Yo soy una parte del compañerismo de los que no son avergonzados. Tengo el poder del Espíritu Santo. El dado se ha echado. He pasado por encima de la línea. La decisión ha sido hecha. Yo soy un discípulo de Él. Yo no miraré atrás, no disminuiré, no me retardaré, no me respaldaré, o no se aquietaré. Mi vida pasada esta redimido, mi vida presente tiene sentido, mi vida futura esta seguro. Yo soy terminado y acabado con viviendo una vida de bajo nivel, caminando por vista, planeando en una manera pequeña, rodillos lisos, sueños sin color, visiones mansas, hablando en una manera mundana, viviendo en una manera barata, y teniendo las metas empequeñecidas. Yo no necesito otra vez la pre-eminencia, prosperidad, posición, promociones, los aplausos, o la popularidad. Yo no necesito a ser correcto, primero, alto, reconocido, alabado, respetado, o recompensado. Ahora yo vivo por fe, confiando en la presencia de Él, caminando con paciencia, levantado por la oración, y trabajando por poder. Mi cara esta determinado, mi andando esta rápido, mi meta es el cielo celestial, mi camino es estrecho, mi senda es quebrada, mi compañeros son pocos, mi guía es de confianza, y mi visión esta clara. Yo no puedo ser comprado, comprometido, desviado, convencido con engaños, devolvidó atrás, engañado, o entretenido. Yo no me encogeré en frente del sacrificio, no vacilaré en la presencia del adversario, no negociaré a la mesa del enemigo, no meditaré en el consorcio de la popularidad, o no vagaré en el laberinto de la mediocridad. Yo no quitaré, no me callaré, no me amainaré, hasta me he acostado, he acumulado, he orado, he pagado, he predicado para la causa de Cristo. Yo soy un discípulo de Jesucristo. Yo debo ir hasta que Él viene, debo dar hasta que caigo, debo predicar hasta que todas las personas saben, y debo trabajar hasta que Él me impide. Y cuando Él viene por las personas que pertienen a Él, Él no tendrá problemas reconociéndome. ¡¡MI BANDERA SERÁ CLARA!! – Fue escrito por un pastor joven de África y colgado en la pared de su casa.