En Castellano
RECONOCIMIENTO DE LOS PADRES DE CAMPOS POR LA SANTA SEDE
REFLEXIONES "INTRA MUROS"
1) " EL PROBLEMA QUE NOS PREOCUPA" (Mons. Marcel Lefebvre):
El hecho de no ser reconocido como católico, estar de cierto modo separado de la jerarquía, aún que sea por estado de necesidad, debe constituir para todo buen católico un estado anormal, temporal, un problema que preocupa, del cual debe procurar salir cuanto antes en la medida de las posibilidades y sentirse feliz con la posibilidad de llegar al fin de tal anormalidad.
Así era el pensamiento de Mons. Marcel Lefebvre, cuando, en las conversaciones trabadas con la Santa Sede en 1988, escribía al Cardenal Ratzinger:
"Habiendo podido acompañar los trabajos de la Comisión encargada de preparar una solución aceptable para el problema que nos preocupa, parece que, con la gracia de Dios, nos dirigimos hacia un acuerdo, del que quedamos muy felices" (carta de 15/4/1988 - cf. Fideliter - le dossier complet).
Por tanto, sentirse satisfecho con la separación, quedar contento y tranquilo con la anormalidad, no quedar preocupado con el problema, no querer de modo alguno llegar a un entendimiento, rechazar a priori toda tentativa de acuerdo, no es un buen espíritu ni un sentimiento católico, del cual nos da ejemplo Mons. Marcel Lefebvre.
Y es bueno notar la fecha: 1988, dos años después del "encuentro de Asís", un año después del "encuentro de Kyoto" y un año después de la respuesta a las "dubia" de Mons. Lefebvre. No había ocurrido ninguna "conversión" de las autoridades en la ocasión. Y, a pesar de eso, Mons. Lefebvre, preocupado con el problema, procuraba un acuerdo, y se decía feliz con que se realizara.
2) " LA CUESTIÓN DE LA VISIBILIDAD DE LA IGLESIA ES DEMASIADO IMPORTANTE PARA SU EXISTENCIA..." (Mons. Marcel Lefebvre):
La Iglesia Católica no es una sociedad espiritual invisible, compuesta sólo por aquellos que tienen la verdadera Fe. Eso sería un concepto protestante de Iglesia, condenado por el Magisterio de la Iglesia (cf. Herves, Manuale Theologiae Dogmaticae, de Ecclesia Christi, n. 332). La Teología Católica enseña que la Iglesia es visible en cuanto sociedad jerárquica, con unidad de Fe y de Gobierno.
"La visibilidad de la Iglesia consiste en su organización externa, manifiesta a todas las miradas, organización a la cual deben pertenecer todos los fieles por el vínculo visible de la misma fe, externamente profesada, por el vínculo de la misma obediencia común a una autoridad visible y por el vínculo de la participación de los mismos sacramentos instituidos por Cristo; es el elemento visible de la Iglesia" (Diccionario de Teología Católica - D.T.C., v. Eglise. Col 2144).
Es lo que enseña el Papa Pío XII: "Están, pues, en error peligroso aquellos que juzgan poder unirse a Cristo Cabeza de la Iglesia, sin adherir fielmente a su Vicario en la tierra. Suprimida la Cabeza visible y quebrados los vínculos visibles de la unidad, obscurecen y deforman de tal manera el Cuerpo místico del Redentor, que no puede ser visto ni encontrado por cuantos demandan el puerto de la eterna salvación" (Encíclica Mystici Corporis, n. 36).
El Concilio Vaticano I definió que el Papa es el "perpetuo principio y fundamento visible de la unidad de la Iglesia" (Denz-Scho 3051), anatematizando a quien dijese que San Pedro no tendría perpetuos sucesores en el primado sobre toda la Iglesia (Denz-Sho 3058). Repitiendo siempre esa doctrina, Mons. Antonio de Castro Mayer enseñaba: "El Papa es el jefe de la Iglesia y, como tal, la señal y la causa de la unidad visible de la sociedad sobrenatural, internamente dirigida y vivificada por el Espíritu Santo" (Instrucción Pastoral sobre la Iglesia, 2/3/1965, cap. II).
Así pensaba Mons. Marcel Lefebvre: "La cuestión de la visibilidad de la Iglesia es demasiado importante para su existencia para que Dios pueda omitirla durante décadas" (in Mons. Lefebvre y la Sede Romana, Roma Aeterna, n. 112, pag. 5).
3) "NI HEREJES NI CISMÁTICOS: ESA DEBE SER NUESTRA ACTITUD EN LA CRISIS ACTUAL" (Mons. Marcel Lefebvre):
Esa es la actitud de equilibrio que debemos tener en la crisis actual por que pasa la Santa Iglesia. Ni seremos herejes, es decir, no adherimos a los errores ya condenados por el Magisterio de la Iglesia, especialmente el modernismo, el falso ecumenismo, el indiferentismo religioso, etc.; ni tampoco seremos cismáticos, es decir, separándonos de la unidad de gobierno de la Iglesia. Y si por necesidad, hubiera una situación de separación, que sea temporal y, durante ella, mantendremos siempre el vivo deseo de normalización, sin alimentar jamás el espíritu de cisma.
Y el Magisterio de la Iglesia (León XIII - Satis Cognitum) nos enseña que la unidad de régimen o de gobierno es tan necesaria cuanto la unidad de Fe.
Es lo que enseñaba Mons. Lefebvre: "Prefiero partir del principio de que se tiene que defender nuestra fe... Si alguien ataca nuestra fe, decimos: no! Mas de aquí a decir en seguida que, porque alguien ataca nuestra fe, es hereje, luego no es más autoridad, luego sus actos no tienen ningún valor... Cuidado, cuidado, cuidado!... No nos metamos en un círculo infernal del cual no sabremos cómo salir. En esta actitud existe un verdadero peligro de cisma... Queremos permanecer adheridos a Roma, al sucesor de Pedro, pero rechazamos su liberalismo por fidelidad a sus antecesores...Por eso, lejos de rechazar las oraciones por el Papa, aumentamos nuestros rezos y suplicamos para que el Espíritu Santo lo ilumine y lo fortalezca en el sustento y defensa de la fe... Por eso jamás me negué a ir a Roma a su llamado o al llamado de sus representantes. La verdad debe afirmarse en Roma más que en cualquier otro lugar. Pertenece a Dios quien la hará triunfar... Creo necesario hacer esas precisiones para permanecer dentro del espíritu de la Iglesia... (in Mons. Lefebvre y la Sede Romana, Roma Aeterna n.112, pág. 5 e 6,).
Mons. Marcel Lefebvre conocía la condena de las proposiciones de Wiclef y de Juan Huss, herejes predecesores del protestantismo, que afirmaban que un papa malo pierde la autoridad sobre los fieles (Cfr. Denz.-Scho 1158 y 1222), proposiciones condenadas como no católicas (Denz,-Scho 1251).
Además, es un dogma de la Fe católica: "Declaramos, decimos y definimos ser totalmente necesario para la salvación que todos los hombres se sometan al Romano Pontífice" (Bonifácio VIII, Bula Unam Sanctam, Dz-Sh 875).
Y el P. Franz Schmidberger, primer sucesor de Mons. Lefebvre en la Fraternidad San Pío X, hablando de las actuales tratativas con la Santa Sede, explanó "la importancia de mantener contactos con Roma para no caer en una mentalidad cismática" (conferencia en los EEUU, apud Newsletter of SSPX in the UK, Agosto-Septiembre de 2001-Editorial).
4) "QUIEN OS DESPRECIA, A MI ME DESPRECIA" (Jesús a los Apóstoles y sucesores - Lc. 10,16). Respeto por las autoridades de la Iglesia.
San Ignacio de Loyola, en sus Ejercicios Espirituales, en la 10a Regla para sentir con la Iglesia, enseña que debemos estar más prontos para alabar las directrices y comportamiento de nuestros superiores que para criticarlos. Y que, inclusive cuando no son buenos, hablar contra ellos, en público o en conversaciones, originaría más críticas y escándalo que provecho. Desprestigiaría la autoridad. Puede ser útil hablar a las personas que pueden remediar el mal.
Así, Mons. Fellay, en entrevista a la revista "30 DIAS", a la afirmación del periodista: "Seamos realistas. Es realmente difícil que Roma pueda decir: erramos con el Concilio Vaticano II", respondió: "Usted tiene razón: precisamos ser realistas. No esperamos que el Vaticano efectúe un gran mea culpa, diciendo cosas del tipo: 'Promulgamos una falsa misa'. No queremos que la autoridad de la Iglesia sea aún más disminuida. Ya lo fue bastante: ahora llega..."
5) "CUIDADO CON LAS EXPRESIONES 'DOS ROMAS', 'DOS IGLESIAS' (Pe. Michel Simoulin, Fraternidad San Pío X).
"Las expresiones "dos Romas", "dos Iglesias", sólo son justas dentro de los limites de la analogía: si se les fuerza el sentido, pueden tornarse fuente de confusiones y generar un maniqueísmo, en el cual se pierde el sentido de la Iglesia, a fe en su divinidad y el simple sentido de lo sobrenatural" (Pe. Michel Simoulin, superior del Distrito de Italia, de la Fraternidad San Pío X, artículo "En la crisis de la Iglesia, un poco de romanidad verdadera", in Conmunicantes, mayo de 2001).
"... Mons. Lefebvre nunca dudó en ir a Roma, o pedir a Roma progresista dejar hacer la experiencia de la Tradición, o pedir el reconocimiento de la Fraternidad y el permiso de consagrar obispos, etc., porque acreditaba que la Iglesia vivía aún en Roma y podía usar de los órganos conciliares para hacer el bien..."
"...¿No debemos ayudarla en eso, si tal posibilidad nos es ofrecida?"
(Pe. Michel Simoulin, ibidem).
Debemos recordar también la condena de los Fraticelli y de su errónea teoría de las dos Iglesias (Denz-Scho 911) condenada como herética e insana (Denz-Scho 916).
Como dice bien el P. Franz Schmidberger, primer sucesor de Mons. Lefebvre y actual primer Asistente de la Fraternidad San Pío X: "Debemos mantener siempre el contacto con Roma, para evitar todo espíritu de cisma" (Conferencia en los EEUU.).
6) "ES SUBVERSION HERETICA, POR DESCONFIANZA DE LAJERARQUIA, SEGUIR HABITUALMENTE ALGUIEN, NO MIEMBRO DE LA JERARQUIA, COMO PORTAVOZ Y ARBITRO DE LA ORTODOXIA" (Mons. Antonio de Castro Mayer, obispo diocesano de Campos):
Hablando de otro asunto, Mons. Antonio de Castro Mayer nos da los principios que pueden servir de advertencia en el presente caso: "Hoy hay, dolorosamente, otras marcas de herejía. ¡Como esa que va en busca de un Profeta, a quien seguir, bajo el pretexto de que toda la jerarquía falló! En el caso de que toda la jerarquía viniese a fallar, sería la palabra de Jesucristo que habría fallado, pues el Divino Salvador confió a la jerarquía el gobierno y la dirección de su Iglesia hasta el fin de los siglos y, más, su Asistencia para que ella no fallase" (Monitor Campista, 26/1/1986).
Lo mismo dice San Roberto Belarmino: "Si todos los Obispos errasen, toda la Iglesia erraría, pues el pueblo esta obligado a seguir a sus Pastores, como dice Jesús en S. Lucas 10,16: 'Quien vos oye, a mi me oye' y San Mateo 23,3: ‘Haced todo cuanto os dijeren’." (Liber III Cap. XIV De Ecclesia Militante).
7) "LA SOLUCIÓN PODRÁ SER POR ETAPAS, MISMO EN UNA SITUACION UN POCO HÍBRIDA, DE PARÓQUIAS PERSONALES RECONOCIDAS AL LADO DE LAS PAROQUIAS ACTUALES" (Mons. Marcel Lefebvre).
Mons. Lefebvre aceptaba que la solución podría venir por etapas: ''Es posible que un día los Obispos conscientes de su cargo acaben por decir: 'Está bien, esta parroquia queda reconocida de ahora en adelante'; mismo, tal vez, en una situación un poco híbrida, yo diría, en el sentido de que ellos dirían: 'las parroquias actuales continúan con lo que ellas han hecho antes hoy, pero reconocemos esta parroquia personal para todas las personas que quieran ir allá y frecuentar e ir a los sacerdotes, los reconocemos también'. Esto sería tal vez una solución... yo diría... una etapa, tal vez, yo no conozco el futuro... Pero es posible. En todo caso, es preciso estar en esas disposiciones y no en una disposición de ruptura ni en una disposición de oposición por oposición, de oposición a la Iglesia, por nada de este mundo." (Mons. Marcel Lefebvre - Ecône, 3/3/1977- Conf. DICI n. 7, 11/5/2201 - pag. 17).
En entrevista a la revista "30 Días", a la pregunta :"Entonces, ¿qué es lo que el Vaticano podría hacer, concretamente, para reanudar las relaciones con ustedes?", Mons. Fellay respondió : "En los pasajes prácticos, sobre como hacer para resolver los problemas, la sabiduría y la habilidad de Roma son grandísimas. Por tanto puede encontrar las fórmulas adecuadas".
Y sobre la propuesta de la Administración Apostólica, Mons. Fellay comentó: "Esta es una propuesta extraordinaria, y si Roma quisiera una verdadera reforma, ese es el camino que sería necesario tomar..." (entrevista a El Pacto, n. 56, etes 2001 - Cf. DICI n. 16 - 13/7/2001).
8) "DEIJADNOS HACER LA EXPERIENCIA DE LA TRADICIÓN" (Mons. Marcel Lefebvre a el Papa).
A veces, en las tratativas de reconciliación, es necesario usar el argumento "ad homini", esto es, usar palabras y evocar principios que son aceptados por los interlocutores, para que en buena lógica ellos saquen buenas conclusiones, sin querer con eso significar que adoptamos aquellos puntos de vista.
Así Mons. Lefebvre pedía hasta que le dejasen la tradición en nombre del pluralismo actual, entre las muchas "experiencias" actuales: "El Papa Juan Pablo II..., en ocasión de la audiencia que me concedió en Noviembre de 1979, parecía bastante dispuesto, después una conversación prolongada, a dejar la libertad de escogencia en la liturgia, a dejarme hacer, al fin de cuentas, lo que yo solicito desde el comienzo: entre todas las experiencias que son efectuadas en la Iglesia, 'la experiencia de la tradición'" (Mons. Marcel Lefebvre, 1984, en Carta abierta a los católicos perplejos, XX). Eso no quiere decir que Mons. Lefebvre concordase con todas las "experiencias que son efectuadas en la Iglesia".
9) "TODO TIENE SU TIEMPO... TIEMPO DE CALLAR Y TIEMPO DE HABLAR"( Ecle 3, 1 e 7).
Jesús vivió en tiempo en que la esclavitud era común en la sociedad. La esclavitud es un mal. Y Jesús no habló ni siquiera una vez contra la esclavitud. Eso provocaría una disolución social. Pero Jesús colocó las bases, - las virtudes cristianas de justicia, humildad y caridad, - que, con la penetración del cristianismo en la sociedad, hicieron abolir la esclavitud. A veces es necesario esperar el momento oportuno. Es preciso observar las circunstancias y la capacidad de recepción de la crítica. Y a veces el combate positivo es más fructuoso que el negativo.
Así la Fraternidad San Pío X, al conseguir usar las Basílicas Romanas en el Jubileo del año 2000, no aprovecho los micrófonos para hablar contra los errores actuales de la llamada Roma modernista. Y los padres de la Fraternidad, organizadores del jubileo, pidieron a los sacerdotes que fuesen a hablar en las Basílicas, que bajasen el tono y no hablasen duramente contra las autoridades. Y Mons. Fellay, al pasar por las Portas Santas, no protestó por el hecho de que el Papa las hubiera abierto acompañado de representantes de otras religiones. Y el mismo Mons. Fellay, al hablar desde los micrófonos de las Basílicas, uso de un tono bien moderado y no criticó a la Iglesia Conciliar, a pesar de ser allí una oportunidad única. Lo mismo aconteció cuando celebró la Misa en la Basílica de Santa María Mayor. Sólo son las personas de mal espíritu las que imaginarían que él falló en la profesión de Fe al proceder así. "Todo tiene su tiempo".
10) "NO JUZGUEIS Y NO SEREIS JUZGADOS, NO CONDENEIS Y NO SEREIS CONDENADOS" (Jesús en Lc. 6,37). "NO JUZGUEIS ANTES DE TIEMPO" ( San Pablo en 1 Cor 4,5).
"Todas las cosas aparecen amarillas a los ojos de los afectados por ictericia... La malicia del juicio temerario, de un modo semejante a esta enfermedad, hace aparecer todo malo a los ojos de los que están afectados por ella... Si una acción tuviese cien aspectos diferentes, deberíamos encararla únicamente por el lado mejor..." (S. Francisco de Sales, Filotea, III, 27).
Y "quien quita injustamente la buena fama a su prójimo, además del pecado que comete, está obligado a la restitución..." (idem, ibidem III,28).
11) "UNA GOLONDRINA NO HACE LA PRIMAVERA, PERO PUEDE CONTRIBUIR PARA ESO": (P. Michel Beaumont, de la Fraternidad San Pío X, sobre el elogio que El Papa actual hizo del Misal romano tradicional, llamado de San Pío V, y sobre las buenas observaciones del Cardenal Ratzinger sobre la Liturgia):
"Delante de un muro hostil, toda brecha es bienvenida. Ella manifiesta al menos que el combate no es inútil. Una golondrina acaba de atravesar el cielo. Ella no es la primavera, no reemplaza la primavera de la Iglesia, que deseamos de todo corazón, y para la cual trabajamos de nuestra parte. Pero una golondrina anuncia la primavera, ella puede pues dar fuerza y coraje para esperarla" (Pe. Michel Beaumont - Cfr. http://www.le-conbat-catholique.con/).
Es en esa línea de pensamiento que muy bien dice Mons. Fellay: "Si hubiese una oportunidad, una sola, de que los contactos con Roma puedan hacer volver un poco más de Tradición a la Iglesia, pienso que debemos aprovechar la ocasión" (Mons. Fellay, Fideliter, n. 140, p.7).
Por eso el P. Pierre-Marie Laurençon, superior del Distrito de Francia, de la Fraternidad San Pío X, contó como una gran victoria para la Tradición el hecho de que los fieles tradicionalistas hubieran conseguido la celebración de la Misa de San Pío V, por primera vez en 20 años, en la Basílica (moderna) subterránea de San Pío X, en el Santuario de Lourdes, en la peregrinación del 28 de octubre de 2001. "¡Fue tal vez EL milagro de Lourdes para el año 2001! Nuestros fieles, en todo caso, no podrán más criticarnos de "contentarnos con migajas", dejando a las autoridades de Lourdes confinarnos en una sala periférica del santuario para nuestras ceremonias!... ¿No debemos interpretar esta bella victoria como una señal de esperanza para el retorno de Roma a su Tradición? " (Carta a los amigos y bienhechores, Enero de 2002).
12) "CREO EN LA POSSIBILIDAD DE UN ACUERDO PRACTICO Y EN LA TOTAL INUTILIDAD DE DISCUCIONES DOCTRINALES EN EL MOMENTO ACTUAL" (P. Philipe Laguerie, Fraternidad San Pío X):
"Es mi conclusión - sorprendente, tal vez: creo en la posibilidad de un acuerdo práctico y en la inutilidad total de las discusiones doctrinales en la hora presente...Se pierde el tiempo - y tal vez la propia alma - con esas discusiones que no llegan nunca a una conclusión, por el motivo evidente de que ellas no tienen la menor problemática común. ¿Eso quiere decir que estoy contra todo acuerdo? No, por el contrario. Si un acuerdo doctrinal sólo será posible dentro de 20 o 30 años, eso no es una razón para renunciar al acuerdo..." (DICI n. 8, 18/5/2001, pag.12 –boletín de información oficial de la FSSPX-).
La Fraternidad San Pío X pidió al Cardenal de París una iglesia para que sus fieles pudiesen visitar por el jubileo del año 2000. Les cedieron la iglesia de San Sulpício, en la cual los fieles rezaron, conducidos por los padres de la Fraternidad, siendo recibidos por el párroco local que les dirigió palabras de acogida. Fue un acuerdo práctico, fructuoso, sin haber sido resuelta la cuestión doctrinaria.
Así también la misma Fraternidad San Pío X, en ocasión de la Peregrinación a Roma por Jubileo del año 2000, hizo un acuerdo práctico con el Vaticano, en el sentido de que les fuese permitida la entrada en las basílicas. El Vaticano les cedió la entrada en las Basílicas, el uso de los micrófonos por los Obispos, pero no les permitió la Misa. Fue un acuerdo práctico, no totalmente satisfactorio pues no fue permitida la Santa Misa tradicional, pero que tuvo muchos frutos, aunque sin haber sido resuelta la cuestión doctrinaria.
13) "EL CASO DE LA FRATERNIDAD SAN PÍO X ES DIFERENTE DEL CASO DE LA DIOCESIS DE CAMPOS. NO SE DEBE LIGAR EL CASO DE CAMPOS A LA FRATERNIDAD" (Mons. Marcel Lefebvre):
Dios, en la actual crisis de la Iglesia, quiso suscitar dos obispos fieles que resistiesen al actual modernismo, de modo peculiar, con sus características propias: Mons. Marcel Lefebvre, un obispo misionero, para un apostolado más universal, y Mons. Antonio de Castro Mayer, un obispo diocesano, para un apostolado más en el estilo diocesano. Así deberían continuar sus hijos en el sacerdocio, unidos en la misma doctrina pero por caminos propios. Esa era la opinión de Mons. Antonio de Castro Mayer, con la cual concordaba Mons. Lefebvre, que así le escribió sobre el problema de una eventual consagración: "El caso de la Fraternidad Sacerdotal San Pío X se presenta de modo diferente del caso de la Diócesis de Campos. Me parece que el caso de la Diócesis de Campos es más simple, más clásico... Es por eso que, a mi modo de ver, no se debe ligar el caso de Campos a la Fraternidad... Los casos deben ser bien separados. Eso no es sin importancia para la opinión pública y para la Roma actual. La Fraternidad no debe ser envuelta y deja toda la responsabilidad, legítima por lo demás, a los padres y a los fieles de Campos... Es mi opinión; pienso que ella se apoya sobre las leyes fundamentales del derecho eclesiástico y sobre la Tradición...".
14) "SI EL PAPA ME LLAMA, YO CORRO. POR OBEDIENCIA" (Mons. Fellay):
"Si el Papa me llama, yo voy, además yo corro. Esto es cierto. Por obediencia. Por filial respeto para con el jefe de la Iglesia" (Mons. Bernard Fellay, superior general de la Fraternidad San Pío X, entrevista revista "30 Días", septiembre de 2000).
"Queremos permanecer adheridos a Roma, al sucesor de Pedro... Por eso jamás rechazaré ir a Roma a su llamado o al llamado de sus representantes" (Mons. Marcel Lefebvre).
"La preocupación con nuestra unidad y con nuestra preservación no nos debe hacer olvidar nuestra obligación de servir a la Iglesia" (Mons. Fellay, Fideliter, n. 140. p. 7).
15) "ET NOS CREDIDIMUS CARITATI" (Lema de Mons. Marcel Lefebvre):
"Seamos herederos de su caridad... Los miembros de la Fraternidad fácilmente podríamos ser tentados a conformarnos con lo que tenemos. ¿Para qué más, si estamos bien? Conservamos nuestros pocos fieles... Yo saldría corriendo si alguien viniese a ofrecerme la parroquia de La Reja... Pero tengamos cuidado de no esconder el dinero que nos fue dado sin dejarlo fructificar, porque será quitado. Sí, hoy lo digo especialmente por los contactos que tuvo la Fraternidad con Roma. ¡Claro que asustan! Estamos bien, ¿para qué queremos más?! Pero no es por nosotros, es por tantos prójimos los cuales no podemos olvidar sin traicionar el impulso de caridad que Dios colocó en el corazón de nuestro fundador" (Padre Alvaro Calderón, Fraternidad San Pío X, sermón del día 25 de marzo de 2001).
16) "...MAESTRO, ... NOSOTROS LE PROHIBIMOS, PORQUE NO ANDA CON NOSOTROS. JESÚS RESPONDIO: NO LO PROHIBAIS, PUES QUIEN NO ESTA CONTRA VOSOTROS, ESTÁ A FAVOR VUESTRO" (JESÚS en Lc 9,49-50):
Comentario: "El Señor previene a los Apóstoles, y después de ellos a todos los cristianos, contra el exclusivismo y el espíritu de partido único en la tarea apostólica, que se expresa en el falso refrán: "El bien, si no lo hago yo, ya no es bien". Por el contrario, debemos asimilar esta enseñanza de Cristo, porque el bien es bien, aunque que yo no lo haga" (Biblia Sagrada, ediciones Theologica Braga). (cf Phil 1, 15-18).
Esa es la apertura de visión que tenía Mons. Marcel Lefebvre, al ver ventaja para la Iglesia ante las "misas del indulto", las cuales fueron concedidas, según él, bajo condiciones inaceptables: "Pero ese primer gesto - recemos para que haya otros de esa especie - saca la sospecha indebidamente lanzada sobre la misa y libera las consciencias de los católicos perplejos que aún dudaban en asistir a ella" ( Mons. Marcel Lefebvre - Carta abierta a los católicos perplejos, XX).
Así también Mons. Bernard Fellay, en conferencia en Campos en Noviembre de 2000, relató a nuestros fieles, con alegría, que la misa tradicional es celebrada en cerca de cien diócesis de los Estados Unidos. "Misas del Indulto", en su gran mayoría, promovidas por otros grupos tradicionales diferentes de la Fraternidad San Pío X.
También Mons. Lefebvre, en carta a los padres del Distrito de Francia, decía: "Me parece que debemos ir sobretodo a donde se nos llama y no dar la impresión de que tenemos una jurisdicción universal, ni una jurisdicción sobre un país o una región. Sería basar nuestro apostolado sobre una base falsa e ilusoria. Por eso, igualmente, si otros sacerdotes satisfacen normalmente las necesidades de los fieles, no tenemos por que inmiscuirnos en su apostolado, pero sí nos alegramos de que haya otros sacerdotes católicos que se levantan para salvar las almas" (27/4/1987).
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Ni todas esas consideraciones deben necesariamente ser tomadas al pié de la letra, debiendo ser adaptadas a las diversas circunstancias, pero demuestran bien el "sensus romanus" , el buen espíritu católico, que animaba a los santos y a Mons. Marcel Lefebvre y Mons. Antonio de Castro Mayer. Que sus hijos en el sacerdocio guarden el mismo espíritu.
"ET NOS CREDIDIMUS CARITATI" (Lema de Mons. Marcel Lefebvre).
"IPSA CONTERET" (Lema de Mons. Antonio de Castro Mayer).
"In principiis unitas, in dubiis libertas, in omnibus caritas" (S. Agustín).
Para quien tiene senso Católico y espíritu Romano, pocas explicaciones bastan, para quien no los tienen, ninguna explicación es posible.
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