Luis «Pirata» Fuente

A los 16 años de edad, ya acaparaba la atención en los llanos de la Colonia Roma. Sus condiciones físico-atléticas y su virtuosismo con el balón lo llevaron a probarse y quedarse en el equipo fundado por comerciantes vascos, el ““Aurrerá”, donde debutó en primera fuerza el 19 de abril de 1931, cuando el futbol de la capital estaba dividido en una lucha encarnizada por el poder. Los “vascos” perdieron ese día un amistoso, 3 a 2 ante el Marte.

Habiéndose escapado del colegio innumerables veces, Pepe Sendra, un pastelero español le quita el parche que llevaba Luis en el ojo izquierdo –el símbolo de sus andanzas juveniles-, lo arropa y lo integra a ese equipo compuesto por jugadores vascos y tras algunos partidos de exhibición en los llanos, el chamaco muestra todas sus habilidades que son vistas de cerca por curiosos y directivos de otros equipos.

El España, el club más poderoso de la época lo ficha haciéndolo debutar en sus filas el 21 de junio del mismo año, pero el equipo hispano se retira en medio de discusiones por controlar la liga y no participa en el torneo 1931-32, por lo que el debut del «Pirata» en una competencia oficial llegó hasta el 11 de diciembre de 1932 (4:2, Atlante). La alineación del Real Club fue la siguiente: Gene Rivera; Rafael Rodríguez y Pinilla; “Tití” García Cortina, Manuel “Noreña” Sánchez y Porcella; Manuel Alonso, Fernando Marcos, «Pirata» Fuente, Gadea y Evangelino Suárez.

En su primera temporada, Luis de la Fuente juega los ocho partidos del campeonato robando cámara a las figuras del Atlante y Necaxa, que por entonces luchaban a muerte por el título; Luis jugó 24 encuentros consecutivos antes de faltar. Su primera anotación la logró el 1 de enero de 1933, frente al América (2:2). En marzo del mismo año, el Audax Italiano realiza una gira por tierras mexicanas y el «Pirata» tiene su bautizo internacional (2:2).

Iniciada la liga 1933-34, el 31 de diciembre de 1933, el «Pirata», identificado ya como un jugador fuera de serie, consigue anotarle cuatro goles al Atlante y de manera automática es convocado merecidamente a la selección nacional que comenzaba a prepararse para las eliminatorias rumbo a la Copa del Mundo a celebrarse en Italia en 1934.

Tras una semana de entrenamiento bajo las órdenes del entrenador Rafael Garza, el 14 de enero de 1934, el reconocido interior, debuta con la selección que pierde ante el equipo “B” (4:3), pero el «Pirata» anota un gol. Ocho días después y con algunos cambios en el conjunto, los titulares golean al Atlante (7:3), esta vez, Luis hace cuatro pepinos y sale a hombros del Parque España.

Llegaron dos partidos contra el club peruano Aurora y el «Pirata» se lesiona perdiendo los dos primeros enfrentamientos eliminatorios contra Cuba, pero forma parte de la delegación para jugar el partido decisivo contra Estados Unidos en Roma. La lesión no lo deja y observa desde las tribunas del Estadio del Partido Nacional Fascista, la eliminación mexicana (4:2).

Realizando la selección un partido de exhibición en Gijón, junto con Manuel Alonso, su inseparable amigo de la infancia, y Carlos Laviada, recibe una invitación para enrolarse con un equipo español y se va a radicar a Santander para defender los colores del Rácing junto con Alonso, convirtiéndose los tres, en los primeros futbolistas mexicanos que juegan en el extranjero.

Su primera experiencia es decorosa en un club que luchó durante toda la campaña por evitar ocupar el último sitio. Sin embargo, Luis de la Fuente se roba los titulares al anotarle un golazo al “Divino” Ricardo Zamora, guardameta del Real Madrid, tras sembrar en el campo por la izquierda a los defensas Quincoces y Ciriaco. Al final, el Rácing es décimo y, finalizado el Torneo de Copa y con la guerra civil desatada, junto con su compañero de toda la vida, Manuel Alonso, regresa a su querido país.

Luis reaparece en México vistiendo la camiseta del España, que luchaba por destronar al “campeonísimo” Necaxa, siendo pieza fundamental para conquistar el campeonato 1935-36. El jugador portentoso, de fino toque de balón y lanzamientos a profundidad con precisión matemática, adquiere madurez paulatinamente y es convocado nuevamente por ““Récord” a la selección para cumplir una serie amistosa con el Barcelona y para viajar a Panamá, donde el representativo nacional se corona bicampeón centroamericano.

A su regreso, se entera que el RC España lo cede a préstamo al club América y conduce a los “cremas” a ganar el Torneo de Copa imponiéndose precisamente a los “albinegros” en la final (3:1).

Habiendo regresado al España, en junio de 1939, el club paraguayo Atlético Corrales realiza un viaje a México para celebrar una serie internacional y el «Pirata» recibe la invitación para integrarse al equipo y jugar en la liga de aquél país. Luis acepta gustoso y, antes de partir, debuta con el club guaraní en la victoria hispanista (10:3).

Tras militar un año en el Atlético Corrales con actuaciones satisfactorias, De la Fuente regresa a México después de su segunda aventura en el extranjero y reaparece el 21 de abril de 1940, anotando dos goles con el club “albinegro” en el Torneo de Copa, pero, de inmediato, su amigo y compañero, Luis “Tití” García Cortina, quien jugaba en el club argentino Vélez Sarsfield, lo manda llamar para integrarse al equipo de los “fortineros”, su tercera aventura lejos de casa.

Allá, en la tierra de las pampas, debutó enfrentando al Atlanta y, en un partido inolvidable, eclipsó a Arsenio Erico, el diablo mayor del Independiente, el mejor delantero de la liga y condujo a Vélez a una victoria espectacular (5:4), con dos goles suyos. Lamentablemente, el club ocupa la posición 17, desciende en medio de una crisis económica y, tras empeñar varias pertenencias, De la Fuente se ve obligado a regresar tras jugar 16 partidos.

A su regreso, el Marte lo recibe con los brazos abiertos y conduce a los ““marcianos” a la conquista del título 42-43, justo antes de la llegada del profesionalismo, que provoca la inclusión de equipos de la provincia. El Veracruz, de inmediato, reclamó a su paisano, y, así, el «Pirata» regresa al Puerto para jugar hasta los 38 años de edad, no sin antes conducir a los Tiburones a conseguir los dos únicos títulos en su historia en las temporadas 1945-46 y 1949-50.

Recordado por su exagerada veneración al dios Baco, en los campos de juego se desintoxicaba haciendo reír al balón, dándole un trato único con ambos perfiles, consagrándose como todo un “cerebro”, un mariscal de campo que igual construía que destruía y que también sabía meter la pierna cuando el rival recurría a la violencia para detener al maestro.

Apenas iniciada la campaña 1951-52, el «Pirata» Fuente decide colgar los botines tras una larga y exitosa carrera de 21 años, recibiendo merecido homenaje nacional, el 13 de junio de 1954, en el estadio Ciudad de los Deportes. El público le otorga una de las ovaciones más estruendosas que se tenga memoria, reconociendo su calidad y categoría.

El «Pirata» fue uno de los grandes ausentes en una Copa del Mundo. En 1938, la Federación prefirió competir en Centroamérica y luego se cruzó el conflicto bélico mundial reanudándose los campeonatos hasta 1950. Aquel astro que rechazó una oferta para fichar con el Barcelona, se alejó definitivamente de las canchas y el 28 de mayo de 1972 víctima de un ataque cardíaco, el futbol mexicano perdía al mejor jugador de su historia.

Clubes: Aurrerá (1930-31), RC España (1931-34), Rácing de Santander (1934-35), RC España (1935-37), América (1937-38), RC España (1938-39), Atlético Corrales (1939-40), Vélez Sarsfield (1940-41), Marte (1941-43) y Veracruz (1943-52).

Títulos: Campeón de liga con el España en 33-34 y 35-36, con el Marte en 42-43 y con el Veracruz en 45-46 y 49-50.

Primer futbolista mexicano en jugar en cuatro países distintos: México, España. Paraguay y Argentina.