MAURRAS

 

"Quien no está con migo, está contra mi" (Mt. XII, 30).

 

Comentario  de lectura

                                              

I  - Introducción

 

Yves Chiron, autor de una de las pocas biografias de Maurras, afirma que "Même chez nombre d'historiens de l'Action Française ou d'analystes de sa pensée, la personnalité de Maurras semble méconnue, incomprise" (Yves Chiron, La vie de Maurras, Perrin, Paris, 1991, p. 9).

Si esto es así entre los especialistas franceses, ¿cuál no será el desconocimiento de Maurras entre los brasileros? Sin pretender escribir un trabajo exhaustivo sobre Maurras -bien lejos de eso- deseamos dar apenas un breve comentario, que permita a brasileros, (y latinoamericanos) desconocedores de los meandros de la Historia contemporánea de Francia, formarse una opinión sobre Maurras en relación al Catolicismo. Juzgamos importante tener algunas informaciones sobre el pensador de la Action Française, porque, para ciertos derechistas franceses, criticar Maurras parece pecado mayor que criticar un Papa o atacar un santo canonizado. No dispusimos de muchas fuentes para elaborar este comentario. Procuramos leer y citar, casi sólo, autores no sospechosos o favorables a Maurras. Una sola, de las obras que consultamos, es de un autor sospechoso por sus ideas favorables al Movimiento Litúrgico de Dom Lambert Beauduin, que tanto mal hizo a la Iglesia. Ese autor, el P. Doncoeur, defiende la posición de Pío XI contra la AF, pero de su obra retiramos sólo algunas pocas posiciones claramente contrarias al jefe de la AF, y que nos parecieron pertinentes, así como varias citas que hace de los libros de M. Infelizmente, es difícil encontrar en Brasil las obras completas del autor que focalizamos, y que sería absolutamente necesario consultar, caso tuviésemos la pretensión de escribir un trabajo más completo. Fuimos, pues, obligados, infelizmente, a hacer citas de Maurras con base en esos autores que pudimos consultar.

 

            Las obras que servirán de base para nuestro comentario son: 1  - Yves  Chiron,   LA VIE  DE  MAURRAS, Perrin,  Paris, 1991. El autor muestra simpatía por su biografiado.  Abreviaremos su citación con la sigla YC y número de página.

2 - Lucien Thomas, L'ACTION FRANÇAISE DEVANT L'ÉGLISE, Nouvelles  Éditions Latines, Paris, 1965. El autor perteneció a la A.F. y permaneció fiel a Maurras. Abrev. : LT.

3 - Jean de Fabrègues, CHARLES MAURRAS, Perrin, Paris, 1966. El autor fue secretario de Maurras durante cierto tiempo. Abrev. : JF.

4 - Pierre Boutang, MAURRAS, LA DESTINÉE ET L'OEUVRE, Plon, Paris, 1984. Este autor fue el más fiel discípulo de Maurras. Abrev. : PB.

5 - Charles Maurras, MES IDÉES POLITIQUES, Fayard,  Paris, 1937.

Abrev. : MIP.

6 - P. Doncoeur y otros, POURQUOI ROME A PARLÉ, Ed. Spes, Paris, 27. Abrev. : PRP. Como ya observamos, citamos este autor con reservas, viendo que ha sido favorable a la revolución litúrgica desencadenada por Dom Beauduin que llegó a producir la Misa Nueva de Pablo VI.

 

           

 

II   -  Datos biográficos.

 

               Charles Maurras nació en Martigues, en Provença, el día 20 de abril de 1868.

 Era hijo de Jean Joseph Aristide Maurras y de Marie Garnier, 25 años más joven que él. El matrimonio tuvo tres hijos: Romain, el primogénito, que murió  con dos años, y Joseph, más joven que Charles. El papá era liberal en cuanto la mamá era legitimista y católica.

            Cuando M. tenía dos años, Francia fue aplastada por Prusia y, en consecuencia, Bismarck proclamó el Imperio alemán en Versalles (1870). M. decía que su antigermanismo radical había comenzado ahí. El padre de M. murió en 1874, cuando él tenía seis años incompletos. El pequeño M. fue acólito y se decía extasiado por el canto gregoriano. A los ocho años, M. leyó la Odisea, iniciando su pasión por la cultura griega. En 1876, la mamá de M. se trasladó para Aix-en-Provence, para que pudiese estudiar en el Colegio del “Sacré Coeur”.

            Fue ahí que M. conoció al Abbé Penon, que sería su consejero durante toda su vida. Ese padre, políticamente liberal, guiará sus primeros estudios y continuará manteniendo correspondencia con M., inclusive después que perdiera la fe.

En el colegio, M. fue un alumno destacado. Detestaba el inglés, que consideraba una lengua bárbara. Un trazo revela el carácter orgulloso del niño: al saber que de un punto, en una recta, sólo se podía levantar una única perpendicular y no más que una, quedó contrariado, porque veía en eso una violación de su libertad (YC, 30).

            Fue a los 14 años, en 1882, que M. fue tocado por la sordera. Esa desgracia lo obligó a dejar de frecuentar la escuela. El Abbé Penon se dispuso a darle clases particulares, que M. aprovechó bien. Entretanto, la enfermedad hundió al jovencito en profunda depresión y rebelión. Prácticamente, se confrontó con el problema del mal, que lo atormentaría durante toda la vida y que lo llevará a no comprender porqué Dios permite el mal físico o moral. Su estado de rebelión era tan grande, en ese tiempo, que hizo, por pura rabia, a su mamá cortar una fila de viejos y altos cipreses que ornamentaban el jardín de su residencia de Martigues. Ningún tratamiento consiguió vencer su sordera. Se apeló a la homeopatía....que, evidentemente no tuvo ningún efecto.

            En  depresión, leyó a Pascal, lo que le hizo mucho mal: "Pascal, lu de bonne heure, avant quinze ans, déposa en moi un germe que je peux appeler pré-kantien et qui fut  le principe de mes premières mises en question métaphysiques et religieuses. Je songe à des pensées comme celle-ci: "notre âme est jetée dans le corps; elle y trouve nombre, temps, dimension". Ce n'est certes pas ce qui emporte la position: c'est ce qui ouvrit la brèche". (YC, 46). 

            Como se ve, era un pensamiento claramente tendiente a la Gnosis: considerar que el alma es lanzada en la materia, la cual está sometida al número, al tiempo y a la dimensión, y que es esto lo que explica el mal, es una idea típicamente gnóstica.

            Era natural que un pensamiento tan errado condujese a un jovencito en depresión al suicidio. M. intentó ahorcarse con una corbata, pero se rompió. No fue esa la única vez que M. intentó matarse. Adulto y líder derechista, preparó meticulosamente su suicidio a causa de una decepción amorosa adulterina.

            Tratando de esa primera tentativa de suicídio en su adolecencia, M. sexagenário escribió: "[...] sa longue existence n'accepta jamais l'injustice de la surdité! à cause d'elle, il tenta d'en finir, mais la corde se rompit aussitôt: miraculé!" (YC, 47).

            Aún cincuenta años después de ese hecho, M. escribió dos libros en que los héroes escogen el suicidio como "solución" última para su situación espiritual e intelectual. Es preciso notar que uno de esos libros (Le mont de Saturne) fue escrito en el final de la vida de M., cuando estaba en pleno proceso de "conversión".

 

                                   III -       Crisis  moral,  religiosa  y   metafísica

 

            Aislado del mundo y de los otros por la sordera, el jovencito M. se entregó febrilmente a las lecturas. Que el Abbé Penon no controló o no dirigió bien. M. entonces leyó a Zola, los autores jansenistas, el ateo Sainte-Beuve. La Filosofía se tornó la pasión de M. Leyó, en ese tiempo, a Santo Tomás y a los filósofos idealistas alemanes. Se deleitaba con la Suma Teológica, pero entonces escribió: "Saint Thomas ne satisfait pas toujours, il ne répond pas à la grandissime question, la seule qui me passionne, savoir: la réalité objective de nos idées" (YC, 54).

            Respecto del filósofo tan cotizado por la Derecha francesa, -el gnóstico martinista Joseph de Maistre- M. escribió que era  "un farceur (...)  de mauvaise foi” (YC, 54-55). Maurras dixit.          

             En 1885, M. con su familia, pasó a residir en Paris. En ese mismo año fue reprobado en su "Baccalauréat". Fue entonces que escribió sus primeros artículos para diarios y revistas. Firmó algunos artículos como pseudónimo anagramático y amargo de R. Amarus, lo que hacía trasparecer bien su estado psicológico. Sus primeros artículos sobre filosofía atraerían la atención y el apoyo de Mons. D'Hulst, engañado por las simpatías tomistas expresadas por M. En verdad, lo que escribía al Abbé Penon, en ese tiempo, mostraba que su tomismo ya era muy relativo:

             "Cette année je lis beaucoup moins de philosophie que l'an dernier, mais j'y réfléchis peut-être davantage. Mais plus je m'y applique, plus je vois s'évanouir les formes de l'être, et l'être même, et le monde, en phantasmagories" (YC, 61).

            Leyó a Renan, que va a ser uno de sus maestros... Mantuvo contactos con Blondel, cuya tesis sobre "La Acción" va a influir tanto ya sea en la herejía modernista cuanto en el pensamiento político del siglo  XX. Al rededor de 1890, M. se declaró agnóstico. Se encaminaba directamente al nihilismo, y la no solución del problema del mal lo llevó de la pasión por la filosofía al desprecio de la Metafísica.

            Entretanto, ese agnosticismo anti-metafísico, al cual le repugnaba un Dios misericordioso y providencial, que permite el mal físico y moral, no impidió a M. adherir a la... ¡Quiromancia!!!  Incredulidad y superstición siempre andarán juntas...

            "En effet, ce n'est pas seulement la chiromancie que pratiqua le M. de ces années troubles, mais aussi la graphologie, et il s'intéressa de près aux sciences occultes. En témoignent quelques livres conservés dans sa bibliothèque du Chemin de Paradis, notamment le TRAITÉ MÉTHODIQUE DE SCIENCES OCCULTES, de Papus, de plus de mille pages" (YC, 69). M. platicó la lectura de las líneas de las manos y creía que la mano era espejo del alma.

            "Le jeune Charles pratiqua la lecture des lignes de la main et l'interprétation des écritures dans les salons amis fréquentés par sa mère. Ce qui fut, au départ, don d'intuition et sens de la psychologie dut s'enrichir à la lecture des divers ouvrages, notamment le gros volume Chiromancie Nouvelle d'Adolphe Desbarolles. Les configurations de la paume de la main ou l'écriture lui apparurent (et lui apparurent toujours) [frisamos el toujours] comme des miroirs "de l'âme et de l'esprit". Interrogé sur ces sujets par une revue spécialisée, en 1907, M. conviendra que la chiromancie fournit des "données indiscutables sur le caractère plutôt que des révélations sur l'avenir. C'est une véritable "architecture psychologique qui est gravée dans la main: telle ligne pourra être rapportée au "coeur". Un "mont de la lune" développé révèlera aptitudes au rêve ou à l'imagination, le "mont de mars", un esprit batailleur" (YC, 69).

            Tal fue el talento quiromántico revelado por M. que un amigo le propuso comprarle "un cabinet de chiromancie et de graphologie" (YC, 70). M. no aceptó porque se interesaba más por la literatura... Yves Chiron afirma que M. se apartó pronto del ocultismo. Sin abandonar, claro está, la creencia  que mantuvo - toujours  - en la quiromancia.

            No se diga que esa tendencia hacia la superstición desapareció con la madurez del racionalista agnóstico que M. siempre fue. En los últimos años de su vida, aún se impresionaba con las coincidencias numerológicas entre sus números de prisionero en Riom y en Claraval.

            "Son goût ancien pour la numérologie était comblé: "[...] j'ai eu de l'avancement, écrivit-il à sa nièce, mon numéro d'écrou est aujourd'hui 8321, mais rends-toi compte ! La somme de ce chiffre est la même que celle de 2048, de 14 qui est 7x2 comme la somme des lettres de mon prénom et de notre nom! Et l'on dira que les existences ne sont pas réglées par les nombres des cieux! Il est vrai que l'on ne tient compte que des cas positifs, car les autres sont innombrables" (YC, 471). ¿Ironía o superstición mantenida?

            La crisis espiritual de M. prosiguió. Al Abbé Penon, le escribió en ese tiempo, diciendo: "Ma métaphysique intérieure aboutit au pessimisme noir et gris teinté de vagues roses par l'art libérateur" (YC, 83). Y aún: "Je ne crois pas aux faits. Les idées importent seules" (YC, 91).

            Sobre los Evangelios, confesó entonces al Abbé Penon que su relato "n'est pas assez fort pour triompher de mon agnosticisme. Il est vrai que je suis toujours  profondément catholique en sociologie" (YC, 91).

            Además, de ese profundo "sociologismo católico" era también profundamente  adepto de... ¡Augusto Comte  y del Positivismo!

            Es claro que tal confusión mental debería conducir a la Gnosis. El M. de esa época escribió: "Le fait est que je ne puis croire entièrement ni au bien ni au mal. Il est au moins deux dieux, voila la ce dont je suis certain". (YC, 113).

            En esos años de juventud, M. escribió frases impías y blasfemas que irían a causarle muchos trastornos, en el futuro, cuando su política lo aproximaría a los católicos. Hasta hoy, los partidarios de M. argumentan que tales frases fueron pecados de juventud y que no corresponden al pensamiento madurado de M.. El hecho es que, si él no los escribió más, -y hasta lamentó algunos - jamás los renegó o condenó.

             Por ejemplo, su libro Chemin du  Paradis, que fue puesto en el Index en 1926, fue considerado  por el padre Jules Pierre, en 1914,  como "vitriol de Schoppenhauer et de Nietzsche versé dans l'ordure du marquis de Sade" (YC, 111). Cuando M. se aproximó políticamente a la Iglesia, reeditó ese libro, expurgando de él algunos pasajes más chocantes para los católicos, pero sin jamás condenarlos expresamente.

            Se acostumbra defender a M. diciendo que las citas que se hacen de frases, escritas en la juventud, no tienen en cuenta la evolución de su pensamiento. De hecho, en su larga vida M. cambió en algunos puntos.

            Se confesó sólo al morir, y quiera Dios haya obtenido el perdón divino. También dejó de atacar blasfemamente los Evangelios y el Magnificat. Veremos que cambió un tanto - apenas un tanto - delante del socialismo. Cambió también algo frente a la Metafísica.

            Vimos que la Filosofía fue la pasión juvenil de M. Leyó de todo. Perdió primero la fe en Dios y en la Iglesia. Perdió después la confianza en la Criteriología, para, finalmente, odiar la propia Metafísica. Ya no tenía certezas.

 

IV  - El vuelo de los goélands.

 

            "Ce qui attend l'homme lucide, ce n'est donc d'abord qu'une incertitude "infinie" que chantent avec force les vols des goélands "qui ne font que tourner en cercles inutiles (...)" (JF, 250. Esa imagen de M. sobre el vuelo circular de los pájaros goélands revela bien su crisis criteriológica y de fe. La no aceptación de su desgracia física lo llevó a repudiar a Dios. Desde entonces, volteó en círculos. Hombre lúcido que jamás supo elevarse hasta el Sol de la Verdad -Dios- M. fijó su blanco en objetivos terrenos, naturales: la Razón, la Nación, la Política, Francia, Sobre todo Francia. Ambiguamente corregiría lo que decimos: "Sobre todo, en "Antes de todo". "Antes de todo no es sobre todo". En concreto, él que se declaraba agnóstico, subordinó el sol de la Iglesia al servicio de sus objetivos nacionalistas. En otras palabras, hizo de cosas creadas valores absolutos; la "Ciudad", la “Razón", el "Orden”, la "Nación", tomaron el lugar de Dios y de la Iglesia.

            Tenemos certeza de que bastan estas líneas introductorias para causar la indignación de los "maurrasianos", que, incontinenti, clamarán por injusticia, deshonestidad intelectual o por incomprensión. Esta reacción de los fieles de M. es característica: ellos lo tratan como si fuese un santo o un profeta que habla inherentemente en nombre de Dios. Para ellos, la palabra de M., siempre ambigua y evasiva, susceptible por tanto de varias interpretaciones, esconde en sus obras, el sentido verdadero de las palabras de M., que, como las palabras de la Revelación, no pueden ser criticadas. En consecuencia, todo juicio, aún que levemente crítico contra M., genera polémicas enormes que giran inútil e infinitamente -como los goélands- sobre el significado exacto y objetivo de los oráculos del "profeta” y de lo que realmente quiso decir.

            ¿Qué quiso decir M.? ¿Cómo entendía él tal término? Y los textos dan dos significados diferentes, y hasta opuestos, se acumulan, jamás llegándose a una conclusión de lo que el autor de Anthinéa quería hacer entender. Lo que es tanto más extraño, cuanto más se reconoce que era un hombre muy lúcido.

            Partidarios, discípulos y amigos de M. se quejan de que se le atribuyen ideas que jamás defendió y que ni siquiera tuvo:

            "On lui prête des idées qu'il n'a jamais eues. On le fait partisan de politiques ou de régimes qu’il a combattus toute sa vie. Et quand on imprime une prétendue citation de ses oeuvres, il y a gros à parier que c’est un contre-sens". (Pierre Gaxotte, secretário de M., Préface a la obra de M. "Mes idées politiques”,  Fayard, Paris, 1937, p. 11).

            M. escribió que "un homme qui n'aurait que des idées claires serait assurément un sot" (JF., 91). Ahora, tener ideas claras y saber expresarlas con claridad es propio del hombre inteligente. Tener ideas confusas o expresarlas sin claridad es propio del tonto. Pero, quien es lúcido y se expresa ambiguamente, no pode ser tachado de tonto y sí de "furbo"-de muy astuto- pues es claro que pretende engañar. Maurras era bien inteligente, pero muy poco claro. Y engañó -y continúa engañando- a muchos.

             Creemos que tantas discusiones surgidas a respecto del real significado del pensamiento de M. nacen:

            1 - De su negación a admitir que tenía una doctrina;

            2 - de la ambigüedad de sus textos y expresiones;

            3 - de su desprecio por la metafísica;

            4 - de su deseo de - antes que todo - hacer política: "politique d'abord".                 

 

V- La ambigüedad de Maurras.

 

            No somos nosotros quienes constatamos la ambigüedad de M. Ella es reconocida hasta por sus mayores defensores.

            "Avant d'accuser M. de faire de la Cité un absolu, il faudrait donc mesurer ce qu'il a expressément voulu signifier. Mais les formules les plus significatives du CATHÉCHISME D’ACTION FRANÇAISE portent la marque paradoxale d'une ambiguïté continue. La devise "Politique d'abord", cent fois expliquée, et dont Maritain a encore montré, dans son premier texte sur M., qu'elle avait un sens recevable dans l'ordre des moyens, a son sens, mais l'équivoque y subsiste. Et plus encore les formules de la Déclaration de la Ligue d`Action Française: "Un vrai nationaliste place la patrie avant tout" et il la défend "par tous les moyens" (JF, 336). Y nótese que, en ese tiempo, Maritain era amigo de M. y simpatizante de la Action Française.

            ¿La patria arriba de todo? M. protestaría que no dice "arriba de todo". Dice "antes de todo". ¿Antes de Dios? ¿Antes de la Iglesia? ¿Antes de la verdad, de la ley y de la justicia?

           ¿Y será lícito defender la patria por todos los medios? ¿Por acaso también en la defensa de la patria, no están los medios subordinados a la Moral? ¿O el fin -defensa de la patria- está sobre, o debe ser antepuesto al Bien y a la Justicia?

             Se ve bien, por esas afirmaciones citadas, como el nacionalismo de M. puede fácilmente ser confundido con el nacionalismo fascista o nazi, y por qué algunos maurrassianos acabaron por hacerse colaboracionistas de los "boches” de Hitler,  ocupadores de Francia.

            "Mais si l'équivoque a toujours habité ces formules, plus encore va- t-elle éclater dans un temps où c'est du mot de nationalisme que se parent les systèmes du type fasciste et plus encore l'hitlérisme lui-même"(JF, 336). Todo el pensamiento de M. sufrió de esa ambigüedad. Y, para defenderse  de ella, recurrió al sofisma. Argumentando contra los que lo acusaban de inmoralismo al querer que la patria fuese defendida "por todos los medios", respondió, citando varios documentos pontificitos, en los cuales los Papas recomiendan a los católicos que usen "todos los medios" para difundir el catolicismo... Creemos que no es preciso mostrar que defender la patria por todos los medios, y difundir la fe católica por todos los medios, no son cosas iguales.

            ¿Cuál es la doctrina de M.? ¿Qué pensaba? ¿Cuál era su sistema? Pocos podrán responder claramente en esas cuestiones, porque el propio M. no las respondía  clara y sistemáticamente. Durante largo tiempo, se negó a admitir que tenía una doctrina.

            "Mais toujours il s'est refusé a la donner de ce qu'on a appelé sa "doctrine" (lui-même proscrivait le mot qui lui semblait impliquer quelque chose de scolaire, de formel, de figé) un exposé méthodique, sa méthode était de partir de faits de l'événement quotidien, de les commenter à la lumière de la raison, de s'élever alors à des vérités générales. Rien de moins dogmatique" (Pierre Gaxotte, prefacio citado, p. 13).

            Nada menos dogmático. Nada más vago o fluido. Es claro que ese rechazo a presentar una doctrina de modo sistemático, permitió a M. un largo espacio para maniobrar políticamente, agradando desde los anarquistas y socialistas hasta los monarquistas legitimistas. Lo difícil es comprender como esa fluidez dogmática se puede conciliar con el dogmatismo católico. Como los católicos -hombres de las certezas y de los dogmas explícitos y claros- pudieron seguir a revoque de un pensador que se negaba a decir cuál era su doctrina.

            Es tenido como el jefe de uno de los más ardorosos movimientos apoyado por los católicos en el siglo XX, y personalmente fue incrédulo hasta el umbral de la muerte. Se presentaba como defensor de la Iglesia, y expresaba su admiración por el paganismo. Se proclamaba romano, porque era humano...

Admiraba la Iglesia, pero blasfemara contra el Cristo hebreo -y no se retractó de esa y de otras expresiones blasfemas, del modo que sería necesario- y quiso subvertir el Magnificat (adelante veremos los textos).

                 Atacaba al Hitlerismo, pero era profundamente anti-semita. De un anti-semitismo de Estado y no de piel o de raza, como hacía cuestión de distinguir. Era anti-judío, nacionalista y defensor de un socialismo nacional. Y hasta hoy se discute: ¿fue M. un colaboracionista del ocupante nazista de Francia, o no? ¿Su anti-germanismo superó su anti-democratismo, impidiéndolo adherir totalmente al nazismo, o no?

            Condenó y elogió al fascismo y a Musolini, cuyos métodos de violencia utilizó. Se oponía a la barbarie comunista, pero consideraba que el peor mal del siglo XX no era el comunismo sino la Democracia, a punto de afirmar que un comunismo no democrático sería más aceptable que la Democracia.

            Se afirmaba profundamente monarquista, y defendió la restauración del trono como la única solución política para Francia, pero... llegó a preconizar para ella una monarquía socialista. Fue monarquista, sí, pero... sindicalista... Fue monarquista sí, pero... anti-aristocrático.

            Defendía la supremacía de la Razón, pero admitía la Quiromancia y la Numerología, la pasión, y la toma del poder por la fuerza. Pretendía defender la lógica, la coherencia y la supremacía del pensamiento, pero tenía fobia de la Metafísica y de la teoría pura.

            Criticó duramente al Romanticismo, pero admiraba y decoraba a Lamartine, Musset y Hugo. Era contrario al amor romántico, pero se quedaba, a la noche, en la calle, frente a la casa de una mujer, mamá de tres hijos, por la cual estaba apasionado e hizo una poesía sobre ese tema. Además, ese no fue el único amor adulterino de M., el "anti-romántico".

            Fue esa ambigüedad del positivista M. que permitió reunir en la ACTION FRANÇAISE (AF) católicos y ateos, monarquistas y socialistas, aristócratas y anarquistas, nobles y proletarios, tradicionalistas y sillonistas, positivistas, tomistas y bergsonianos, etc. "Politique d'abord..."

            Y la olla política de M. tuvo boca tan larga que por ella pasaron ingredientes de todos los tamaños y de todas las naturalezas... Con esto, la AF se volvió una "bouillabaisse" heterogénea y envenenada. Es debido a esa ambigüedad doctrinaria que es posible acusar a M. de muchos errores y, al mismo tiempo, defenderlo como paladín de verdades opuestas a esos mismos errores. Es de esta ambigüedad que nace la perplejidad del lector no apasionado por M. Era tan ambiguo que lo acusaron de emplear sistemáticamente un lenguaje cifrado. M. utilizaba terminología católica, pero dándole un sentido diferente del normal.

            El P. Doncoeur escribió que M. y los positivistas ateos de la AF "ne donnent pas aux mots  le même  sens [que los católicos] et qu'ils évoluent dans des ordres differents. Les mots, les formules sont les mêmes. Le positivisme emprunte au catholique tout son  discours et reproduit à s'y méprendre les gestes du fidèle. La concordance sera poussée scrupuleusement jusqu’au moindre détail, et cependant l'incroyance demeurera rigoureuse. Inconséquence? Incohérence?  Pure feinte? Nullement. Mais l'équivoque au sens technique du mot. L'on emploiera bien les mêmes mots, mais il est impossible  qu'on leur "suppose" le même sens; cet usage du discours à deux clés idéologiques constitue  un véritable système de double écriture" (PRP, 35).

            ¿Habrá sido esta una acusación  exagerada de un Padre enemigo de M. cuyas ideas liturgicistas lo hacen sospechoso? ¿Clamarán los actuales defensores de M. por sacrilegio?

            Consideren, sin embargo, antes, lo que el propio M. escribió. Al republicar Anthinéa, en 1912, M. expurgó de ella algunas frases, y explicó que lo hacía porque "le sens caché [del texto] dans un trop subtil filigrane devenait susceptible de scandaliser sans raison le public...la nouvelle édition substituant (quand ce fut utile) au langage chiffré la rédaction en clair... Le livre ne pouvait devenir orthodoxe mais était dégagé de l'aspect de volonté agressive qu'il pouvait revêtir antérieurement pour les yeux inhabiles"   (CM., L'AF et la religion catholique, pp 136-137, apud PRP, 36).

            Es la ambigüedad de M. llevada hasta a la criptografía que causa tantas polémicas.  Después de leer sus capítulos, el lector está obligado a releerlos, y se pregunta: ¿Al final, cuál es la posición del autor? ¿Qué quiso decir realmente? ¿Al final, qué defendió realmente M.? Hasta hoy causa perplejidad y polémicas envenenadas. No queremos ni el equívoco, ni el lenguaje cifrado. Ni el veneno.

 

           

 VI - Desprecio por la Metafísica.

 

            Tout est relatif, voila la le seul principe absolu (C.  Maurras)

 

            Esta es una de las causas más importantes de los errores de M, así como de la confusión respecto de su real pensamiento:

            "Nous ne sommes pas métaphysiciens, proclame-t-il" (JF, 129).

            M., discípulo de Augusto Comte, tenía desprecio por la Metafísica.

"Et pourtant ce mot de métaphysique, il apparait dans le vocabulaire de Maurras, ainsi que celui de moral comme synonyme de mauvais, imprécis, irrationnel, non soumis à l’ordre qui est celui des vies humaines, étranger au réel connaissable" (JF,165).

            "Alors, comment établir une doctrine de la société, si la société est liée à l'essence de l'homme, et si l'on professe ne rien savoir de cette essence? Aussi Maurras répond-t-il qu'il ne propose point une doctrine, mais des leçons de l'expérience, d'une expérience faite de longtemps, de toujours" (JF, 129).

            Ahora, esa substitución de la Metafísica por la experiencia social es, de hecho, la aplicación de la lección del Positivismo de Comte, que colocó la Sociología en el lugar de la Metafísica. ¿Es de extrañar, entonces, que M., -gran admirador y seguidor del fundador del Positivismo- afirmase una igualdad de valor entre Augusto Comte y Aristóteles? ¿El lector cree que exageramos y que M. no llegó a  ese absurdo?

 

            "En philosophie, Comte est aux yeux de Maurras ce que fut Aristote" (JF, 75). El positivismo de M. va tan lejos que considera que no sólo el ser del hombre es inalcanzable por la Razón, sino Dios y el propio ser tampoco pueden ser objeto del conocimiento real humano. M. es, -hasta cierto punto,  se puede decir- un nihilista.

           En un texto inédito -La merveille du monde-, analizado por el principal discípulo de M., Pierre Boutang, éste pregunta:

"Pourquoi? Pourquoi rien? Les six premières [conclusions] affirment l'impossibilité (il a d'abord été écrit difficulté) du Dieu unique comme de la dualité divine des manichéens; l'aboutissement est "qu'il faut être nihiliste en métaphysique". L'intérêt de Maurras pour le nihilisme n'a jamais faibli" (PB, 117). Y ese mismo insospechable autor comenta que "Nihil est égale a la ne hilum, même pas le hile, le point noir au haut de la fève, par où celle-ci reçoit les sucs de la terre...Autant dire que ce "rien" est tout, promesse ou condition de tout, et que le nihilisme a des chances de contenir non une simple désespérance, mais un désir forcené qu'il y ait de l'être. Ce serait une analogie entre Maurras et Heidegger qu'il n'a pas connu: le philosophe allemand a noté que lorsqu'il parlait de néant, cela voulait dire être, et que cette singularité, méconnue lors de ses premières traductions en Français, n'avait été devinée qu'au Japon. Nous allons prendre conscience, avec “La merveille du monde”, que le nihilisme y est terriblement fécond, et que son adoption philosophique mène au "réisme" le plus décidé pour tout le reste" (PB, 118). Y un poco adelante PB confirma la objetividad de su análisis del nihilismo de M., citando una frase de él: "le néant signifie peut-être le Tout” et cela confirme notre analyse de nihil" (PB, 118).

            Bien curioso análisis que, so pretexto de inocentar al nihilismo maurrasiano lo liga al del existencialista -y por tanto gnóstico- Heidegger. Y, para los que considerasen errada la clasificación de Heidegger como gnóstico, recomendamos la lectura de la obra de  Hans Jonas (Cf Hans Jonas,”Gnosticisme, existencialisme et nihilisme”, epílogo de la obra del mismo autor “La Religion Gnostique”, Flammarion, Paris, 1978, pp. 417 - 442). Y esta aproximación analógica entre el nihilismo gnóstico-existencialista de Heidegger y el de M. nos permite subrayar los trazos gnósticos -porque dialécticos- entre nada y todo, hecho por Maurras, así como la repulsa por la Metafísica y por el ser, elementos típicos de una estructura de pensamiento gnóstico. Nótese que no estamos afirmando que todo el sistema de M. es gnóstico. Subrayamos apenas que algunas de sus tesis son gnósticas. ¿Es de extrañar, entonces, que M. concluya que si es preciso ser nihilista en el Orden Metafísico, es preciso también ser maniqueo en arte? Es lo que constata PB, el fiel discípulo de M.: "Seulement, comme il assurait au départ qu'il faut être nihiliste en métaphysique, et malgré l'unité de la Beauté et de sa Loi, il pose qu'il faut être "manichéen" en Art, l'art étant "incliné "sur le mal et radieux dans le Bien" (PB, 124). Y las comillas de la palabra  "manichéen" poco salvan la afirmación.

            La ambigüedad de M. exige que citemos otro texto: "Et quand Barrès se dit "nihiliste", Maurras répond tout au contraire: "J'ai le sentiment [y nótese la palabra "sentimiento" en un autor que pretendía combatir el Romanticismo, acusándolo de colocar el sentimiento, como guía, sobre la Razón] qu'il y a, peu de chose, mais enfin quelque chose". Que de profondeur, métaphysique, ontologique, dans cet “il y a”, dans cette affirmation de l'être comme senti". (JF 169 El subrayado es de JF). ¡Que Romanticismo! ¡Que hedor de Gnosis Modernista en este "être comme senti", ¡decimos nosotros!

            Este rechazo de la  Metafísica y el nihilismo de M. -en que pese a su sentimiento de que, en el fondo, hay alguna cosa, aunque sea "peu de chose"- explican algunas de sus afirmaciones sorprendentemente bergsonianas, y, por tanto, claramente gnósticas, por negadoras del ser.

            "Et Maurras a -en 1901- cette remarque qui nous étonnera beaucoup sous sa plume: "Nous ne savons jamais avec exactitude où nous en sommes, et cela pour une  raison assez fine: nous ne sommes pas" (JF, 119).

            "¡Nous ne sommes pas"!!! Esto es, no somos, ¡no existimos!!! Para un líder de católicos derechistas, es realmente demasiado, aún que esto haya sido escrito en 1901!

           Y JF comenta así esta declaración anti-ontológica: "Et quoi! Cette note bergsonienne, cet "éléatisme", cet "évolutionnisme” chez Maurras? Oui. Et il [M.] insiste: "Non, nous ne sommes pas. Du moins cette partie de nous-mêmes dont nous notons les variations et les aventures manque tout à fait de stabilité et de permanence. Elle échappe aussi, comme tout ce qui manque d`être, à de fermes définitions. Nous sommes non des êtres mesurables, définissables, mais des forces en continuelle transformation". Ainsi parle ce Maurras qu'on tient pour l'homme du "tout fait", l'apologiste d'une notion de l'homme purement statique et fermée sur elle-même. Le vocabulaire même nous enseigne: "comme tout ce qui manque d'être". Le philosophe catholique, thomiste, entend bien ce que cela signifie: Dieu seul est, et toute sa création n'est que participation a la cet être. Sur cela, on le sait, Maurras ne se prononce pas, mais ce qu'il constate est dans cet axe: nous manquons d'être et nous sommes "en continuelle  transformation" (JF, 119).

            La tentativa de tornar tomista la afirmación de que "nosotros no somos" nos parece más que forzada. No salva el "nihilismo" de M., ni su tesis de que estamos "en continua transformación", que es claramente heracliana y bergsoniana. Por tanto, gnóstica. No tenemos duda, aunque, que los actuales defensores de M. procurarán defenderlo diciendo que estas frases de M. son de 1901... Querríamos saber cuándo, después de 1901, las renegó.

            ¿De dónde provenía el nihilismo y el gnosticismo de esas tesis del joven M.? "Le désespoir métaphysique qui n'avait pas cessé d'habiter la grande âme solitaire (...)” de Maurras (JF, 348) provenía de su incomprensión y revelión delante del problema del mal. Exactamente el problema que está en el origen de toda Gnosis. El problema del por qué del mal en el mundo  -del mal físico o moral-  se hizo agudo para el espíritu de M. debido a la sordera que lo acometió en la adolescencia.

            "(...) le jeune C. Maurras ruminait à longueur de journées certains problèmes philosophiques qui l'obsédaient et le faisaient retomber dans les ténèbres. Ces problèmes, c'étaient le problème du mal, le problème de la Providence, ceux-là mêmes qui l'échardent dans sa chair, le mal physique, sa privation mystérieuse, qui se posaient à son esprit et dont il se sentait accablé” (JF, 394). Con la cuestión del mal se ponía a M. la pregunta: "Comment y trouver la marque du Dieu bon?” (JF, 394). "Alors, comment accepter l'idée que le mal est au coeur même des choses belles, que le péché s'y enracine, et surtout qu'un Dieu qui ne saurait être que Bon et Bien y a soumis ses créatures, plus: les tente avec lui?” (JF, 395). Aún en el final de su vida M. decía: "Je n'arrivais à comprendre comment Dieu qui est le Souverain Bien peut tolérer le mal". (JF, 410-411). Por eso, M. hasta las vísperas de su muerte no rezaba el Padrenuestro, porque no comprendía y no aceptaba la petición "ne nos inducas in tentationem" (JF, 395).  

            "Aussi le dernier mot du Pater sera-t-il presque jusqu'à la fin le scandale de Maurras: "Ne nous induit pas en tentation". Il se demandait si ces mots n'étaient pas "un vestige du premier jansénisme, ou Paulinien, ou augustinien". Ce qu'il nommait "la lèpre sémite", c`était cela: l'idée d'une salissure du monde, d'une souillure de sa beauté." (JF, 395).

            En esas frases de M. citadas por JF -y frases dichas poco antes de morir- se revela un rechazo orgulloso de que el hombre pueda ser tentado, y de que en el mundo haya males. Se revela aún una creencia soberbia y pagana en la perfección absoluta del hombre y del mundo. Hay en M., un rechazo orgulloso de las imperfecciones. Su repulsa por la "salissure" de la naturaleza hiede fuertemente a Gnosis. En la realidad, M. se niega a aceptar dos cosas: 1-el pecado original; 2-la propia contingencia del ser creado.

            Vistas estas cosas, se comprende que M. haya constatado que en el hombre hay "la mélancolie de ne pas être Dieu" (JF, 35). "Au désir d'être Dieu qui habite les hommes, voici donc la première réponse: nous ne sommes pas des dieux. C'est déchirant, mais  c'est vérité" (JF, 36).

            Es curioso encontrar en M. la idea de que el hombre lamenta no ser Dios, idea que Lutero expresó en las tesis que presentó en 4-IX-1517:

"De ninguna manera es válida la sentencia: el hombre puede querer, por su naturaleza, que Dios sea Dios. En realidad, preferiría que él mismo fuese Dios, y que Dios no lo fuese" (Lutero, tesis 17 de las 98 remetidas a Erfurt y Nuremberg, por ocasión de la formatura de Franz Gunther de Nordhausen, apud Gottfried Fitzer,”O que Lutero realmente disse”, Civilización Brasileira, Rio de Enero, 1971, p. 26).

            El nihilismo de M. y su espíritu anti-metafísico, su orgullo, su rechazo a aceptar el mal relativo, su rebelión contra Dios que permite la tentación, el sufrimiento e inclusive el pecado, su melancolía de no ser Dios, provocaron el deseo de la muerte. Ya que el hombre no es Dios, es mejor no vivir. Es mejor no ser. Es lo que escribió en su libro “Chemin de Paradis”, que la Iglesia colocó en el Index: "Il y a, dans tout le  “Chemin de Paradis”, une obsession et comme un véritable appel de la mort: "Je n'eus d'attachement véritable qu'aux lieux où l'on songe en paix à la mort, les églises, les sépultures, les lits de sommeil et d'amour. Ma joie essentielle fut de me sentir qui mourrais" (JF,).

Y, para él, por lo menos durante parte de su vida, además de la muerte, no había nada más. "Ce qui importe au jeune Maurras, c'est de "marquer son nom avant que de mourir", car "espérer l'immortalité ne convient pas au genre humain. Il nous suffit de vivre avec quelque beauté, c'est-à-dire, de prendre une conscience profonde de nos forces et de les montrer" (JF, 382).                                                                                     

¿Es de extrañar entonces que concluyese:"Les problèmes  métaphysiques ne sont résolubles que par la méthode expérimentale qui consiste dans le suicide" (JF, 383)?

            Más tarde, M. cambió un tanto esa posición nihilista y suicida, pero sin llegar a la solución de su problema fundamental. Hablando de sus amigos y discípulos de la Action Française que habían muerto, "Maurras court au-devant de ces poursuivances funèbres”: "je leur parlais, les priais, et les questionnais sur leur sort, sur le mien, ou plutôt sur le lien que la mort n'avait pas pu rompre entre elles et moi. Je mentirais en présentant cet interrogatoire des Ombres comme dérivé ou de curiosité, ou de l'angoisse du problème philosophique et religieux. Il ne s'agissait pas, au reste, de sonder notre avenir d'outre-tombe. Je ne tentais pas d'éclaircir quelle navigation lointaine entreprend le principe secret, l'impalpable souffle de vie (personnel? ou impersonnel?) qui ne me semble pas pouvoir ne pas survivre à notre cendre" (JF, 384).

            Este es un texto de M. en que admite "El impalpable soplo de vida" que existe en nosotros. Admite aún que "el principio secreto" que nos anima sobrevivirá. Pero, manifiesta duda si ese principio secreto es personal o impersonal. Ni M. da mayor importancia a cuál sea el futuro de ese "principio secreto". El apenas admite: "Sûrement, nous ne disparaesons pas tout entier. Quelque chose d'immortel est en nous" (JF, 389-390). Hasta el fin de la vida su creencia permaneció ambígua: "Je n'ai jamais nié le surnaturel, écrit-il à Xavier Valat le 10-9-1952. La difficulté est de savoir où il commence" (JF, 411).

            Agnóstico e incrédulo en el Bien infinito que permite el mal en este mundo, el joven M. decía tener horror de lo infinito (JF, 38). Para él, sólo vale lo finito, lo definido. Sólo hay luz  -luz de la verdad- en lo que es definido. Se niega a entregarse al "sentiment de l'infini": tout est nombré et terminé... définitions certaines et justes confins hors lesquels s'étend un obscène chaos" (JF, 34).

            "L'infini! Le sentiment de l'infini! Rien que ces mots absurdes et ces formes honteuses devraient induire à rétablir la belle notion du fini. Elle est bien la seule sensée. Quel Grec l’a dit? La divinité est un nombre, tout nombre est terminé" (JF, 235).

            Cuando se acusaba a M. de que esos conceptos eran inconciliables con la noción cristiana de Dios, se defendía diciendo que por infinito entendía lo indefinido.

            M. quería atacar la noción de infinito de los románticos alemanes, pero su confusión entre infinito e indefinido es inaceptable. Como es inaceptable su excusa, pues fue un autor que defendía exactamente los conceptos claros y definiciones precisas.

           Por las mismas razones que no aceptaba el infinito, M. tampoco aceptaba la eternidad. "Avoir raison, c'est encore une des manières dont l’homme s'éternise", decía M. (JF, 113).

            "Faute d'avoir trouvé une éternité personnelle, c'est dans la victoire de la raison que M. cherche la durée de quelque chose d'humain; amener la Cité a la une vie raisonnable, c'est assurer cette durée".

            "S'il est vrai, comme l'écrivait M., que les idées ont leur visage, leur plein sens et leur pure beauté à l'heure où elles naissent, nous tenons l'idée maurrassienne à l'état pur. Elle a quelque chose de religieux puisqu'elle se propose une éternisation de l'homme (...) (JF, 113).

            En lugar de la eternidad y de la inmortalidad, M. coloca entonces la duración, la permanencia. “Telle est... la première situation intérieure de M. devant la mort et qui va créer en lui l’obsession de ce qui peut susciter la durée" (JF, 383). "Le monde peut durer, il y a une permanence, celle des lois de l'univers, de l'ordre du monde. Pour la Grèce, "la Mort doit être elle-même avertie que le monde s'est enfin senti et connu sous la forme d'éternité, dans ses rapports invariables, dans ces lois qui ne branlent point" (M. apud  JF,381).

            Para M. entonces, no fue Cristo que venció la Muerte (con M  mayúscula) y nos dio la vida eterna. Fue Grecia que nos dio la "eternidad" humana, que es mera permanencia, simple duración.

            "Qui entre dans l'ordre de l'être échappe à la mort. C'est en ce sens que le fini est précisément ce qui est refusé à la destruction" (JF, 389). "Ce qui dure n'est pas seulement participation à la vie mais participation à l'essence de l'univers" (JF, 381).

             "Mais entre cette permanence de l'être ou des êtres et l'amoureuse puissance d'un Dieu créateur, quel abîme encore! Comment ne pas voir que tout se distingue à peine d'un panthéisme que, pourtant, Maurras  refuse" (JF, 391).

            M. podía decir que rechazaba el panteísmo, e inclusive afirmar que admiraba el valor de Santo Tomás, de San Agustín y de Bossuet, en cuanto defensores de verdades duraderas. Esto no era suficiente para impedir que sus lectores o seguidores sacasen conclusiones panteístas de lo que él escribía.

            En lugar de lo Infinito, lo definido; en lugar de la eternidad, la permanencia, en lugar de la Metafísica, la Física Social constructora de la Ciudad. "Ce que la métaphysique, ce que l'ontologie ne lui donnaient pas, il l'a cherché dans la transmission sociale, dans la tradition des richesses de l'esprit. De là que la vie sociale est, pour lui, devenue majeure: elle lui a, en quelque sorte, tenu lieu d'ontologie, de métaphysique" (JF, 118). "Faute d'avoir trouvé la source métaphysique, Maurras en a cherché les conditions dans la vie des hommes en groupe, dans la cité" (JF, 389).

            La ciudad aspirada por M. sería construida por la aplicación de la  experiencia social consubstanciada en la tradición. Se ve entonces que el propio concepto de tradición maurrassiano está más próximo del positivismo de Comte que del catolicismo.

            Así como M. no conseguía comprender el problema del mal, ni aceptar al Dios que permite la tentación, así también su noción de Ciudad era utópica, en el sentido en que la Utopía es eliminación de todo el  mal social.

            "Il a désiré un monde où le beau ne serait pas marqué de péché, où le temps s'outrepasserait lui-même par des créations perdurables, où le beau, le vrai, le bien comporteraient des cités harmonieuses dans lesquelles "les meilleurs" communiqueraient leurs biens à tous parce que ce Beau, ce Vrai, ce Bien seraient la Loi totalement connue. Oui, c'est de cet univers humain et social sans péché qu'a rêvé Maurras" (JF, 396).

            Esta busqueda de la Ciudad Ideal acabaría por ser un absoluto para M.: "Est-ce donc que, comme son maître Comte, Maurras pense que la société est la fin dernière, l'absolu, puisqu`il n'en est plus d'autre? C'est bien ce que paraît dire la Déclaration de la Ligue d'Action Française quand elle demande qu'un "vrai nationaliste place la patrie  avant tout" (JF, 401).

            ¿Es de espantar, entonces, que ese anti-metafísico hubiese afirmado que: "TOUT EST RELATIF, VOILA LA LE SEUL PRINCIPE ABSOLU"? (C. Maurras, “Romantisme et révolution”, pp 92-93, apud PRP, 68).

            No, ese relativismo radical es contradictorio, por más absurdo que sea, no es de causar espanto en quien rechazaba la Metafísica. Lo que es de espantar, lo que es incomprensible, esto sí, es que ese hombre, hasta hoy, engañe a tantos católicos franceses y hasta a algunos sacerdotes.

 

                       

VII - Maurras y Dios.

 

            Nacido de familia católica, M. muy temprano perdió la fe. Después, la  admiración por el mundo griego lo llevó al paganismo y al agnosticismo. Frutos de esa decadencia espiritual fueron sus frases laudatorias del "Pacer-Caos" así como sus blasfemias contra el Cristo hebreo. Vimos ya que su posición anti-metafísica lo llevó a expresar pensamientos de nítida inclinación gnóstica, como, por ejemplo, la identificación del ser con la nada, y de la nada con el todo.

            "Le néant signifie peut-être le tout" (PB, 118). Y el "peut-être" intercalado en la frase es típico del espíritu ambiguamente resbaladizo de M. Más tarde, se aproximó políticamente al catolicismo, lo que no trajo cambios en su posición delante del problema de la existencia de Dios.

            "Mon amour du catholicisme n'est point aussi extérieur que vous le définissiez. J’en aime l'ordre intellectuel et moral. Mais, dans la sphère du vrai, nulle considération ne peut diminuer dans mon esprit le repos, la satisfaction que me donne l'image du Pater-Chaos d'où s'élancent les hommes et les dieux. Le Beau, la vertu, la grâce, l'ordre me semblent des effets accidentels (et d'autant plus précieux) plutôt que des causes ou des fins" (PB, 322).

            "Dès les premiers mots de la “Merveille du Monde”, le Dieu unique est rejeté" (PB, 124). A pesar de esta afirmación, Pierre Boutang garantiza que M. "ne fut jamás déiste, c'est-à-dire, athée sans franchise" (PB, 124). Entretanto, su posición frente al problema de la existencia de Dios era, cuando mucho pragmática, pues, a lo máximo, le interesaba saber si la idea de Dios era o no benéfica desde el punto de vista político-social. "En  dépit du grand préjugé que l'autorité de Voltaire a fait régner en France, c'est une question de savoir si l'idée de Dieu, du Dieu unique et présent à la conscience, est toujours une idée bienfaisante et politique" (C. Maurras, “Romantisme et Révolution”, p. 273, apud PRP, 122). M. no era deísta, esto es, ateo sin franqueza, nos dice Boutang. ¿Querrá decirnos que M. fue francamente ateo? Esto explicaría porqué discutía o dudaba de que la idea de Dios fuese realmente benéfica y política... Ateísmo o monoteísmo, para M. no era entonces un problema teológico sino político..."Politique d'abord!"

            Ni teísta, ni deísta. Rechazando tanto al Dios único cuanto al Dios, Sumo Bien, que permite el mal y la tentación, M. simpatizaba con la idea del Pater-Chaos, todo-nada, tan parecido con el concepto gnóstico de la divinidad sin nombre. Teniendo en mente esos presupuestos, se hicieron muy curiosas las siguientes afirmaciones del mayor discípulo de M. a respecto de las ideas de su maestro sobre Dios:

            "Encore au-delà, et cette fois du dehors, en transcendance absolue, il ne peut plus y avoir, comme paradigme de tous les sacrifices, que la Kénose de Dieu, le vide que Dieu fait en lui-même dans l'Incarnation et la passion Fils". (PB, 129).

            ¿Qué vacío hizo Dios en sí mismo en la Encarnación y en la Pasión? ¿Puede el ser divino establecer en sí mismo el vacío, esto es, el no-ser? Si el ser es el bien, ¿este vacío es el mal? ¿Habría entonces el mal en el propio ser de Dios? Que extraño y conocido hedor de Gnosis hay en estas frases. En efecto, es en la doctrina cabalista de Isaac Lúria de Safed en que se habla de un vacío que la divinidad habría hecho en sí misma, a fin de poder crear ahí el universo (Cfr. G.G.Scholem, “A mística judaica”, -Major trends in Jewish mysticism-  Perspectiva, São Pablo, 1972,263 e s.). No queremos afirmar que Pierre Boutang aceptaba la doctrina luriánica. Apenas constatamos, en su pensamiento, un punto de  semejanza con la doctrina cabalista de Isaac Luria de Safed.

            Las frases blasfemas de M. sobre el Cristo hebreo fueron de los tiempos de su juventud agnóstica y pagana. "Il paraît bien que là soit [la defensa de las jerarquías sociales que permanecen] la sagesse dernière de Maurras du “Chemin de Paradis”. Le sage Criton s'insurge d'apprendre qu'un Christ hébreu viendra au monde, rachètera l'esclave, et, déposant le fort du trône, placera les premiers plus bas que les derniers, pour que sa gloire soit chantée dans la vie éternelle"  (JF, 38).

            Esta citación de JF nos parece demasiado benévola si se compara con el texto completo del párrafo del cual fue sacada: el sabio Criton leyó consternado, en las puertas del infierno, las letras preanunciando que:

             "Un Christ hébreu viendra au monde, rachètera l'esclave et, déposant le fort du trône, placera les premiers plus bas que les derniers pour que sa gloire soit chantée dans la vie éternelle".

            Criton interroga entonces al dios Mercurio:

            --  "Ce Christ hébreu... est-il venu ? "

            --  "Il est venu, Criton".

            -- "A-t-il chassé les forts du trône, ainsi qu'il le promettait?"

            --"Il l'a fait", dit Mercure.

            Mais les échos élyséens répétèrent en gémissant :

            -- "Il l'a fait, il l'a fait ! "

            -- "Il a mis les premiers au-dessous des derniers ? Il a rendu Cléon

l'égal du fils de Sophronisque ?"

            -- "Mon Criton, ces rêveries s'accomplissent."

            --"Et cela a réussi?"

            -- "Tout arrive, Criton."

            Le sage Criton soupira. Il comprenait peu que l'absurde eût ainsi

triomphé.

            -- "Héla las ! Mercure, reprit-il, je sais aussi que les esclaves, au nom

du même Christ, doivent un jour être affranchis. Est-il temps de s'y

opposer? "

            --"Voilà près de trois cents soixante-treize olympiades que l'Hébreu

criait sur sa croix : "Cela est consommé".

            Oui, depuis ce moment, les esclaves ont reçu le gouvernement de

leur âme. Ils ne sentent plus d'autres jougs que ceux de vivre et de mourir.

Ils disposent de tout leur coeur. La servitude est abolie, chères ombres!"

 (C. Maurras, “Chemin de Paradis”, p. 202-203, apud PRP 85-86)

            Al lado de la blasfemia, el absurdo: M. desprecia a Cristo y lamenta que el Cristianismo haya abolido la esclavitud. ¿Los actuales admiradores de M. defenderán también esa blasfemia y ese absurdo de su maestro intocable?

             Para el joven M., la vida de Jesús fue contada en los "évangiles de quatre juifs obscurs" (JF, 392). "Le catholicisme traditionnel (...), soumettant les visions juives et le sentiment chrétien à la discipline reçue du monde hellénique et romain, porte avec soi l'ordre naturel de l'humanité" (JF, 67). "Le mérite et l'honneur du catholicisme furent d'organiser l'idée de Dieu -écrit Maurras- et de lui ôter ce venin" (du déisme sans dogme et sans  Église) (JF, 393).

            Al final de su vida, M. cambió un tanto su posición en esa cuestión. Pero, hasta el mismo Pierre Boutang, su más fiel discípulo, reconoció que "(...) l'idée d'un catholicisme sauvant le monde du "Christ hébreu" est la  pire, la moins défendable, qu'ait connu Maurras. Pourquoi nier qu'il l'ait effectivement conçue? Le Christ dans la nature humaine était hébreu, et  même un patriote juif" (PB, 328). Sólo que, cuando M. hizo al dios Mercurio llamar a Cristo de "hébreu", él no estaba constatando apenas su origen nacional. Era en tono anti-semita y despreciativo que el adjetivo era colocado. Entretanto, no es apenas la blasfemia que se debe condenar en ese texto de M., citado arriba. Se debe condenar también la defensa de la esclavitud.

            En carta a Maurice Barrès, en junio de 1891, el joven M. afirmó que era  preciso invertir el Magnificat para que hubiese verdadero Orden social:

             "Le premier postulat de la Vie, c'est l'organisation et l'organisation suppose un ordre, et l'ordre suppose le mépris des inférieurs, l'exaltation des supérieurs, ceci systématisé, cristallisé par la Tradition, la Coutume, l'Hérédité. Le Magnificat retourné, voilà, à mon goût, la véritable doctrine sociale; je l'ait dit à la Réforme Sociale" (JF, 66).

            Evidentemente, esa interpretación del Magnificat es falsa. Repárese que M. pide, además de la defensa del Orden -lo que es legítimo- la exaltación de los superiores y el desprecio de los inferiores, tal como lo hará el Nazismo con su idea de raza superior. Y esta exaltación de los superiores, y este desprecio de los inferiores no son católicos. Considerar que el Orden, sello de la Sabiduría de Dios en el universo, implica el desprecio de los inferiores, es anticristianismo. Ese error de M. era la consecuencia natural de su incomprensión del problema del mal, que lógicamente, lo debería conducir al culto de la fuerza, a una sociedad cristalizada en castas y hasta a la admisión de la esclavitud.

            M. hace al esclavo Andrócles decir palabras absurdas a su amo, en defensa de la esclavitud, considerándola de acuerdo con la ley natural, al punto de justificar como un bien hasta  las injurias y las palizas dadas por el señor a su esclavo.

            "Mais, ô cher maître, le visage de la fortune sourit dans ta venue. Dis, ne nous quitte plus, car nous avons besoin d'un père, d'une mère et d'un ami fidèle. Tout de toi nous sera léger, les injures, les coups. Car cela fait partie de notre condition, et les pires maux appliqués aux places convenables deviennent les présents du ciel. Il n'est point de bonheur pareil à celui de remplir le message que Jupiter inscrivit en lettres divines, sur les épaules de chacun” (C. Maurras, “Chemin de Paradis”, p.215, apud  PRP, 94).

            "Combien d'esclaves nés de notre connaissance retrouveraient la paix au fond des ergastules d'où l'histoire moderne les a follement exilés" (C. Maurras, “Chemin de Paradis”, LXXXVII, apud PRP, 97).

            Esta absurda y loca defensa de los ergástulos como causantes de la paz para los esclavos, hecha por M., explica porqué -lo veremos más adelante- acabó por no repudiar la colaboración con el Nazismo, instaurador de los modernos ergástulos  genocidas, tales como Auschwitz y Treblinka.

            Como lo reconoce JF, M. tenía una concepción del universo opuesta a la del Cristianismo (Cfr. JF, 382).

            "L'apologie du "Magnificat retourné”, la colère contre le Christ exaltant les derniers ont pu s'effacer ou disparaître, il n'en reste pas moins qu'elles avaient nourri les premières passions du jeune Maurras" (JF, 402).

De nuevo, la citación de M. hecha por JF esconde lo que hay de Peor en el texto original:

            "Ce fut un des honneurs philosophiques de l'Église, comme aussi d'avoir mis aux versets du Magnificat une musique qui en atténue le venin” (C. Maurras,“Chemin de Paradis”, XXVIII-XXIX, 2ª. ed. , apud PRP,81).

            Mérito y honra de la Iglesia habría sido entonces el de "atenuar el veneno" del himno compuesto por Nuestra Señora por medio de la música gregoriana. Y aún se quiere defender a M., como pensador cuya doctrina debería ser estudiada y seguida, -¡y seguida!- por los católicos, sin ninguna crítica! Pues, cualquier crítica a M. es tenida, por ciertos católicos franceses como indicio de heterodoxia!

             Ni siquiera el "elogio" muy relativo y muy humano -y falso- de haber Catolicismo sometido las visiones judaicas al Orden racional griego, es hecho sin reservas por M. "On ne peut douter qu'il y eut un temps -et peut-être un long temps- où la venue "du Nazaréen" signifia pour Maurras l'avènement d'une ère où, à cause du Christ, "tout l'ancien monde s'écroula", qui était celui de l'harmonie des choses parce qu'il avait ordonné la pensée dans la saisie du monde "fini" (Anthinéa). [Texto suprimido por M. en las ediciones posteriores]  (JF, 403).

 

            Un día, M. escribió una poesía, en la forma, bien bella, bien engañadora por su ambigüedad, bien reveladora, en su contenido:

                                                                                                                                               

AU DIEU INCONNU

(Mentre che la speranza ha fior del verde"- Dante, Purgatorio).

                       

"Seigneur, endormez-moi dans votre paix certaine,

                        Entre les bras de l'Espérance et de l'Amour;

                        Ce vieux coeur de soldat n'a point connu la haine

                        Et pour vos seuls vrais biens a battu sans retour.

 

Le combat qu'il soutint fut pour une Patrie,

                        pour un Roi, les plus beaux qu'on ait vus sous le ciel,                   

                        La France des Bourbons, des Mesdames Marie,

                        Jeanne d'Arc et Thérèse et Monsieur Saint Michel.

 

Notre Paris jamais ne rompit avec Rome.

                        Rome d'Athènes en fleur a récolté le fruit,

                        Beauté, raison, vertu, tous les honneurs de l'homme         

                        Les visages divins qui sortent de ma nuit:

 

Car, Seigneur, je ne sais qui vous êtes. J'ignore

                        Quel est cet artisan du vivre et du mourir,

                        Au coeur appelé mien quelles ondes sonores

                        Ont dit ou contredit son éternel désir.

 

Et je ne comprends rien a la l'être de mon être,

                        tant de Dieux ennemis se le sont disputé!

                        Mes os vont soulever la dalle des ancêtres,

                        Je cherche en y tombant la même vérité.

 

Écoutez ce besoin de comprendre pour croire!

                        Est-il un sens aux mots que je profère? Est-il,

                        Outre le labyrinthe, une porte de gloire?

                        Ariane me manque et je n'ai pas son fil.

 

                        Comment croire, Seigneur, pour une âme qui traîne

                        son obscur appétit des lumières du jour?

                        Seigneur, endormez-la dans votre paix certaine

                        Entre les bras de l'Espérance et de l'Amour.

                                   (C. Maurras, Clairvaux, Juin 1950, apud PB, 709-710).

           

JF dice que esa postrera poesía del último libro de poemas de M. –“LA BALANCE INTÉRIEURE”- fue subrayada, en el ejemplar que él entregó al canónigo Cormier, y que su título original, "Au Dieu Inconnu", fue rayado por el autor. Y comenta Fabrègues: "En rayant ce titre, Maurras avait nommé son Dieu” (JF, 413). Es realmente tener mucha buena voluntad y contentarse con bien poco. ¿Desde cuando un simple  subrayado de un título ambiguo se torna una confesión de fe?

            Sólo que M. no denominó cuál era su Dios. En la poesía  -"d'ailleurs si belle"-  la ambigüedad permaneció. Hasta la muerte, M. fue la permanencia de la ambigüedad. Haber rayado el título original es absolutamente insuficiente para concluirse que de ese modo M. designó su Dios. Sólo si su Dios se llamaba "Tal vez". Suponer que ese Dios fuese Cristo es pura suposición -por no decir imaginación- de JF. Limitarse a rayar el título es absolutamente insuficiente, especialmente para un autor como M. que fue agnóstico confeso y que había públicamente blasfemado contra "el Cristo hebreo". Quien estuvo públicamente contra Cristo hasta la blasfemia, convirtiéndose, tendría que manifestarse pública y claramente a favor de Cristo hasta la proclamación de su divinidad. Como Tomás, M. debería haber exclamado: "Señor mío y Dios mío" y no haberse limitado a rayar un  título ambiguo sin poner nada en su lugar. M. afirma, en la poesía, que sólo luchó por los verdaderos bienes de este Dios desconocido. Como primero de esos bienes, no coloca ni la  Redención, ni la Revelación, ni a la Iglesia, ni los Sacramentos, sino  apenas bienes naturales: la "Patria", Francia, sus Reyes y héroes, dando un lugar para "Teresa" y para "Monsieur" Saint Michael,  -casi una figura folclórica francesa y no el Arcángel de la teología católica-.

            El se enorgullece por Paris jamás haber roto con Roma. Pero no con la Roma de Pedro. La Roma a que se refiere es la Roma pagana, heredera de la cultura griega. Belleza, Razón, virtud, las honras del hombre, que  M. llama de "los rostros divinos" de su noche.

            En la estrofa siguiente, M., el "chrétien du dehors"  -expresión muy parecida con la de los cristianos anónimos del progresismo y de la Teología de la Liberación-, confiesa que ignora el nombre y lo que es el Dios que da el vivir y el morir. Es una estrofa claramente deísta, imposible de ser aplicada a Cristo.

             Aquel que fuera alabado por no ser deísta, esto es, ateo sin franqueza, escribió, cuando ya envejecido y casi en la hora de la muerte y próximo de confesarse, una poesía deísta que se desea presentar como una confesión de fe en Jesucristo. Francamente,  esto es tener mucha voluntad de disculpar a M.

            En esa poesía, M. confiesa aún que "nada comprende al ser de su ser" y que, para creer, tiene necesidad de comprender. Lo que es lo opuesto al acto de fe. Muestra dudar inclusive hasta de sus propias palabras, y, como los antiguos paganos, se ve en el laberinto del mundo y de los conceptos sin hilo conductor, sin guía y sin camino. ¿Cómo puede entonces ser llamado de “cristiano”  mismo "du dehors", aquel que no acepta que Cristo es el camino, y que la Iglesia es la Guía segura y la Maestra infalible de los hombres? ¿Cómo puede sentirse perdido en el laberinto del mundo y de los conceptos quien aceptó la fe católica, confesándose en la hora de la muerte?

            ¡No! Esta poesía –de otro modo, literariamente bella- no prueba que M se convirtió. Deja sospechar lo contrario. Pese a haber rayado el título "Al Dios desconocido". 

            La manera de referirse M. al "Cristo hebreo", al "Nazareno", había sido despreciativa. Inclusive hasta el mayor apologista y discípulo de M., Pierre Boutang, fue obligado a reconocerlo:

            "Or, l'idée d'un catholicisme sauvant le monde du "Christ hébreu"est la pire, la moins défendable, qu'ait conçue Maurras. Pourquoi nier qu'il l'ait  effectivement conçue? Le Christ dans sa nature humaine était hébreu, et  même un patriote juif" (PB, 328).

            Se nos dirá que, entre todas las concepciones de Dios, M. prefería la católica. Triste consuelo para nosotros. Vease, sin embargo, en esta última cita que haremos sobre este tema, que posición tomaba M. frente a la noción católica de Dios:          

            “En conclusion, le catholicisme propose la seule idée de Dieu tolérable aujourd’hui dans un Etat bien policé" (C. Maurras, “Romantisme et Révolution”, apud PRP, 124).

            Consideren, pues, los actuales admiradores de M., que la idea de Dios de la Iglesia Católica  era, para él, apenas "tolerable", en un Estado bien organizado. ¿Y cómo pueden tolerar tal absurdo los que rezan con fe el "Credo in unum Deum "?            

 

 

VIII - Ideas políticas de Maurras: nacionalismo y socialismo.

 

            En cuanto a las posiciones políticas de M., Lucien Thomas nota que "le lecteur voudra bien méditer ces diverses définitions qui fixent la position  de l'Action Française à l'égard du problème politique. Il n'y aura des modifications que dans le vocabulaire (...)” (LT, 32).

            Ahora, pocas páginas antes, Lucien Thomas había escrito:

            "Quand on parle des publications de l 'Action Française, il faut distinguer l'Action Française qui se cherchait de l'Action Française qui s'est définie, faute de quoi on pourra, au bas du texte, écrire la référence  "Action Française “, tome I ou II, telle page "et, sans commettre un faux matériel, on se rendra coupable d'un véritable abus de confiance  intellectuelle" (LT, 28).

            Sin duda, es preciso tener en cuenta los cambios del pensamiento de M., en el correr de su larga vida; pero es preciso también notar la "posición inmutable de la AF con relación al problema político. En ella habrá sólo modificaciones de vocabulario", como nos lo advirtió Lucien Thomas. Por tanto, hay que concluirse que la posición de M. en cuanto al socialismo nacionalista, por ejemplo,  jamás cambió.

            En 1898, M. fue enviado a hacer la cobertura periodística de la primera Olimpíada moderna, en Atenas. El aprovechó el viaje para hacer una verdadera peregrinación a la Acrópolis y a otros lugares famosos del paganismo griego. Fue por ese tiempo, que acusó al Cristianismo de haber traído la noche sobre el mundo:

            "... sous la croix de ce dieu souffrant [Cristo] était arrivée la nuit sur l'âge moderne" (YC, 132). [A partir de 1919, M. retiró esa frase de su libro, por respeto, dijo, por San Pío X.... "Politique d'abord..."].

            Fue el "affaire Dreyfus" que abrió las puertas de la vida política a M. Tomó posición apasionada contra Dreyfus y a favor del ejercito francés. Llegó a denominar mártir al Coronel Henri, autor de la famosa falsificación de un documento, para incriminar a Dreyfus y salvar al ejército, y que se mató al ser descubierto el fraude.

            En esa época M. no era conocido ni como periodista defensor de la Iglesia, ni como monarquista, sino sólo como escritor anti-semita (Cf. YC, 153).

            Fue en 20 de junio de 1899, que nació la Action Française, cuyo primer presidente fue Henri Vaugeois, un profesor de filosofía, ligado, en ese tiempo, al partido radical. Entre los cuatro puntos fundamentales del documento de lanzamiento de la AF, destacamos el segundo, que dice:

            "De toutes les formes sociales usitées dans le genre humain, la seule complète, la plus solide et la plus étendue, est évidemment la nationalité. Depuis que se trouve de esoute l'ancienne association connue sous le nom de Chrétienté et qui continuait, à quelques égards, l'unité du monde romain, la nationalité reste la condition rigoureuse, absolue, de  toute humanité” (LT, 31). "Le nationalisme n'est donc pas seulement un fait de sentiment: c'est une obligation rationnelle et mathématique” (YC, 165).

            Es interesante notar que, tres años después de haber proclamado, la AF, este principio nacionalista, León XIII haya enseñado exactamente lo contrario en una encíclica: "Repudiados los principios cristianos en los cuales reside la virtud de hermanar a los hombres y unirlos como en una gran familia, prevalece, poco a poco, en el Orden internacional un sistema de egoísmo y de envidia por el cual las naciones se observan recíprocamente, si no con rencor, ciertamente con desconfianzas y competiciones" (León XIII,”Parvenu...”, n. 18).

            Estas palabras del Papa cómo describen bien el nacionalismo de M. que proclamaba la "diosa Francia" como sinónimo de civilización y de humanidad, en cuanto negaba, absurdamente -ciego por la envidia y por el rencor- cualquier valor a otros pueblos, especialmente si eran rivales de Francia, como era el caso de Alemania.

            "Les Allemands sont des barbares et les meilleurs d'entre eux le savent. Je ne parle ni des moscovites, ni des tartares. Le genre humain, c'est notre France, non seulement pour nous, mais pour le genre  humain" (C. Maurras, MIP, 146).

            El nacionalismo maurrassiano iba a extremos. Su primer artículo en el Fígaro fue consagrado a la "diosa Francia" (YC, 184).

            Ese nacionalismo radical exigía que los miembros de la "Ligue d'Action Française" se comprometiesen a defender la monarquía francesa, “par tous les moyens". " Ce dernier engagement donna lieu à bien des controverses de la part du mouvement: la violence, le coup de force devaient-ils être envisagés comme des moyens pour restaurer  la  monarchie? L'AF n'écartait aucune possibilité. Bientôt, elle précisera par une formule restée célèbre:"par tous les moyens, même légaux" [elecciones]  (YC, 208).

            Evidentemente, esa confesión de utilizar todos los medios -¡mismo los legales!- dejaba bien claro que la AF utilizaría hasta los medios violentos, lo que levantaba un problema moral. Ahora, ya en ese tiempo el abbé Brémond escribirá a Blondel: "Ce diable de Maurras est le plus merveilleux des entraîneurs intellectuels (...) c'est un Socrate intellectuel, sans ombre de préoccupation morale, mais d'une logique extraordinaire" (YC, 185).

            Sin sombra de preocupación moral... Era lógico entonces que, "desde la fundación  del diario AF hasta las vísperas de la primera guerra mundial, no pasará un año sin que uno o varios libros denunciasen la incompatibilidad de la doctrina cristiana con la obra de M. y la AF (YC, 218).

            En “Romantisme et Révolution”, M. declaró : "La Politique n'est pas la Morale. La science et l'art de la conduite de l'Etat n'est pas la science et l'art de la conduite de l'Homme" (C. Maurras, op. cit, p. 20, apud PRP, 130).

            Si M. sustraía la acción del Estado del dominio de la Moral, ¿cómo podría aceptar sinceramente la actuación de la Iglesia Católica en la sociedad?

            Era sólo en Razón de su nacionalismo radical que M. se proponía defender al Catolicismo. Lo dirá cien veces y jamás lo ocultó. Su defensa de la Iglesia Católica nunca fue motivada por la fe, que ni tenía ni aceptaba. Defendió la Iglesia  en cuanto componente de la Nación francesa. Y sólo por eso.

            "En tant que nationaliste, je sais que l'intérêt Français et l'intérêt catholique s'identifient. Je reconnais donc des droits politiques au catholicisme Français, je me reconnais des devoirs envers le catholicisme" (YC, 201).

            Si hubiese sido el budismo uno de los factores de la formación histórica de la "Nación Francesa", M. habría defendido el budismo. No era por razones religiosas que defendía al Catolicismo, ni M. le reconocía derechos religiosos, sino apenas derechos políticos.

            En el item tercero de los puntos fundamentales del documento de lanzamiento de la AF, era adoptada una posición interconfesional: "Par-dessus leurs diversités politiques, religieuses et économiques, ils [los franceses] doivent se classer suivant le plus ou moins d'intensité et de profondeur de leur foi Française" (LT, 31).

            En ese ítem, pues, se pasa por encima del problema de existir una sola religión verdadera y que las demás son falsas, así como se afirma el deber de clasificar a los franceses conforme a su ¡"fe francesa"! Sobre la fe en la  "diosa Francia".

            M. confesó que fueron sus convicciones filosóficas -¿cómo podría ser de otro modo?- que lo llevaron a la defensa de la monarquía: el monismo metafísico conducía a la aceptación de la realeza. (Cfr. YC, 80). En los últimos años del siglo XIX y primeros del XX, M. se aproximó a Maurice Barrès, ardoroso nacionalista. Escribió en el diario "La Cocarde", nacionalista y socialista, pero contra el socialismo estatista (???). "Bien d'autres campagnes allaient y être menées, notamment contre le socialisme étatiste. "La Cocarde se voulait socialiste, mais d'un socialisme "fédéraliste" où les droits de l'individu et les considérations nationales ne soient pas sacrifiés au collectivisme et à l'internationalisme" (YC, 114).

            "A La Cocarde, il n'y a point d'unité de doctrine: on y trouve des anarchistes, des socialistes, des légitimistes" (JF, 55).

            Desde la juventud, M. tuvo tendencias hacia el socialismo y hacia el anarquismo. "De fait, nous l'avons vu, ce qui domine d'abord chez lui, après les brèves périodes d'un vague socialisme chrétien lamennaisien, puis d'un anarchisme expression d'une révolte intérieure, c'est le souci d'un ordre social qui défende, porte et élève l'homme" (JF, 109).

            En La Cocarde, M. no sólo convivía con los socialistas, sino que aceptaba sus ideas. "Et de ce socialisme, Maurras se réclame comme Barrès: "un socialisme bienfaisant et humanitaire qui avait toujours attiré la générosité naturelle (de Barrès) et celle de beaucoup de Français réfléchis" (JF, 56).

            Conforme JF, el propio M. aproximaba su socialismo y el de su amigo Maurice Barrès al socialismo "cristiano" de La Tour du Pin. "Barrès s'était appliqué à la doctrine de l'esprit national et provincial uni a la l'esprit socialiste, celle qui avait été mêlée au boulangisme, celle dont s'étaient inspirés au fond La Tour du Pin et son groupe" (JF, 56). "La Tour du Pin qui viendra bien vite effectivement du côté de Maurras, "rendre au monde ouvrier une juste place dans la cité", et, pour cela, lier étroitement  socialisme et patriotisme" (JF, 88). "C'est un souci premier de ces esprits” (JF, 57).

            En ese tiempo, M. se proclamaba ya anti-capitalista y preconizaba la expulsión de los judíos y extranjeros de Francia. A finales del siglo pasado y principios del siglo XX, M. esperaba que los monarquistas más conscientes se aliasen "à un socialisme anticapitaliste" (JF62). Es por eso que se aproximó a La Tour du Pin "qui, lui non plus, ne craint pas les contacts avec le socialisme et même les recherche" (JF, 62).

            El propio M. escribió estas líneas: "Bien avant tant d'autres, Barrès et ses amis ont vu la nécessité de rendre à l'ouvrier une juste place dans la cité, et, pour cela, de lier étroitement socialisme et patriotisme" (JF, 88). Y continúa el propio M.: "Si la protection des produits s'appelle protectionisme, la protection des producteurs n'a qu'un nom: socialisme.” C'est une idée Française et Maurras de rappeler qu'elle a été "enseignée dès 1865 par le Comte de Chambord dans une Lettre aux ouvriers", reprise  après 1871 par La Tour du Pin et Albert de Mun: "tous les coeurs bien placés s'appliquaient ainsi à rallier les travailleurs, leur clase" (JF, 89).

            Cuando, en 1926, la AF fue condenada por el Cardenal Andrieu de Bordeaux, los católicos de la AF escribieron al Cardenal que la doctrina social de la AF "était celle de l'école catholique de La Tour du Pin et de Mun" (JF, 312). Esto es, a dos católicos de cariz socialista.

            A respecto de esto, conviene recordar que el mejor comentador de La Tour du Pin -Robert Talmy- notó que "le maître de l'Oeuvre des Cercles catholiques d'ouvriers voulait travailler à reconstituer des institutions qui ne fussent pas confessionnelles. Cela est vrai, et c'est bien pourquoi l'accord entre Maurras et La Tour du Pin pourra être si constant" (JF, 215).

            "Non, ce n'est pas une construction "confessionnelle” qu’il veut faire, et c'est encore moins une simple reconstitution historique ( ... ) La Tour du Pin écrit à Gaillart-Bancel qu'il y faut convier des protestants et des socialistes" (JF,215).

            Como se ve, la AF tenía un carácter y un objetivo interconfesional. Ahora, el interconfesionalismo de la AF la hacía tan condenable, bajo ese punto de vista, cuanto al intercofesional Sillon de Marc Sangnier.

¡Entonces, el derechista M., el "cristiano" agnóstico M., el maestro y líder de muchos derechistas y tradicionalistas que ponía a Francia antes de todo, era defensor del socialismo! ¿Cómo pueden los tradicionalistas condenar hoy el socialismo-”cristiano”  de Juan XXIII y de Fray Boff, si defienden al socialista “cristiano”  M.?

            M., sin embargo, no aceptaba a Marx. Marx era judío y era alemán y quería un socialismo internacional. M. quería un socialismo nacionalista. Un socialismo francés. ¿Era de espantar entonces que, defendiendo M. un socialismo nacional, algunos de sus discípulos hayan, más tarde, adherido y colaborado con el nacional-socialismo de Hitler, a pesar de ser este alemán? Los principios traen consecuencias.

           

             De los dirigentes de la AF, de la cual M. era el secretario, casi ninguno era entonces monarquista. M. lo era. Para él, el nacionalismo, en Francia, exigía ser monarquista: "Plus on se sent nationaliste, plus on se sent orienté et acheminé vers le monarchisme. L'idée royaliste n'est que le maximum de l'idée de patriotisme" (YC, 165).

             La concepción monárquica de M. confundía la idea de Rey con la de Dictador. Decía que el Rey tenía que ser un Dictador, lo que no se coadunaba con la idea tradicional de Rey. Es claro que, hoy, esa tesis choca e Yves Chiron se apresura a defender a su biografiado: "Par cette image du Roi-dictator M. sacrifiait un peu à la mode du temps, et il ne faut pas l'interpréter selon nos catégories politiques actuelles". (YC, 170). De acuerdo con las categorías actuales y de todos los tiempos, la idea de Rey católico y la de Dictador moderno son inconciliables.

           Para tener éxito en su predicación monarquista, M. se mostraba oportunista de modo descarado: "(...) n'y a-t-il pas de grands avantages politiques à paraître, dans le pays des antisémites tout à fait radicaux?

L'antisémitisme est une force naturelle à utiliser: si nous n'usons pas de ce grand courant, quelles forces emploierons-nous?" (YC, 174).

            Además de ese oportunismo, M. se revelaba un monarquista anti-aristocrático e igualitario en la medida en que, como Napoleón, admitía una nobleza de talentos. Ahora bien, el talento es democráticamente encontrado en cualquier clase.

            Cuando, hoy, se habla de AF, se tiene la impresión de un movimiento monarquista y católico. Entretanto, "Maurras lui-même, présentant à Barrès le premier groupe de l`Action Française, y note une marque socialiste" (JF, 148). En Economía, M. se decía contrario ya sea al socialismo internacional -pero favorable a un socialismo nacionalista- y anti-capitalista. Se negaba a aceptar la tesis de que las leyes del mercado, por si sólo,  serían capaces de producir el equilibrio social. Decía: "Non, non, le jeu spontané des lois naturelles ne suffit pas pour établir l'équilibre  économique" (YC, 182).

            Además, no era sólo M. que en ese tiempo demostraba inclinaciones hacia el socialismo. También el presidente de la AF, H. Vaugeois se decía simpatizante del socialismo: "Je ne me sens d'estime, quant à moi, que pour deux partis: le parti socialiste et la droite, parce que tous les deux représentent une vérité pure, radicale. J'ai horreur de l'eau tiède qui est l'élément du parti bourgeois opportuniste. Mon désir serait de raviver, en les mettant en  présence, ces deux vérités pures, celle du passé et celle de l'avenir, celle du parti réactionnaire  et celle du parti socialiste, de faire voir leur égale noblesse et de préparer, non pas le mélange, mais la paix entre elles par une série de discussions sincères sur les questions vitales de la politique  actuelle" (LT, 26).

            Como se ve, lo que el presidente de la AF proponía al principio del siglo era ya "appertura a sinistra" y el "diálogo" que la Democracia cristiana y la Teología de la Liberación hicieran más tarde con los socialistas de todos los matices de rojo. Es entonces muy natural que Lucien Thomas, ex miembro de la AF, discípulo y apologista de M., se apresure a calmar a sus lectores derechistas de 1960-70, poniendo en nota de pié de página la siguiente púdica y preocupada advertencia: "Le lecteur est prié de ne pas oublier que ce propos date de l'an 1899" (LT, 26, nota 12). Nosotros, de nuestro lado, rogamos al lector de no olvidar que el partido socialista de 1899 era  condenado por la Iglesia  tanto cuanto el de 1960.

            No era sólo el agnosticismo de M. que chocaba. Era también el interconfesionalismo de la AF y sus simpatías por el socialismo, e inclusive por el anarquismo manifestadas en contactos con la CGT y en artículos favorables a las huelgas socialistas. Esto llegó al punto de que el periódico de la AF publicara artículos del pensador socialista Georges Sorel. "Ces articles étonnèrent et firent croire à certains pendant quelque temps, qu'une alliance était en train de se nouer entre socialistes et monarchie, entre syndicalistes révolutionnaires et royalistes" (YC, 233). Hasta en la primera edición del famoso libro de M. "Enquête sur la monarchie", hay un elogio de M. a Georges Sorel (YC, 234).

            En su entrevista con el Duque de Orléans, pretendiente al trono francés, "Maurras ne manque point de glisser à son interlocuteur que la politique royale est "un commencement de socialisme" (JF, 116). El movimiento monárquico relanzado por M. declaraba que  "la royauté n'est  pas la garde d'un coffre-fort", elle appliquera le mot du Comte de  Chambord: "Ensemble, nous reprendrons le grand mouvement de 1789",  enfin vint la trilogie autorité-liberté-responsabilité"  (JF, 117).

            ¿Podría haber cosa peor de que la propia Monarquía introduzca el socialismo? ¿Podría haber traición peor de que el Rey retomara el movimiento de 1789? Si el Conde de Chambord pensaba hacer eso, aún bien que la Providencia divina no permitió que él subiese al trono. Si M. pretendía unir Monarquía y socialismo y recomenzar lo que la Revolución iniciara en 1789, no se comprende como los derechistas y monarquistas podían apoyarlo. Menos aún se comprende que hasta hoy los tradicionalistas lo defiendan y, al mismo tiempo, sean contrarios a la revolución de 1789.

            Y no se nos venga a decir que M. sólo quiso eso en los primeros años de su vida. Si así fuese, ya sería Razón para no seguirlo. Acontece sin embargo que esas ideas absurdas expuestas en la Enquête sur la Monarchie de M. fueron reproducidas en un volumen de 600 páginas el "compendium du catéchisme que Maurras enseignera cinquante années durant" (JF, 117). En su entrevista con el pretendiente a la corona de Francia, "Maurras  ne manqua point de glisser à son interlocuteur que la politique Royale est "un commencement de socialisme" (JF, 116). En concordancia con eso, el movimiento monárquico relanzado por M. declaraba que "La Royauté n'est pas "la garde d'un coffre-fort", elle appliquera le mot du Comte de Chambord: "Ensemble, nous reprendrons le grand mouvement de 1789" (JF, 117).

            M. consideraba que entre los belgas e ingleses "qui sont aussi les  peuples chez lesquels le socialisme  municipal et les grandes coopératives fédérées ont apporté un élément de vraie nouveauté à l'économie générale", il y a eu accroissement -"considérable”-  du pouvoir  monarchique” (JF, 155).

            Para M., la democracia, y no el comunismo, era el peor mal. No consideraba que en la democracia aún se permite o derecho de propiedad, y que en ella aún hay posibilidad de propagar y defender la religión. Para  M., la democracia era tan mala, que si el comunismo fuese democrático, por eso se haría peor. Un comunismo dictatorial era más aceptable que la democracia, en la opinión de M. El preferiría el estalinismo a la democracia. 

            "C'est que le grand mal ne vient pas du Communisme, ni du Socialisme, ni de l`Étatisme radical, mais de la démocratie. Otez la démocratie, un communisme non égalitaire peut prendre des développements utiles, à la lueur d'expériences passées: les biens communaux ont été plus fréquents dans la vieille France que dans la nouvelle: de même, les communautés possédantes; le cénobitisme des congrégations religieuses a poussé à l'extrême divers modes de possessions non appropriées, mais que dominait le détachement des biens matériels et non la fureur de l’égalité dans la répartition ou la jouissance. 

            “Par la même raison, un socialisme non égalitaire conformerait son système de propriétés syndicales et corporatives à la nature des choses non à des utopismes artificieux". (C. Maurras, Mes idées politiques,  Fayard, Paris, 1937, pp. 61-62).

            [Respecto a este problema, permítasenos narrar una experiencia personal. Cuando, cierta vez, mostramos ese texto a un monje tradicionalista, sin titubear declaró: "Yo firmo eso". Y, cuando otro monje tradicionalista mostró ese texto a un padre tradicionalista francés, este escapó de la cuestión diciendo que esas frases de M. debían ser examinadas en su contexto. Ahora, el libro con el texto y el contexto estaba en sus manos... Pero M. no podía ser condenado, ni siquiera por defender el socialismo].

            Esa defensa del comunismo, del socialismo y del Estatismo radical, y evidentemente nacionalista, pero no igualitarios [???] con propiedades sindicales y corporativas, hecha por M., huele enormemente a facismo. Y M. no retrocedió: defendió el facismo, por imponer una dictadura socialista, corporativista y nacionalista a Italia.

            "Qu'est-ce, en effet, que le FASCISME? Un socialisme affranchi de la démocratie. Un syndicalisme libéré des entraves auxquelles la lutte des clases avait soumise le travail italien. Une volonté méthodique et heureuse de serrer en un même "faisceau" toutes les facteurs humains de la production nationale: patrons, employés, techniciens, ouvriers. Un parti pris d'aborder, de traiter, de résoudre la question ouvrière en elle même, toute chimère mise à part, et d'unir les syndicats en corporations, de les coordonner, d'incorporer le prolétaire aux activités héréditaires et traditionnelles de l'État historique de la Patrie, de détruire ainsi le scandale social du prolétariat. Ce FASCISME unit les hommes pour l'accord" (Charles Maurras, Mes idées politiques, pp.62-63).

            No contento con esa posición tan claramente socialista y fascista, M. elogió directamente al "Duce": "Il a fallu en Italie une dictature. Le génie de la dictature et du dictateur a calmé, pacifié, ranimé un pays qui hésitait entre les fièvres et les langueurs. Il a rendu à son destin une race ardente, intelligente, patiente, courageuse"  (C. Maurras, Mes idées  politiques, p.63).

 

 

IX - La Acción Francesa y el Sillón      

           

            Es muy común que los actuales defensores de M. lo opongan a Marc Sangnier, el líder del SILLON. De hecho, entre la AF y el Sillón había muchos puntos divergentes, especialmente frente a la Democracia y a la igualdad.

             Maurras era monarquista. Sangnier era fanáticamente democrático. M. defendía una desigualdad, que llegaba al punto de despreciar a los inferiores. Sangnier soñaba con el establecimiento de una igualdad total entre los hombres. Esta oposición política era tan profunda que acabó por provocar choques callejeros entre los Sillonistas y los Camelots du Roi de la AF.

            Estas divergencias en puntos tan fundamentales llevaron al jefe del Sillón a declarar que los católicos franceses deberían escoger entre el Sillón y la AF. "Le 25 mai 1904, Sangnier écrivait dans Le Sillon: "Un impérieux dilemme doit, tôt ou tard, se poser: ou le positivisme monarchique de l’Action Française, ou le christianisme social du Sillon". "À leurs débuts cependant, le jeune Sillon et la non moins jeune Action Française n'entretinrent pas de mauvaises relations. Maurras éprouvait une certaine sympathie à l'endroit de Marc Sangnier, et, lorsqu'il du polémiquer, il reconnut ce qu'il y avait de noble dans les campagnes du chef du Sillon et de généreux dans son action personnelle." (LT, 48).

            Y, cuando Marc Sangnier propuso el "dilema": o el cristianismo social del Sillón, o el positivismo monárquico de la AF, M. respondió que líderes cristianos sociales jamás rechazarán el positivismo monárquico de la AF,  que, a su vez, no rechazará nunca las doctrinas cristianas sociales de La tour  du Pin, por ejemplo. (Cfr. LT, 49).

            Y M. concluía: "L'Action Française se déclare amie du Sillon". “Si le Sillon à le droit de se déclarer hostile à l'Action Française ce peut être en tant que Sillon, mais ce ne peut pas être en tant que chrétien social." "Toutes nos idées favorites, ordre, tradition, discipline, hiérarchie, autorité, continuité, unité, travail, famille, corporation, décentralisation, autonomie, organisation ouvrière, ont été conservées et perfectionnées par le catholicisme. Comme le catholicisme du Moyen-Âge s'en complu dans la  philosophie d'Aristote, notre naturalisme social prenait dans le catholicisme un de ses points d'appui les plus solides et les plus chers". “Notons la distinction d'importance: les idées ont été conservées et  perfectionnées par le catholicisme, elles n'en sont pas nées" (JF, 218-219).

            En la continuación de la polémica, M. mostró que el cristianismo social, tal cual Sangnier lo entendía, "conduisait tout droit au socialisme marxiste, à l'internationalisme, au démantèlement de la France pour la négation du devoir patriotique" (LT, 51). De nuevo, M. sólo estaba contra el socialismo en cuanto internacionalista.

            También Marc Sangnier, "Le chef du Sillon constate lui aussi “qu'il y a entre le Sillon et l'Action Française plus d'une idée commune”" (JF, 222). 

            ¿Cuál era la raíz de donde provenían esos puntos de contacto entre dos movimientos simpáticamente enemigos? Hay quien haya mostrado que las afinidades entre el Sillón liberal y la AF dictatorialmente autoritaria provenían, aún que lejanamente, del Modernismo: "Sólo de muy lejos podemos relacionar con el Modernismo dos formas de pensamiento que se manifestarán en sentidos completamente opuestos en Francia: el Sillón (o el surco) de Marc Sangnier y la Action Française (Acción francesa) de Charles Maurras. En ambos casos se trata de limitar la Iglesia a una concepción política: a la democracia, en el Sillón; y a la monarquía tradicional, en la Action Française. Ambos movimientos fueron sucesivamente condenados en nombre del carácter supra-político de la Iglesia. No podemos  negar que Carlos Maurras muchas veces haya presentado su adhesión externa al catolicismo en forma profundamente anti-evangélica, y, consecuentemente, anti-cristiana. Pero, eran apenas errores pasajeros. Urgía una rectificación. La rectificación fue hecha y parece que todo quedó en Orden" (Canónigo Léon Cristiani, Breve Historia das herejías, Colección Sei e Creio -S.J.- Flamboyant, São Pablo, 1962). De paso, nótese el optimismo y para donde va la simpatía  de ese autor: Maurras fue anti-cristiano, pero "fue un error pasajero" y, hecha la rectificación, "todo quedó en Orden".

            Así como siempre hubo una pasarela política comunicando el nazismo con el comunismo, así también se dio entre el Sillón y la AF, eses dos movimientos gemelos xipófagos enemigos.

            Así es que "un Henry du Roure [del Sillón] se sentira appelé à une sorte de "ralliement" national et le plus grand esprit de chez Sangnier, Léonard Constant le comprendra et l'approuvera" (JF, 249).

Dos hechos son argüidos en favor de la AF por sus apologistas actuales:

                    1 -En cuanto la AF defendía la Iglesia de las persecuciones cínicamente democráticas promovidas por el gobierno masónico y republicano de Francia, al inicio del siglo, el Sillón jamás se opuso a esa democracia enemiga de la fe;

                               2 - El Sillón fue condenado por la Iglesia  durante su polémica con la AF, y fue condenado por el único Papa santo del siglo XX, San Pío X, en la Carta Apostólica "Notre Charge Apostolique". Esto, y los alegados elogios de San Pío X a M. son dados como pruebas de que San Pío X le era favorable, y que la condena por Pío XI, en 1926, fue una  venganza de los modernistas contra M., un "bello defensor de la fe", como lo  habría denominado el Papa Sarto.

            Por tanto, criticar, hoy, M. sería dar Razón a sus enemigos liberales y  modernistas.

            Todo esto nos conduce al tema de las relaciones entre la AF y la Iglesia. 

           

 

X- Maurras, la AF y la Iglesia  Católica

 

             Hasta hoy M. es defendido con ardor y seguido con simpatía fiel por muchos católicos derechistas franceses que no toleran que se lo critique. Admiten que M., en su juventud, fue pagano y agnóstico. Pero, alegan que se portó siempre como un "Catholique du dehors" y que fue un "bello defensor de la fe". Sobre todo alegan que San Pío X  se negó a condenarlo y que le hizo grandes elogios. Subrayan que las hermanas de Santa Teresita siempre rezaron y trabajaron por su conversión y por el levantamiento de su condena por la Iglesia. Ambas cosas habrían sido conseguidas pues la AF tuvo levantada su condena por Pío XII, y M. se habría convertido y confesado en la hora  de su muerte.

            Sin querer juzgar los secretos de Dios y de las almas, e inclusive deseando que M. se haya salvado, al hacer un análisis de la obra de M. y de la AF, creemos que no se debe dejar de lado ni lo que escribió contra la fe Católica, ni el hecho de que jamás hizo una retratación explícita y clara de sus errores.

            En primer lugar, debemos recordar que el propio M. jamás negó que tenía una concepción del mundo opuesta a la católica. Lo que M. se negaba a aceptar es que atribuyesen sus opiniones religiosas y anti-cristianas a la AF.

            Respondiendo a los ataques del diario Correspondant, M. protestó contra dos artificios que habrían sido utilizados por ese diario: 

            "Par le premier, il mettait sur le dos de l'Action Française tout  entière l'ensemble de mes opinions privées en matière de religion, de philosophie ou d'histoire.

            "Par le second, il dérivait le corps de mes idées politiques et sociales uniquement d'un formulaire irréligieux plus ou moins bien lu et  interprété qu'il avait pu glaner à travers mes écrits." (LT, 57).

            Sus propios amigos y apologistas reconocen que M. tenía ideas heréticas.

            El antiguo profesor de M, el abbé Penon, ya como Obispo de Moulins, escribió a M., en 1912, después releer Anthinéa y Politique religieuse, que, a pesar de tantas bellas páginas, su relativismo y agnosticismo eran graves lagunas, y decía a M.: "Vous ne tirez pas la conclusion, mais je crains bien que vos adversaires acharnés n'abusent de certaines phrases qui la contiennent. J'avoue d'ailleurs qu'il vous est difficile, tant que vous n'admettrez pas de vérité absolue, de sortir de cette difficulté". (LT, 73).

            Lucien Thomas cita aún, en defensa de M., al P. Descoqs: "l'impiété de M. Maurras, son manque complet, sur certains points  fondamentaux, de sens chrétien sont évidents(...) "La justice toutefois  oblige à reconnaître que nombre des textes allégués contre lui ou ses amis  ont été détournés de leur vraie signification et poussés au pire, ce qui est  d`une méthode déloyale,  et que, si les opinions de M. Maurras n'ont pas  varié sur les matières qui touchent à la métaphysique et à la foi, si l'ordre surnaturel lui reste toujours fermé, une évolution indéniable dans ses sentiments et son attitude à l'égard de ces mêmes matières s'est produite  sous l'influence des circonstances, des réalités de la vie, des rapports surtout avec les catholiques dans l'intimité desquels il a été à même de  pénétrer" (LT, 73-74).

            Registremos la afirmación que M. "no varió" en Metafísica y en cuestiones de fe, pero "innegablemente evolucionó" en sus sentimientos en estas materias. Y resaltemos que son las ideas que valen y no los sentimientos. En fin, el propio LT dice: "Certes, chacun sait que Maurras avait perdu la foi. Il n'est donc pas étonnant que l'expression de sa pensée en matière philosophique ou religieuse ait pris parfois un tour dont une conscience catholique ne pouvait pas ne pas se choquer" (LT, 75). Mas, LT se apresura a decir que esos "propos condamnables ne représentent qu'une infime partie de l'oeuvre de Maurras qui a surtout traité de politique vue  dans les principes et dans la pratique" (LT, 76).

            El propio M. confesó que: "On peut extraire de mes livres d'autrefois des paroles exprimant des sentiments inacceptables par l'Église et qui lui sont même en horreur. (LT, 77). El recuerda que retiró esas frases en las ediciones posteriores y que "J'avais saluée cette Eglise comme la plus vénérable, la plus féconde des choses visibles et comme la plus noble et la plus sainte idée de l'univers; ainsi se montra le sentiment que m'inspire l'Église de l'Ordre" (LT, 77). ¿Será preciso mostrar que considerar la Iglesia Católica como la más santa,  la más noble, la más fecunda, etc.  es absolutamente contra el Credo que proclama la Iglesia "unam, sanctam "?

            Si fueron los liberales y modernistas que se aprovecharon de esos errores de M. para acusarlo ante la Santa Sede, esto no vuelve ni ortodoxos sus textos, ni justifica su defensa por los católicos.

            Conforme JF, "Elle [el pensamiento de M.] n'en reste pas moins  étrangère à la perspective chrétienne, et cela il ne l'a jamais caché" (JF235). A pesar de nunca haber ocultado que no era cristiano, M. se expresaba con tal ambigüedad que su lenguaje engañaba a muchos católicos, aún que su intención no fuese esa. Lo que sólo Dios sabe. No nos cabe a nosotros darle un atestado de condena de sus intenciones. Pero tampoco sus amigos pueden dar diploma de su buena intención.

            Los textos más bellos de M. en defensa de la Iglesia son siempre ambiguos. Ejemplo típico de eso es su famoso canto en homenaje a Roma:

             "Je suis Romain, parce que Rome, dès le Consul Marius et le divin Jules, jusqu'a la Théodore, ébaucha la première configuration de ma France. (...) Je suis Romain, parce que, si je ne l'étais pas, je n'aurais à peu près plus rien de Français (...) Je suis  Romain dans la mesure où je me sens homme (...) (C. Maurras, La démocratie  religieuse, p. 26, apud PRP, 116).

            "Je suis Romain dans la mesure où je me sens homme: animal qui construit des villes et des Etats... animal social...qui excelle à déduire une loi rationnelle... Rome dit: oui, l'Homme dit oui. Je suis Romain, je suis humain, deux propositions identiques" (JF, 337). Si Pablo VI tuviese talento, habría escrito esas frases, en su discurso de clausura del Vaticano II, ese Concilio Pastoral que colocó la Iglesia al servicio del Hombre.

            Jean de Fabrègues comentando estas últimas frases de M. dice: "C'est une vérité humaine qu'il salue dans le catholicisme” (JF, 330). "Dire: 'Je suis romain dès que j'abonde en mon être historique, intellectuel et moral', c'est restreindre la catholicité à une air du monde (JF, 330). Esta observación de JF es tan verdadera que PB afirma que M. declaró su "conviction forte et fidèle de la nécessité humaine du catholicisme universel" (PB, 565). Volvemos a decir: Pablo VI no pensaba  diversamente, en cuanto a ese punto.

            Lo que M. consideraba positivo en el Cristianismo era el haber conservado cierto Orden en la humanidad, contradiciendo lo que había escrito a respecto del Magnificat:

            "Le catholicisme traditionnel, pour lui, c'est ce qui "soumettant les visions juives et le sentiment chrétien à la discipline reçue du monde hellénique et romain, porte avec soi l'ordre naturel de l'humanité" (JF, 61).

Nótese bien que M. considera que:

1 - en el Cristianismo, la disciplina griega sometió las "visiones  judaicas";

            2 - que el bien del cristianismo fue principalmente humano.

 

            Que se nos permita aún otra citación de alguien directamente contrario a M., para que se tenga una noción más equilibrada del papel que atribuía, de hecho, a la Iglesia Católica, en la Historia. Si ciertamente afirmó que el catolicismo conservó el Orden en la humanidad -nótese: conservó y no estableció- Orden que habría heredado de la civilización gerco-romana y no del "Cristo hebreo", como decía M. de modo blasfemo, es muy conveniente acrecentar que, según declaró Louis Dimier, antiguo colaborador y amigo de M. que después se apartó de él, el jefe de la  AF le dijo, un día: "Avec votre Religion, me dit-il un jour, il faut que l'on vous dise, que depuis dix-huit cents ans, vous avez étrangement sali le monde" (L. Dimier, Vingt ans d'Action Française, p.30, apud PRP,82).

            Si son citadas frases que San Pío X habría dicho, particularmente a alguien, a favor de M., ¿por qué no se debería aceptar la citación de frases dichas por él, y que irían contra él? ¿La fuente es tenida por sospechosa por ser de alguien que se volvió enemigo de M.? Examínese, por lo menos, si lo que es testimoniado es coherente con lo que M. escribió, con algunos velos, más o menos diáfanos, o no. Si es coherente, ¿por qué rechazarla?

            En la década del 30, cuando se desarrollaban las negociaciones con la  Santa Sede para que fuese levantada la excomunión de la AF, M. escribía que tenía "la conviction forte et fidèle de la nécéssité humaine du catholicisme universel" (PB, 565).

            Cuando M. veía algún valor en el Cristianismo, era apenas un valor humano y naturalista, e, inclusive así, manchado por un anti-semitismo que jamás escondió.

            Para M., el valor del catolicismo era considerado apenas en cuanto coincidente con el bien de la Nación francesa -"de la diosa Francia"- como decía.

            "Ce n'est pas seulement cent fois, mille fois, Maurras y est revenu, c'est pour des raisons politiques qu’il loue et écoute l'Église de Rome: "les intérêts du catholicisme romain et ceux de la France se confondent presque toujours, ne se contredisent nulle part" (JF, 330).

            El propio Perre Boutang -dicípulo preferido de M.- confirma que la AF hizo "Une défense politique des intérêts religieux" (PB, 324).

            En Francia, el catolicismo fue uno de los factores componentes -no el único- de la mentalidad nacional. Es bajo este aspecto que M. se pone como defensor de la Iglesia contra las persecuciones del gobierno republicano y masón, y no por causa de la fe. Consideraba M. que, atacar la Iglesia, era solapar uno de los pilares naturales en que se fundaba la nacionalidad  francesa:

            "C'est d'abord que l'Église en France étant un des composantes  traditionnelles de la vie nationale, étant génératrice d'ordre social et de dévouement national, elle a droit dans la guerre comme dans la paix au libre développement de son action" (JF, 268)

            La AF "condamnait l'action de Combes, non pas du point de vue religieux, mais au nom de l'unité nationale, du fait que la religion catholique était, et la représentation de l'ordre de l'esprit et de l'ordre  humain, et la composante majeure de l'esprit Français et de la vie nationale" (JF, 189).

            El amigo y compañero de M. -además dirigente principal de la AF- el ex-radical y socialista Vaugeois decía abiertamente lo que M. pensaba y praticaba: "On peut être métaphysiquienent athée, si l'on professe le respect du Catholicisme comme religion de la France" (JF, 194). Y "Maurras affirme que sa pensée "est suffisamment païenne et chrétienne pour mériter le beau titre de catholique", mais refuse "le bizarre Jésus  romantique et Saint simonien de 1840" (JF 35).

            Y, ¿entre los católicos, cuál era la posición que M. prefería? A los "integristas" no los soportaba a no ser con dificultad:

            "Enfin, et l'auteur de ce livre peut apporter un témoignage  personnel, Maurras lui même ne souffre les milieux "intégristes" du  moment qu'avec peine, il les juge (à juste titre) intellectuellement très médiocres, plus profondément il se sépare d'eux sur deux points majeurs: sa pensée refuse cette sorte "d'internationale blanche" (c'est ainsi qu'il la désigne) où les problèmes religieux sont jugés sans rapport avec le contexte national ou social auquel ils s'appliquent, on pourrait dire qu'il  répugne à ce que les milieux d'Action catholique nommeraient bientôt un blocage sans nuance du politique et du spirituel. Il se refuse aussi -et ceci le concerne très personnellement- à une perspective où le principe religieux commande à toute la politique: comment lui agnostique, pourrait-il y entrer?" (JF, 299-300).

            Por tanto, M. no podía aceptar dos cosas en el catolicismo llamado  "integrista":

            1- la sumisión de los intereses nacionales a la religión Católica;

            2- la sumisión de la política a la religión.

            Era lógico que M., no aceptando la existencia de un Orden sobrenatural, al cuál todos los valores naturales deben estar subordinados, se negaba a subordinar el interés de Francia al de la Iglesia, la política a la religión. Lo que es ilógico e inconcebible es que los católicos -y especialmente los tradicionalistas- lo aceptasen como maestro y como líder.  Lo que es incomprensible es que hasta hoy ellos no admitan criticarlo y lo tengan como maestro intocable e indiscutible.

            En cuanto los integristas querían la restauración del antiguo Orden cristiano, M. ciertamente ni pensaba en eso; recordemos esta citación ya hecha:

            "Non, ce n'est pas une construction confessionnelle qu'il veut faire, et c'est encore moins une simple reconstitution historique. Ce qu'il veut, c'est que naisse une société conforme à la nature, et tous doivent y trouver leur place" (JF, 215). Y el "tous" englobaba a los protestantes y a los socialistas.

            En las vísperas de la primera guerra mundial, no se pasó año sin que M. no fuese atacado por eclesiásticos que lo denunciaban como autor no católico. No conocemos la posición política de cada uno de esos autores que vamos citar. Pero, aún que fuesen liberales o modernistas, conviene examinar si sus acusaciones contra M. y la AF eran pertinentes.

            Así, Mons. Chapon, Obispo de Nice, en carta pastoral fechada en 1913, escribió: “(...) d'écrivains aveugles ou perfides, qui s'efforcent d'ériger, sur les plus purs principes de l'athéisme et du positivisme à peine dissimulés, toute une morale sociale et politique; et ce qu'on n'aurait jamais imaginé, c'est sous prétexte et avec la prétention de servir l'Église qu'ils s'efforcent de discréditer Jésus-Christ, sa morale et sa doctrine" (YC, 260-261).

            Repetimos: no importa afirmar que la intención de Mons. Chapon, al atacar a AF, era de defender al liberalismo. Importa, esto sí, verificar si su acusación contra M. era o no procedente.

            A su vez, el Padre Jules Pierre acusaba à AF de apoyar y elogiar a los ateos y masones Tendal y Proudhom y de querer organizar una fiesta nacional para el ateo Saint-Beuve. (Cfr. YC, 261).

            Mons. Sévin, Arzobispo de Lyon, aunque considerase inoportuna una condena de M., reconocía que era condenable: "Dans l'oeuvre littéraire ou philosophique de M. Charles Maurras, il y a cent propositions contraires à la foi et aux moeurs. M. Maurras est digne d'être condamné, nul n'en doute". Mais il estimait aussi qu'une condamnation serait très inopportune dans les circonstances actuelles, car "M. Maurras n'a pas écrit ou enseigné que des erreurs agnostiques, il a aussi porté des coups très rudes au Sillonisme, au Liberalisme, au Démocratisme". Condamner certaines oeuvres de Maurras fournirait à ses adversaires un prétexte "pour conclure que tout ce cet écrivain a publié, spécialement ce qu'il a très justement contre eux, est repoussé". (YC, 261).

            He ahí una opinión que nos parece equilibrada: M. era condenable, pero, en aquellas circunstancias era inoportuno condenarlo. Sólo que hoy aquellas circunstancias ya no existen. Por tanto, no hay ninguna razón más  para defenderlo.

            El 17 de diciembre de 1913, Mons. Guillebert, Obispo de Fréjus y antiguo profesor de M. escribió al Vaticano, atacando los errores de M.

            En la Navidad de 1913, fue el abbé Gaudeau que  en su revista anti-liberal La Foi Catholique, dénonçait  "les dangers "d'un groupement catholique dans sa masse et dont le chef intellectuel professe l'athéisme". Le zèle de l'abbé Gaudeau était d'autant plus malvenu qu'il avait lui-même participé quelque temps aux activités du mouvement royaliste en donnant des cours a la l'Institut d'Action Française" (YC, 264).

            Se verifica entonces que autores de todas las tendencias, inclusive anti-liberales o simpatizantes de M., todos reconocían que era condenable.

            M. llevará a la AF a emprender luchas callejeras contra sus oponentes. Maurice Pujo, uno de los primeros que adhiriera a la predicación de M, organizará los pelotones de jóvenes monarquistas para el combate directo contra los comunistas y liberales. Esa tropa de choque maurassiana comenzará a actuar vendiendo el diario de la AF en las puertas de las iglesias. Por eso, sus miembros comenzarán a ser llamados de los "Camelots du Roi". Pronto, de esa acción de propaganda pacífica se pasó para la acción física directa. Los "Camelots du Roi" comenzarán a utilizar métodos  que se tornarían típicamente facistas: pintaban a los adversarios de pez, los obligaban a tomar aceite de ricino, disolvían reuniones de sus enemigos a puñetazos. En esas luchas callejeras y en los corredores de la Sorbonne, los "Camelots du Roi" adquirieron gran experiencia. El "Quartier Latin" se hizo su feudo.

            Cuando los católicos perseguidos iniciaron sus propias manifestaciones en la calle contra el gobierno perseguidor de la Iglesia, los "Camelots du Roi" se apresuraron a hacer causa común con ellos, lo que fue tanto más fácil cuanto muchos de los dirigentes de los "Camelots" y de la AF eran católicos practicantes. Naturalmente, como los "Camelots du Roi" tenían larga experiencia de luchas callejeras, ellos organizaban y defendían las manifestaciones de los católicos. Era natural entonces que la AF ganase las simpatías de los católicos menos avisados. ¿No defendía la AF la monarquía católica? ¿No quería restaurar el Orden contra el liberalismo disolvente? Para esos católicos ingenuos, las ideas agnósticas y socialistas de M. eran desconocidas  o de menos importancia. De ese modo, desde 1910, más o menos, "l'incroyant Maurras était  le maître à penser d'un immense horizon de la jeunesse catholique, c'étaient ses troupes qui encadraient et souvent conduisaient la bataille catholique quand il fallait organiser l'action dont l'épiscopat avait confié la responsabilité aux équipes du général de Castelnau" (JF, 292). En 1920, cuando Joana d'Arc fue canonizada por la Iglesia, M. desarrolló una gran campaña nacionalista a favor de esa canonización, teniendo en vista utilizar el nombre de esta santa como factor de incentivo al patriotismo nacionalista francés. Para comprenderse el carácter equívoco de la acción de M. con relación a Santa Joana d'Arc, basta recordar que el desfile de la AF en Paris, en 1920, en homenaje a la Santa de la Lorena, fue descrito por Maurice Barrès a Léon Daudet en los siguites terminos: "Mon cher Léon, je vais vous dire une folie qui m'a prodigieusement frappé hier, quand je rentrais chez moi, après le défilé (de Jeanne d'Arc) et que je vous  croisais. C'était le cortège du jeune Dionysios". (JF, 279). ¿Cómo se podría  comparar  Santa Joana d'Arc y Dionísio, esto es, Baco?

            La primera vez que se levantó, en Roma, la posibilidad de la  condena de M. fue en 1914. En esa fecha se sometieron al examen del Santo Oficio varias obras de M. El fue advertido de la posibilidad de una condena y mandó emisarios a Roma a sondear lo que estaba ocurriendo y actuar, si posible, en su defensa. En ese tiempo, Reinaba en Roma San Pío X. Los partidarios de M. afirman que M. no fue entonces condenado sólo por causa de la protección del Papa santo. Como prueba de la actitud de San Pío X a favor de M., citan testimonios de personas que habían oído de ese Papa palabras de elogio para el jefe de la AF. Así, el padre Pègues habría hablado con el Papa sobre M. y sobre la posibilidad de ser condenado por el Santo Ofício y el Pontífice le habría respondido: "Ah! Cette affaire, tant poursuivie en ce moment. Aujourd'hui même, maintenant ils sont réunis contre elle [...] Maurras! Maurras! ajouta le Saint- Père, comme ils lui en veulent! "Et le Pape d'ajouter: "Faranno niente!" "Non è opportuno! Non è opportuno!", en concluyant: "Maurras se convertira!" (YC, 265). Y, después que el Padre Pègues leyó al Papa un trecho de carta de M. al pontífice, San Pío X habría dicho: "Il poveretto! Le cher enfant (...) Écrivez-lui et dites-lui que je le bénis" (PB, 361).

            ¿Qué decir de ese testimonio? Aún que fuese verdadero, -y no es crimen dudar de él- de las palabras atribuidas al Papa se concluye apenas que M. era condenable, aunque no fuese conveniente su condena, en aquella época. Entretanto, consideramos extraño que San Pío X criticase de ese modo a la Congregación del Index de su tempo de la cual participaban eclesiásticos de su confianza. Además, San Pío X criticó a los que citaban palabras del Papa en audiencias particulares, pues esto puede llevar a grandes abusos y confusiones. Por fin, conviene recordar que el propio San Pío X, en el documento en que condenó al Sillón, recuerda que  anteriormente él envió elogios e incentivos al Sillón, en documento  público:

            "Il Cardinale Merry del Val, Segretario di Stato di Pío X, cosí in data 4 Gennaio 1905 scriveva al Cardinale Richard, Arcivescovo di Parigi:

            "Sua Santita la loda Vostra Emminenza per la protezione concesa ai giovani del "Sillón", desiderando che Ella prosegua nell'incoraggiarli nel prosseguimento della loro opera, per il suo progresso e per il suo maggiore profitto. L'augusto pontefice è cierto che anche tutto l'Episcopato di Francia accorderà la propria benevolenza e la propria protezione a la Societa la del "Sillón" (Cfr. Acta S. Sedis ann. III (1905) pp. 15-16. Cfr. anche: "L'Univers di Parigi del 13 de marzo 1905. Apud  P. Girolamo dal Gal, Il Papa Santo, Pío X, Ed. Mesaggero di S. Antonio di Padova, 1954,  p. 270, nota 1).

             Ahora bien, si San Pío X confesó haberse engañado en el caso del Sillón, podría también haberse engañado con la AF y M.

            Otra declaración personal citada por PB cuenta que, en 1911, al recibir a la mamá de M., San Pío X le habría dicho: "Ne parlez pas à votre fils de ce que je vais vous dire (...) Ne lui en dites jamais rien, mais je bénis son oeuvre. Elle aboutira" (PB, 362).

            Ahora, la obra de M. "n'aboutit pas". Si la declaración es verdadera, se debería explicar cómo la profecía de un santo falló...

            Sobre el resultado del juicio de la Congregación del Index, en 1914,  se registró una gran polémica. Consta que M. fue condenado, pero que San Pío X se negó a firmar, él mismo, la condena. Los enemigos de M., a su vez afirman que el decreto de condena de M. de Pío XI  fue el  mismo que San Pío X hiciera en 1914, dejando su publicación para ocasión más oportuna. Exigiendo sin embargo que, cuando fura publicado, lo fuese  con la fecha de 1914. Los defensores de M. niegan esa versión, garantizando que San Pío X  jamás permitió la condena del líder de la AF.

            Es muy difícil probar una u otra versión. Lo que importa es saber si M. era condenable o no, y si ahora, -pasadas ya muchas décadas- es aún oportuno y necesario continuar defendiéndolo.

            Yves Chiron, en su libro, dice que, en la reunión de la Congregación del Index, realizada el 15 de enero de 1914: "Tous les consulteurs furent unanimement d'avis que les quatre oeuvres de Charles Maurras: le Chemin de Paradis, Anthinéa, Les amants de Venise et Trois idées politiques, étaient vraiement mauvaises et donc méritaient d'être  prohibées; à ces oeuvres, ils déclarèrent qu'ils faisaient ajouter l'oeuvre  intitulée  L'avenir de l'intelligence. Plusieurs consulteurs voulurent qu'on y ajoutât aussi les livres intitulés La Politique Religieuse et si le coup de force est possible." (YC, 266).

             El día 26 de enero de 1914, la Congregación del Index decidió por unanimidad colocar en el Index esas siete obras de M. y también la revista Action Française, "dejando a la Sabiduría del Pontífice la decisión de la publicación del decreto".

            El insospechable Yves Chiron dice a ese propósito: "Maurras et l'AF étaient-ils fondés à dire et à écrire, comme ils le firent à plusieurs reprises quand le texte de la condamnation fut reconnu en 1927, que le décret exhumé était un faux et que le document d'origine avait été déchiré et brûlé, après que Pie X eut refusé de le promulguer? En l'absence d'une consultation des documents dans les archives vaticanes, impossible pour le moment, on ne peut répondre en toute certitude à cette question.

            "Il est certain, en revanche, que le pape ne pouvait pas ne pas trouver répréhensibles des ouvrages et une revue où avaient été publiées des pages injurieuses pour la religion chrétienne. C'était son devoir de gardien de la foi." (YC, 267).

            Conforme a otro testimonio personal, San Pío X habría dicho, en 1914, a Camille Bellaigue que agradecía al Papa no haber condenado M.: "Elle est là [la condena] répondit le pape en montrant son bureau, et elle  n'en sortira  pas".

            "Puis il ajouta: "Ils venaient, en colère, comme des chiens, me dire: "Condamnez-le, très Saint Père, condamnez-le".

"Je leur répondais: "Allez-vous en, allez lire votre bréviaire, allez prier pour lui". (LT, 81).

            Y cuando Camille  Bellaigue pidió al Papa una bendición para M., el Papa habría contestado: "Notre bénédiction! Mais toutes nos bénédictions. Et dites-lui qu'il est un beau défenseur de la Foi". (LT, 81). Hasta M. dudó de la objetividad de este relato, indagando si el Papa no habría dicho "un bello defensor de la Iglesia" y no de la fe. (Cfr.YC, 268).

            Otra declaración personal sobre el caso M. y San Pío X  fue dado por Mons. Charost, Obispo de Lille. Contó que, en visita al Papa, éste indicando una gaveta le dijo: "Nous avons là, mon cher fils, tout ce qu'il faut pour condamner Maurras. Mais nous croyons fort que les personnes qui nous ont si bien documenté ont agi beaucoup moins par amour et par zèle de la sainte religion que par haine des doctrines  politiques soutenues par l'Action Française"

            "Puis, refermant d'un geste sec le tiroir de son bureau, Pie X ajouta: "Aussi, moi vivant, l'Action Française ne sera jamais condamnée. Elle fait trop de bien. Elle défend le principe d'autorité. Elle défend  l'ordre". (LT, 83).

            Conforme a esa declaración, San Pío X reconocía, por tanto, que M. era condenable, y sólo se oponía entonces a su condena por razones de oportunidad. ¿Cómo entonces se defiende hoy la ortodoxia de M?  Además, el propio LT reconoce  que si el Papa Pío X no condenó a M., no era porque este no mereciese condena, sino para no perjudicar la obra de la  AF, en aquel tiempo, en Francia. (Cfr. LT ,84).           

            Ese mismo autor, Lucien Thomas, que fue de la AF, muestra bien la mentalidad con que se defiende hoy a M., al decir: "Qu'on n'oublie pas que le secrétaire de la Congrégation de l'Index était un prélat allemand, Mgr. Eser" (LT, 84), insinuando que Alemania tenía interés en condenar a M., para solapar la resistencia patriótica francesa, a las vísperas de la primera guerra mundial. ¡A qué absurdos lleva el nacionalismo! (Cfr. LT, 84-85).

            Pierre Boutang cuenta que, en esos primeros días de 1914, M. "s'attend  donc au pire, comme le prouve ce passage étrange: "J'étudie même un nouveau procédé destiné à fournir à l'Église une nouvelle marque de respect, et cela en toute hypothèse, que la condamnation soit  rendue ou non, publiée ou non". (PB, 360).

            No todos sin embargo se dejaban engañar. Un antiguo condicípulo de M., el abbé Brémond, le escribió poco después, diciendole que, M., era "incapable de voir les réalités, soit du présent, soit du passé, telles quelles sont [...] je me suis persuadé que votre philosophie  -catholique- est foncièrement antichrétienne. Vous ne pouvez pas le sentir. Tact infini,  décence parfaite, rien n'y fera" (YC, 292).

           

 

XI - Entre San Pío X (1914) y Pío XI (1926)

 

Para enfrentar a Alemania, el nacionalista M. pedía la unión de todos los franceses, mismo que fuesen socialistas. Poco antes de la guerra elogió, en AF, al socialista Jules Guesdes "un socialiste du parti de la France". Y, cuando Guesdes fue ministro, M. escribió que, con un socialista como él, el "diálogo" era posible.

            Si M. odió alguna cosa, esta fue Alemania, la enemiga y rival de su "diosa Francia". En su nacionalismo extremado, M. llegó a escribir lo que siguiente:

            "Race allemande qu'enfle et grise

              L'impunité de la traîtrise

              Et l'ignorance de l'honneur"

            (C. Maurras, Ode à la bataille de la Marne, apud YC, 293).

¿Sería exagerado decir que ese texto es el de un fanático?

            Si era para perjudicar a Alemania, M. aceptaba que en ella se proclamase la República, lo que demuestra que no era  favorable a la Monarquía, por principio, sino por conveniencia.

            Aún más sorprendente que desear la democracia para los enemigos, fue la actitud de M. frente a la Revolución bolchevique de Lenin,  en  Rusia zarista.

            "Faisant preuve d'un étonnant pragmatisme, Maurras salua d'abord ceux qui venaient de renverser la monarchie en Russie [...]: "sans doute  je ne crois pas que le régime qu'ils ont choisi puisse convenir à la France. Mais ils sont chez eux. La monarchie de France n'aurait aucune raison de se séparer d'une république en Russie". (YC, 298). Para un líder presentado como derechista, es una frase escandalosa.

            Después de 1918, M. creció en popularidad y en influencia. Autores famosos o en busca de fama le dedicaban sus obras. Fue el caso de Drieu de la Rochelle y de una autora que vendría a ser escandalosamente famosa por su lesbianismo confeso, Margueritte  Yourcemar. (Cfr.YC, 300).

            En el exterior, el nacionalismo portugués de Salazar se inspiró en el pensamiento de Maurras. Salazar "ne cesse de désigner [M.] comme un de ses maîtres. (JF, 355). Y la victoria del fascismo de Musolini, cuyos métodos de acción eran semejantes a los de M. vino a despertar en los miembros de la AF la esperanza de tener también un día la posibilidad de tomar el poder en Francia por medio de un golpe de Estado. Esa esperanza hace tanto tiempo adormecida y jamás realizada, fue, poco a poco, minando la confianza de los miembros de la AF en su líder que no realizaba en Francia lo que Musolini y Salazar habrían conseguido en sus países. Ya en 1920, Bernanos romperá con la Liga de la AF por discordar de los métodos maurrassianos. El autor del "Diálogo de las Carmelitas", en su carta de ruptura, criticaba la obediencia incondicional de los miembros de la AF a su líder M.: "À force de prétendre obéir sans comprendre, on risque de ne plus comprendre pourquoi on obéit, par se détacher de l'obéissance comme du reste. Ne pas chercher à comprendre supprime aussi toute chance d'aimer et d'admirer (...)" (YC, 305).

            Obedecer sin comprender, acaba por llevar a no comprender más por qué obedecer. Palabras sabias que explican el por qué, hoy, tantos padres que obedecieron sin comprender, acabaron por hacer el propio capricho, pues ya no comprendían más lo que era la obediencia.

            La consecuencia de eso fue que "entre les deux guerres, les ligueurs, des cadres de l'AF quitteront par vagues régulières Maurras, estimant que le mouvement royaliste était sclérosé, qu'il ne ferait jamais le coup promis et que d'autres aventures devraient être tentées" (YC, 307). Esto también era consecuencia de la ambigüedad del pensamiento maurrassiano que, entre varios rumbos, no se decidía claramente por ninguno.

            Esta indecisión con relación al objetivo final no impedía que M. fuese audaz hasta la brutalidad y sin escrúpulos morales en la consecución de sus objetivos intermedios. Ejemplo de audacia afrentosa y que no titubeaba en la escogencia de medios, inclusive ilegales e inmorales, está en la famosa carta que publicó contra el ministro del Interior, Abraham Schrameck, después de la séptima víctima mortal de miembros de la AF por atentados de los izquierdistas. a pesar de eso, es difícil imaginar mayor prepotencia en el ejercicio de la autodefensa llevada más allá de los límites legítimos, utilizando la injuria y la amenaza contra la autoridad, como si M. fuese señor absoluto de la justicia y del Estado:

            "[...] votre personnage est éminemment représentatif [...] vous êtes le Juif. Vous êtes l'Étranger. Vous êtes le produit du régime et de ses mystères. Vous venez des bas-fonds de police, des loges, et, votre nom semble indiquer, des ghettos rhénans. [...] Votre race, une race juive dégénérée (car il y a des juifs bien nés qui en éprouvent de la honte), la race des Trotsky, des Krassine, des Kurt Eisner et des Bela Kuhn, vous en  charge maintenant d'organiser la révolution dans notre patrie (...) (...) Monsieur Abraham Schrameck, comme vous vous préparez à livrer un grand peuple au couteau et aux balles de vos complices, voici les  réponses promises. Nous répondons que nous vous tuerons comme un chien [...]. Pour qu'il n'y ait pas de malentendu anthume ou posthume, j'en donne l'ordre formel á ceux qui veulent bien accepter mon commandement. Jusqu'à l'attentat que vous préparez, j'ordonnais la patience et j'interdisait de riposter sur vous. Les ordres qui partent de cette maison sont obéis, vous le savez. (...) Seul l'intérêt public vous jugera et frappera par ma voix [...] Il ne m'est pas possible de vous saluer, Monsieur Abraham Schrameck, mais je vous avertis. Remercier m'en" (YC, 327).

            Una insolencia que llega a rayar en la rebelión declarada, substituyéndose personalmente al poder legítimo, tendía a atraer de regreso a las filas de la AF a aquellos que se apartaron de ella acusando a M. de indecisión. Cuando el golpe no vino, esos elementos se iban al nazismo y al fascismo, que sí cumplían sus amenazas de muerte.

            Por esa carta criminosa y racista, M. fue condenado a un año de prisión, con prórroga, y a 1000 francos de multa. La condena aumentó su prestigio entre los ardorosos Camelots du Roi y Ligueurs de la AF. Ejemplo de ese aumento de prestígio está en la carta que M. recibió del abbé Van den Hout: "Dans la nuit obscure où se débattent peuples et gouvernements, deux phares brillent seuls, mais brillent inégalement: ROME et  MAURRAS!"

            Uno de los seguidores de M. que se apartó de él, porque deseaba una acción más directa, fue Georges Valois. Fascinado por el éxito de Musolini  -que fuera líder anarquista y socialista radical antes de volverse "derechista"- Valois se aproximó a los comunistas y, en 1925, fundó el Faisceau -el Facio- inspirándose en el nombre y en el estilo del fascismo. Pronto hubo choques entre los miembros de la AF y los del Faisceau. En noviembre de 1926, la sede de la AF fue atacada por los militantes del Faisceau. En la defensa de la redacción del diario AF quedaron heridos dos seguidores de M.: Georges Calzant y Maurice Tissier de Mallerais.

            Por ese tiempo, M. visitó Italia fascista y sólo tejió loas a la obra de Musolini: "Ni anarchie, ni décadence: la regéneration et le renouveau." (YC, 337). Aunque M., más tarde, criticase el estatismo de Musolini, por esa época tenía admiración "pour  l'Enchanteur" (YC, 337).

 

 

XII -  La condena de M. por Pío XI

 

            La condena de la AF comenzó por la publicación de una carta del Cardenal Andrieu, de Bordeaux, que fuera un admirador de M., haciendo serias críticas al movimiento maurrassiano. La carta fue publicada en el diario Aquitaine, en respuesta a una consulta  hecha por jóvenes católicos de la AF.

            A lo que consta, habrían sido los dirigentes de la Acción Católica –¡otra Acción!- que pidieron a Roma tomar medidas contra M. y la AF. Pío XI habría entonces pedido que un Cardenal lanzase una carta de condena contra la AF, lo que fue ejecutado por el Cardenal Andrieu, de Bordeaux. En su carta, el Cardenal acusaba a la AF de no tratar apenas de política, sino también de religión y de moral, sin licencia de la autoridad eclesiástica, y de enseñar graves errores en esas materias. Decía el Cardenal:

            "Les dirigeants de l'AF se sont occupés de Dieu. Quelle idée en ont-ils? Ils le regardent comme inexistant ou inconnaissable, et ils se déclarent, de ce chef, athées ou agnostiques. L'oracle des dirigeants de l'AF publia, dans sa jeunesse, un ouvrage intitulé Le Chemin du Paradis qu'il a fait rééditer en 1920, après quelques corrections et suppressions de pure forme. Or, Le chemin du Paradis est un recueil de contes licencieux dont l'athéisme rivalise avec celui de nos contemporains les plus réfractaires  à l'idée religieuse.

            "Les dirigeants de l'Action Française se sont occupés du Verbe de Dieu incarné dans le sein d'une Vierge. Quelle idée en ont-ils? On peut s'en rendre compte en parcourant un autre ouvrage du même chef de l'Action Française: Anthinéa, dont le premier titre fut Promenades paíennes. Dans l'édition de 1923, l'auteur a supprimé, pour raison de convenance, quatre pages blasphématoires sur le Nazaréen et la Nuit du christianisme, mais il n'y a aucune rétractation et bien d'autres impiétés ont été maintenues.

            "Les dirigeants de l'Action Française se sont occupés de l'Église. Quelle idée en ont-ils? Ils repoussent tous les dogmes qu'elle enseigne. Elle enseigne l'existence de Dieu et ils l'a nient, car ils sont des athées. Elle enseigne la divinité de Jésus-Christ, et ils l'a nient, car ils sont antichrétiens. Elle enseigne qu'elle a été fondée elle-même par le Christ, Dieu et Homme, et ils nient son institution divine, car ils sont anticatholiques malgré les éloges  parfois très éloquents qu'ils décernent à l'Église, dans un but qui n'est peut-être pas tout a la fait désintéressé. Selon le mot d'un célèbre théologien placé naguère sur les autels, l'Église est "une monarchie tempérée d'aristocratie", et cette organisation dans l'ordre religieux peut attirer des partisans a la l'organisation de même nature que les dirigeants de l'Action Française cherchent a la établir dans l'ordre politique. Catholiques par calcul et non par conviction, les dirigeants de l'Action Française se servent de l'Église, ou du moins ils espèrent s'en servir, mais ils ne l'a servent pas, puisqu'ils repoussent l'enseignement divin, qu'elle a mission de propager.

            "Quand on renie Dieu, son Christ et son Église, il est difficile, pour ne pas dire impossible, de construire une morale vraie, la morale traditionnelle, la morale à base religieuse, la morale du devoir, expression d'une volonté divine. Aussi, les dirigeants de l'Action Française, en particulier leur chef, celui qu'ils appellent le Maître, ont dû se réfugier dans l'amoralisme. Ils ont fait table rase de la distinction du bien et du mal, et ils ont remplacé la recherche de la vertu par l'esthétisme, ou le culte de la beauté, et par l'épicurisme, ou l'amour du plaisir. Le chef de l'Action Française réprouve tout système qui, comme le christianisme, fait de l'effort à la vertu la règle des actes volontaires, la base des institutions sociales et le principe du progrès social de l'humanité. Faut-il s'étonner qu'il se montre si prodigue de mépris et de sarcasmes contre ce qu'il appelle les doctrines "vertuistes"? "D'après les dirigeants de l'Action Française, la société est affranchie comme l'individu de toutes les prescriptions de la loi morale et ils essaient de justifier cette indépendance à l'aide de deux  sophismes: la stabilité du type de l'homme et l'immutabilité foncière de la société régie comme l'homme  par des lois physiques qui excluent la moralité, puisqu'elles  empêchent l'exercice de la liberté.

            "Les dirigeants de l'Action Française invoquent a la l'appui de leur thèse cet autre argument fantaisiste: l'humanité est divisée en deux clases ou plutôt deux règnes: l'homme non lettré, que le maître de cette école appelle l'imbécile dégénéré, et l'élite des hommes instruits. Or, l'humanité doit se conserver telle que la nature l'organise. Elle s'est donc finalement condamnée a la n'avoir d'autre règle de conduite que l'immobilisme.

            "Et pour combler le vide causé par l'absence complète de la loi morale, les dirigeants de l'Action Française nous présentent une organisation sociale toute païenne où l'État, formé par quelques privilégiés, est tout, et le reste  du monde rien.

            "Aussi osent-ils nous proposer de rétablir l'esclavage! Et qu'on ne leur parle pas d'une revendication quelconque de l'individu à l'encontre du pouvoir. La raison d'État sera supérieure à toute considération de justice et de moralité; car, dit le chef de l'Action Française, la "morale naturelle prêche la seule vertu qui est la force", et selon le mot d'un autre maître de la même école, 'toute force est bonne, en tant qu'elle est belle et qu'elle triomphe". (LT, 111-112).

            El propio Cardenal Andrieu contó más tarde que fuera el Nuncio quien le pidiera condenar a la AF, y que, cuando él lo hiciese, el Papa, en ocho días, confirmaría lo que él habría dicho. Hoy se sabe que la carta del Cardenal Andrieu, publicada en el Aquitaine, fue mandada antes a Roma, que aprobó su publicación, sin ninguna corrección. (YC, 341).

            Publicada la carta del Cardenal Andrieu, la AF respondió inmediatamente, afirmando que las acusaciones eran injustificadas y que M. jamás había propagado su incredulidad personal. Además de eso, afirmaba que las frases atribuidas a M. eran truncadas y sacadas del texto del belga Passalecq, contra la AF. Se alegaba aún que la AF provocara la conversión de varios de sus dirigentes como Henri de Vaugeois.

            M. consideró que el ataque planeado por Pío XI y ejecutado por el Cardenal de Bordeaux, fuera, de hecho, maquinado por los demócratas-cristianos franceses, por Aristide Briand, y por los alemanes, para golpear el centro de la resistencia patriótica francesa contra Alemania. Era pues una larga conspiración.

            Maurras respondió personalmente al Cardenal el 2 de septiembre de 1926. Protestaba que él, y sólo el, era responsable por las ideas  expuestas en sus libros, y no los dirigentes de la AF. Declaraba que sus ideas habían sido explicadas en 1914, y que, en esa ocasión, el Papa se negara a condenarlo.

            El 8 de septiembre, el diario La Croix publicó una carta del Papa Pío XI al Cardenal Andrieu dándole entero apoyo. Entre otras cosas, decía el Papa: "Votre Emminence énumère et condamne avec raison (dans les publications non seulement d'ancienne date) des manifestations d'un nouveau système religieux, moral et social, par exemple au sujet de Dieu, de l'Incarnation, de l'Église et généralement du dogme et de la morale catholiques principalement dans leurs rapports avec la politique, laquelle est logiquement subordonnée à la morale. En substance, il y a dans ces manifestations des traces d'une renaissance du paganisme a la laquelle se rattache le naturalisme que ces auteurs ont puisé (inconsciemment, croyons-nous) comme tant de leurs contemporains, dans l'enseignement public de cette école moderne et laïque de la jeunesse, qu'eux mêmes combattent si souvent et si ardemment." (LT, 125-12).

            El 9 de septiembre de 1926, los dirigentes de la AF publicaron una carta al Cardenal Andrieu, en que protestaban contra las acusaciones de agnosticismo, de anti-cristianismo, de anti-catolicismo, de amoralismo y paganismo. Afirmaban su creencia en todo cuanto enseñaba la Iglesia Católica, estando prontos a firmar la profesión de fe de San Pío X. Concordaban que, en el terreno político, se habían unido a incrédulos, pero a incrédulos que respetaban la Iglesia, viendo en ella, si no una institución divina, "la más alta, la más pura, la más eficaz de las fuerzas morales actuando en el mundo". (LT, 119). Afirmaban aún que su doctrina era exclusivamente política y que era fácilmente subordinable a la "metafísica de Santo Tomás o al Credo católico" (LT, 129). Declaraban que la acción social de la AF era basada en el libro “Vers un ordre social chrétien” de La Tour du Pin. Ahora, el mejor comentador de La Tour du Pin -Robert Talmy- notó que "le maître de l'Oeuvre des Cercles Catholiques d'Ouvriers voulait travailler à reconstituer des institutions qui ne fussent pas confessionnelles. Cela est vrai, et c'est bien pourquoi l'accord entre Maurras et La Tour du Pin pourra être si constant" (JF, 225). "Non, ce n'est pas une construction confessionnelle qu'il veut faire, et c'est encore moins une simple reconstruction historique (...) La Tour du Pin écrit à Gaillart-Bancel qu'il y faut convier des protestants et des socialistes" (JF, 215).

            Jacques Maritain, en ese tiempo admirador de M., fue a verlo, y, para defenderlo, publicó "Une opinion sur Charles Maurras et le devoir descatholiques", en el cuál procuraba evitar una ruptura formal de la AF con Roma.

            Lucien Thomas  recuerda que Maurras "n'a jamais caché que certaines lignes qu'il a écrites dans sa jeunesse expriment des pensées et des sentiments inacceptables par l'Église" (LT, 127). Pero pondera que es necesario distinguir -lo que ni el Cardenal ni el Papa habían hecho- entre las ideas filosóficas de M. y las doctrinas políticas de la AF. En nuestra visión esa distinción no procede porque:

 1- Son los principios filosóficos de M. que determinarán su posición política, especialmente su lema tan ambiguo "politique d'abord";

 2- sería increíble que M. aceptase una política en contradicción con su filosofía.

Además, los dirigentes de la AF objetaban que el Cardenal errara hasta en el título de la obra Chemin de Paradis, que llamara  Chemin du Paradis; que la obra Anthinéa de M. nunca fue llamada de Promenades païennes, sino que M. pensó llamarla así. Como se ve, eran objeciones bien poco serias. Por fin, los dirigentes de la AF publicaban la carta elogiosa que el Cardenal Andrieu enviara a la AF, en 1915. (Cfr. LT, 128-130).

            El 17 de septiembre de 1926, M. escribió al Cardenal de Bordeaux, indagando la causa de su mudanza de opinión sobre la AF.

            Lucien Thomas da su testimonio personal de que M. no inculcaba sus ideas filosóficas y religiosas entre los miembros de la AF, diciendo que él ni sabia que M. era incrédulo, y que no leyó ni Anthinéa, ni Chemin du Paradis: "l'immense majorité des militants d'Action Française ignoraient complètement les ouvrages de Maurras mis en cause par la lettre du Cardinal Andrieu. Certains mêmes -et nous fûmes, un certain temps, du nombre- n'étaient pas informés de l'incroyance de Maurras" (LT, 136). Lo que comprueba la imprudencia de esos militantes y la astucia de M. en pasarles una doctrina política, sin que se diesen cuenta de las doctrinas filosóficas y religiosas  subyacentes a ella.

            El 16 de septiembre de 1926, los estudiantes de la AF, los "Camelots du Roi" y los comisarios de AF escribieron al Papa diciendo que "ils ont conscience des dangers que cela [el contacto con incrédulos] peut présenter" (LT, 139). "Ils s'engagent à n'oublier jamais que la tradition chrétienne figure au premier plan des traditions Françaises" (JF, 313).

             Ahora, esto contraría lo que el propio Lucien Thomas dice arriba, esto es, que la inmensa mayoría de los militantes de la AF ignoraba la incredulidad de M. Si la ignoraban, ¿cómo decían ellos tener conciencia de los peligros que corrían al tener contacto con ella? Además, al afirmar que no se olvidaban de que la tradición católica figuraba en el primero plano de las tradiciones francesas, ellos subordinaban la tradición católica a las de Francia.

            El día 25 de ese mismo mes, el diario de la AF reprodujo el texto publicado en  La Croix y traducido del Osservatore Romano, de las declaraciones del Papa a los peregrinos franceses en Roma. El Papa confirmaba su decisión de condenar los errores de la AF y que lo hiciera sin motivaciones políticas o diplomáticas. Era una respuesta a la acusación de la AF de que el Papa fue movido por los alemanes de la Curia, para tomar una posición que enflaquecía la resistencia política del nacionalismo francés en su lucha contra Alemania...

            Los miembros comunes de la AF se juzgaban injustamente juzgados por el Papa, porque decían que jamás el diario AF había tratado de religión, de la existencia de Dios, de la Encarnación del Verbo o de cualquier otro dogma.

            Esa indignación creció aún más con la publicación en La Croix de una nueva carta del Cardenal Andrieu al Papa, tratando de la AF. En esa carta, el Cardenal afirmaba: "L'AF n'est pas seulement une ligne politique, elle est encore une école, ses fondateurs l'ont affirmé à plusieurs reprises; et cette école a une doctrine dont ils ont eu soin de préciser le caractère. On peut lire notamment dans l'AF du 9 décembre 1912: "Voila la ce qui distingue l'Action Française des mouvements patriotiques antérieurs; voila la ce qui fait sa force, ce qui est la cause de ses succès, c'est que l'Action Française a une doctrine. Quelqu'un lui a donné. Ce quelqu'un est Charles Maurras". (LT, 143).

            Este documento del Cardenal Andrieu es muy importante. Vimos que M, se negaba a admitir que tenía una doctrina. El diario AF lo desmintió. El Cardenal mostraba aún que M. ejercía sobre los militantes de la AF "une véritable fascination. N'a-t-on pas écrit dans le feu de l'enthousiasme: "Il y a deux phares dans le monde: le Pape et le "Maître" de l'Action Française?" (LT, 143).

            Lucien Thomas comenta indignado esa carta del Cardenal. Reconoce que la AF tenía una doctrina, y que le fuera dada por M., pero recuerda que esa doctrina era estrictamente política.

            El 28 de septiembre, M. respondió al texto publicado en La Croix: "L'Action Française est une école. C'est encore vrai. Mais elle n'est pas une école de philosophie, de morale ou de religion. Elle est une école de politique nationale Française

            "L'Action Française a une doctrine. Cela est vrai aussi. Une doctrine politique et pas autre chose. Des hommes de doctrine politique ou religieuse différente, très différente, des hommes de  doctrine philosophique très opposée sont venus à l'Action Française, et y vivent, y travaillent et y agissent en choeur. Ils se sont unis avec elle et en elle. Sur quoi? Non sur la philosophie, non sur la morale, non sur la religion: sur une doctrine politique".

            "(...) En entrant à l'Action Française, en adhérant à sa doctrine politique, personne ne peut être prié de modifier les idées qu'il professe en matière de philosophie, de morale ou de religion. Chacun y reste  libre par conséquent  de donner à sa doctrine politique les principes philosophiques, moraux et religieux qu'il estime les vrais" (LT, 145)

            En esos párrafos, M. confiesa que la AF era pues una institución interconfesional, una de las razones más importantes para la condena del Sillón. M. describe la AF como entidad tan liberal cuanto la Masonería.

            Más adelante M. escribió que lo que unía a personas de ideas tan divergentes en la AF, no era la bondad o utilidad de la Iglesia Católica: "Non, Monsieur, ce n'est pas cela qui nous rassemble. Nous sommes rassemblés par le devoir politique. Notre point d'union, c'est la France, (...)(LT, 147). Por tanto, no era el catolicismo lo que unía a los miembros de la AF. Está confesado.

            Fue entonces que se hizo conocida la carta que el Cardenal Billot (al respecto de la verdadera posición del Cardenal Billot, cfr. Documento al final) escribió a Léon Daudet, el 16 de septiembre, dando su apoyo a la AF.

            "Le cardinal Billot" présente à M. Léon Daudet, ainsi qu'à tous les co-signataires de l'adresse à S.E. le Cardinal Andrieu, l'hommage de son profond respect, en même temps que ses plus chaudes félicitations pour la superbe réponse si digne et si fortement appuyée par la courageuse profession de foi catholique intégrale qui, nous l'espérons, fera que, avec l'aide de Dieu, l'Action Française sortira de la crises actuelle, plus que jamais admirée des bons et redoutée des méchants". (LT, 148).

            Era una carta -bomba, no sólo por ser de un Cardenal, sino por ser del Cardenal Billot, considerado entonces el "príncipe de los teólogos". Era una bomba especialmente porque, por ella, el Cardenal Billot se manifiestaza directa y claramente contra lo que dijera Pío XI.

            También el Cardenal Charost defendió la AF, sin embargo no sin restricciones. Después de defender lo que M. y la AF habían hecho de bueno, el Cardenal Charost no dejó de alertar que "la politique était subordonnée á la religion et que le devoir patriotique ne devait, en aucun cas, faire oublier les devoirs religieux. Il a en outre, -tel comme l'avait fait le Père Descoqs- souligné les lacunes que présentait l'oeuvre de Maurras du fait de l'incroyance de son auteur, et invité les jeunes gens à la prudence afin de sauvegarder la pureté de leur foi". (LT, 153).

            Para contornear la crisis, la AF se dirigió a las autoridades eclesiásticas en Francia pidiendo la nominación de capellanes  para asistir a los católicos afiliados a ella. Por orden del Vaticano, tal pedido no fue atendido.

            El 12 de octubre de 1926, M. escribió al Papa. En la carta, reafirmaba que su defensa de la Iglesia fue hecha por razones humanas; afirmaba que sus libros más criticados visaban atacar el idealismo, el Romanticismo y el panteísmo alemán, eran para hacer bien a no-católicos; mostraba como la AF sofriera persecución de los enemigos de la Iglesia. (Cfr. LT, 345-349). M. decía en esa carta al Papa que los "incroyants" que habían fundado la AF habían constatado que los enemigos de la patria eran también los enemigos de la Iglesia, y que los defensores de la patria eran también los defensores de la Iglesia, aunque permaneciendo exteriores a ella. Ellos enseñaban que bien universal representaba a la Iglesia para la Patria y para la humanidad, viendo en la Iglesia la madre de Francia y de la civilización. Como se ve, eran razones puramente humanas las que movían a la AF en la defensa de la Iglesia.

            En noviembre de 1926, en el Congreso anual de la AF, Maurice Pujo, uno de los principales líderes de la AF, defendió la tesis de que la AF sólo preservó a los jóvenes franceses de los "Maîtres d'erreur". En seguida, el Presidente de honor del Congreso, el Almirante Schwerer, declaró que "les croyants de l'AF, prêts à tous les sacrifices pour la défense de leur religion (...) parfaitement soumis à l'autorité religieuse du Souverain Pontife (...) à tous les ordres qu'il leur donnera en ce qui concerne la religion, prennent leurs directives politiques en dehors du Vatican" (JF, 314). Y anunciaba: "Si les hommes qui nous poursuivent de leur haine et ne cessent de propager contre nous près du Saint Père leurs abominables calomnies réussissaient dans leur criminelle entreprise (...) il annonçait que "plus fidèle à l'Église parce que ce serait un coup qui la frapperait", il resterait aussi  "plus attaché encore si possible à l'Action Française" (JF, 315).

            El Ossevatore Romano mostró como ese discurso era ofensivo al Papa y como era poco filial para con la Iglesia. El 9 de diciembre de 1926, M. respondió en el AF a las críticas del Osservatore Romano. M. recordaba que los enemigos de la AF en el diario oficioso de la Santa Sede visaban golpear a Francia, cuando atacaban a la AF.

            El día 15 del mismo mes, la AF publicó el documento intitulado: Rome ou la France. En el se atacaba a los periodistas del Osservatore y se protestaba fidelidad al Papa, pero, junto con la sumisión y el respecto, se pedía el derecho de justa libertad en las cuestiones mixtas. Entre otras cosas, decían los miembros de la AF: "Nous ne sommes pas disposés à rien céder de nos libertés. Nous n'avons pas envie de devenir des ilotes, ni de laisser réduire les Français à l'état des catholiques mexicains. Nous réclamons le droit de trouver bons les arguments politiques de Maurras, comme les démonstrations astronomiques de Galilée. Ces vérités d'ordre naturel, expérimental, s'imposent à nous, et personne ne peut rien contre elles. L'Église, du reste, n'a pas d'intérêt, pensons-nous, à ce que ces fidèles fassent figure de citoyens diminués, ligotés dans leur activité nationale, réduits à recevoir du dehors leurs consignes politiques" (LT,161).

            La alusión a Galileo era picante y, para defender su autonomía en política, la AF recordaba a O'Connel, citando su lema: "Our faith from Rome, our policy from home". De ahí, concluían: "Nous n'admettrons point, par exemple, qu'un Nonce du Pape se mêle de nos affaires intérieurs et intervienne dans les questions  électorales." (LT, 161).

            "Pour les choses qui regardent la foi et la morale, l'Église n'aura jamais des fils plus soumis que nous. Dans cet ordre, la moindre indication de nos pasteurs sera acceptée par nous avec une discipline et une docilité absolues. À cet égard, conformément aux recommandations données par Rome à nos étudiants, nous fuirons "le plus possible" toute contagion, même provenant de nos amis les plus chers, de nos chefs les plus justement aimés. Nous ne les quitterons pas pour cela." (LT, 163).

            Era un rechazo formal de abandonar la lideranza de M.

            Al final del documento venía la decisión de no aceptar las determinaciones del Papa: "on veut imposer à l'Action Française d'arrêter sa besogne patriotique et de briser son entreprise de relèvement national. L'Action Française ne croit pas que ses devoirs impérieux envers la Patrie en danger puissent être désobéis ni éludés comme les souhaitent passionnément les ennemis intérieurs et extérieurs de la France. Personne n'a le droit de lui demander cette trahison" (LT, 164).

            La AF acusaba, no tan veladamente, al Papa de pedir que los católicos franceses traicionasen Francia. Entre la obediencia al Papa y la fidelidad nacionalista a Francia, los católicos de la AF escogían a Franca, "la Patrie en danger". El lema "Politique d'abord" traía  las consecuencias de su veneno.

            El Papa Pío XI respondió a esas tesis de rebeldes el día 20 de diciembre, en una Alocución Consistorial, en la cual declaró: "(...) il n'est pas permis aux catholiques, en aucune manière, d'adhérer aux entreprises et en quelque sorte à l'école qui mettent les intérêts des partis au-dessus de la religion et font servir celle-ci à ceux-là; qu'il ne leur est pas permis de s'exposer ou d'exposer autrui, les jeunes gens surtout, à des influences ou doctrines dangereuses tant pour la foi et la morale que pour la formation catholique de la jeunesse. Ainsi, (pour n'omettre nulle des questions ou demandes qui Nous ont été adressées) il n'est pas permis aux catholiques de soutenir, d'encourager et de lire des journaux publiés par des hommes dont les écrits, s'écartant de notre dogme et de notre morale, ne peuvent pas échapper à la désapprobation, et qui même, souvent, dans les articles, comptes rendus, annonces, proposent a la leurs lecteurs, surtout adolescents ou jeunes gens, des choses où ils trouveraient plus d'une cause de détriment spirituel" (LT, 165-166).

            Pío XI fue clarísimo. La AF iba a ser contundente en su respuesta al Papa, significativamente  intitulada "Non possumus".

            Inicialmente, la AF se decía no incluída entre los partidos "qui mettent la politique au-dessus de la religion et font servir celle-ci aux intérêts de celle-là." (LT, 166). La AF dirá que su lema era "Politique d'abord" y no "Politique au-dessus"... Y garantizaba: "Jamais l'Action Française n'a placé la politique avant la religion, si non pour dire qu'un moyen est employé avant le but et pour toucher le but. (...) Maurras a toujours professé la subordination de la sociologie et de la politique à la morale: cela est visible jusque dans les analyses de la philosophie de son maître Auguste Comte." (LT, 167).

            "Ce qu'on veut (...) nous le savons maintenant: décapiter l'AF, et, en même temps, engager les catholiques a la s'unir sur le terrain républicain; c'est très clair. Il ne s'agit plus de morale, ni de foi, il s'agit de politique. (...). L'autorité ecclésiastique veut supprimer notre mouvement politique. Elle demande notre mort". (LT, 169).

             La AF recordaba  entonces que el diario AF no era oficialmente católico, ni fuera fundado por autoridades eclesiásticas. Recordaba aún que "le pape régnant n'est pas à l'abri de l'erreur humaine dans les questions politiques (...), "que les hommes de l'Église -l'Histoire entière le prouve- peuvent être mal renseignés, se laisser circonvenir par des influences malhonnêtes (...)", y que, siendo así, los católicos fieles no estaban obligados a abdicar de su justa libertad, en el terreno político.

            "Le devoir d'obéissance cesse où commence le mal, qui s'appelle, pour nous catholiques, le péché. Le principe est vrai pour tous les honnêtes gens, croyants ou incroyants, et nul théologien ni moraliste ne peut le contester." (LT, 170-171).

            Para la AF una cosa era cierta: ella era la única fuerza capaz de salvar a Francia. "Parlant de sa patrie, le Pape a daigné dire, au sujet du chef du gouvernement fasciste, que le salut du pays semble vraiment en danger chaque fois qu'un péril le menace, et qu'il estime sa préservation d'une importance extrême pour le pays et digne d'être considérée comme un bienfait public" (LT, 171) [Entre paréntesis, que lamentable pensamiento el de Pío XI, defendiendo al fascista Musolini, en esos terminos. Lo que Montini hizo por el comunismo, tuvo precedente en lo que Pío XI dijo de Musolini, aunque después haya condenado al fascismo y Montini no haya condenado ni el comunismo ni el marxismo.]

            Concluyendo, visto que la AF era la única fuerza capaz de salvar Francia, y considerada la exigencia del Papa de que los católicos debían abandonar a Maurras y la AF, estos se veían arrinconados entre dos deberes: obedecer al Papa, traicionando Francia, o salvar a Francia, desobedeciendo al Papa en una cuestión política.

             "Si dur que soit le devoir qui en résulte pour nous, c'est le devoir. Nous le remplesons. Le coeur meurtri, mais sans faiblesse, nous l'accomplirons jusqu'au bout. Nous ne trahirons pas notre patrie. "Non possumus"” (LT, 173).

            El 9 de enero de 1927, M. publicó, él mismo, en el AF el decreto del Santo Ofício condenando siete de sus libros: Le chemin de Paradis, Anthinéa, Les amants de Venise, Trois idées politiques, L'avenir del'intelligence, La politique religieuse et Si le coup de force est possible.

            Se firmaba que ese era el mismo decreto que fuera elaborado en el tiempo de San Pío X y que no fuera publicado por inoportunidad. Por eso, llevaba la fecha  original de 1914. Al final del decreto se leía la siguiente determinación: "De plus, en raison des articles écrits et publiés, ces jours derniers surtout, par le journal du même nom, Action Française, et nommément par Charles Maurras et Léon Daudet, articles que tout homme sensé est obligé de reconnaître écrits contre le Siège Apostolique et le Pontife Romain lui-même, Sa Sainteté a confirmé la condamnation prononcée par son prédécesseur et la étendue au susdit quotidien, l'Action Française, tel qu'il est publié aujourd'hui, de telle sorte que ce journal doit être tenu pour prohibé et condamné et doit être inscrit à l'Index des livres prohibés, sans préjudice, à l'avenir, d'enquêtes et de condamnations pour les ouvrages de l'un et de l'autre écrivains" (LT, 175-176).

           En carta al Cardenal Andrieu, Pío XI declaró que condenara lo que Pío X no podría dejar de condenar: "une espèce particulière de modernisme politique, doctrinaire et pratique" (JF, 321 - LT, 342).

            Para explicar un golpe tan duro, la AF y M. alegaron que había habido una verdadera conspiración en el Vaticano, para vengar al Sillón. Hasta hoy -y nosotros oímos a alguien decir eso- se afirma lo que M. difundió: que Pío XI tuvo en manos falsos números del diario AF, que trataban de modo heterodoxo del dogma de la Encarnación (Cfr. LT, 182)

            M. va a insistir en la acusación de que "la germanophilie debenue maîtrese de quelques avenues et antichambres du Vatican"  (LT, 202) era la responsable por la condena de la AF. Varias veces el diario AF mencionó que consideraba a Pío XI  "le Pape le plus allemand de l'histoire" (LT, 202).

            Se armó también un romance con relación a la existencia o no del decreto de San Pío X. El propio LT dice que  "Benoit XV, mort en  janvier 1922, détenait encore dans son bureau la condamnation de Maurras préparée par la Congrégation de l'Index en 1914. De son côté, le Cardinal Billot a confié à Robert Havard de la Montagnne que, à plusieurs reprises, ce Pontife l'avait taquiné en disant qu'il possédait des documents  capables de causer quelque désagrément a la sa "chère Action Française"... mais qu'il ne ferait rien" (LT,205).

            Entretanto LT declara: "Jamais on ne nous fera croire que Pie X ait condamné Maurras et l'Action Française moins encore" (LT, 211). En marzo de 1927, los Cardenales, Arzobispos y Obispos de Francia lanzaron un "Commentaire des décisions pontificales" apelando a la obediencia. En ese mismo mes, una decisión de la Sagrada Penitenciaría del Vaticano fue publicada, determinando a los sacerdotes que negasen la absolución a los "lecteurs, ligueurs, propagandistes de l'Action Française notoirement connus comme tels" qui ne se seraient pas amendés et des les traiter "comme des pécheurs publics". (JF, 321-322) Era una medida rigurosísima. Evidentemente, hoy, los tiempos cambiaron. Y no sólo los tiempos, sino también las sanciones vaticanas.

                                              

XIII - La  AF  después  de la condena

 

            Los efectos de la condena de la AF fueron inmediatos. El tiraje del diario AF cayó de 90.000 ejemplares, en agosto de 1926, a 40.000, en diciembre de 1933. La década del 30 vio la ascensión del nazismo en Alemania, lo que amenazaba directamente a Francia, a pesar de simpatizar con muchos puntos del programa nazi, M. no podía aceptar nada que viniese de Alemania. Por eso, propuso una alianza de la "latinidad" -léase con el facismo de Musolini- contra los bárbaros, esto es, los nazis alemanes y los comunistas rusos. "Maurras résumait ces principes en un terme, la "catholicité" qu'il définissait ainsi: "Il ne s'agit uniquement des dogmes religieux, vous connaissez ma position sur ce point: il s'agit des hauts principes d'ordre, d'autorité, d'administration intérieure et extérieure, d'affinités dans la manière de sentir, dans la vie sociale, héritées del'Antiquité classique et dont l'Église Romaine s'est faite l'unique et incomparable gardienne. Il s'agit de moeurs, de façons d'être et de juger" (YC, 300). Como se ve, siempre el mismo punto de vista naturalista sobre el papel de la Iglesia, rechazando sus dogmas y su sobrenaturalidad, y haciéndola  mera heredera de la Antigüedad clásica pagana.

            Esa defensa de la "latinidad" hiede evidentemente a facismo. Es lo que confirma, con reservas necesarias después de 1945, el texto de YC: "Mussolini partagea longtemps cette idée d'une civilisation latine à défendre. Aussi M. ne manquait pas de relever cet accord entre l'AF et le Duce. Cette communauté de vues sur la civilisation latine, l'essor économique et social que Mussolini sut donner à son pays dans les premières années du régime fasciste; les accords du Latran signés entre le Vatican et l'État italien, furent pour M. autant de sujets d'admiration. Pour autant il n'eut jamais de rapport personnel avec Mussolini et ne se considéra pas en communion d'idées avec la doctrine fasciste. Le fascisme donnant un rôle trop grand à l'État et gouvernant selon une théorie du parti unique trop étrangère à la monarchie décentralisée et antiparlementaire de M. Le chef de l'AF ne fut jamais taire ses critiques à l'égard du régime fasciste sources deux points. Il lui semblait que le fascisme abusait "gravement des interventions de l'État jusque dans son régime corporatif" (YC, 361). En suma, M. admitía ciertos puntos comunes entre el facismo y la AF, criticando apenas otros puntos de desacuerdo. Es de preguntarse cuál habría sido la relación entre M. y Musolini, en el caso que los totalitarios hubiesen vencido en la guerra. Una frase de M. va a aclararnos sobre lo que entendía por "Latinidad": "Les latins sont ceux où la Renaissance a réussi, où la Reforme a échoué, avait dit Maurras. (M., Préface à Marius André, "La fin de l'Empire espagnol d'Amérique, Nouv. Lib. nation. 1922). ¿Será preciso decir que esa latinidad renacentista nada tiene que ver con la Cristiandad, que el Renacimiento deseó destruir?

            En febrero de 1934, la AF estaba en su nivel más bajo, según YC (p.365). Fue en esa misma fecha que se dio el famoso "Coup de force" de la AF contra el gobierno francés.

            En 1934, Francia atravesaba una grave crisis económica, política y moral. El crack de la bolsa de Nueva York repercutirá también en Francia, desgobernada por cinco ministerios radicales-socialistas, en un año. Casos de corrupción política llevaban la República, como siempre, al descrédito. En enero de 1934, el caso Stavisky provocó manifestaciones callejeras de la AF contra el gobierno. Stavisky apareció muerto en Chamonix, y se decía que fue asesinado para no hacer revelaciones. En un encuentro con el Conde de Paris, pretendiente al trono de Francia, aún en enero de 34, este pidió que M. con la AF fuese a las últimas consecuencias de su acción, en la tentativa de derrocar el régimen republicano.

            Las manifestaciones se multiplicaron, llevando a la demisión al gobierno de Chautemps Un nuevo ministerio debería tomar posesión el 6 de febrero. El diario de la AF de ese día tenía una manchete enorme convocando a todos contra el gobierno: "CONTRE LES VOLEURS, CONTRE LE RÉGIME ABJECT. TOUS, CE SOIR, DEVANT LA CHAMBRE" La manifestación comenzó a las 18 horas. 100.000 personas exigían cambio de régimen. Hubo choques violentos con la policía, de los que resultaron 15 muertos y 655 heridos, muchos de los cuales vinieron a fallecer. En la Prefectura de París, dominada por los manifestantes, se discutía qué hacer. M. no aparecía. Se decía que estaba en la redacción de AF, haciendo un soneto... Y era verdad.

            En el auge de la lucha, cuando Daudet quiso partir para el asalto al palacio de gobierno, M. decidió que aún no era la hora, y que se partía para una inútil masacre.

            El poder estaba ahí, para ser tomado. M. que tanto predicara y previera el "coup de force”, no lo dio. Concluyó su soneto. El golpe falló. "M. entra chez lui vers huit heures du matin. Il venait de composer un sonnet en provençal en l'honneur de Madame Daudet, pour un album qui devait lui être remis. Maurras copia le sonnet sur l'album, puis se mit au lit" (YC, 371). Fue la AF que "se mit au lit".

            "C'est l'AF qui, indéniablement, avait mobilisé l'opinion depuis janvier. Le jour venu, elle semblait retenir ses troupes. Quelques-uns de ses partisans le lui reprochèrent et, estimant que jamais Maurras ne donnerait l'ordre de passer à l'action, quittèrent le mouvement" (YC, 371).

            No se puede acusar a M. de cobardía. Muchas veces el diera pruebas de de no tener temor físico ni moral. Sus duelos, su vida política, la audaz carta a Schrameck, por ejemplo, aunque racista y absurda, demostraban que tenía realmente coraje físico y moral. Entretanto, en la hora H, M. falló. "Il se mit au lit". Su ambigüedad doctrinaria se extenderá también al campo de la acción.

            Los decepcionados pasaron a llamar al movimiento de M. "l'Innaction Française". Hubo quien escribiese que "le soir du 6 fevrier, les dirigeants de l'Action Française s'étaient mis au lit..." (YC, 369). Esos maurassianos desengañados se aproximaron al fascismo y al nazismo. Musolini, Hitler, Salazar, -y más tarde Franco- supieron actuar y aplicar sus ideas. M. se quedará en la teoría. El que era anti-metafísico y el defensor de "Acción", en la hora de la acción y del golpe, quedará inmovilizado en el mundo etéreo de las rimas...

            Jean de Fabrègues publica una poesía inédita de M., escrita en 1892, y que puede explicar algo de esa misteriosa ambigüedad del pensamiento y de acción de M.:

 

                                               "Le secret"

           

                                   Je t'ai dit mon secret, je t'ai donné mon âme

                                   Tu le vois j'ai le coeur plus faible qu'une femme

                                   Hélas! Ne saurais-tu rendre à ce lâche coeur

                                   une fière jeunesse, une mâle vigueur"

                                                                        (C. Maurras, apud JF, 400)

 

            "Le Romantisme de l'action est puissant (...) Ce qui a été dix fois le paradoxe maurrassien, paradoxe impliqué par sa pensée, leur paraissait [a los dicípulos de M.]  insupportable: enseigner que l'heure viendra du coup d'État sauveur, comment le faire sans tricherie quand l'heure a sonné? Toute une part des "dissidents" d'hier de l'Action Française entrera dans cette optique, et leur histoire aura des tragiques proléjosments dans celle de l'occupation allemande" (JF, 352-353).

 

           

XIV-    Maurras  en los años anteriores a la nueva guerra mundial

 

            Entre 1934  y 1939, interesa seguir la política de M. en el campo civil y en el campo religioso. En el campo civil, se trató especialmente de la preparación de Francia para la guerra. En el campo religioso, se dio la reconciliación de la AF con Roma.

            En 1933, Hitler sube al poder en Alemania. M. siempre lo despreció y combatió, como siendo el líder de la Nación enemiga de "la diosa Francia". M. despreciaba "les grumeaux de boue et de sang qui ornait la pourpre de Hitler" (YC, 374)

            M. percibía bien que el éxito de Hitler, así como ciertos aspectos aparentemente conservadores del nazismo, su nacionalismo y anti-semitismo, podían ejercer una atracción bastante fuerte sobre los miembros de la AF.

            "Nous visons cette petite poignée de conservateurs Français qui se sont souvent montrés par trop sensibles aux cadavériques beautés de la dictature de Berlin (...) "Même sur le simple plan idéologique, l'hitlerisme demeure une contrefaçon et presque un carnaval des idées justes enseignées par la France et par l'Italie [fascista]" (YC, 374-375).

                        En esos años que precedieron a la segunda guerra, Alemania se fue rearmando audazmente y recuperando sistemáticamente lo que perdiera con el tratado de Versalles. Delante de la remilitarización de Alemania y de su política expansionista, Francia e Inglaterra fueron capitulando vergonzosamente. M. exigió siempre que Francia se rearmase para enfrentar a Alemania nazi. Al mismo tiempo, sin embargo, defendió una alianza entre Francia e Italia facista. Por eso, M. apoyó la posición de Italia a favor de Austria de Dolfuss, amenazada por el nazismo. (Cfr. YC, 375)

            Fue esa simpatía de M. por el facismo de Mussolini que lo llevó a defender la invasión italiana de Abissínia. Cuando las tropas fascistas invadieron Etiópia, 138 diputados franceses pidieron que la SDN votase sanciones contra Italia, M. protestó estampando en el diario AF una frase escandalosa: "ASSASSINS!"

            En el texto del artículo con esa frase, M. acusaba a esos 138 diputados de poner en riesgo la alianza anti-germánica de Francia con Italia. M. entonces formulaba una amenaza de muerte contra esos 138 "assassins" de Francia:

             "Assassins! Assassins! En l'absence d'un pouvoir national capable d'arrêter le cours de vos entreprises de trahison, il importe que les suprêmes mesures soient ordonnées, il faut que votre sang soit versé le premier". (YC, 377) y cuando Léon Blum y F. Gay apoyaron los 138, M. escribió : "Ceux qui poussent à la guerre doivent avoir le cou coupé. Comme la guillotine n'est pas à la disposition des bons citoyens, ni des citoyens logiques, il reste à dire à ces derniers: Vous avez quelque part un pistolet automatique, un revolver ou même un couteau de cuisine? Cette arme, qu'elle que soit, devra servir contre les assassins de la paix, dont vous avez la liste. Preparez-la! Preparez-la!" (YC, 377).

            Como resultado del trabajo de la AF, la invasión de Etiopia fue apoyada por manifiestos de franceses. Entre los que firmaron, estaba el Cardenal Baudrillart (Cfr. YC, 378).

            M. insistía en su defensa de la paz. El decía que Francia debería armarse convenientemente antes de atacar a Alemania. Ahora, hoy se sabe perfectamente que el gran error de Francia fue el de haber esperado que Hitler rearmase a Alemania. Si Francia hubiese atacado luego a la Alemania de Hitler, ésta se habría desmoronado con toda facilidad. Luchando por el aplazamiento del ataque francés, M. ayudó a salvar al nazismo.

            A los que pedían la guerra pronto, M. prometía la muerte: "Répetons-leur que sur leur tête -sur leur tête, qu'ils m'entendent bien- les misérables nous répondent de la paix. Que la paix dure, ils garderont sur leurs épaules l'appareil cervical qui leur rend peu de services. Mais si la paix succombe, ils succomberons un à un" (YC, 379). Esa carta costó a M. 4 meses de prisión.

            Cuando Hitler envió tres míseros batallones para atravesar el Rinn, y, con pocas tropas más, ocupó la Renania, violando el Tratado de Versalles, M. no quiso que Francia reaccionase. Pidió apenas que se armase. Ahora, hoy se sabe bien que si Francia hubiese entonces reaccionado, Hitler habría retrocedido y, probablemente habría perdido el poder. Fue lo que el propio Hitler confesó. (Cfr. W. Shirer, Ascencción e queda do terceiro Reich , Vol. II, p.28, nota 1). Maurras fue entonces uno de los salvadores de Hitler.

            Como  el socialista Léon Blum continuase pidiendo la lucha contra el facismo, M. escribió: "Il ne faudra abattre physiquienent M. Blum que lejour où sa politique nous aura amené la guerre impie qu'il rêve contre nos compagnons d'armes italiens. Ce jour-la la, il est vrai, il ne faudra pas le manquer" (YC 382). Por ese artículo, M. será condenado a ocho meses de condena. En las paredes de su celda, el colgó, contradictoriamente el "Nacimiento de Venus" de Botticcelli y un Cristo... M. estaba en negociaciones con el Vaticano...

            Cuando, en España, en 1936, fue asesinado Calvo Sotelo, que se decía admirador de M., y explotó la guerra civil, fuerzas comunistas internacionales luego fueron a la península a participar en las masacres y en los combates. También Mussolini y Hitler enviaron tropas  en auxilio de Franco. Los militantes de la AF no dejaron de alistarse en las filas nacionalistas, muchos ciertamente para defender a la Iglesia, pero otros, para defender el fascismo. Sintomáticamente, los miembros de la AF que partieron para a España, se alistaron en las tropas alemanas de la Legión Cóndor, en que pese al anti-germanismo de M. cuando la situación del franquismo se fortaleció, el propio M. fue a España, donde fue triunfalmente recibido. Allí visitó la tumba del Rey Pedro II de Aragón, por haber sido aliado de Provença en la guerra contra Simón de Montfort. Es preciso señalar, sin embargo que Pedro II fue a luchar al lado de los provensales cataros contra los católicos de Simón de Montfort, que lo derrotaron en la célebre batalla de Muret, donde murió Pedro II, el protector de los herejes.

            Entre los falangistas socialistas y nacionalistas y los carlistas tradicionalistas católicos, M. tendió más hacia los falangistas fascistas. "...la pensée de Maurras, son âme même sont avec ces derniers [los carlistas], mais il a pris le langage et le ton des premiers [los falangistas de Primo de Rivera] (JF, 355). El corazón con los carlistas, el lenguaje fascista. ¿En esa duda, qué era realmente M.? ¿Estaba por el Rey o por el Dictador?

El triunfo de Franco fue visto como un triunfo del maurrassismo: "La victoire de Franco en Espagne élargit la gloire de Maurras. On le lit depuis longtemps en Espagne dans le milieu de l' Acción Española” (JF, 354).

            En 1937, no era solamente la Iglesia que condenaba las ideas de M. También el pretendiente al trono de Francia procuró desvincular el movimiento monárquico de la AF. En ese tiempo, el Conde de Paris declaró: "L'AF qui est un parti, n'a jamás été ni une émanation ni un organe de la Maison de France". "Si sa doctrine politique postule le régime monarchique, les enseignements de son école, par contre se sont revelés incompatibles avec les traditions de la monarchie Française" (YC, 391).

            Esa declaración es extremamente importante, porque muestra que, en la opinión del Conde de Paris, había una oposición entre las doctrinas de la AF y la monarquía, como históricamente se realizó en Francia.

            El 4 de diciembre de 1937, el Conde de Paris publicó en el "Courrier Royal" una "Mise au point" donde "il de esociait la monarchie du "nationalisme". Il estimait que l'enseignement de l'AF "aboutissait au césarisme et à l'autocratie" (YC, 392). De ese modo, el Conde de Paris repudiaba la teoría de M. respecto del Rey-Dictador.

            Escribiendo a Henri Bordeaux, el Conde de Paris fue más explícito: "Le nationalisme intégral mène au fascisme. Il faut respecter la personne humaine. Il faut se réconcilier avec Rome car la religion est nécessaire". (YC, 392).

            La ascensión de Hitler al poder, trajo, de nuevo, la guerra al horizonte de la Historia. M. se oponía con vigor a aquellos que querían una guerra das democracias contra o fascismo. "Maurras s'éléva dans ses articles et dans des nombreuses réunions où il prit la parole contre "le parti de la guerre". La guerre qui se préparait n'était pas pour défendre la sécurité  menacée de la nation [Francia]  mais une guerre idéologique. Qui plus est, la France, n'était pas prête ni matériellement ni moralement à la mener et à la gagner" (YC, 398). M. quería la guerra para defender a Francia, nunca por razones doctrinarias: "Rien pour une guerre de doctrine, tout pour la défense de notre sol sacré" (JF, 369). Esto es, M. colocaba el interés particular de Francia sobre el problema ideológico. Llevado por su adoración de la "diosa Francia" y por su odio al "alemán bárbaro, enemigo natural del francés, M. atacará continuamente al nazismo -especialmente por ser alemán- y pedirá con insistencia el rearme de Francia. En esa campaña, atacará inclusive hasta a sus antiguos seguidores, que se dejaron fascinar por el nazismo. Entre el chauvinismo patriotero de M, y una posición ideológica errada, pero consecuente con los principios del nacionalismo integral, la coherencia en el error llevó a muchos antiguos seguidores de M. a apoyar al facismo y al nazismo, aunque fuera alemán.

            Es preciso decir, en favor de M., que mostró que "Hitler [est] la suite logique du pangermanisme de Fichte et de l'exaltation allemande de Luther" (YC, 388).

            Es verdad que se protesta contra quien aproxima el nacionalismo de la AF y el nazismo: "... et parce qu'il se nomme national-socialisme, parce que Maurras a donné à sa propre doctrine le nom de nationalisme, parce que les deux pensées (si l'on peut parler de pensée en ce qui concerne le nazisme) ont quelques extrêmes ou quelques points de départ communs, (un certain antisémitisme, la reconnaissance de l'importance du lieu où naissent les hommes) Maurras finira par tomber sous l'accusation de collusion avec ce nazisme dont, dès 1930, il a dénoncé l'erreur, et contre lequel il ne cessera jamais de mettre en garde ceux qui l'entourent et la France toute entière" (JF333).

            Contra esa defensa se debe decir que los puntos de proximidad entre el pensamiento de M. el nazismo y el fascismo no eran puntos accidentales. Esos puntos eran de principios:

            1- El primer principio común era lo que M. llamaba de "nacionalismo integral". "Nous mettons la France avant tout" (C. M. MIP, 275). ¿Por qué los alemanes no deberían entonces colocar Alemania sobre todo? "Deutschland übber alles"? El principio es el mismo.

            "Le nationalisme Français tend à susciter parmi nous une égale religion de la déesse France" (C.M. idem 297). ¿Por qué, en Alemania, no se levantaría también un altar a la diosa Germania?

             La distinción que M. hacía entre el nacionalismo francés y el alemán es… "sutil".

            "Mais si l'équivoque a toujours habité ces formules [de M.], plus encore va-t-elle éclater dans un temps où c'est du mot de nationalisme que se parent les systèmes du type fasciste et plus encore l'hitlérisme lui-même" (JF, 336).    

            "Le propre de l'esprit Français est de s'enrichir par adaptation, par intussusception de toutes les grandes découvertes de l'humanité. Ainsi Rome, d'après Montesquieu, s'honora d'utiliser tous les engins de guerre, toutes les bonnes méthodes qu'elle put observer chez les ennemis. Le Germanisme se renferme au contraire dans l'étroite prison d'un esprit national qui n'a d'humain que ses prétentions, car il est, en fait, très strictement circonscrit dans l'espace et dans le temps" (C. Maurras MIP, 286).

            Realmente, es preciso ser francesamente bizco o ciego para discernir ese defecto sólo en el Germanismo. Es esa ceguera y bizquera lo que hará a M. identificar a Francia con la civilizacción y a Alemania con la Barbárie. ¡Que pena! Ver Francia -"que tous les étrangers aiment à cherir"-  Francia, "amour du monde", ser arrastrada a la francolatría.

            También es verdad que M., de la misma forma, criticó al facismo... después de haberlo alabado mucho... "Mais Maurras a vu dès l'abord les erreurs majeures du fascisme. Il n'y trouve en aucune façon un retour à l'équilibre des sociétés saines. Il n'est pas vrai, il n'est pas bon que la vie sociale naisse toute entière de l'État, comme le fascisme l'instaure. Cela, qui sera l'État totalitaire, c'est  une suite  de l'erreur démocratique (...)" (JF, 332).

            Contra el nazismo, M. hizo críticas más explícitas. "Nous sommes des nationalistes. Nous ne sommes pas des nationalistes allemands. Nous n'avons aucune doctrine qui nous soit commune avec eux... On ne fera pas de nous des racistes ou des gobinistes. Nous nous défendons, ils attaquent" (JF, 335). Y más y mejor : "Le racisme et l'étatisme ne peuvent correspondre qu'à des sociétés imparfaites. Une société dans laquelle la civilisation a atteint des sommets les plus rares ne peut se contenter de telles significations". "Ce sont des "religions grossières dont la pauvreté spirituelle n'a d'égale que la malfaisance et la stérélité" (Action Française, 30-3-33 apud JF, 339). Pero, para M., el peor mal no era el estatismo sino el liberalismo y la democracia.

            Segundo principio coincidente entre el pensamiento de M. y el nazismo fue el anti-semitismo.

            M. decía estar contra el anti-semitismo de piel. El suyo era un anti-semitismo de Estado. Lo que no muda prácticamente nada.

            Ser anti-semita es ser racista, y esto es um error condenado por la Iglesia, que nunca atacó, ni condenó -ni puede condenar- a los judios, ni a nadie, encuanto raza. Todas las razas y todos los pueblos  tienen gente buena y gente mala. Toda posición racista es absurda y, por eso, inmoral. Mucho menos puede la Iglesia estar contra la raza judía. Al final de cuentas, Cristo, la Virgen María y los Apóstoles eran judíos. La Iglesia está contra el judaísmo, esto es, contra la actual religión de los judíos, porque rechazaron, traicionaron y condenaron a Cristo a la muerte, y, después, Lo entregaron a los romanos para ejecutarlo. El gran pecado de Israel fue el deicídio, en que pese a las equívocas y falsas afirmaciones del Vaticano II, que contrarían la Sagrada Escritura (Cfr. Atos, VII, 52). Defendiendo el anti-semitismo, M. y la AF se comprometieron con los crimes del nazismo.

             Tercer punto coincidente entre M. y el nacional-socialismo de Hitler fue el socialismo nacionalista de la AF y de su líder. A pesar de haber la Iglesia siempre condenado el socialismo -inclusive el llamado "socialismo-cristiano"-  M. y su AF siempre quisieron y pidieron una "apertura" a la izquierda socialista, tal cual la hicieron, después, los demócratas-cristianos,  herderos del Sillón.   

             Estos, y otros puntos aún, hacían dividida la posición de la AF frente al nazismo: era la ideologia del enemigo de Francia, pero con la cuál los seguidores de M. tenían afinidades de pensamiento. De ahí, M. querer la victoria militar de Francia sobre Alemania nazista, pero sin desear ni la guerra ideológica, y ni, mucho menos, la victoria de la democracia liberal.

            Días antes de Munich, el AF publicó una manchete enorme: "À BAS LA GUERRE". Y, abajo, colocó los siguientes versos : "S'ils s'obstinent, ces canibales, à faire de nous des héros, il faut  que nos premières balles soient pour Mandel, Blum et Reynaud" (YC, 400).  Cuando, en 1937, Hitler exigió la entrega de los Sudetos, se realizó la conferencia de Munich. El mundo tuvo que escojer "entre la verguenza o la guerra", como dijo Churchill. El mundo escogió la verguenza, al capitular ante las exigéncias del Führer. Tchecoslováquia fue sacrificada junto con la honra, pero no se evitó la guerra. Por el contrario, hoy se sabe que la capitulación de Munich fue una de las causas de la guerra mundial. M. y su AF defendieron la capitulación delante de Hitler, so pretexto de que Francia no estaba pronta para la guerra. Se debería entregar Tchecoslováquia para salvar a  la "diosa Francia".   

    "Maurras fut de ceux qui plaidèrent  alors avec le plus de vigueur pour empêcher le gouvernement  Daladier d'engager la France dans une guerre" (YC, 399).

            "Maurras se réjouit de cette paix sauvée tout en reconnaissant que la  France et l'Angleterre avaient subi un échec, puis qu'elles avaient du céder aux exigences d'Hitler. Ces accords de Munich, écrivait-il, sont "une défaite qui épargne un désastre". (YC, 400). El "échec" no evitó el desastre.

            Igual cuando Alemania ameazó invadir Polonia, sacudiendo hasta la idiotez y la covardía de Chamberlain, M. continuó defendiendo la tesis de que Francia no deberíla luchar. Escribió: "On ne peut mener une guerre offensive contre l'Allemagne pour soutenir la Pologne alors que toute notre tactique militaire depuis vingt ans a été purement défensive et que notre armement est insufisant" (YC, 409).

            M. decía que, en caso de guerra, Francia debería visar “la destruction de l'unité allemande". "Pour arriver à ce résultat, donnons à la guerre un objectif national, c'est-à-dire, en dehors d'un antihitlérisme incompris et d'un esprit démocratique périmé; proclamons que nous visons la décomposition politique de l'ennemi" (JF, 368). De nuevo, nótese la colocación del puro interés nacionalista francés sobre las cuestiones doctrinarias e ideológicas. La colocación de la vantaja particular sobre el bien común. La práctica sobre la teoría. La utilidad sobre la verdad. Vino la guerra y ella no fue nacional.

            Está claro que ese combate contra la guerra efectuado por M. ablandó parcialmente la opinión pública francesa impidiendo una preparación psicológica belicista, necesaria en aquellas circunstancias. Hay quien va más léjos y acusa a M. de haber desmoralisado a Francia en la hora del combate.

"Eugène Weber estime que l'AF fut "responsable de la démoralisation du pays au moment où éclate la Seconde Guerre mondiale" (E. Weber, L'Action Française, p. 7,  apud YC, 409).

            YC contesta esa opinión diciendo: "C'est méconnaître la position de Maurras et de l'AF. Maurras ne disait point: il ne faut pas faire la guerre à l'Allemagne, il disait: n'engageons pas nous-mêmes la bataille dans les conditions actuelles, ce serait un crime car elle aboutirait à un désastre. Significatif de cette attitude non défaitiste, son article du 28-août: "La guerre est-elle certaine? Non la guerre ne sera que dans deux cas: si Hitler nous la déclare, ce qui n'est pas sur [SIC ???]; si nous la déclarons à Hitler, ce qui dépend de nous. Si le territoire Franciais est ménacé, si notre frontière est envahie, tous les efforts, et les plus puissants sont commandés contre l'envahisseur. Mais de là a la vouloir la guerre, à l'entreprendre, nous, il y a un grand pas: La guerre d'idées, la guerre de principes, la guerre de  magnificence, non, merci, cela dépasse trop ce qui reste de nos moyens (...) Entre le parti de laisser durer ou grandir la plus dangereuse de toutes les Allemagnes et le parti du massacre immédiat auquel on nous rue, je suis d'avis de laisser courir tous les délais" (YC, 409).

            El anti-metafísico M. no admitía la guerra por principios, la guerra por doctrina. Sólo la admitía por Francia. Toda guerra sinembargo es por principios, por lo menos por parte de uno de los contendores. La guerra vino. Y fue ideológica. Y fue doctrinaria. Por eso, Francia maurrassiana y Francia liberal hicieron el papel que hicieron,  en 1940.

           

XV   -  La reconciliación con Roma

 

             El 19 de febrero de 1929, Pío XI pidió al Carmelo de Lisieux que rezase a Santa Teresita por la solución del problema de la AF. Es claro que fue atendido. Conforme LT, una hermana ofereció su vida a Dios y murió poco después, a los 32 años.

            La hermana de Santa Teresita, Madre Agnès, en enero de 1927, recomendò a M., entonces prisioneiro, que escribiese al Papa, congratulandose por la recuperación de su salud. En esa carta, M. hablaba de la necesidad única del Catolicismo para la mantención "des vertus de l'humanité et de la civilisation". Era aún su vieja idea de los benefícios naturales de la Iglesia para el bien del Hombre. Pío XI se sentió tocado por la atención de M., prometiéndole oraciones y enviándole su bendición.

            En 1935, Henri Massis fue recibido por Pacelli y le mostró lo que M. hiciera contra Bergson y el Modernismo y a favor de Santo Tomás. En ese mismo año, el futuro líder del colaboracionismo con los naziss, Pierre Laval, entonces Ministro de Asuntos Estrangeros, conferenció con Pío XI y defendió a M., diciendo que los franceses de la AF se alegraban con la su visita al Papa. Cuando Laval fue Presidente del Consejo de Ministros, procuró solucionar la crisis de la AF con el Vaticano.

            Nueva carta de M. y otra de los católicos de la AF al Papa fueron llevadas a Roma por un emisario de la AF, atendiendo al pedido de Pío XI para que "tous les hommes de bonne volonté" ayudasen en la lucha contra el nazismo y el comunismo. Los famosos "hombres de buena voluntad" comenzarán a entrar en la Historia através de la pluma de un Papa... Y con el apoyo de los derechistas franceses...

            En julio de 1937, el Cardenal Verdier concedió funerales religiosos a los miembros de la AF. Con la substitución de Gasparri por Pacelli en la Secretaria de Estado del Vaticano, las posibilidades de solución del problema aumentaron. M. hizo llegar a las manos del nuevo Secretário un dossier relatando las conversiones causadas por la AF.

            En 1937 aún, el maurrassiano Robert de Boisfleury tuvo cuatro reuniones con Pacelli, tratando de la AF. El futuro Pío XII estaba benevolente, pero dijo que Pío XI quería una adhesión más clara de M. y de la AF. Boisfleury entonces entregó una nota con tres puntos: 1- los católicos de la AF repudiarían todo error que la Iglesia condenase; 2- Les era imposible reconocer que habían caído en los errores que se les imputaba; 3- tenían pesar de los excesos en que habían caído durante la polémica con la Santa Sede. (Cfr. LT, 243).

            Pacelli presentó entonces las exigencias del Papa: 1- conversión personal de M., para que los católicos pudesen tener permiso de actuar en la AF; 2- explicar el "politique d'abord". Esas exigencias lanzaron un balde de agua fría a las esperanzas de la AF. Exigir la conversión de M. era volver imposible la reconciliación con Roma. Sin embargo, las hermanas de Santa Teresita no desistieron. Convencieron a M. de volver a escribir al Papa. Lo hizo en mayo de 1937, pidiendo que, si posible, el papa abriera una investigación para verificar si lo habían engañado. Pío XI respondió a través del Nuncio Natucci afirmando que leyó personalmente las obras de M. y que las juzgaba muy distantes de la doctrina católica, y que esperaba el retorno del hijo pródigo a la práctica sincera de la religión católica. "Sa Sainteté rejette catégoriquienent cette appréciation [que el Papa fuera engañado] et dit que dans cette affaire, Il a, Lui-même, seulement Lui et Lui seul, décidé, étant informé, connaissant bien et personnellement les écrits de Monsieur Maurras, qu'il juge très distants de la pensée catholique... Il ne lui est possible de revenir sur sa décision, étant que ces idées ne seront pas modifiées, transformées de façon définitive par une sincère et totale adhésion à la doctrine de l'Église catholique et à la foi chrétienne" (JF, 361-362). Como consuelo, le mandaba su bendición papal. Es difícil, después de esa carta, afirmar que la condena de la AF fue apenas disciplinar.

            Los defensores de M. dirán que esa carta particular del Papa no tiene peso doctrinario, por no tener carácter oficial, para toda la Iglesia. Es apenas una carta  personal del Papa. Es verdad. Pero, si es así, ¿por qué entonces los defensores de M. insisten en citar declaraciones orales de San Pío X a particulares, para probar la inocencia de M.?

            En 1938, los católicos de la AF volvieron a escribir al Vaticano, en busca de una solución. Dos dirigentes de la AF escribieron al Papa, afirmando que condenaban el panteísmo, y repudiaban el nacionalismo excesivo, los errores racistas, la metafísica religiosa del suelo y de la sangre. (Cfr. JF 367).

             Después que M. fue liberado de la prisión, y por instancia de las hermanas de Santa Teresita, retomó la correspondencia con Pío XI. La ocasión fue su elección a la Academia Francesa. En junio de 38, M. escribió al Papa garantizando que su elección nada tenía de hostil al Vaticano, y que todos sus amigos estaban de acuerdo en unirse a los hombres de buena voluntad en la lucha contra el nazismo y el comunismo, como el Papa pidiera.

            En 1938 aún, la intervención de Georges Goyau, que no era de la AF, y la del General Dominicano dieron nuevo impulso a las negociaciones. En febrero de 1939, sin embargo, murió Pío XI. En el diario AF, M. elogió su acción contra el nazismo y el comunismo, dos hermanos gemelos. En cuanto eso, Pacelli era elegido Papa. En abril de 39, Monseñor Ottavianni vino a Francia  y se encontró con M. en Lisieux.

            El 16 de julio de 1939, el AF publicó el decreto del Santo Oficio levantando la prohibición del diario y el texto firmado por los dirigentes de la AF retractando sus posiciones anteriores. Según LT, la AF sólo reconoció haber errado en la polémica, pero no que tuvo errores de doctrina.

            La declaración de la AF decía:

"1 - (...) "nous exprimons la plus sincère tristesse de ce qui, dans les polémiques et controverses antérieures et postérieures au Décret de condamnation du Saint-Office, le 29 décembre 1926, a "paru" et "été" de notre part irrespectueux, injurieux et même injuste envers le Saint Siège et la hiérarchie ecclésiastique et contraire au respect que tous doivent avoir pour toute autorité dans l'Église."

            "2- Pour  tout ce qui concerne en particulier la doctrine, tous ceux d'entre nous qui sont catholiques, en réprouvant ce qu'ils ont pu écrire d'erroné, rejettent complètement tout principe et toute théorie qui soient contraires aux enseignements de l'Église Catholique, enseignements pour lesquels nous professons unanimement le plus profond respect". (LT, 263-264).

            Comentando ese texto, LT muestra la malicia con que fue reeditado: "Que veut dire l'incidente: “en réprouvant ce qu'ils ont d'erroné'? Tout simplement que nul n'est à l'abri de l'erreur, et là encore les dirigeants catholiques confirment ce qu'ils ont déjà la écrit.". (LT, 264). Señala aún ese autor que el nuevo decreto del Santo Oficio habla de "réprobation" y no de retractación de errores... (Cfr. LT, 264). Concluye entonces LT que "la   condamnation de l'Action Française a été en quelque sorte disciplinaire et non doctrinale" (LT, 265). M. sin embargo quedó en el Index. LT, tan favorable a la AF confiesa aún que "La position personnelle de Maurras, en matière philosophique, a paru condamnable sous la forme où elle s'est exprimé dans certaines phrases du Chemin de Paradis ou d'Anthinéa, et celles-ci se trouvent condamnées sans appel. Le journal l'Action Française n'a rien à voir là-dedans" (LT, 265-266).

            Nótense las restricciones de LT:

            "La posición personal de M. filosóficamente pareció condenable...Y sólo en la forma en que fue expresada...Lucien Thomas saca las siguites conclusiones del episodio:

            1 – Se debe distinguir entre las posiciones políticas de la AF y las ideas filosóficas de M.;

            2 - El Vaticano no exigió que la AF reconociese haber defendido doctrinas erróneas;

            3   -  Admite la posibilidad de haber sido engañado Pío XI en la cuestión de la AF;

            4   - San Pío X no condenó a M., ni, mucho menos, a la AF.

 

            Sin duda, estas conclusiones demuestran una voluntad de salvar M. y a la AF de cualquier manera.

 

 

XVI  -  ¿Maurras colaboró con el nazismo?

 

            ¿Qué rumbo tomó el goéland frente al nazismo? La misma ambigüedad que encontramos en la postura de M. con relación a tantos otros problemas vamos a tenerla frente al nazismo. Se discute si M. fue o no un colaboracionista con los nazis, después de la ocupación de Francia. Es cierto que condenó al nazismo por ser alemán. Es cierto también que tuvo simpatías por el fascismo de Musolini que no tenía, a los ojos de M., el pecado de germanismo. Vimos también que M. consideraba el liberalismo y la democracia peores que la dictadura. Por otro lado, varios puntos aproximaban su sistema de pensamiento al nazi-fascismo: el nacionalismo, el anti-semitismo, el socialismo, el culto de la fuerza y el desprecio de los inferiores.

            Verificamos aún que, entre los discípulos de M., varios, decepcionados con la falta de decisión de su maestro en los momentos culminantes, voltearon su proa en dirección de los que habían tenido éxito en el "coup de force": Franco, Salazar, Hitler y Musolini.

            En la hora que iba a comenzar la Segunda Guerra Mundial, esos discípulos de M. tenían el corazón dividido: de un lado querían la victoria de la "diosa Francia"; de otro, estaban tomados de entusiasmo por los retumbantes triunfos de los totalitarios sobre las democracias. ¿De qué lado quedar: de Francia democrática, o del fascismo socialista y nacionalista?

            Sería incorrecto afirmar que los nacionalistas franceses querían la derrota de su país. Muy por el contrario. Su nacionalismo fanático no permitía que eso fuese considerado sino como una traición sacrílega. Pero, la lucha duró poco. Francia democrática se desboronó al primer choque de las divisiones Panzer. Desfalleció a las primeras incursiones de los Stukas. 1940 quedará, en la Historia de Francia -tan gloriosa- como una eterna verguenza. En 15 días, todo se acabó. París fue tomada y los alemanes desfilaron bajo el Arco del Triunfo de Napoleón. La "inexpugnable" Línea Maginot fue tomada por la retaguardia. El armisticio tuvo que ser firmado, bajo condiciones humillantes, en el mismo vagón en que Alemania tuvo que capitular, en 1918.

            Delante de la catástrofe hubo dos reacciones: 1- la de De Gaulle que prefirió huir para Inglaterra, a fin de continuar la lucha;

            2- la de Pétain y de los nacionalistas de la AF, que juzgaron ser más patriótico quedarse en Francia, para evitar la ocupación total del país.  

La Historia mostró que la escogencia de la AF fue errada, y, por ser errada, los que la escogieron fueron triturados por el engranaje de los acontecimientos y de la lógica de los hechos.

            El 26 de junio de 1940, M. publicó una declaración constatando que la lucha "est impossible sur le territoire de la métropole" (JF, 370). Era posible, sin embargo, continuar combatiendo a partir de las colonias. O a partir de Londres. M., con todo, juzgó que "abandonner la France c'est la livrer tout entière... Unité Française d'abord... incarnée par le Maréchal Pétain" (JF, 370).

            Pétain y su régimen nacionalista de Vichy -en tesis- mantuvieron el Estado francés existente y a Francia  formalmente viva. Como un enfermo terminal en una UTI de un hospital, respirando por el tubo de oxigeno nazi. De Gaulle prefirió volar para Londres, y, desde allá, intentar la reconquista, manteniendo viva la honra de Francia y no el Estado.

            Los nacionalistas franceses tuvieron cierta consolación en la derrota: asistieron a la caída de la República liberal que tanto odiaban. Segunda consolación: la derrota permitió instaurar un gobierno nacionalista, corporativista y fascistóide, bajo el liderazgo del héroe de Verdun. M. habló por eso de "divina sorpresa" que posibilitaba una resurrección nacional. Es verdad que más de la mitad de Francia estaba ocupada y que, mismo en el territorio de Vichy, la soberanía francesa era mucho dudosa. "Quand même", su odio a la democracia y a lo judío se contentaba con ese poco, esperando más, en el futuro. ¿Qué futuro? Si los nazis venciesen, no habría futuro. Si los nazis perdiesen, De Gaulle tendría la victoria y la gloria. La posición de los nacionalistas de Vichy era sin futuro. Ese fue el gran error de M. y de sus seguidores.

            Se acusó a M. de haber llamado de "divine surprise" la derrota de Francia. YC hace cuestión de mostrar que la divina sorpresa fue, para M., "cette ressurréction (de la France) accomplie par la volonté d'un homme: le maréchal Pétain". "La divine surprise n'était pas la défaite militaire et la fin de la III  République, comme le lui firent dire ses adversaires et certains historiens, mais bien la personnalité du maréchal" (YC, 418).

            El "Estado" de Vichy dejó de ser la "République Française" y abolió el lema revolucionario "Libertad, Igualdad, Fraternidad". En su lugar adoptó otra trilogía naturalista: "Trabajo, Familia, Patria". O sea TFP, en que el “Trabajo" indicaba los resquicios socialistas de M. En el gobierno de Pétain, tres alas se disputaban influenciar al viejo Marechal: a) el ala política del fascista Laval, llamada el ala del "Ya" ; b) el ala doctrinaria de M. , que, para algunos, fue la verdadera alma del régimen de Vichy ; c) el ala pró Ingleses, denominada el ala del "Yes".

            M. se oponía ya sea al grupo "YA", que quería una alianza con Alemania, ya sea al grupo "YES", que preconizaba la resistencia. Acusaba a las dos alas de dividir Francia. Por eso, M. combatió tanto a la resistencia gaulista, que llamaba "un chisme Français" (YC, 422), como a los colaboracionistas declarados. M llegó a romper relaciones con antiguos discípulos que defendían la colaboración con el Eje, como Robert   Brasillach. Disse M.: "Je ne reverrai jamais les gens qui admettront de faire à Paris des tractatives avec les Allemands" (JF, 370-371).

            Sin embargo, -de nuevo la ambigüedad- cuando Pétain se encontró con Hitler, en Montoire, (24-X-1940), y establecieron las líneas de la colaboración de Francia nacionalista con la Alemania nazista, M. no atacó la política del Marechal.

            Pétain declarará que "C'est pour l'honneur et pour maintenir l'unité Française (...) que j'entre aujourd’hui dans la voie de la collaboration" (YC, 425).

            Preguntado a respecto de esa colaboración con el enemigo ocupante de Francia, M. se esquivó de dar una respuesta clara. Este es su diálogo equívoco:

            "Êtes-vous partisan de ce que le Maréchal appelle la collaboration?

            "Je n'ai pas à en être partisan.

            "Adversaire,  alors ?

            "Non plus.

            "Neutre ?

            "Pas davantage.

            "Vous l'admettez, donc ?

            "Je n'ai pas à l'admettre ni à la discuter " (JF, 372).

            Para M., "Le plus grand malheur de la France serait qu'on y prit parti pour ou contre la collaboration et que des factions contraires se forment là-dessus" (AF, 1-XI-1940, apud JF, 372). Defender la Nación por todos los medios fue uno de los principios de M. Uno de los medios para eso fue la colaboración.

            M. distinguía colaboración de Estado de colaboración ideológica. M. se disoció públicamente de algunos de sus discípulos que colaboraron ideológicamente con los alemanes, sin preguntarse, sin embargo, por qué y cómo ellos llegaron hasta allá. (YC, 424).

            Conforme YC, si hubo maurrassianos en el gobierno de Vichy, ellos no fueron indicados, ni apoyados por M. "On ne saurait donc désigner M. et l'AF comme des inspirateurs de la Révolution nationale. Il est vrai en revanche que M. a approuvé et encouragé (toutefois en émettant des réserves ou suggestions) chacune des réalisations du régime de Vichy" (YC 419).

             Aunque no todo haya sido hecho entonces por culpa de M., tampoco se puede eximirlo totalmente de responsabilidad por los errores de Pétain. Ese gobierno ni prosiguió la lucha, ni mantuvo intacta la honra de Francia. Por ejemplo, en julio de 1941, presionado por los alemanes y  por odio a Inglaterra -declarada el enemigo número uno bis, (el número uno -sin bis- era Alemania)- el "gobierno" de Vichy concordó en que  tropas japonesas ocupasen, sin lucha, los territorios franceses en Indochina.

            Cuando el gobierno de Vichy hizo un estatuto de los judíos, tuvo la aprobación de M., que, como vimos, decía ser contra un anti-semitismo de piel, pero a favor de un anti-semitismo de Estado. (YC, 420).

            El 8 de mayo de 1943, los americanos desembarcaron en África, libertando las primeras colonias francesas. Era evidente entonces que Alemania sería derrotada. Era apenas cuestión de tiempo. El día de la invasión de África, Pétain condecoró a M. con la "Francisque", medalla que exigía la prestación de un juramento de fidelidad personal al maréchal: "Je fais don de ma personne au maréchal Pétain comme il fait don de la sienne à la France. Je m'engage à servir ses disciplines et à rester fidèle à sa personne et à son oeuvre" (YC 422) [En passant, es preciso notar que el juramento de esclavitud de la TFP al profeta de Higienópolis parece haber tenido precedente...]

             Liberada Argelia por los americanos, era fácil para Pétain huir para allá, lo que acabaría con el cisma gaulista. Pétain se quedó en Vichy. M. no aconsejó partir... Resultado: los alemanes ocuparon el territorio de Vichy, acabando con las apariencias de independencia del gobierno Pétain. M. calificó de felonía la actitud del Almirante Darlan, que adhirió entonces a los aliados.

            Los atentados de la resistencia se multiplicaron después del desembarque en África. M. pidió que se estableciese un sistema de refens comunistas, como medio defensa. (YC, 441). El fue acusado de hasta haber hecho denuncias a los ocupantes, y de haber instigado el asesinato de Roger Worms. En cuanto eso, él mandaba construir un "corditáfio" -un repositorio para su corazón- en lo que llamó Muro de los Fastos, en su casa, en Martigues.

            La lucha entre resistentes gaulistas y colaboracionistas vertió sangre de los dos lados. Jean de Fabrègues, al tratar de eso, prefiere más callar que juzgar. "Qui a vécu ces heures en garde le tragique souvenir et se retiendra de condamner ou de juger" (JF, 375).

            En junio de 1944, se dio el desembarque americano en Normandía y, luego después, la Liberación de París y de Francia. Fueron horas de alegría y de venganza. Muchos colaboracionistas fueron asesinados sin juicio. Se habla con cierta seguridad de 100.000 asesinatos políticos. Evidentemente, muchas injusticias y crímenes fueron cometidas entonces. La derecha francesa fue masacrada y hasta hoy guarda rencor del gaulismo, aliado de los comunistas que realizaron la masacre.

             El 3 de septiembre de 44, Lyon fue liberada. Al día siguiente, en París, François Mauriac acusó a M. de ser "l'inspirateur plus occulte, mais quasi officiel du système vichyssois" (YC, 449). Ese mismo día, M. y Pujo fueron presos. Poco después, Paul Claudel acusó a M. "d'avoir pris 'une part certaine dans la catastrophe de juin 40' et d'en avoir "une non moins grande dans la prétendue révolution nationale à laquelle il a fourni son assiette idéologique et ce qu'on appellera sa mystique." Enfin, il accusa M. d'avoir dénoncé des "patriotes" pendant l'Occupation et il citait son cas personnel; les dénonciations de M. auraient conduit à son domicile parisien un agent de la Gestapo, en mai 1943, et des  déménageurs à la veille de la Libération. (YC 453).

            En el tribunal, M. fue acusado de:

            1- Ser inspirador de Pétain.

            2- Ser adversario de los gaulistas y de la Resistencia.

            3- Apoyar la política anti-semita del estado francés.

            4- tener culpa en los acuerdos de Montoire.

            5- Ser responsable por la creación de la Milicia

            6- Haber hecho denuncias contra franceses a los alemanes.

            7- Ser el teórico del régimen de Vichy. (Cfr. YC, 458).

            En las vísperas del juicio, como se temía una condena a muerte, se insistió en que M. se confesase, a lo que contestó: "Voyez-vous? Je suis un vieil âne à qui tout le monde voudrait faire sauter une barrière. Ne le tourmentez pas. Laissez-lui brouter encore quelques chardons. Alors, il sautera tout seul. Mais continuez à prier et remerciez mes amis." (PB, 612).

            En el juicio, M. se defendió con valor. Respondiendo a Claudel, dice: "On savait depuis longtemps que la littérature ajoute à la férocité naturelle de l'homme. Jusqu'a la M. Claudel, on ne se doutait pas qu'elle pût l'abêtir". (YC 459).

            M. fue condenado a prisión perpetua y a la degradación nacional. "Pour avoir des intelligences avec une puissance ennemie ou avec ses agents en vue de favoriser les entreprises de cette puissance contre la France" (JF, 375-376). Al oír la sentencia, M. grito: "C'est la revanche de Dreyfus!"

            Pujo fue condenado a cinco años de prisión, a 20.000 fr. de multa, así como a la degradación nacional.

            M. estuvo preso primero en Riom. Sus lecturas en la prisión muestran que poco cambió: leyó Kirkegaard, Saint-Beuve, Pascal, Racine, y -sorpresa- Los tres mosqueteros"...

            Escribiendo a la Duquesa de Dreux-Brezé -con la cuál tuvo un caso amoroso- aún en 1945, M. contó que fue visitado por un padre, que intentó convencerlo de rezar el Padrenuestro: "Il m'a parlé du "ne nos inducas"... “Cela a fait beaucoup d'idées remuées au bout desquelles je lui ai demandé si ce morceau du Pater n'était pas un vestige du premier jansénisme ou paulinien ou augustinien des primitifs? Ai-je besoin de vous dire en toute humilité que je n'en sais rien?" (YC, 469).

            Como se ve, M. ya bien cerca del final de su vida, continuaba sin fe. Pero, YC se apresura a disculparlo: "Ce n'était qu'a la l'heure de la mort qu'il reviendra complètement à la foi catholique". (YC, 470).

            Transferido para la prisión de Claraval, M. comenzó a asistir a Misa dominical. Y. Chiron cuenta que, el 30 de septiembre de 1947, el día del cincuentenario de la muerte de Santa Teresita, la hijita del calendario de Lisieux recordaba las últimas palabras de la santa: "Oh! je l'aime. Mon Dieu...Je vous aime". "Au verset de ce feuillet d'amour et d'espérance, Maurras griffa sa propre litanie:                                                                                                                                

OMBRE

                                                           Chaos

                                                           Deuils, Soucis

                                                           Les Maux, Faim

                                                           Indigence,

                                                           Mort

                                                           La Peur

                                                           La Guerre, les Furies

                                                           Discordes, les Parques

                                                           Centaures, Styges

                                                           Cabires, Hydre de Lerne

                                                           Cerbères, Gorgones,

                                                           Harpies."

                                                                                    (M., apud YC474-475).

            Sin duda, versos muy poco conformes y muy poco parecidos con lo que M. escribía filial y piadosamente a San Pío X o inclusive a Pío XI., y que no indican una alma presto a convertirse.

            Otra poesía hecha por M. en la prisión es reveladora de su estado de alma:

                        “Je ne peut plus, même à voix basse

                        implorer, de ces mots fervents,

                        que sut tout homme de ma race,

                        la charité d'un Dieu vivant.

 

                        Et nos augustes conseillères,

                        les Grandes Lois de l'Être font,

                        immobiles dans leur lumière

                        un silence qui me confond." (C. M. apud JF, 389).

 

Triste situación de un alma, sin duda, grande, y que fue más sorda a la voz de Dios, que la de su cuerpo a la voz del mundo. Jean de Fabrègues comenta entonces: "Mais entre cette permanence de l'être ou des êtres et l'amoureuse puissance d'un Dieu créateur, quel abîme encore! Comment ne pas voir que tout se distingue à peine d'un panthéisme qui, pourtant, Maurras refuse" (JF, 391).

            En ese tiempo, aunque no creyente, M. tomaba extrañas posiciones con relación a la lucha ortodoxia versus herejía. Responsabilizaba a Pascal por grandes males, pero veía  un cierto bien en los jansenistas: "Saint Cyran, Jansénius et Pascal furent tout a la fait clairvoyants sur un point: ils comprirent et voulurent redresser à temps la pente déjà la  ancienne et presque universelle où inclinaient les esprits. Les doctrines du Pélagianisme et surtout du sémi-pélagianisme avaient rempli insensiblement l'Église et constituaient le fond, l'inspiration du christianisme enseigné"  (PB, 615).

            Es una pena que M. no se acordó de escribir eso a San Pío X. ¿Y por qué será que no lo  escribió?

            Mismo en la prisión, M. dio muestra de colaborar con la revista Aspects de la France, fundada por su discípulo dilecto Pierre Boutang. En ella y sobre ella, M. escribió : "Nous bâtesons l'arche nouvelle, catholique, classique,  hiérarchique, humaine, où les idées ne seront plus des mots en l'air, ni les institutions des leurres inconsistants" (YC, 479).

            Hasta el fin, pues, M. pretendió soñar en construir la Nueva Arca que conduciría la Humanidad a una sociedad más perfecta, que él clasifica como "católica" y clásica, una sociedad  que, como el Vaticano II, la quería humana...

       El abbé Cormier visitó varias veces a M., durante su último año de vida. Cuando le preguntó: "Où en est votre âme avec Dieu?", M. respondió: "Sachez, Monsieur l'abbé, que sur ce sujet, je suis très coriace." (YC, 484).

            En seguida, M. se mostró menos áspero, contando que deseaba creer, que rezaba el Ave María, pero que había tantas cosas "incomprensibles", "inconcebibles" y, como ejemplo, citó  el "Ne nos inducas in tentationem". (Cfr. YC, 484).

            Consta que, en las vísperas del día de todos los santos, había manifestado el deseo de recibir los sacramentos. El día 13 de noviembre, M. llamó al abbé Cormier y le dijo: "Il est temps que vous m'aidiez à accomplir ce qu'il faut que je fasse..." Dice YC: "Il se confessa, récita le Confiteor et reçut l'absolution, puis, l'extrême onction." (YC, 485). M. falleció dos días después.

            El corazón de M. fue guardado en el Corditáfio que él mismo ordenara construir en el "Muro de los Fastos" en su casa de Martigues. "Le petit temple grec qui abrite le coeur du vieux Martigal porte, sur sa façade, en grec, un vers tiré d'Euripide:

            "Hélas!, que le soleil est beau!"

Et en provençal, deux vers de Mistral:

"La mer, belle plaine émue

             du paradis est l'avenue" (YC, 486).

            Así terminó Maurras. El vuelo del goéland cesará. Sus amigos insistem y confían que al final encontró el rumbo cierto. Dios lo queira. Pero, infelizmente, al leer sus postreros pensamientos, nos queda la amarga impresión que continuó ambíguo. Las aves del cielo no vuelan en cículos inútiles.

            Lamentable es que , hasta hoy, muchos tradicionalistas vuelen en círculos inútiles en torno del cadáver de M., para tercamente intentar justificar y, en algunos casos, hasta defender sus errores.       

                                               São Pablo, 29 de marzo de 1994.

                                                                                                          ORLANDO    FEDELI

 

 

Anexos y comentarios:

 


CARTA DEL EX CARDENAL LUDOVICO BILLOT S. J.

AL DIRECTOR DE “ETUDES”

Galloro 2 de Marzo de 1928

                                                                                                           


Muy reverendo Padre:

 

            Desde el día en que Su Santidad acogiendo favorablemente la petición que le tenía hecha, se dignó permitirme que me desposeyera de la dignidad cardenalicia para volver a ser un simple religioso de la Compañía, he venido guardando absoluto silencio.

            Esta resolución mía, que estaba en un todo conforme por otra parte, con las advertencias  y consejos de personas a quienes debo completa deferencia, me parecía también el medio mejor para cortar de raíz la leyendas que pudieran crearse alrededor de mi dimisión, y que en efecto, no han dejado de circular; leyendas además completamente contradictorias y que no necesitan de otro mentís que el que unas a otras se dan, por las mismas contradicciones en que incurren.

            Hasta aquí he permanecido fiel en absoluto a la resolución que tomé, me costara lo que costase; fiel a ella digo, hasta dejar sin respuesta las innumerables cartas que me llegaban de diversas procedencias; aún a riesgo de pasar por hombre que ha olvidado las reglas de cortesía francesa. Que los que han podido sentirse heridos por mi actitud o simplemente contrariados me lo perdonen. Pero hoy las circunstancias imprevistas me inducen a romper el silencio y me obligan a dirigirme a usted, mi reverendo Padre, que más que ningún otro puede usted ayudarme a lograr el objeto que me propongo.

            Por diversos conductos llega a mí la noticia de que se toma autoridad de mi ejemplo para legitimar la resistencia a las medidas adoptadas en lo tocante a “L’Action Française”, de que hasta quienes tienen la misión de guiar a las almas se hacen fuertes en un tan deplorable argumento para no exigir de sus penitentes la obediencia debida a la Santa Sede y de que de este modo yo llegaré a ser una piedra de escándalo para muchas gentes. Sin embargo, yo he mirado hasta el fondo de mi conciencia y no encuentro nada en ella que pueda justificar tan molesta imputación, pues desde el comienzo de la dolorosa crisis que atravesamos, he respondido siempre, ya de viva voz, ya por escrito, a quienes me consultaban sobre la línea de conducta que debía seguir, que estaban obligados no solamente a evitar, con exquisito cuidado, todo lo que pudiera parecer insumisión o desobediencia, sino más todavía, a hacer el sacrificio de sus ideas particulares para conformarse con las órdenes del Soberano Pontífice. Por mi parte, he sido el primero en atenerme a esta regla.

            Si, pues, le está permitido a un simple religioso, que ha tenido siempre un amor ardiente por la Santa Iglesia y por su país, formular un voto con respecto a la situación presente, será el mío que todos, aún al precio de los más dolorosos sacrificios, se sometan al Padre común de los fieles, pues lejos de él sólo conseguirán extraviarse por caminos peligrosos, comprometiendo gravemente su salvación eterna. Este voto, o más bien este ruego, es


el de un hombre que por haber cumplido ya ochenta y cinco años se prepara a comparecer pronto ante el Tribunal de Dios y desea no tener que responder ante el Supremo Juez de las almas de sus hermanos.

            (Firmado):  Ludovico Billot, S. J.

N.B.: Entre otras muchas publicaciones oficiales Católicas en que fueron publicados los documentos de la Suprema Congregación del Santo Oficio aparecidos en “EX ACTIS S. SEDIS”  figura el “BOLETIN OFICIAL” de la Diócesis de San Juan de Cuyo, en el cual también, más tarde, publica la carta del Card. Billot S. J. al Director de la revista “ETUDES”. En la edición, de dicho BOLETIN, del 15 de Marzo 1927, año III no. 6 págs. 71 y ss. figura el siguiente documento que junto con lo anterior muestra claramente que no sólo no se engañó al Santo Padre (como vimos él afirmó haber leído personalmente las obras de Murrás) sino que la condena, (ya aprobada por San Pío X) además de justa, era necesaria, siendo el producto de un imperativo deber de la Autoridad como lo es de los fieles, que quieran seguir siéndolo, aceptar, con sus consecuencias, estos documentos doctrinarios, no sólo disciplinarios, en que el Papa habló en cuanto tal y no como Doctor privado.

 

EX ACTIS S. SEDIS

________

 

SUPREMA CONGRIEGACION DEL SANTO OFICIO

 

Se condena algunas obras de Carlos Maurrás y el periódico “L’Action Française”

 

DECRETO

 

Día 29 de enero de 1914 y 29 de diciembre de 1926 – Como muchos pidiesen enterarse mejor del parecer y juicio que a esta Sede Apostólica y principalmente al Papa Pío X, de feliz recordación, merecen las obras y escritos de Carlos Maurrás, así como el periódico intitulado L’ Action Française, Nuestro Santísimo Padre el Papa Pío XI, me encargó a mí, infrascripto Asesor, el investigar cuidadosamente las Actas y Archivos de la Sagrada Congregación del Indice, unida e incorporada –como todos saben—al Santo Oficio, y darle luego cuenta.

Realizada esta investigación, se halló lo siguiente: a saber:

I.- En la Congregación preparatoria habida el jueves, 15 de enero del año 1914: “Todos los Consultores fueron de parecer que las cuatro obras de Carlos Maurrás: Le Chemin du Paradis, Anthinéa, Les amants de Venise et Trois Idées politiques, eran verdaderamente pésimas y por tanto merecedoras de prohibición, a las que se debía agregar –dijeron – la obra intitulada L’Avenir de l’Intelligence.

“Varios Consultores a estas obras quisieron también agregar los libros intitulados: La politique religieuse y Si le coups de force est possible.”

 

II.- En la Congregación General habida el lunes 26 de enero del año 1914: “el Emo. Cardenal Prefecto dijo haber tratado de eso con el Sumo Pontífice, quien, vistas las numerosas peticiones que se le habían hecho de palabra y por escrito incluso por elevadas personalidades, realmente había quedado un tanto dudoso, y que finalmente había ordenado que este asunto lo tratase la Sagrada Congregación con plena libertad, reservándose para sí la potestad acerca de la publicación del Decreto.

“Profundizando, pues, el asunto, los Emos. Padres declararon no haber duda alguna de que los libros designados por los Consultores eran realmente pésimos y merecedores de censura. Tanto más cuanto que los jóvenes difícilmente podían privarse de esos libros cuyo autor se les recomienda como modelo en asuntos políticos y literarios y como jefe de quien debía esperarse la salvación de la patria. Los Emos. Padres convinieron en que los citados libros debían proscribirse por la Sagrada Congregación y que la publicación del Decreto se dejara a la sabiduría del Sumo Pontífice. En cuanto al periódico “L’Action Française, Revue bimensuelle”, los Emos. Padres juzgaron que se debía establecer lo mismo que de las obras de C. Maurrás”.

 

III.- Día 26 de enero del año 1914: “El P. Secretario en audiencia de S. S. dio cuenta de todo lo que acababa de tratar en la Congregación. El Sumo Pontífice comenzó en seguida a hablar de L’Action Française y de las obras de C. Maurrás, refiriendo haber recibido de muchos peticiones para que no permitiese que la Sagrada Congregación condenase estas obras; sin embargo tales obras habían sido prohibidas y desde ahora, según fueron proscrpitas en la Sagrada Congregación, debían ser tenidas como tales, reservándose sin embargo para sí el derecho de indicar el momento de la publicación del Decreto; que si se presentase nueva ocasión de obrar así, el Decreto en que se prohíben aquellos periódicos y libros, se promulgará como emanado hoy”.

 

IV.- Día 14 de abril del año 1915: “El Sumo Pontífice [Benedicto XV, de feliz recordación] interrogó al P. Secretario acerca de los libros de Carlos Maurrás y el periódico L’Action Française. P. Secretario refirió ordenadamente a Su Santidad  todo lo tratado en esta causa por la Sagrada Congregación y como su predecesor el Papa Pío X, de santa memoria, ratificó y aprobó la proscripción dada por los Emos. Padres, y como defirió para tiempo más oportuno la publicación del Decreto. Oído esto, Su Santidad declaró que ese tiempo todavía no había llegado, porque, perdurando aún la guerra, las pasiones políticas no permiten juzgar con rectitud este acto de la Santa Sede”.

Todo esto relatado diligentemente por mi, infrascripto Asesor del Santo Oficio, a Nuestro Santo Padre, Su Santidad ya creyó oportuno publicar y promulgar este Decreto del Papa Pío X, de feliz recordación.

 Considerado lo que, principalmente estos días, fue editado y divulgado por el diario intitulado L’Action Française, nominalmente por Carlos Maurrás y León Daudet, y lo que toda persona sensata ve que ha sido escrito contra la Sede Apostólica y el mismo Romano Pontífice, Nuestro Santísimo Padre confirmó la condena dada por Su Predecesor y la extendió a dicho diario L’Action Française según actualmente se publica, de tal manera que se tenga como proscrito y condenado y se incluya en el Indice de libros prohibidos, sin perjuicio de ulteriores inquisiciones y condenaciones en los libros de uno y otro autor.

Dado en Roma, desde el Palacio del Santo Oficio, día 29 de Diciembre de 1926.

Por mandato de Su Santidad:

 

N. Camali [?], Asesor.

[Cfr. AAS 18 (1926) 529-530]

ANOTACION

 

“La importancia de este decreto la hizo notar el mismo Sumo Pontífice, en otra carta dirigida al Cardenal Arzobispo de Burdeos, acompañando al mismo Decreto” fechada el 5 de enero de 1927 (Cfr. ACTES DE S.S. PIE XI, Tome IV,  Pgs. 7 y ss., MAISON DE LA BONNE PRESE).

 

El Papa, Pío XI, le anuncia el envío de los documentos de la condena de la A. F. por San Pío X que se encontraban en los archivos del Santo Oficio, que el mismo Papa no consideró oportuno hacerlos públicos en ese momento, pero que queriendo ligar su nombre, para la posteridad, a la condena, mandó que cuando se publicara se hiciera con la fecha en que él lo hiciera: 29 de enero de 1914, añadiendo las actas del último Consistorio en que se trató el tema. Le dice el Papa: “Comme vous allez voir, le décret a une importance assez grande, ne serait-ce que parce qu’il détruit d’un seul coup la légende qu’on a tissue, en bonne foi comme Nous aimons a le croire, autour de Notre vénéré Prédécesseur Pie X de s. m. Comme vous voyez, non seulement il en résulte que ni vous, ni Nous, ni Nos coopérateurs et exécuteurs, n’avons été les premiers a la nous saisir de ladite question, mais il en résulte aussi que Nous avons fini là ou Pie X a commencé. (...) pour ne pas dire autre chose, Pie X était trop anti-moderniste pour ne pas condamner cette particulière espèce de modernisme politique, doctrinaire et pratique, auquel Nous avons affaire;...”

Más adelante el Papa continúa preguntándose el porqué la Providencia permitió que al principio dichos documentos se refundieran y luego aparecieran; y responde que fue una disposición providencial...”dans le double but, d’un cote, de Nous engager à etudier toute la grave question personnellement  et pour Notre compte, (lo que una ves más destruye la otra invención que circula de que el Papa fue engañado con falsos documentos o con informes parciales y fuera de contexto, etc. etc., sobre las doctrinas erróneas y herejías profesadas y difundidas por la A. F.) et, de l’autre coté, de faire... ut revelentur ex multis cordibus cogitationes.”  Tiempo después, el 25 de agosto de 1929, en carta dirigida al Card. Dubois Arzobispo de Paris, El Papa dirá: “La HEREJIA de la Action Française es como hay que llamarla en adelante”. (AAS. 21 – 1929, pp 619-621)

Esta revelación de los corazones se dio con profusión en Francia, (y se da hoy en larga medida por la infiltración de sus ideas en los medios tradicionalistas) después de la condena. “... Il s’est révélé une absence absolue de toute juste idée sur l’autorité du Pape et du Saint-Siège et sur sa compétence a la juger de son extension et des matières qui le appartiennent; une absence non moins absolue de tout esprit de soumission ou tout au moins de considération et de respect; une attitude prononcée d’opposition et de révolte; un oubli ou divulgation d’inventions aussi calomnieuses que fausses et absurdes; tout ceci s’est abondamment et si clairement révélée que beaucoup de bons catholiques ont vu et compris a la qui et a la quel esprit ils s’étaient fiés en pleine bonne foi.”

Desgraciadamente ese mismo espíritu hoy continúa en ciertos medios “maurracianos” y son las mismas consignas que continúan queriéndose imponer como “la verdad absoluta” de la historia al respecto de la A. F. abusando de la buena fe de muchos que desconocen los documentos queriendo sacar consecuencias, sin ningún fundamento real, que serían aplicables a la situación actual en la Iglesia; pero sigamos viendo que más dice el Papa:

“C’est au milieu de telles révélations que la divine Providence a mis en Nous mains les documents que Nous vous communiquons; ce sont les révélations qui ont mis le comble à la mesure el Nous font proscrire le journal l’Action Française, comme Pie X a proscrit la revue bimensuelle du même nom. Quant aux livres de Charles Maurras, proscrits par Pie X, il est évident pour tout bon catholique que la proscription ne perd rien de sa force par le fait que l’auteur ait tenu a la se faire son propre index, quand l’Index  de la Sainte Eglise est intervenu, d’autant plus s’il déclare comme il l’a déclaré que par là il n’entend se mettre en règle avec aucune loi.”

El Papa es claro; y Maurrás queriendo arreglar, según su visión naturalista, adoptando la táctica de quitar algo de lo más chocante de algunas de sus obras no puede dejar de manifestar su índole, adelantándose a las interpretaciones de bondad natural, que hoy pululan, (por  de este gesto, diciendo que no entiende por esto, ponerse en regla con ninguna ley... “primero produzcamos los hechos, después se justifican” me decía un abbé imbuido de “maurracianismo” y que, como muchos otros, se ufana de tal,...M. sin ser claro, deja ver claro para el que tenga ojos para ver. Miremos que más dice el Papa:

“C’est précisément de l’intervention de l’Index  que les documents retrouvés témoignent, comme ils attestent aussi le persévérant jugement de l’Eglise sur la grave question du moment. Nous espérons que, révélée a l’heure qu’il est, une telle continuité du jugement suprême de cette Eglise, que le Saint-Esprit appelle columna et firmamentum veritatis, suffira a la elle seule a la éclairer les esprits, a la dissiper les doutes, a la tranquilliser les âmes, a la ramener partout  et en tous la paix.”

No se ve cómo un Papa, fiel a su deber, podría hablar de otro modo y cómo un verdadero católico, por duro que parezca aplicarlo a este caso, que quiera seguir siéndolo, pueda dudar adherir a las enseñanzas de la Cátedra de Pedro en las que además, defiende principios fundamentales de Orden social que emanan de la Revelación y son la enseñanza constante del Magisterio. El Papa dice al final de su carta: ...”Mais c’est à tous sans exception que Notre coeur paternel s’ouvre, offrant à tous l’accueil le plus indulgent et le plus tendre; (que distinta concepción de la autoridad, expresan las palabras de Papa, à que se impone cuando se está imbuido de un espíritu no católico) désireux de les consoler tous, si, pendant une heure que Nous espérons déjà passée sans retour, (es lamentable que aún no sea así y que hoy se utilice la Tradición para continuar con la misma deformación de los hechos y distorsión de las intenciones de Pío XI) Nous en avons dû contrister quelques-uns afin de ne pas manquer à Nos redoutables responsabilités pour le salut de leurs âmes.”

Es claro, pero no hay peor ciego que el que no quiere ver; continúa la subversión doctrinaria y práctica (es todo un espíritu que se manifiesta una espiritualidad que precisamente no tiene sus fuentes en la más pura ortodoxia católica) al punto que el Papa, de nuevo, tuvo que pronunciarse públicamente, en cuanto tal, en otras ocasiones, por ejemplo en Consistorio del 20 de junio de 1927 hablando así:

                “Passons maintenant, Vénérables Frères, a la situation religieuse de la France, dont nous avions eu le devoir de vous entretenir au dernier Consistoire. Nous avons eu récemment l’intention d’écrire a la ce sujet une lettre plus détaillée a la l’épiscopat, au clergé et au peuple de cette nation qui Nous est très chère; Nous y avons surtout songé après la déclaration que les évêques adressèrent aux fidèles et après la lettre qu’ils nous écrivirent a la Nous-même, double démarche en son temps fort opportune et pour Nous très agréable, comme Nous le leur avons fait immédiatement savoir; mais, donnant une affectueuse attention au cours des événements et des choses, lisant soigneusement tous les imprimés, toutes les lettres qu’on ne cesse de Nous envoyer, Nous avons jugé bon d’attendre et d’ajourner Notre dessein à une époque ultérieure.

                “Toutefois, Nous ne laisserons point passer l`important occasion que Nous offre votre assemblée sans vous faire part tout à la fois et des magnifiques consolations qui Nous échoient et des graves soucis qui Nous affligent. De magnifiques consolations Nous viennent en effet de Nos fils de France, jeunes gens pour la plupart, et qui, soit isolément, soit collectivement, d’eux-mêmes ou par la voix de leurs évêques, manifestent sans cesse et leur soumission à l’égard de Notre enseignement et de Nos ordres et leur reconnaissance. Nous sommes heureux de leur en témoigner à nouveau Notre approbation et Notre gratitude. Mais ce qui Nous afflige non médiocrement, c’est que, pour Nous servir des paroles de l’Apôtre, il en est –pas beaucoup, c’est vrai- qui se montrent insubordonnés, vains discoureurs, séducteurs..., qui enseignent ce qu’il ne faut point; comme le dit encore l’Apôtre, il faut les réfuter.

                “Garder le silence sur leur enseignement et sur leur manière d’agir équivaudrait en somme à favoriser une erreur pernicieuse –ainsi que l’ont eux-mêmes déclaré les évêques de France; -ce serait encore les confirmer dans leur obstination, favoriser leur verbiage fanfaron, leurs tromperies et leurs fausses doctrines. Car, pour les esprits, il ne peut y avoir de paix stable ni de repos en dehors de la vérité et de l’ordre, sous la conduite el l’influence de la charité.

                “Aussi, ce que Nous avons déclaré a la plusieurs reprises, Nous le confirmons tel quel aujourd’hui: Tous ceux qui se repentiront réellement et prendront la sincère résolution de réparer le scandale, désormais trop prolongé, du détestable exemple qu’ils ont donné a la l’Eglise entière et spécialement a la l’Eglise de France, Nous sommes tout prêt a la les accueillir et a la leur ouvrir Nos bras avec la tendresse et la charité d’un père. Ce retour, Nous l’implorons chaque jour auprès de la miséricorde divine; Nous avons le ferme et confiant espoir qu’ils ne tarderont point à se ressaisir et qu’ils voudront tous revenir au Père commun. Car on ne saurait imaginer a la quel point certaine pensée Nous afflige et Nous angoisse toutes les fois qu’elle Nous vient a la l’esprit. C’est la pensée que même a la un seul de ces fils aimés qui ont failli a la leur devoir Nous puissions un jour être obligé d’appliquer les paroles que, dans les premiers temps de l’Eglise -car a la cette sainte Mère les épreuves n’ont jamais manqué,venues de ses enfants,- Jean, l’apôtre de la charité, fut contraint lui-même de prononcer: Ils sont sortis du milieu de nous, mais ils n’étaient pas des nôtres; car, s’ils eussent été des nôtres, ils seraient certainement demeurés avec nous; mais ils en sont sortis afin q’il soit manifeste que tous ne sont pas des nôtres.

                “Mais Nous déplorons surtout le sort de ceux –s’ils en est, ainsi qu’on l’affirme, bien que jusqu’ici Nous ayons toujours eu la plus grande difficulté à le croire- qui, bien qu’aveugles, s’offrent à conduire des aveugles. Il suffirait pourtant de leur remettre en mémoire ces paroles de Notre-Seigneur qu’ils semblent avoir complètement oubliées: Malheur à vous, conducteurs aveugles! Un aveugle peut-il diriger un aveugle? Tous les deux ne tomberont-ils pas dans la fosse?  Dans la fosse de l’erreur et de la discorde, puisqu’ils résistèrent à l’ordre voulu de “Dieu, qui a fait asseoir la doctrine de la vérité dans la chaire de l’unité”, comme le dit si bien saint Augustin. L’aveuglement de ces hommes, des chefs et de leurs partisans, on le voit déjà de toute évidence à ce qu’ils se dressent en fait contre le Père et le Maître de tous les fidèles et n’en prétendent pas mois des lèvres reconnaître et révérer son autorité. Dans cette question, à les entendre, Nous ignorerions les faits, Nous serions mal informé, Nous serions trompé par de ténébreuses machinations de Nos conseillers ou des falsifications de documents –Nous tenons au contraire à profiter de cette occasion pour louer hautement leur fidélité;- (no olvidemos que en esos momentos estaba al frente de la Suprema congregación del Santo Oficio, fusionada con la del Index, nada menos que el Card. MERRY DEL VAL en cuyas manos estuvo todo este asunto) Nous servirions des intérêts de parti dans l’espoir de restaurer un certain Empire; Nous céderions a la des préférences nationales; Nous franchirions enfin les limites de Notre autorité en prescrivant des ordres en opposition avec le patriotisme. Toutes ces allégations, extrêmement injurieuses pour Nous, sont contredites par Nos déclarations répétées et explicites et manifestement contraires à la vérité; bien plus, elles donnent comme une impression de folie. Sans hésiter pourtant, Nous répéterons a la ces fils indociles l’avertissement de l’Apôtre: Pour moi, il m’importe fort peu d’être jugé par vous, ou par le tribunal d’un homme; je ne me juge pas non plus moi-même...Car mon juge, c’est la Seigneur.”

                El Papa continúa citando a san Ambrosio y san Cipriano sobre la autoridad y la unidad de la Iglesia, aplicando a la fidelidad de los obispos de Francia estas citas y el ejemplo de Obispo de Cahors el Venerable Alain de Solminihac del que el día anterior había proclamado las virtudes heroicas el cual se distinguió por su obediencia y fidelidad a la Sede Apostólica en momentos especialmente difíciles para ello.

                Notemos como el Papa, personalmente responde a todos infúndios calumniosos y tramas que se difundían para justificar el rechazo a la condena; pero lo más lamentable, y que no deja de ser grave es que hoy en publicaciones oficiales de la Fraternidad se repiten, pertinazmente, los mismos argumentos, en coro de alabanzas a la A. F. que prácticamente se hace de la adhesión, o por lo menos el silencio al respecto de sus graves errores, al “maurracianismo” como la patente  para ser buen católico; hay que repetir lo que de mil maneras

se dice: Que el Papa no fue infalible, que se equivoco, que le hizo daño a la Iglesia etc., etc.  O si no, (cuando la persona expone la posición doctrinaria católica) se le dice que no entiende nada pues finalmente es un asunto exclusivamente “francés” pero sin embargo el asunto se ventila en publicaciones oficiales de otros Distritos.

                El Papa Pío XII, que ates de ser papa, encargado por Pío XI, también trabajó en este asunto, levanta la excomunión previa retractación pública de los responsables de la A. F., permaneciendo las publicaciones condenadas en el Index y, lo mismo que su Predecesor, mandó a los confesores exigir a los penitentes, adherentes de la A. F., la retractación de sus errores para poder darles la absolución.

¡No! la Iglesia no se equivocó. ¡No pudo equivocarse!

 “Maurrás es un poderoso pensador y un escritor de primer orden; pero es incrédulo y profesa el ateísmo. No puede orientar la filosofía católica, pues sus ideas son agnósticas. En sociología y en historia es positivista y discípulo de Augusto Comte. Por fin, en política propicia la política “D’abord”, es decir, la intolerancia anticristiana, la violencia y hasta llegó a proferir amenazas de muerte al ministro del interior de su propia patria.”

Estas realidades esterilizan las cosas buenas que ha podido tener para pretender dirigir el pensamiento católico francés como sostienen ligeramente sus partidarios a ultranza.

 

 


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¿Cómo respondió el Padre Vallet ante el problema de Maurras y de la A. F.?

 

En un ambiente caldeado, como era la situación en la Francia en que predicó el Fundador de los Cooperadores de Cristel Rey, al respecto de la condena de la A. F. no podía dejar de tomar partido, en cumplimiento de sus deberes sacerdotales.

Un día interrogando personalmente al Padre Barrielle, director espiritual en Ecône, que convivió con el P. Vallet, me dijo que el Padre decía: “¡no será Maurrás quien salvará la Francia!”. Quien esté habituado a la sutileza, un tanto irónica, en lenguaje coloquial del francés (muy distinto del modo afirmativo y directo del español) comprenderá la profundidad de la respuesta, adaptada en la forma, del Padre Vallet, delante de sus ejercitantes ciertamente desorientados por todo lo que se decía en los medios de A. F. del que provenían muchos de ellos.

El P. Antoni Sospedra i Buyé, CP. CR. en su documentada biografía “El Padre Vallet” (distribuye LA HORMIGA DE ORO, Barcelona, pp. 282-3) dice lo siguiente al respecto: “Cuando el P. Vallet llegó a Francia, en 1934, eran recientes, relativamente, las intervenciones de la Santa Sede (...) iba a encontrarse con amplios sectores de clero y laicos que no disimulaban sus simpatías por la “Action Française”, y aceptaban (con no pocas reticencias y distingos y explicaciones de anécdotas de episodios ocurridos entre bastidores vaticanos) la carta del Papa Pío XI al arzobispo de Burdeos.

“La predicación fuerte, teológicamente bien razonada, del P. Vallet despertó entusiasmos entre muchas personas rectas, que no ocultaban sus simpatías por la “Action Française” quizá sólo como una reacción contra el pastel ideológico de las infiltraciones religioso-liberales de ciertos movimientos católicos. Despertó entusiasmos también entre los demás. A todos los llamaba a la unión doctrinal, aceptando sin reticencias el Magisterio Pontificio. Una frase suya se hizo célebre: “NOUS AVONS UN PHARE DE LA VERITÉ: C’EST ROME!” (¡Tenemos un faro de la verdad: Roma!).” –era como replicaba el Padre Vallet a la afirmación repetida por los maurracianos: “NOUS AVONS DEUX PHARES DE LA VÉRITÉ: ROME ET MAURRAS”– “Muchos le siguieron al Padre Vallet. Con ello, se hizo de “Chabeuil” un signo de contradicción entre los que aceptaban dócilmente cuanto era enseñado por Roma en el campo del dogma y de la ética católica, también en sus aplicaciones políticas; y entre los católicos protestatarios, guiados más bien por su subjetivismo filosófico. Estos se quedaron enfrentados los unos contra los otros, y contra los primeros; –los sillonistas– porque, por encima de todo, amaban sus convicciones políticas y querían servirse de la fuerza moral de la Iglesia a favor de su modo de ver la política. Olvidaban que hay una doctrina social indiscutible para un católico, la cual trasciende las varias opciones políticas y las ilumina todas.”

                                                                                                               P. Rafael Navas Ortiz

 

Extracto de  una carta dirigida por un sacerdote a un profesor de Seminario que escribiera un artículo, para una publicación, sobre el tema; su lectura y análisis desapasionado nos pondrá  ante la importancia y gravedad del asunto que es fundamental por las consecuencias que se derivan en la vida espiritual, la concepción del vínculo con la Iglesia, el apostolado etc. El autor se mantiene en el plano Doctrinario y hasta hoy después de casi dos años no recibe respuesta a tan graves conclusiones a que se llega:

(...)

Quizás su anexo acerca de Charles Maurras se deba a la conversación que tuvimos en mi último viaje a Buenos Aires sobre los posibles orígenes de los errores acerca de la doctrina política católica y las respectivas críticas al Supremo Magisterio que se dan en el medio “tradi” bajo la influencia de Marcel de Corte. Pero me va a permitir discrepar acerca de su estudio, que espero no haya mandado a la imprenta, pues creo que debería profundizar más el tema y así conocer la otra cara de la medalla en cuestión tan delicada, ya que Maurras en su libro Le bienheureux Pie X... que parece ser la única fuente es ciertamente unilateral y ofensivo a al Santa Sede; lo que le valió una dura crítica del OSSERVATORE ROMANO  de la época.

 

1) En primer lugar usted dice: “Maurras ne se convertit à la foi catholique que vers la fin de sa vie”. Hubiera sido más justo decir que se Reconvirtió, pues había apostatado de la fe católica que había recibido de su madre, a consecuencia de sus malas lecturas (Kant, Pascal, Lamenais, etc.) que lo llevaron a dudar. Es curioso que este sea un punto que nunca se advierte en todo este asunto, dando por sentado que Maurras estaba de buena fe, lo que es inaceptable. Dice el Padre Hugón en su libro Hors de l’Eglise point de salut (ed. Clovis, 1955; es una reedición de los años 20):

 

“S’il est prouvé qu’on arrive à la foi par la lumière, il est plus manifeste encore que jamais l’évidence ne nous persudera d’abandonner notre foi ou d’en suspendre l’assentiment. C’est ici le lieu de dénoncer une ERREUR trop COMMUNE dont certains CATHOLIQUES n’ont pas su toujours se défier. On les entende excuser les défections de nombreux incrédules qui ont renoncé aux croyances de leur première communion et qui essaient maintenant de reconstruire l’edifece anéanti. On prétend que ces penseurs ont pu être de bonne foi. Non, la lumière ne s’est pas cachée d’elle-même, Dieu n’a pas abandonné le premier. Nous plaignons les égarés qui sont nés dans l’erreur, l’hérésie ou le schisme, leurs retards, leurs hésitations se comprennent, et il ne  nous appartient pas de les condamner. Mais l’Eglise juge très sévèrement les catholiques qui font le triste naufrage de leur foi. Grégoire XVI avait déjà proscrit l’erreur de Hermès, qui mettait le doute positif à la base de la recherche théologique. (Bref du 26 sep. 1835).

(...)

            “Mais il est impossible qu’on rejette tout le surnaturel et qu’on devienne incrédule autrement que par sa faute. La perte totale de la foi est un crime de lèse-majesté divine, et l’on ne peut condamner trop sévèrement le faux libéralisme qui ose innocenter des apostats” (pp. 202-203).

 

            Y el mismo Concilio Vaticano, en su Constitución III, DE FIDE enseña infaliblemente: “ceux qui ont reçu la foi sous le magistère de l’Eglise, ne peuvent jamais avoir une cause légitime de changer cette foi ou de la révoquer en doute”.

 

            2) Usted dice: “Il est impossible de parler de politique sans mentionner au moins en passant un homme qui a marqué profondément notre siècle, et dont l’influence est loin d’avoir disparu”. A mi me parece sinceramente más imposible, hablar de un autor, callando el hecho de que su doctrina fue condenada por la Cátedra de San Pedro como un gravísimo error, al punto de decir  S.S. Pío XI en carta al Cardenal Dubois, arzobispo de París del 25 de agosto de 1929 (AAS. 21-1929, pp. 619-621) lo que sigue: “La HEREJIA de la Action Française es como hoy hay que llamarla en adelante”. Por lo tanto, habría que lamentarse, lo que no parece ser su caso en este nuevo apéndice a su obra, por el hecho de que la influencia de Maurras no haya desaparecido. Por otra parte, el no aceptar la condena de Maurras destruye nuestra adhesión al Magisterio. ¿Con qué autoridad podremos alegar contra los liberales la Mirari vos, la Quanta Cura, la H. Genus, la carta contra Le Sillon, etc., etc.? ¿Las enarbolamos fielmente porque son la enseñanza de la Iglesia Católica, o las alegamos interesadamente porque previo “libre examen” estamos de acuerdo con ellas?

Permítame recordarle lo mismo que usted le decía al P. Simoulin cuando éste atacaba la doctrina social de la Iglesia oponiéndose al Magisterio, ¿a dónde vamos a parar si cuestionamos la enseñanza preconciliar?

 

Por lo demás, en cuanto a la regla de nuestra creencia es claro lo que enseñó S.S. el Papa León XIII en su Carta Encíclica Caritatis studium del 25 de julio de 1898 a los obispos de Escocia: “Il appartenait à son divin Fondateur de veiller à ce que le trésor des doctrines célestes ne fût jamais dissipé dans l’Eglise, ce qui serait arrivé NECESAIREMENT si ce trésor avait été abandonnée au jeunement de chacun. Evidemment donc, des l’origine de l’Eglise, il y eut besoin d’une autorité vivante et éternelle a la laquelle fussent confiées, par l’autorité du Christ, soit les autres doctrines salutaires, soit l’interprétation certaine des Ecritures. Il fallait que ce chef, appuyé sur le secours assidu de Jésus-Christ Lui-même, ne pût tomber dans aucune erreur doctrinale” (Les Enseignements Pontificaux “L’Eglise”, Volume I par les moines de Solesmes, page 408, no 622).

 

            3) Usted manifiesta que “Le ‘naturalisme’ de Maurras n’a rien a la voir avec l’hérésie naturaliste condamnée par l’Eglise” reduciéndolo meranente al estudio de “les lois de la nature avec les lumières de la raison”, siendo que lo condenado sería solamente “la négation de principe de l’ordre surnaturel”.

 

            Una vez más, creo que se equivoca. La ideología positivista de Maurras cae bajo la definición de naturalismo (que por lo demás usted restringe demasiado).

 

            Pero para no extendernos tanto, me limito a lo dicho claramente por S.S. Pío XI en su Carta Nous avons lu al Cardenal Andrieu, arzobispo de Burdeos donde aprueba la carta escrita por éste sobre los errores de la Acción Francesa (Carta del 25 de agosto de 1926, AAS (1926), pp. 382-386).

 

            Dice el Papa: “Vuestra Eminencia enumera y condena con razón (en publicaciones no solamente de fecha antigua) las manifestaciones de un nuevo sistema religioso, moral y social... y en general, del dogma y de la moral católica, principalmente en sus relaciones necesarias con la política, que está lógicamente subordinada a la moral. En sustancia, hay en estas manifestaciones huellas de un renacimiento del paganismo, al cual está ligado el NATURALISMO que estos AUTORES HAN BEBIDO, inconscientemente creemos,... (en la) escuela moderna laica... que ellos mismos combaten con frecuencia tan ardorosamente”. El Papa habla claramente del naturalismo de Acción Francesa, y a mí me parece ver condenados los errores de la famosa “Vue du haut” No. 8 (?) del Instituto Saint Pie X, que usted con toda razón combatió.

 

            Usted en descargo alega en nota que la mayoría de los colaboradores da Maurras eran católicos fervientes y que muchos incrédulos se convirtieron. En realidad los católicos fervientes abandonaron a Maurras cuando el Papa lo condenó. Respecto a los otros le respondo con  el Papa Pío XI:

 “On a représenté parfois Maurras comme un apologiste du catholicisme. Cela prête a la des exagérations un peu naïves... Je ne nie pourtant pas le fait heureux que des incroyants ou des protestants aient été conduit a la mieux juger el a la mieux étudier l’Eglise, et, Dieu aidant, a la se convertir ensuite, grâce au talent avec lequel Maurras leur faisait discerner le bienfait social et historique du catholicisme. Mais il s’agit alors d’incrédules qui revenaient de joliment loin. Chez les catholiques, le même genre de service intellectuel et moral ne peut guère être attendu de l’influence de Maurras. Que l’on veille au péril possible de cette influence en matière morale et religieuse...”

 

            A continuación usted agrega: “Bien avant 1927, cet ‘empirisme organisateur’ l’avait déjà conduit à une intelligence admirable de la loi naturelle, en parfait accord avec la pensée de l’Eglise”. Basta leer la Carta Sinodal de Cuaresma (1869) del gran Doctor de la Realeza Política de Cristo que fue ese “Vrai Français en qui il n’y avait pas de mensonge”, el Cardenal Pie, donde explayándose sobre el naturalismo político responde a sus afirmaciones:

 

“Aux efforts de la libre pensée pour arracher la raison de l’homme à la révélation, qui pourtant la complète et la perfectionne, devait inévitablement succéder la tentative de soustraire le coeur de l’homme à la loi, et non seulement á cette loi surnaturelle qui sort de la révélation comme la chaleur sort du soleil, mais encore à cette loi naturelle qui est comme la première prise de possession de Dieu sur nous, la base même de notre vie morale. Non, que cette loi naturelle soit niée absolument, c’est-à-dire à tous les points de vue, ce serait la négation de toute raison humaine.

 

“Mais on la change de fond en comble. On ne prétend a la rien moins qu’a la en bannir Dieu, non seulement Dieu auteur de la grâce, mais Dieu auteur de la nature: de telle sorte que l’homme, tout en ayant une règle, ne la reçoive que de la nature, c’est-à-dire de lui-même, qu’il n’y ait plus ni créateur qui commande, ni créature qui obéisse, et qu’enfin entre la nature de l’homme et sa loi, il y ait identité complète” (Ouvres du Cardinal Pie, Evêque de Poitiers, t. VI, p. 347).

 

            Espero que comprenda la enseñanza del Cardenal Pie incompatible con el agnosticismo positivista de Maurras, “observateur passionné de la nature des choses humaines, afin d’en tirer les grandes lois qui régissent la vie ou la mort, la prospérité ou la décadence des sociétés” como lo define usted, en cuyos análisis no se encuentra Dios autor y legislador, y fin último de esas sociedads incluso bajo el punto de vista del orden natural. Por lo tanto me sorprende lo que usted dice del autor en cuestión, que tuvo “une intelligence admirable de la loi naturelle, en parfait accord avec la pensée de l’Eglise”. El Cardenal Pie dice lo contrario: “on la change de fond en comble” y uno se puede preguntar qué fundamento sólido tiene ese “empirismo organizador” que concluye en un falso concepto de ley natural.

 

            4) Es claro que San Pío X no se equivocó, al punto de ser el primero que puso en el INDEX  varias de las obras de Maurras (le adjunto el decreto del Santo Oficio, 23 de enero de 1914-29, de diciembre de 1926; decreto que no fue publicado exclusivamente por motivos prudenciales). Como dice S.S. Pío XI en Carta al Cardenal Andrieu del 5 de enero de 1927 (AAS 19 (1927) pp. 5-8), y que responde por lo demás a las insinuaciones que usted hace en el texto: “sans doute, il Nous était très pénible de voir opposer (comme on l’a si souvent fait plus ou moins ouvertement) le nom et la prétendue conduite de Notre vénéré prédécesseur a la Notre nom et a la Notre conduite envers l’Action Française; Nous avions le profond sentiment –dites le pressentiment- qu’une telle opposition ne répondait pas au vrai; pour ne pas dire autre chose, Pie X était trop anti-moderniste pour ne pas condamner cette espèce de modernisme politique, doctrinaire et pratique, auquel Nous avons affaire...”

 

            Con respecto al Cardenal Billot le envío la carta escrita por él sobre este asunto, que no puede ser más categórica.

 

            Sobre el Padre Pégues, voy a tratar de conseguirle también las declaraciones que hizo sobre este sujeto, donde atestigua su adhesión a la condena.

 

            En cuanto al Padre Le Floch, hay que reconocer que se equivocó por lo cual fue destituido, lo que no quita los méritos que tuvo como lo demostró posteriormente S.S. Pío XII; y sobre todo hay que alabar en él el gran acto de humildad que realizó al escribir una carta pidiendo perdón.

 

            5) En cuanto a “l’Eglise de l’Ordre” y el otro texto maurraciano, le transcribo las palabras del Cardenal Manuel González Cerejeira, Patriarca de Lisboa (discurso con ocasión del noveno aniversario de su elección dedicado a la refutación de la estatolatría, del racismo y del neopaganismo):

“No puede existir sociedad humana sin Cristo. Cristo es la Vida como El mismo lo ha afirmado, y al vida subsistente en cuanto que El vive entre los cristianos.

 

“Vosotros sabéis, dice a los sacerdotes, que para comunicarlo, y así regenerar a los hombres, sois necesarios, y que sin vosotros Cristo abandonaría la tierra, desaparecería de entre nosotros. Por eso sois los obreros más indispensables de la civilización cristiana.

 

“Por lo demás, no faltan entre los cristianos algunos que manifiestan tener menos fe en el poder del Divino Evangelio que en la eficacia de ciertos medios humanos, legítimos en sí y también necesarios en el orden natural, pero completamente impotentes para producir la obra sobrenatural de la Redención humana.

 

“Ya hemos visto cierta escuela política que, con prescindencia de Cristo, tomaba la defensa de la Iglesia como maestra de la vida moral y salvaguardia de los valores espirituales de nuestra civilización.

“Y hay estados católicos que no ven que sin Cristo a la Iglesia le falta su principio santificador; esta prescindencia de Cristo significa una verdadera APOSTASIA de la fe católica.

 

“La Iglesia NO ES SOLO una admirable organización eclesiástica, es SOBRE TODO el cuerpo místico que contiene “el don de Dios”, es la portadora de Cristo e ilumina y transforma en la medida en que hace que Cristo viva entre nosotros.

 

“Desear una Iglesia desposeída de su tesoro, la vida divina, e impuesta sólo por la fuerza externa, rigiéndose sólo por la protección oficial, afirmándose sólo con el valor de la sabiduría humana de su organización o de su gobierno, significa DESCRISTIANIZAR la IGLESIA misma, negar la Religión y continuar la época de la moderna civilización. Esto no extendería el Reino de Dios; por el contrario, establecería una verdadera tiranía eclesiástica” (Cit. Boletín Oficial del Arzobispado – 1 de diciembre de 1939).

 

            Por eso S.S. Pío XI en su Carta Nous avons lu (ya citada) habla de “un nuevo sistema religioso, moral, y social, por ejemplo acerca de Dios, de la Encarnación, de la IGLESIA...”.

 

            6) Usted agrega “Peu d’hommes ont compris et exprimé aussi bien que Maurras les grands vérités de la doctrine sociale de l’Eglise”. Sinceramente, Padre, me parece con todo lo que llevamos dicho un “NO SENCE” como dicen los ingleses. Sin ser exhaustivos bastaría recordar que Maurras proclama el amoralismo político diciendo que “la ciencia y el arte de la conducta del Estado NO es la ciencia ni el arte de la conducta del hombre” (Mis Ideas Políticas, ed. Huemul). Con lo cual niega los derechos de Dios sobre la sociedad civil.

 

            ¿Acaso admite el hecho fundamental de que cada hombre tiene derechos recibidos de Dios, que son inviolables y que han de ser defendidos? Lo que contradice su sociologismo positivista. ¿Acaso reconoce la dignidad humana y la verdad de que el hombre es y debe ser en la vida social “su sujeto, su fundamento y su fin”? Su mismo nacionalismo integral es contrario a la doctrina enunciada por los Papas sobre la comunidad internacional.

 

Y para qué vamos a hablar de la Realeza social de Cristo, realeza principalmente de Caridad que brota de Jesús Prisionero en el Sagrario.

 

            Pero sobre todo el error que creo ser el más grave y que ha contaminado a muchos católicos “de derecha” es el anticlericalismo que niega entre otras cosas a la jerarquía el derecho y el deber de intervenir como autoridad en el orden temporal cuando se trata de juzgar la aplicación de los principios morales y religiosos a los casos concretos (ejemplos son el Ralliement, la labor pacificadora de los Papas en el orden internacional, etc., etc.).

 

            7) Y después usted continúa “et en particulier le pourquoi du rejet nécessaire et définitif des doctrines mortelles de 1789”. Esto me permitirá que se lo complete con la Carta de la Secretaría de Estado en nombre del Papa al Cardenal Dubois del 21 de abril de 1927: “Ils n’ont discrédité le libéralisme politique et social, QUE pour FAIRE PLACE a un LIBERALISME BIEN PIRE: le LIBERALISME RELIGIEUX; ce qui n'est pas le bon moyen de servir la cause d’un monarchisme qui veut réserver á la réligion catholique la première place, au moins comme élément d’ordre et comme le meilleur auxiliaire de l’autorité”.

 

            8) Al final de su apéndice da una larga cita de Maurras que usted introduce diciendo: “Et voici quel était le bel idéal de ce vrai Français en qui il n’y avait pas de mensonge”.

 

            El autor me da la impresión que identifica un tanto maniqueamente la democracia con el mal y la monarquía con el bien; identificación gratuita desde la doctrina católica. Pero su tendencia maniquea se nota más en la afirmación que hace: “Elle attestera dans la CORRUPTION ETERNELLE et universelle une primauté invencible de l`Órdre et du Bien”.

 

            Pero es interesante leer todo el texto que usted cita sólo en parte, pues Maurras continúa diciendo:

“Esta alma del bien la habrá conseguido, sin embargo, a su manera y, pereciendo en la perdición general habrá obtenido su salud moral y puede ser que la otra. Digo puede ser porque yo no hago de metafísico y me detengo al borde del mito tentador, pero no sin fe en la verdadera paloma, así como en el verdadero ramo de olivo, delante de todos los diluvios” (cit. en: J. Ploncard d’Assac. Doctrinas del Nacionalismo. Ed. Acervo, 1980, p. 50)

 

             Sinceramente, Padre, a lo que usted llama “bel ideal” yo le encuentro un tufillo a gnosticismo; y para que no crea que es una exageración mía, le cito al que fue su confesor: “(Maurras) Reconocía que tenía dificultad en no ser un maniqueo. La antigua herejía oriental y mediterránea... atormentaba sin cesar al hijo del mediodía. Acaso era demasiado de su tierra y contaba con cátaros entre sus lejanos antepasados” (Cit. J. Ploncard, Op. cit., p. 77).

 

            9) Usted termina diciendo: “Sans doute M. ne bénéficiait pas (avant sa conversion) de la pleine lumière de la foi” (recuerdo lo dicho en el 1er. punto, culpablemente perdió la totalidad de la fe sobrenatural por su apostasía) y usted continúa: “mais il avait une profunde piété pour l’Eglise et pour sa Tradition...”. Esto, Padre, es contradictorio con el modo de obrar de Maurras y sus seguidores durante más de una decena de años y con el libro de Maurras que usted me recomienda. El Papa Pío XI por otra parte en su Carta al Cardenal Andrieu del 5 de enero de 1927 afirmaba lo que sigue: “Il s’est révélé une absolue absence de toute juste idée sur l’autorité du Pape et du Saint-Siège et sur sa compétence à juger de son extension et des matières qui lui appartiennent; une absence non moins absolue de tout esprit de soumission ou tout au moins de considération et de respect; une attitude prononcée d’opposition et de révolte; un oubli ou plutôt un vrai mépris de la vérité, allant jusqu’a l’insinuation et à la divulgation d’inventions aussi calomnieuses que fausses et absurdes; tout ceci s'est abondamment et si clairement révélé que beaucoup de bons catholiques ont vu et compris a la qui et à quel esprit ils s’étaient fiés en pleine  bonne foi.” Como verá “la piété pour l’Eglise et pour sa Tradition” queda por el suelo.

 

            Espero, Padre, haberle documentado suficientemente mi desacuerdo con su anexo sobre Maurras y si lo he hecho es porque nos conocemos hace ya muchos años, lo que me da libertad para ser muy franco con usted.

 

            Es mi intención colaborar para que usted tenga una idea más exacta de los puntos que estuvieron en discusión en esa triste rebeldía contra la Cátedra de la Verdad que tuvo lugar en la hija primogénita de la Iglesia.

(...)

Su servidor en Jesús, José y María,   

                                                                                              Firma: Un Sacerdote.   

 

Notas: *Un ejemplo bien ilustrativo de lo que sucede con muchos “maurracianos”, que no ven lo que en realidad representa para la Iglesia y la Patria y en su fantasía no quieren someterse a la Iglesia y pretenden que Ella no hizo bien es el siguiente:

 

-Dice el Sacerdote apologista de Maurrás, en lo expuesto y comentado en el documento anterior, presentándolo como contrario a 1789:

“et en particulier le pourquoi du rejet nécessaire et définitif des doctrines mortelles de 1789”.

 

-Veamos lo que en realidad enseñaba Maurrás y el comentario pertinente del autor del primer documento (escrito en portugués):

 

            En su entrevista con el Duque de Orléans, pretendinte al trono francés, "Maurras ne manque point de glisser à son interlocteur que la politique royale est "un commencement de socialisme" (JF, 116). El movimiento monárquico relanzado por M. declaraba que  "la royauté n'est pas la garde d'un coffre-fort", elle appliquera le mot du Comte de  Chambord: "Ensemble, nous reprendrons le grand mouvement de 1789",  enfin vint la trilogie autorité-liberté-responsabilité"  (JF, 117).

¿Podría haber cosa peor que a propia Monarquía introduzca el socialismo? ¿Podría haber peor traición que el Rey retome el movimiento de 1789? Si el Conde de Chambord pensaba hacer eso, muy bien que la Providencia divina no permitió que subiese al trono. Si M. pretendía unir Monarquía y socialismo y recomenzar lo que la Revolución iniciara en1789, no se comprende como los derechistas y monarquistas podían apoyarlo. Menos aún se comprende que hasta hoy los tradicionalistas lo defiendan y, al mismo tiempo, sean contrarios a la revolución  de 1789.

Y no se nos venga a decir que M. solo quiso eso en los primeros años de  su vida. Si así fuera, ya sería razón para no seguirlo. Sucede además que esas ideas absurdas expuestas en Enquête sur la Monarchie de M. fueron reproducidas en un volumen de 600 páginas: el "compendium du catéchisme que Maurras enseignera cinquante années durant" (JF, 117). En su entrevista con el pretendiente a la corona de Francia, "Maurras  ne manqua point de glisser a la son interlocuteur que la politique Royale est "un commencement de socialisme" (JF, 116). En concordancia con eso, el movimiento monárquico relanzado por M. declaraba que "La Royauté n'est pas "la garde d'un coffre-fort", elle appliquera le mot du Comte de Chambord: "Ensemble, nous reprendrons le grand mouvement de  1789" (JF, 117).

 

*La analogía entre el modernismo y la Acción Francesa no escapó a un autor contrarrevolucionario como Agustín Cochin, que la resumió así:

“Los modernistas, llevando el movimiento hasta sus últimas consecuencias, querían poner la Iglesia en el lugar de Dios. Y hoy en día, es como poner el cuerpo antes que el espíritu, el orden antes que el fin: el Sr. Maurras defiende el cuerpo por el orden que presenta; el Sr. Le Roy compromete el espíritu; es la misma doctrina: intelectual en Le Roy, materialista en Maurras” (cf. A. Cochin, “Abstraction révolitionnaire et réalisme catholique”, Desclée de Brower, Paris-Lille, 1960, pp. 54-55.)

*“Francia, hija primogénita de la Iglesia, fue la patria de la Contra-Revolución católica, que allí expresó sus ingenios más penetrantes, desde el padre Pierre de Clorivière hasta Mons. Henri Delassus. Pero entre el final del siglo XIX y el inicio del XX, bajo la influencia de Charles Maurras y con el surgimiento de la Acción Francesa, se obró un “cambio” del pensamiento tradicionalista francés en un sentido positivista y naturalista. Uno de sus exponentes, Louis Dimier, durante las lecciones dadas en el instituto de la Acción Francesa en 1906, enumeraba entre los ‘maestros de la contra-revolución’ a autores como Sainte-Beuve, Balsac, Taine, Renan y hasta el socialista Proudhon”.(a) (cf. Roberto de Mattei, El cruzado del siglo XX Plinio Correa de Oliveira, Ediciones Encuentro, Madrid, 1997,  p.148)

(a)Cf. Louis Dimier, Les maîtres de la contre-révolition au XIXeme.siècle, Nouvelle Librairie Nationale, París, 1907, pp. 115-135 (Balzac), pp. 161-184 (Sainte-Beuve), pp. 187-208 (Taine), pp. 209-230 (Renan), pp.  279-303 (Proudhon).

*“La transformación fue bien descrita por Rafael Gambra Ciudad en La monarquía social y representativa en el pensamiento tradicional, Rialp, Madrid, 1964, pp. 21-31 y en el artículo Tradicionalismo, en GER, vol. XXII (1975), pp. 671-673. Gambra distingue entre un tradicionalismo de derecha, católico y contra-revolucionario, y un tradicionalismo de izquierda que influenciado por Comte, llega a través de Taine y Renan, a la Action Française. Cf. también R. de Mattei, Augustin Cochin e la storiografia contro-rivoluzionaria, en ‘Storia e Politica’, vol. 4 (1973), pp. 570-585.”

 

Les faits sociaux... son soumis à la morale éternelle, et, en dehors de la morale éternelle dont le Pape est l’interprète et le gardien, il est vain de rêver a la un ordre social qui devrait jaillir spontanément de la multiplicité si mobile des relations humaines...”

                                                       S.S. Pie XI

 

A manera de Conclusión:

¡No! no hay fuera de la Iglesia y de su Doctrina, la salvación y la verdad que necesitan nuestras almas y esa doctrina Dios nos la da por medio del Magisterio infalible que, como en otros casos, se pronunció sobre Maurras y l’Action Française. Gracias a Dios los Papas hablaron como lo hicieron; si no hubiera sido así, aunque siendo una obligación el rechazo de las doctrinas de la AF, podría dudarse; pero la Iglesia ha dado el alimento intelectual y la guía moral, en medio de la confusión y de la impostura que lamentablemente hoy se difunde libremente, en medio del silencio que nos deja perplejos, en ambientes Tradicionalistas tan prolijos en escudriñar y calificar la ortodoxia de los documentos que se oponen a la doctrina enseñada por el mismo Magisterio. San Pío X vio justo: “damnabiles...” es un claro juicio doctrinario que hoy permanece y no permite a ningún católico verdadero tener a Maurrás como maestro.

 “Nisi Dominus aedificaverit domum, in vanum laborant qui aedificant eam”

                                                                                                                       Ps. CXXVI

 

A.M.D.G.