internet, acerca del último Motu Proprio del Cardenal Ratzinger (Benedicto XVI) en su versión francesa (http://http://blog.institutdubonpasteur.org/spip.php?article83).

                        Cada vez que alguien no miembro de la Fraternidad Sacerdotal San Pío X, de la cual es Obispo S. Excia., critica algo acerca de la doctrina de alguno de sus miembros es mirado como atacante o como parásito que no tiene más en qué ocuparse (al decir de uno de sus sacerdotes).

                        Antes de continuar salgamos al encuentro de la objeción latente. Cuando San Pablo escribe a San Timoteo su segunda Epístola, cap.2, vers. 22 dice allí aconsejando a su discípulo: “Busca pues la justicia, la fe, la caridad y la paz con aquellos que invocan al Señor con corazón puro”.

                        Admitamos el prejuicio favorable, pensemos bien de la intención de S. Excia. por aquello de “corazón puro” pero admitamos también lo esencial de la frase del Apóstol ya que el “con aquellos", aunque caritativo, es circunstancial. Lo esencial es "busca la justicia, la fe, la caridad y la paz".

                        Salvada la intención de S. Excia., nos parece difícil salvar el resto. No sabemos en qué circunstancias o para quienes escribió su comentario sobre el Motu Proprio al que aludimos y sus secuelas, pero considerando sólo su contenido que es lo único que podemos juzgar, es penoso leerlo. Digo penoso leerlo por su contenido al cual nos referiremos, y penoso porque alguien con renombre de relativamente firme en materia doctrinal no dice cosas ni firmes ni claras mientras los menos firmes o callan o aplauden, consiguiendo su cometido, a saber: Que los más firmes adopten un lenguaje conciliador que, por sincero, debe proceder de un corazón también conciliador y esto es todavía más doloroso.

                        Si la Roma de hoy, o mejor, los hombres que hoy la ocupan, fueran integralmente católicos entonces sería justo, necesario y hermoso poder conciliarse con ellos. Si por el contrario, destruyen la Fe católica, entonces todo " arreglo" presupone la Fe íntegra y la doctrina sana, la no admisión de las reformas perniciosas, el lenguaje claro llamando mal al mal y bien al bien; todas cosas que hacen imposible un arreglo con aquellos hombres hasta la fecha.

                        De los escritos oficiales de la Fraternidad Sacerdotal San Pío X respecto al Motu Proprio, al menos los que tuvimos a nuestro alcance, de ellos ninguno dice que el Motu Proprio sea algo malo.

Una cosa:
  • - O se cree buena
 
  •  - O se cree mala   
  • - O se sabe mala y por algo no se dice
  • - O se cree buena en parte y en parte mala.

                         En el caso que nos ocupa no parece que S. Excia. lo crea malo, sino lo diría claramente; tampoco plenamente bueno porque recrimina su doble lenguaje y deja creer que el diablo algo tuvo que ver en su redacción. Si lo cree malo pero no lo dice, algún motivo habría de tener, pero tendría que ser motivo de inmenso peso para admitir tanto riesgo de perversión y tampoco condice con la sinceridad que merece le atribuyamos hasta prueba en contrario. Quedó sólo en pie la última afirmación, que para él el Motu Proprio sea parte bueno, parte malo.                       

                        Siendo así no es injusto ni arbitrario plantear la pregunta:

                        ¿Cuál sería la parte buena del Motu Proprio del Cardenal Ratzinger (Benedicto XVI)?                       

                        El Motu Proprio:

                        *Afirma que la Misa de siempre nunca perdió su derecho (art. 1 del M. Proprio)

                        - Si no lo perdió, entonces, ¿En qué consiste la concesión?

                        - Más vale concede lo concedido (concedido por San Pío V a perpetuidad y sin restricciones en su Bula Quo Primum tempore). Entonces no hay novedad, no concede nada. 

                        * Concede poniendo condiciones que antes no había:

                        · Reconocer la ortodoxia y sacralidad del rito nuevo de la misa

                        · El rito nuevo sería el rito ordinario de la Iglesia latina (Motu Proprio, art.1 y  Carta, a los Obispos del 7 de julio del 2007 en su 3er párrafo)

                        · El rito tradicional sería sólo extraordinario

                        · Puede celebrar el  rito tradicional  si  acepta celebrar el  nuevo (Carta citada)  

                        * Concede a veces, (en semana, una por domingo) restringiendo lo que afirma ser un derecho vigente que no tenía restricciones.

                        * Concede pero no en Semana Santa (= restringe)

                        * Concede diciendo que difícilmente se pondrá en práctica (Carta citada, 5to párrafo)

                        * Concede a todo sacerdote canónicamente idóneo, que es lo contrario del  caso (para la injusticia del  nuevo derecho conciliar) de casi todos los sacerdotes tradicionalistas, salvo los ya juramentados con Roma.

                        * Concede en la práctica a los sacerdotes inciertos de la misa nueva, de cuya ordenación se puede dudar, no concede a los sacerdotes ciertos e indudables de la Tradición.

                        Repetimos la pregunta: ¿Cual es la parte buena?

                        En Moral una condición mala (de malo) vicia la acción. En otro escrito pusimos el ejemplo del esposo que, infiel, deja a su legitima esposa para juntarse con otra; apenado, propone a su esposa: "Mira, reconoce a mi segunda, tenla por legítima, deja que tus hijos le digan "Mamá" y  yo te recibo nuevamente, te acepto si la aceptas y le das todas las prerrogativas que son tuyas, ella será " mi esposa" y tú "la primera". Así, la ilegítima es la misa nueva, no la de siempre. Para el Motu Proprio la ordinaria, la legal, la principal y de pleno derecho es la misa nueva; la de siempre es sólo extraordinaria y condicionada; condicionada a admitir que la misa nueva es santa (sacralidad) y buena (ortodoxia). 

                        El Motu Proprio no da nada, restringe lo que ya se tenía y pone condiciones malas (de malo). 

                        ¿Por qué no se lo dice así? ¿No se lo cree?  Y si  es bueno ¿Cuál   es su bondad? ¿Dar bien por mal? 

            Admite S. Excia. al menos, que el Motu Proprio utiliza un doble lenguaje "a veces en favor del  catolicismo, a veces en favor del conciliarismo", agregando allí mismo: "Pero ¿Qué podíamos esperar de parte de aquel que podríamos calificar de Papa Dual? Benedicto XVI, como Paulo VI y Juan Pablo II antes, no se da cuenta que él  cree en dos religiones contradictorias simultáneamente. A menos que suceda un milagro, Benedicto XVI pensará así hasta su muerte. Eso sí es aflictivo, bastante aflictivo..." (3er párrafo de su comentario).

                        Si bien entendemos, Papas duales serían estos (Benedicto XVI, Juan Pablo II, Paulo VI) que creen, simultáneamente en dos religiones contradictorias sin darse cuenta.

                        Miremos primero el atributo: "Bastante aflictivo (literal: afligente, en francés: assez afligeant).

                        ¿Es “bastante aflictivo” o es pavoroso que un Papa “sirva a dos religiones contradictorias”? ¿Se puede servir a dos señores antagónicos y opuestos? ¿No es traicionar al verdadero Dios servir a otro? ¿No es servir a otro servir a otra religión distinta de la querida por Dios? ¿Vibra la voz del Pastor ante esa traición o se vuelve tierna de golpe para llamarla suavemente "aflictiva"?

                        Cabe entonces preguntarse, porque es el caso planteado, si dicha dualidad es moralmente posible ya que teológicamente es absurda.

                        Teológicamente, para el Dogma, es evidente y clarísimo que dos religiones contradictorias no pueden aceptarse a la vez. Así por ejemplo fue imposible ser católico y arriano a la vez, o Jesucristo es Dios y de la misma naturaleza y substancia que el Padre o es creatura. Fue imposible ser católico y ser luterano a la vez, o me salvan la Fe y las obras o sólo la Fe sin las obras aunque esté lleno de pecados y perversiones. Fue imposible ser católico y nestoriano creyendo con toda el alma a María Santísima Madre de Dios o, contrariamente, Madre sólo de un gran hombre.

                        Servir a la verdadera Religión es servir a la verdadera Fe ya que la Religión es la expresión práctica de la Fe que se profesa, más aún, Religión determinada y querida por Dios en sus aspectos esenciales y fundamentales (Misa, Sacramentos, capacidad real de la Santa Iglesia para determinar lo accidental, salvos los elementos esenciales)

                        Vayamos a las distinciones lógicas que siempre agradaron a S. Excelencia.

                        Dice Mons. Williamson que estos Papas “duales" sirven simultáneamente a dos religiones contradictorias.

                        Dos cosas son contradictorias cuando no pueden ser verdaderas ni falsas a la vez. Recordemos aquellas clases de Lógica Formal:

                        Se trata de la oposición de afirmaciones o cosas.

       

                        Se trata de la oposición de afirmaciones o cosas

                        Dice el  Padre Josephus Gredt, benedictino, en su libro Elementa Philosophiae, Herder, Friburgo 1932, t. 1, no. 48: "La máxima de todas es la oposición contradictoria tanto en las proposiciones como en las cosas. La oposición contradictoria absolutamente y por todos los modos destruye a su opuesto ya que no tiene nada en lo cual pueda convenir (concordar) con el otro... En lo contradictorio la negación de uno es tal, pura y absolutamente, que quita toda conveniencia con su extremo (opuesto)”

                        Aplicadas al  Dogma estas distinciones es clarísimo que dos religiones contradictorias no pueden ser verdaderas a la vez. Esto es patente al teólogo y al  laico, al  sabio y al que nó; es evidente al sentido común.

                        Teológicamente entonces es absurdo.

                        ¿Puede darse moralmente esa dualidad de servir dos religiones contradictorias?

                        Dice Mons. Williamson: "Benedicto XVI, como Paulo VI y Juan Pablo II antes que él, no advierte que cree en dos religiones contradictorias simultáneamente. A menos que suceda un milagro, Benedicto XVI pensará así hasta su muerte" (3er párrafo del  escrito de Monseñor).

                        "No advierten"... Ya descartamos lo dogmático, esto es moral. La Teología Moral  es clarísima al  hablar de la advertencia necesaria a los pecados, no es el  caso de Monseñor Williamson, quien introduce una nueva   noción ambigua.

                        Para la Teología Moral  católica no se puede pecar sin advertir lo malo de la acción sino fuera malo aún quien no supiera y eso sería muy injusto.

                        Supuesta una acción cuyo objeto es malo ésta sería culpable sólo si  el  hombre, advirtiendo su maldad, aún así la comete.

                        La Santa Iglesia distingue así por sus moralistas:

Apliquemos estas nociones a estos "Papas duales" de quienes habla S. Excia.

                        ¿Cuál es la acción mala? - Servir a dos religiones contradictorias simultáneamente.

                        ¿Cual es su conducta respecto a dicha acción? No advierten.

                        ¿Es eso posible? 0 deberían estar semidormidos o semiconscientes y eso no sucede. Entonces deberían darse cuenta y sería pecado gravísimo servir a dos religiones contradictorias. 0 no se dan cuanta y son inocentes por completo.

                        Sí se dan cuenta y perfectamente. Recordemos las enseñanzas jamás retractadas del Cardenal Ratzinger siendo Prefecto del Santo Oficio en su libro Teoría de los Principios teológicos,  Herder:

                        "Jesucristo pudo ser revelador porque Dios se le reveló" (pag. 141 de dicha obra) (¿No era Dios? ¿Se le reveló Dios a El o El a nosotros?)

                        "Sería una exigencia maximalista que (la Iglesia Romana) occidente, exigiera al oriente (cismáticos griegos) el pleno reconocimiento del Primado de Pedro como fue definido por el Concilio Vaticano I en 1870 (obra cit. pag. 237)

                        "No  hay punto de retorno al Syllabus... Que en modo alguno puede ser la palabra última y definitiva".

                        Ahora bien, no están dormidos ni drogados, advierten la oposición con la doctrina católica de siempre; simplemente no están de acuerdo. Esto no es inadvertencia sino audacia, pertinacia y malicia. Caso contrario habríamos de aceptar la novedosa subdivisión de S. Excia: Que sí es posible una advertencia plena inadvertida. En ese caso, quizás ningún hereje fue tal.

                        Completemos algo más para no dejar en el tintero para más tarde cosas que, dichas cronológicamente después parecerían tintas cargadas contra S. Excia o un nuevo ataque de "los duros y los puros", según expresión de S. Excia.

                        Aquí no es cuestión de ataques sino de doctrina y de lealtad con la Verdad. Un Papa por definición, no puede ser dual creyendo a dos doctrinas contradictorias a la vez. Esa dualidad no existe porque si no creo en la Religión instaurada por Dios no le creo a Dios que la instauró; o no tengo  idea de lo que debe ser un Papa. No sólo no existe sino que es dualidad episcopal decir: “¡El Motu Proprio es del diablo...demos tiempo a la Gracia...recemos por el Papa...Kyrie Eleison!"

                        ¿Qué queda en el tintero?

                        La dualidad. Si hablamos de dualidad debería haber dos elementos por lo menos. Si la dualidad es de la conducta será entonces dualidad moral; aquí es sin embargo, dualidad moral y doctrinal.

                        Toda dualidad moral o doctrinal supone cosas buenas y cosas malas. Las malas las conocemos, basta la historia desde la muerte de S.S. Pío XII hasta la fecha. Queda entonces la otra pregunta, la que no se hace, aunque algunos que contestan dan por supuesta la repuesta afirmativa. ¿Qué han hecho de bueno estos "Pontífices" de la misa nueva? ¿Cuál es la gloria de Dios que han defendido? ¿Cuáles los derechos salvaguardados? ¿Han mantenido incólume la Religión? ¿Han preservado la Gracia en las almas?

                        El mismo patético silencio que parece escucharse será el que haga la Creación toda cuando Dios emita su juicio. Se les dio el primer lugar para que fueran los primeros en servir a Dios, a la Fe y a la Verdad. ¿A quién han servido?

                        Vayamos terminando este penoso artículo, digo penoso porque hablamos de falta de firmeza y de claridad en donde debería haberla. Aún nos quedan dos cosas. La primera: Dice S. Excia. Mons. Williamson: "Ya escucho yo las objeciones de los  puros y los duros".

                        Si Ud. critica al Motu Proprio, o mejor, si  Ud. critica algo dicho por algún miembro de la Fraternidad será "un puro y un duro", como si dichos críticos, encerrados en la burbuja de una teología intransigente miraran desde allí con desdén y desprecio a los que quisieran transigir o a los que no se atrevieran a llamar malo a quien obra el mal, o despreciador de la Verdad a quien siempre enseña los mismos errores.

                        Si "duros y puros" son los que no aceptan las medias tintas ¿Cómo llamaríamos a los de Roma?            La Teología es de suyo intransigente y no puede ser de otra manera, otra cosa es ser injusto o insultante al  señalar lo incorrecto. Es intransigente la Teología como lo es la Doctrina al  ser ambas efecto natural de la Verdad revelada.

                        No es pareja la misericordia que es intransigente con quien quiere ortodoxia y que es benigna con quien enseña la heterodoxia, la impone y quiere darle pleno derecho. El error mantenido y perseverante, pertinaz y consciente, porque sabe que es opuesto a lo anterior, a lo de siempre, a la Tradición, no se diluye en las aguas de la buena intención. Aún, si   no hubiera discernimiento, la buena intención evitaría la culpa pero no el error. Habiendo discernimiento por ser "sacerdotes, obispos, cardenales o Papa" y creciendo aquél con la elevación en la Jerarquía, el error contumaz nunca puede ser sin falta. ¿Cuál es la buena intención si al ver ellos que lo que enseñan se opone a la Tradición, en vez de arrepentirse cambian la noción de Tradición para que no los recrimine la misma.

                        Terminemos.

                        Escenifica S. Excia. aquellos días aciagos del Apocalipsis en que "los católicos se verán, obligados a correr por todas partes buscando sacerdotes para confesarse". "No habrá, dice, suficientes sacerdotes litúrgicamente perfectos de la Fraternidad Sacerdotal  San Pío X disponibles...Es permitido pensar que Dios prepara un cierto número  de sacerdotes, sólo por El  conocidos, fuera de la Fraternidad para esos días dramáticos".  En mérito de los hombres buenos que tratan de ser mejores en el  seno de la Fraternidad Sacerdotal  San Pío X, preferimos obviar el  comentario a los "sacerdotes litúrgicamente perfectos".Si  hiciéramos distinciones parecería otra crítica, si arguyéramos contra dicha perfección, heriríamos los sentimientos de S. Excia.; si lo hiciéramos contra esa solitaria perfección, no por lo buena sinó por lo única y singular, también fuera mirado como un desagradable comentario, todo lo cual de poco serviría.

                        Sí sirve quizás, preguntarse si en aquellos espantosos momentos del Apocalipsis que Dios mismo deberá abreviar para que no se pierdan los buenos ¿Serán sacerdotes "litúrgicamente perfectos" o varones virtuosos los que Dios necesitará? La perfecta liturgia no salva a nadie por sí misma. Son las disposiciones internas, el desapego de sí y las virtudes cristianas hechas vida las que forjarán a aquellos apóstoles que deberán asistir, llegado el caso, al último compás de la historia,

                        Claro está, que la Misa sea la de Dios y no otra, pero también sea de Dios el celebrante "no vaya a ser que habiendo predicado a otros venga a ser reprobado"(1era. Cor. 9, 27)

                        Dios haga a los malos buenos y a los buenos mejores. Conviértanse los malos, pero no digamos que los malos son buenos.

                                      ¡Ave María Purísima!

                                                + Mons. Andrés Morello.                                                                            

                                                          12 de noviembre del 2007; editado 28 de diciembre del 2007.

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