Historia de la encriptación

         La criptografía es tan antigua como la escritura. Desde que el homo sapiens inició su
     recorrido sobre este planeta, ha necesitado comunicarse con sus semejantes, pero en
     ocasiones no quiere que otros se enteren.  Las razones son evidentes, ya que a ninguno
     le gustaría que el enemigo conociera su estrategia si lograse interceptar un mensaje.

         Se dice que las primeras civilizaciones que usaron la criptografía fueron la Egipcia, la
     Mesopotamia, la India y la China. Los espartanos, 400 años antes de Cristo, utilizaban
     un sistema secreto de escritura, el cual consistía en un cilindro al cual se colocaba un
     papiro en forma de espiral. Se escribía entonces el texto en cada una de las vueltas del
     papiro, pero de arriba hacia abajo. Una vez desenrrollado, sólo se podía leer una serie
     de letras aparentemente inconexas. Para descifrar el mensaje era necesario colocar el
     papiro exactamente en la misma posición en la que había sido escrito. Antiguos textos
     judíos fueron encriptados siguiendo el método de sustituir la primera letra del alfabeto
     por la última y así sucesivamente. En la Biblia (Jeremías 25:26) el nombre de Babilonia
     aparece encriptado como “Sheshech”.

         Pero a quien se atribuye el primer método de encriptado con su debida documentación
     es al general romano Julio César, quien creó un sistema simple de sustitución de letras,
     que consistía en escribir el documento codificado con la tercera letra que siguiera a la
     que realmente correspondía. La A era sustituída por la D, la B por la E y así
     sucesivamente. En la Edad Media el uso de la escritura codificada se incrementó. Un
     libro de astronomía escrito en 1390 y atribuido a Geoffrey Chaucer contiene trozos
     cifrados.

         En 1470, León Battista Alberti publica “Tratado de cifras” en donde describe una cifra
     capaz de encriptar un pequeño código. No obstante se considera al abate Johannes
     Trithemius es el padre de la criptografía moderna. Este religioso escribió en 1530
     “Poligrafía”, el primer libro impreso sobre el tema. Trithemius introdujo el concepto de
     tabla ajustada, en el cual el alfabeto normal es permutado para codificar los mensajes.
     Son legendarios los mapas de tesoro escondidos durante los siglos XVII y XVIIII. En
     ellos los piratas supuestamente encriptaban la localización de enormes tesoros,
     basándose principalmente en métodos de sustitución de alfabeto.

         El principal uso de la criptografía en la era moderna ha sido militar. En 1917, por
     ejemplo, el servicio de Inteligencia Naval de Inglaterra entregó a los Estados Unidos un
     mensaje que había sido enviado al embajador alemán en Ciudad de México por el
     gobierno germano. En el mismo se autorizaba al diplomático a negociar un acuerdo con
     México para entrar a favor de Alemania en la Primera Guerra Mundial. A cambio, los
     mexicanos recibirían los territorios de Nuevo México, Arizona y Texas, en el caso de
     que resultasen vencedores. El texto -conocido como el telegrama Zimmermann-
     impulsó a los norteamericanoa a participar en esa guerra contra Alemania.

         Los códigos de la máquina Enigma, usada por los mismos alemanes durante la
     Segunda Guerra, fueron rotos por los analistas norteamericanos, al igual que los
     códigos usados por los japoneses.

        Y ahora que la informática se ha apoderado de los hogares, como no, se han de introducir sistemas que sean seguros para realizar operaciones.
 

volver atras