Cardenal Cerejeira: "El Mensaje de Fátima puede resumirse en estos términos: La manifestación del Corazón Inmaculado de María al mundo actual para salvarlo." ... Parece que el Occidente (ex-cristiano) no puede y no quiere comprender que haya gentes que consideren bienes superiores a los económicos; por lo tanto se empecina en negar, a como de lugar, que pueda alguien pensar seriamente en una guerra de religión, en la que es más glorioso morir que vivir y que no es motivada por intereses económicos. En efecto, el laicismo reinante (ateísmo de Estado) parece haber borrado de la memoria colectiva oficial, la noción del Estado confesional que fue una realidad vivida por más de 1000 años en la Cristiandad... al no querer aceptar y ser incapaz para entendender esto, Occidente se niega a comprender la lógica del Islam y entonces solo se pueden dar palos de ciego... El Islam tiene una mística, aunque falsa, pero mística al fin y al cabo... frente a un occidente materialista y agnóstico cuya "mística" es la economía y la técnica... los talibanes pertenecen al mundo islámico, el cual es un sólo bloque, aunque muchos no son extremistas, no por eso los rechazan; al contrario, los admiran como a verdaderos héroes... El mundo ha entrado en un proceso irreversible; vivirá en zozobra y sufrirá cada vez más hasta que, reconociendo su apostasía, regrese a la casa del Padre reconociendo los derechos de Dios y de la Iglesia, establecida por el mismo Dios hecho Hombre, sobre la criatura sociedad; así las instituciones serán nuevamente cristianas y de este modo se estará en condiciones de comprender lo que sucede con la llamada "guerra santa" del Corán que hoy, como lo fue en los siglos pasados, es esencial al mundo musulmán, en especial en su relación frente al Catolicismo. Por ahora dirán, y repetirán hasta la saciedad, que no se trata de guerra religiosa, ni de choque de Culturas... con sus parámetros relativistas y laicistas no pueden ni tienen elementos de juicio para pensar otra cosa... por lo tanto, tampoco pueden reaccionar adecuadamente. Que Dios nos asista y la Virgen sea invocada fervorosamente, con el Santo Rosario, para que la Cristiandad, reconstruida sobre sus fundamentos naturales y sobrenaturales, triunfe de nuevo como lo prometió en Fátima: "Si atendieren mis pedidos Rusia se convertirá y tendrán paz; si no, esparcirá sus errores por el mundo, promoviendo guerras y persecuciones a la Iglesia. Los buenos serán martirizados, el Santo Padre tendrá mucho que sufrir, varias naciones serán aniquiladas. Por fin, mi Inmaculado Corazón triunfará. El Santo Padre Me consagrará Rusia,* que se convertirá, y será concedido al mundo algún tiempo de paz." ** *El 13 de junio de 1929, la hermana Lucía tubo una visión de la Santísima Trinidad y del Corazón Inmaculado de María quien, según el relato de la propia vidente, le dijo: "Ha llegado el momento en que Dios pide que el Santo Padre haga en unión con todos los obispos del mundo, la consagración de Rusia a mi Inmaculado Corazón, prometiendo salvarla por este medio. Son tantas las almas que la Justicia de Dios condena por los pecados cometidos contra mí, que vengo a pedir reparación: sacrifícate por esta intención y reza". A continuación de este mensaje, en dos cartas que dirigió, en mayo de 1930 al Padre Gonçalves, su confesor, Lucía expresa los pedidos del Cielo, uniendo estrechamente la devoción reparadora al Corazón Inmaculado de María y la Consagración de Rusia: "Dios promete poner fin a la persecución en Rusia, si el Santo Padre se digna hacer, y ordena a los Obispos del mundo católico hacer igualmente un ACTO SOLEMNE Y PUBLICO DE REPARACION Y DE CONSAGRACION DE RUSIA a los Sagrados Corazones de Jesús y de María, y si Su santidad promete, mediante el fin de esta persecución, aprobar y recomendar la practica de la devoción reparadora" (la Confesión y Comunión) de los primeros sábados del mes. Estas palabras de Nuestra Señora y las cartas de Sor Lucía presentan por lo tanto la forma exacta de Consagración que el Cielo pide: - Consagración de Rusia explícitamente mencionada, y no consagración del mundo con vaga e imprecisa alusión a Rusia; - Consagración hecha por el santo Padre en unión con todos los Obispos del mundo, lo que significa que cada Obispo debe organizar y presidir en su diócesis, al mismo tiempo que el Papa y en unión con él, este acto de reparación y de consagración, a menos que el Papa no aproveche una reunión del episcopado mundial en Roma para efectuarla. Sor Lucía jamás ha excluido que la Consagración pudiese ser hecha en el cuadro de un Concilio ecuménico por ejemplo, aunque pareciendo preferir claramente la primera solución; lo importante es la unión moral y espiritual de los Obispos al Papa. - En fin, una gran solemnidad de este acto, que deberá ser hecho en el cuadro de "un acto solemne y público de reparación y de consagración", sin duda para impactar los espíritus y para que el mayor número posible de católicos pudiese tomar parte en el acto. En los diferentes pontificados se han hecho diversas consagraciones del mundo a la Virgen. Sin embargo ninguna de ellas llegó a cumplir plenamente los requisitos manifestados por Nuestra Señora a la Hermana Lucía. Se dice que ésta, después de haber dicho lo contrario, a mediados de 1989 -más de 5 años después- habría reconocido, por medio de unas supuestas cartas divulgadas en Portugal, la validez de la Consagración hecha por el Papa Juan Pablo II el 25 de marzo de 1984. (en artículo aparte nos referiremos a estas cartas supuestamente escritas por la Hna. Lucía). Reconocimiento que además, la propia vidente presentaría como una opinión personal no ratificada por revelación sobrenatural alguna. (cf.. Antonio Boeri Machado, As apariçoes e a mensagem de Fátima: Profecias de tragédia ou de esperança?, Artpress, São Paulo, 1995, pp 65 y ss.). ** Renovación, el 25 de marzo de 1984, en el atrio de la Basílica de San Pedro de Roma, del acto de ofrenda y de consagración de 1982: Lo que sí se hizo y lo que faltó Juan Pablo II había anunciado, el 8 de diciembre de 1983, en una carta dirigida a todos los Obispos, la renovación de este acto, concluyendo: "Me agradaría, que quisieran, ese día (25 de marzo), renovar este acto al mismo tiempo que yo, de la manera que cada uno de ustedes juzgará más adaptada." (continúa en siguiente) |
"Las guerras no son sino castigos por los pecados del mundo" Nuestra Sra. de Fátima a la beata Jacinta |