El nombre de María
El nombre hebreo de María se traduce por Domina en
latín; el Angel le da,
por tanto, el título de Señora (SAN PEDRO CRISÓLOGO,
Sermón sobre la
Anunciación de la B. Virgen
María, 142).
Estas palabras, el Señor es contigo, son
las más excelsas que se le
podían haber dicho. Con razón, pues, el Angel
reverencia a la Virgen, por ser
Madre del Señor, y Señora por tanto. Y le es muy propio el
nombre de María,
que en siríaco quiere decir «Señora» (SANTO TOMÁS, Sobre
el Avemaría, 1.
c., p. 183).
Y el nombre de la Virgen era María.
Digamos también acerca de
este nombre, que significa «estrella del mar» y se adapta
a la Virgen Madre con
la mayor proporción. (SAN BERNARDO, Hom.
sobre la Virgen Madre, 2).
Porque sólo Ella conjuró la maldición,
trajo la bendición y abrió la
puerta del paraíso. Por este motivo le va el nombre de
«María», que significa
«estrella
del mar»; como la estrella del mar orienta a puerto a los navegantes,
María dirige a los cristianos
a la gloria (SANTO TOMÁS, Sobre el
Avemaría, 1. c., p. 185).
Con razón se la llama «María», que
quiere decir «iluminada»: El
Señor llenará tu alma de
resplandores (Is 58, 11), y significa además
«iluminadora
de otros», por referencia al mundo entero; y se la compara a la
luna y al sol (SANTO TOMAS, Sobre el Avemaría, 1. c., 182).
La palabra María significa en hebreo
estrella del mar, y en siríaco
Señora. Y con razón, porque
mereció llevar en sus entrañas al Señor del mundo
y a la luz perenne de los siglos (SAN BEDA, en Catena Aurea, vol.
V, p. 36).