DIARIO DE EUSKADI  25/6/01
Arrancan siete vacas y arrojan otra a la Ría


        OCHO VACAS fueron a dar ayer con sus huesos de fibra de vidrio a las dependencias de la Policía Municipal en Garellano, después de que siete de ellas fueran arrancadas de cuajo y otra lanzada a la Ría, esta última por cuatro personas que ya han sido identificadas. Tan sólo seis días después de la inauguración de la muestra, se estima que el 60% de las esculturas, más de un centenar de las 175 expuestas, han sido dañadas. 


                                                                        
        Una vaca fue rescatada ayer de la Ría, hacia las diez de la mañana, tras el aviso dado por unos vecinos de Ripa que la vieron flotando a las ocho y media. Los Bomberos consiguieron recuperar la pieza con la ayuda de una zodiac a la altura del Puente del Ayuntamiento y la trasladaron a Garellano. Los cuatro autores de esta gamberrada ya han sido identificados y el Ayuntamiento de Bilbao estudia si emprenderá alguna actuación legal. 

        Seis de las siete reses restantes fueron retiradas durante la madrugada de ayer tras haber sido desatornilladas por desconocidos de sus peanas, en Jardines Albia y Campo Volantín. La octava, ubicada en la Plaza San Pedro, fue recuperada tras una alerta recibida a las cuatro y media de la tarde, que informaba de que unos jóvenes intentaban llevársela. 

        El fin de semana ha hecho mella en la exposición ‘‘Vacas’’, organizada por la Fundación Bilbao 700 con el patrocinio de 59 empresas. Y eso que los 17 ejemplares colocados en el Casco Viejo fueron retirados, como medida preventiva, la noche del viernes , con la colaboración de la Asociación de Comerciantes. Pese a ello y a la vigilancia de los 50 voluntarios, que finalmente se dieron por vencidos y desistieron de custodiar las piezas, las cuarenta vacas que habían sido dañadas hasta el viernes aumentaron hasta cien este fin de semana. 

        Ante los desperfectos sufridos por las obras de arte, algunas fuentes informaron de que la organización se plantea contratar vigilancia privada, una medida que no ha sido necesaria en otras ciudades europeas donde se han realizado muestras similares, como Zurich o Nueva York. 

        Soy una obra de arte 

        «¡No hago mu! ¡No doy leche! Soy una obra de arte. ¡Respétame!». Con este cartel pegado a la peana y otro con el aviso «No tocar» colgado del cuello, una de las vacas situadas en el Casco Viejo intenta que no le pase lo a que su compañera, a la que han arrancado de cuajo los cazos, coladores y otros enseres domésticos con que había sido decorada. Por si fuera poco una señora le tocó ayer las ubres y no fue la única. 

        Esta falta de educación para con las obras de arte que asombra sobremanera a los turistas ­«es una vergüenza, en los pueblos se respetan más las cosas que en las grandes ciudades», aseguraba un matrimonio de Galicia, encantado con la muestra «porque nos criamos entre vacas»­ no ha pillado por sorpresa a los bilbainos. «Era de cajón de madera que esto iba a pasar. La gente se sube como si fueran caballos y las llenan de arañazos. Al estar en la calle, es inevitable porque por mucho ‘‘no tocar’’ que pongas la tentación está ahí», comentaba Ainhoa, de Bilbao. 

        Arantza Rodríguez Bilbao

  

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