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Iglesia y Religión
(15/08/2002) M. Maggiolini, sobre la crisis en la Iglesia: contra el "buscar lo que nos une..."!

Mons. Alessandro Maggiolini, obispo de Como (Italia), hace importantes declaraciones:

1 - "(...) estamos preocupados en buscar más lo que nos une que lo que nos divide".

La revista Sedes Sapientiae (n° 80, verano de 2002) divulga la traducción de un artículo de Mons. Maggiolini, obispo de Como, Italia, publicado en el diario Il Giornale, remarcando la crisis de la Iglesia, en especial en Italia. 

Dice Mons. Maggiolini: 

«La honestidad exigiría que se conociese a situación y que se trabajase para tapar los huecos (...) Entretanto, más parece que nos negamos no solo a colaborar con el trabajo de recolocar en orden la Iglesia, mas aún de, también, tomar consciencia de las condiciones en que ella se haya.

¿Fascinación con las otras religiones del mundo, que parecen tanto o más aceptables que el cristianismo? ¿Miedo patológico de perturbar un diálogo ecuménico del cual ni siquiera se ven resultados comprobatorios? ¿Convicción pacífica de que se pode ir siempre adelante, en el ritmo de siempre,  en la ilusión de que la Iglesia es aún próspera, sólida y poderosa? (...)

Tal vez, con rigor teológico, se puedan justificar reuniones inter religiosas de oraciones por la paz, o hasta pedidos de perdón por la Iglesia, dirigidos no se sabe bien a quien.

Pero no se puede impedir que las personas simples, que no viven abstractamente, que trabajan ocho horas por día y que deben suplir a las necesidades de una familia, terminen por hallar que una religión vale tanto como otra, y que la Iglesia no pasa de un bando de canallas. ¡A qué punto nos herimos, nosotros mismos, ciertamente!

Así, muy raramente se hace alusión a los 33 misioneros mártires, masacrados en el 2000. Ya son 634, desde 1979 (...).

Estamos de sobremanera ocupados en procurar "lo que nos une, más de lo que nos divide"; es el imperativo de un diálogo que apaga muchas veces la especificidad del cristianismo.

Los mártires, mismos, pobres ingenuos, no comprendieron que era necesario dialogar: consecuentemente, ellos no importan más. (...) Y se podría proseguir con la desbandada de los cristianos (...) Sin embargo, estos católicos – por lo menos los italianos – ¿creen aún en la Iglesia una, santa, católica y apostólica, a través de la cual Nuestro Señor salva a la humanidad? ¿O ya se habrán se convertido ellos al mundo?..."
 
 

 2 – "Cuando se pierde la fe, no es verdad que no se cree en nada más, se está pronto para creer en todo...".

El secularismo lleva a la disolución de la fe y favorece el retorno al paganismo

Es  lo que muestra Mons. Alessandro Maggiolini, obispo de Como (Italia), un de los redactores del Catecismo de la Iglesia católica (cf. La Nef, septiembre de 2002).

La realidad del Verbo encarnado, la sacramentalidad de la Iglesia, las virtudes, los dones del Espíritu Santo, la Providencia que guía la historia hasta la Parusía: todo esto parece haber sido barrido.

Es la propia fe que está en crisis. Un ejemplo: la declaración Dominus Iesus.

¡Nunca había acontecido, durante toda la historia cristiana, que el Magisterio pasase por la necesidad de recodar la unicidad y la universalidad de la salvación en Jesucristo. Ahora, este texto suscitó resistencias notables en los medios católicos! 

Entretanto, destruyendo la fe, el proprio secularismo se encuentra ultrapasado actualmente, por una "resacralización" de tipo pagano. El mundo desocupado de Dios se inundó de magia. "Cuando se pierde la fe, no es verdad que no se cree en nada más , se está pronto para creer en todo...", declara el obispo de Como.
 
 

Nota: traducción de la publicación da BTAG, Foi et Tradition, nº 49, de septiembre de 2002.


Sedes Sapientiae (n° 80, été 2002) publie la traduction d'un article de Mgr Maggiolini, évêque de Côme, paru dans le quotidien Il Giornale et soulignant la crisis de l'Eglise en Italie.

« L'honnêteté voudrait que l'on prît acte de la situation et que l'on travaillât à colmater les voies d'eau (...) Et pourtant il semble plutôt que nous refusions non seulement de collaborer à un travail de remise en ordre de l'Eglise, más encore de prendre conscience des conditions où elle trouve. 

Fascination des autres religions du monde, qui semblent acceptables autant et plus que le christianisme ? Peur pathologique de troulbler un dialogue oecuménique dont on ne voit guère de résultats probants ? Conviction paisible que l'on peut aller de l'avant avec le train-train de toujours, dans l'illusion que l'Eglise est encore prospère, robuste et puissante? (...) 

Peut-être qu'en rigueur théologique on peut justifier des réunions interreligieuses de prière pour la paix, voire des demandes de pardon de l'Eglise, même adressées on ne sait trop à qui. 

Mais on ne peut empêcher que les gens simples, qui ne vivent pas dans l'abstrait, qui travaillent huit heures par jour et doivent subvenir aux besoins d'une famille, finissent par estimer qu'une religion en vaut une autre et que l'Eglise n'est qu'un ramassis de canailles. 

Jusqu'à ce que nous soyons arrivés, nous, bien sûr! Ainsi, on fait très rarement allusion aux 33 missionnaires martyrs massacrés en l'an 2000. Depuis 1979, ils sont 634. (...) 

Nous sommes trop occupés de rechercher "ce qui unit plus que ce qui divise"; c'est l'impératif d'un dialogue qui efface souvent la spécificité du christianisme. 

Les martyrs, eux, pauvres naifs, n'ont pas compris qu'il fallait dialoguer : par conséquent, ils ne comptent guère. (...) Et l'on pourrait continuer encore sur la débandade des chrétiens. (...) Mais ces catholiques - au moins les italiens - croient-ils encore en l'Eglise une, sainte, catholique et apostolique, par laquelle le Seigneur sauve l'humanité? Où se sont-il déjà convertis au monde?... »