LA LLAMADA DE ACUARIA INSTRUCCIONES DE LA MADRE TIERRA A LOS ESPÍRITUS HUMANOS
PARA EL INICIO DEL TERCER MILENIO
Mensaje de libre difusión en 7 textos recibido por el aventurero gallego Xosé de Fisterra en la Amazonia Brasileira, hacia 1988, y presentado por Manuel Castelin.
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EL MENSAJE DE ACUARIAPRÓLOGO:
Esta "Llamada", o Mensaje de Acuaria, inspirada hacia 1988 o 1989, en el corazón de la Amazonia, a un buscador de sí mismo por su Yo Mayor, a quien él veía como "Amazona Acuaria, Espíritu de la Selva", recoge las supuestas instrucciones que la Madre Tierra, el Espíritu Rector de nuestro Planeta, transmite a sus hijos, o sea a nosotros, los seres humanos, con la intención de ayudarnos a preparar el cambio de mentalidad que se hace necesario para que logremos una correcta transición entre el final de la Era de Piscis y el principio de la de Acuarius, transición en la cual ya nos encontramos -a menudo sin saberlo- la mayoría de nosotros, aunque los seres humanos más adelantados y geniales ya han comenzado a vivir Acuarius conscientemente hace muchísimo tiempo.La persona que nos presenta esta Llamada, el aventurero Xosé Fisterra, aparece apenas como un simple transmisor, un canal sensible del Espíritu de la Selva, que entregó al mundo, por medio de un compatriota, sus escritos recibidos sin siquiera pensar en firmarlos, antes de perderse selva adentro definitivamente.
¿Una obra de creación personal o una verdadera revelación? No hay manera de asegurar una u otra posibilidad. Tampoco creo que importe mucho asegurarlo: La validez, profundidad y hasta utilidad de esta obra se te hará evidente tan sólo si se da en ti, lector, desde el principio, (y así se dio en mí), una resonancia personal y subjetiva con su vibración, como está escrito en el primer párrafo de su primer capítulo.
El transmisor de "LA LLAMADA DE ACUARIA" es un europeo que anduvo más de diez años por la América Tropical toda, fascinado por la Selva y por su misterio. El Espíritu de la Selva, que sentía como femenino, cósmico y amigo, habló con él muchas veces desde su interior, igual que habla la Inspiración con los poetas.
Repito que, por más vueltas que les he dado, me resulta imposible precisar si estos textos son una verdadera revelación o una creación literaria de Xosé Fisterra, en un momento de gran exaltación mística. Son esas fronteras del alma humana demasiado neblinosas como para hacer un análisis categórico y concluyente. En cualquier caso, lo que importa, si es que importa algo de esta obra, es el mensaje. Por eso nos atrevemos a publicarla.
Conocí a Xosé en 1984, en la aldea indígena de Kushiviani, Perú, donde se estaba celebrando el "Encuentro entre el Cóndor y el Aguila", organizado por uno de los más antiguos grupos declaradamente acuarianos de los que tengo noticia, el cual trataba de poner en contacto entre sí a los Ancianos Guardianes de las diversas Tradiciones Iniciáticas mundiales, para lo cual habían hecho el esfuerzo de traer, en aquella ocasión, a tres líderes espirituales de los llamados "Pieles Rojas" norteamericanos, para que mostrasen sus rituales y técnicas de sanación a los indios amazónicos de la nación Asháninka, a quienes los blancos llaman Campas.
Durante varios días, los nativos norteamericanos -un Gran Jefe navajo, un viejo chamán apache y el dirigente de la Native American Church, que utilizaba la ingestión de Peyote en sus ritos- hicieron cualquier clase de liturgias y de magias ante los amazónicos, que lo veían como quien está viendo una película por primera vez, absorbiéndolo todo con enorme atención, abiertos a lo externo, mas herméticos, sin soltar ni una palabra sobre sus propios conocimientos. Incluso participaron, en medio de aquel tremendo calor tropical, en un "inipi" o tienda de sudación (una especie de sauna liberadora de energías represadas), que los norteamericanos construyeron con ramas y mantas.
Aunque los Asháninkas fueron enormemente hospitalarios, nuestra convivencia precisaba de una estructura material muy laboriosa -ya que nosotros, además de tener mayores necesidades de acomodación que los indios, debíamos corresponder a su hospitalidad y colaborar con ellos- pero la mayoría del grupo de blancos que nos habíamos sumado a los organizadores del Encuentro, pasábamos el tiempo absorbiendo la máxima cantidad de conocimiento teórico posible.
Y, mientras tanto, sólo unos pocos se volcaron a trabajar dura y fraternalmente, para que todos pudiésemos comer, dormir a cubierto y agasajar a nuestros anfitriones con algunos banquetes colectivos, para lo cual hubo que comprar y transportar alimentos y bagajes desde Satipo, la población "civilizada" más próxima.
Toda esta actividad estructural y logística era llevada a cabo en la sombra por cuatro personas, que se multiplicaban, consiguiendo milagros; cuatro verdaderos guerreros del Arco Iris que conformaban, calladamente, las cuatro patas de la mesa que nos sostenía a todos: uno era peruano, otro mexicano, otro norteamericano y el cuarto un paisano mío, español y gallego como yo, uno de esos gallegos trotamundos que uno se encuentra en el más peregrino lugar de cualquier continente.
Le llamaban Xosé y su apellido no logro recordarlo bien, tal vez fuera Isla o Ínsua, o Illa, o algo semejante. Así que, en lugar de apellido, usaré, en esta presentación, el nombre de su tierra natal... Nació Xosé en Fisterra o Finisterre, junto al cabo del Fin del Mundo, que era, me dijo una vez, como haber nacido en un trampolín que continuamente le invitaba a saltar a uno para ver qué había más allá del tempestuoso océano. Así, desde muy joven, se echó a andar por los caminos.
Había empezado por recorrer toda España y el norte de Africa; luego siguió por los países célticos, las cuatro esquinas de Europa y el Sur de Asia. En algún momento superó el simple espíritu de viajero errante y entró en el espíritu de peregrino, que ya es el de alguien decía él- que "sabe lo que quiere encontrar" en su constante caminada.
Ahora llevaba más de diez años recorriendo las Américas, desde la Patagonia al Canadá, buscando con ansia en la aventura una luz auténtica que le librara de la negra sombra que atenazaba su corazón desde muy joven y que hacía que todo le pareciese pequeño e insatisfactorio en su vida.
Aquella mañana
, mientras los Asháninkas y sus visitantes blancos asistían a los ritos de los Pieles Rojas norteamericanos, yo ayudaba a Xosé a envolver un tremendo paquete de carne y verduras en "biao" (que son unas anchas y largas hojas de platanillo silvestre) y a cocinarlo en un gran hoyo lleno de ascuas encendidas que habíamos abierto en la tierra, para después cubrirlo de nuevo y dejar que la comida con la que teníamos que agasajar a los indígenas se horneara adentro. Le pregunté si aún tenía familia en Galicia.-Tenía hasta el año pasado -respondió melancólicamente- ...mi madre se murió y yo no me enteré hasta cuatro meses más tarde.
-Antes, mi madre me tenía por un simple vagabundo -me confesó sonriendo, como queriendo apartar la tristeza- ...pero yo le iba enviando las postales más bonitas desde Irlanda o Kopenhague, desde las islas griegas o la India, desde Bali, desde California o desde Colombia...- siguió- ... y así, fui ascendiendo de categoría ante ella... últimamente, la pobriña me tenía ya por todo un vagabundo internacional.
Calló un rato, concentrándose en atar el paquete de comida; luego, sin levantar la cabeza, dijo, más para sí mismo que para mí:
-...A mí me parece que nadie se marcha del todo de este mundo... mi madre estaba en mí cuando vivía, aunque yo estuviera muy lejos... y continúa estando igual. Todos somos la misma persona. Sólo hay una persona, realmente, en este universo... pero, como está tan sola, le gusta disfrazarse de muchas, de un montón de gente diferente, para poder jugar al juego del amor.
Esa fue una de las raras ocasiones en que Xosé me habló de sí mismo. Seguro que era mucho más expresivo lo que dejaban flotando en el aire sus silencios, o sus medias palabras, que lo poquito que decía. Durante aquel evento, por otra parte, no tuvimos demasiadas oportunidades para conversar, porque él siempre estaba ocupadísimo trabajando y, cuando yo lo veía así, sólo podía demostrarle mi simpatía echándole una mano y no haciéndole perder su precioso tiempo con palabrerías.
El último día del encuentro, cuando parecía que ya los Pieles Rojas norteamericanos habían agotado su repertorio de efectos, los Campas se los llevaron a los tres aparte de nosotros, los blancos, y los pusieron en las manos de sus Mujeres Curadoras.
No se lo que harían con los otros, pero yo me deslicé escondido hasta allí cerca, y pude ver como tenían al Gran Jefe navajo, que era un hombrón corpulento como un oso, desnudo bajo unas mantas, sudando, resoplando y con las piernas abiertas sobre una olla que hervía en el suelo, en la que habían puesto algunas hierbas a cocer.
En pocos minutos vi que algo caía de entre las piernas del hombre a la olla. Una de las dos chamanas que lo atendían lo recogió con un palo en forma de horquilla y se lo mostró: era como una masa de metal amorfo y fundido del tamaño de dos monedas. Con él, salió de su cuerpo una úlcera que el norteamericano padecía hacía años y que los médicos de su avanzado país no habían logrado curarle.
Más tarde, los otros dos pieles rojas se nos juntaron con relatos de curaciones igualmente milagrosas, de las que se habían beneficiado. Terminó el evento con una gran rueda en la que todos nos cogimos de la manos, deseando con fuerza que se acabaran para siempre las suspicacias y los resentimientos entre las razas y que marchásemos todos juntos y en armonía hacia la Nación del Arco Iris, la Confederación Planetaria globalmente diversa del próximo tiempo de Acuarius.
Hubo mucha emoción en aquella despedida, aunque los más conmovidos eran los tres "Indios Gringos": confesaron que eran los últimos depositarios de un Conocimiento ligado a la Naturaleza que ellos habían tenido que rescatar de sus tradiciones, ya muy perdidas, con celo de arqueólogos, al que le habían añadido sus propias interpretaciones personales para cubrir las inmensas lagunas de saber tradicional que se les escapaban. Sin embargo, durante aquellos días habían convivido, decían, con gentes de su raza cuya cultura no era arqueológica, sino viva, cotidiana... y efectiva. Sentían en el corazón que, de alguna manera, habían regresado a casa tras un larguísimo viaje por tierras extrañas.
Los organizadores discursearon, se abrazaron, se felicitaron mutuamente, e intercambiaron regalos. Yo, entonces, eché a faltar allí, entre tanta figuración, a los cuatro hombres que habían trabajado tan duro para que todo aquello fuese materialmente posible.
Caminé hacia la choza donde estaba alojado Xosé y me lo encontré desnudo, arrojándose agua con deleite sobre el cuerpo con una totuma. Le pregunté por qué no estaba en la celebración y me respondió que el trabajo ya estaba hecho, y que su manera de celebrarlo consistía en aquella maravillosa ducha de agua relajante que por fin tenía oportunidad de gozar tranquilo... hasta que yo le había interrumpido.
Cuando le volví a ver, cuatro años, para mí intensísimos, habían pasado. Fue en 1989 y en el interior de la Amazonia Brasileira, en otro fin del mundo llamado Mapiá, sede principal del Pueblo de Juramidán, una singular pequeña nación de mestizos en el corazón de la selva, creada para servirles de Escuela Iniciática. Un lugar y un ambiente especialmente escogido por ellos para crecer espiritualmente en comunidad, lejos del "Mundo de Ilusión" y bien integrados en la más pura y potente Naturaleza.
Lo que yo viví en Mapiá, donde la gente utilizaba ritualmente el Santo Daime (o Ayahuasca), para entrar en trance y comunicarse con su Maestro Interno, es demasiado complejo y profundo como para abundar en ello aquí, así que lo cuento en otro libro que se titula "La Bebida del Poder"...
(...Algunas partes, extractadas de la cual, se pueden ver en la siguiente página web:
www.oocities.org/castelines/obraliter.htm.)Cuando yo llegaba, Xosé ya llevaba seis meses en Mapiá y, precisamente, se estaba marchando, junto con otros guerreros del Daime, bien hacia dentro de la jungla. Ya que el Gobierno Brasileiro había concedido al Pueblo de Juramidán una gran extensión de selva virgen más al norte y debían ir preparando asentamientos allí para tomar posesión oficial de ella.
Mi paisano me dijo que partía con ellos porque le encantaba la idea de contribuir a fundar una nueva aldea donde nada había, sino selva enmarañada; pero que, en cuanto el proyecto estuviese en marcha, prestaría su choza a otra persona que quisiera venir a poblar y él se marcharía, río adelante, con una canoa que acababa de construirse, en busca de una convivencia con indios amazónicos lo más puros y naturales posible, donde pudiera ver y tocar -decía- las raíces del Hombre.
Le ayudé a ir y venir de su alojamiento a su canoa portando víveres y herramientas para el equipo de expedicionarios que iba a partir en una pequeña flotilla... Igual que la vez anterior, en el Perú, de nuevo compartíamos más trabajo que palabras.
Sin embargo, en la última gira hasta su alojamiento, sacó un cuaderno de una tabla colgada en alto, que hacía las veces de estantería, y me lo alargó.
-Esto para ti- me dijo-, para que se lo lleves a nuestra gente... Es lo que me ha ido enseñando el mundo.
Y nada más; lo acompañé al embarcadero con el final de su carga, lo despedí con un abrazo y lo vi partir hacia el verde y húmedo laberinto de la jungla, junto con sus compañeros.
Cuando desapareció la flotilla de canoas por el último recodo del río, me quedé pensando cómo se parecía a la mía aquella genuina alma céltica, estrella errante, peregrina, eterna buscadora, más allá de las nieblas del fin del mundo, al cabo de la vida y de la muerte si preciso fuera, de la mítica Isla del Paraíso, de la tierra de la Eterna Juventud, del rostro bello y anhelado de La Diosa... "cuyo abrazo sin fin -dice el corazón-, es lo único que puede apagar mi incendio interno".
Jamás lo he vuelto a encontrar ni a oír nada más sobre él, como si se lo hubiese tragado la Amazonia para siempre, igual que a tantos locos o sabios. Mis amigos de Mapiá me contaron, bastantes años después, que colaboró como el que más a desbravar el mato y a levantar los nuevos asentamientos, al borde de un río que se llamaba algo así como Unauiní o Pauiní -ya no recuerdo bien-. Pero un día, tal como había avisado, cedió su cabaña a un recién llegado, embarcó solo en su canoa, con algunas provisiones y un machete, y se perdió, siguiendo la corriente, sin que nadie que yo conociese volviera a verlo.
Sin duda Xosé
confeccionó por sí mismo el cuaderno que me había pasado, apretando unas ciento cincuenta páginas de papel lineado escolar y cosiéndolas en forma de libro. Su letra era limpia, clara, escrita a lápiz y pequeñísima, tanto que, al principio, pensé que necesitaría una lupa para entenderla, aunque, realmente, no llegó a hacer falta.Estaba escrito, sin pretensión literaria alguna, en Galaico-Portuñol, esa mezcla de Gallego, Portugués y Castellano con que acabamos pensando y hablando los gallegos en el Brasil y que, aunque ningún académico lo aceptaría como correcto (y hasta se llevaría las manos a la cabeza, sobre todo viéndolo escrito), es una buena y práctica síntesis de lo que tienen en común las tres lenguas y yo lo entendía perfectamente.
El cuerpo principal de sus escritos lo formaba "La Llamada de Acuaria", que estaba en el mismo orden de siete TEXTOS o capítulos en que yo la transcribo, aunque me he permitido la libertad de añadirle títulos y numerar a cada párrafo o grupo de párrafos que hablaban de lo mismo, como si se siguieran, para poder encontrar mejor lo que me interesara.
Había también notas sueltas, mapas rudimentarios de hombre de selva, operaciones aritméticas y geométricas sencillas, que seguramente tenían que ver con construcción de cabañas, muebles o su canoa, y un grupo de siete VERSOS, esparcidos sin orden ni concierto por varias hojas del cuaderno...Y me gustaron tanto que se me ocurrió que podrían ser una buena entrada a cada uno de los capítulos de "La Llamada"... y allí los fuí colocando, según como mejor me parecía -discúlpame la licencia, Xosé.-
Las notas me sirvieron para entender un poco su pensamiento y como se había ido gestando La Llamada. En aquel tiempo yo tenía otra cabeza y otro carácter. Lo que él había escrito me parecía demasiado fantasioso; especialmente las partes que se referían a ángeles, a maestros extraterrestres y a la evolución de los animales.
Lo conservé como una curiosidad entre mis recuerdos de viaje y solamente hice una síntesis de los contenidos de La Llamada que me parecían más aceptables como texto complementario de una exposición de pinturas que, cuando regresé a España, presenté en Vigo en 1992.
Pero han ido pasando nueve años desde que el cuaderno me fue entregado y yo tengo ya cuarenta y siete, y he ido encontrando tantas cosas raras por el mundo, muchas de ellas tan semejantes a las escritas en La Llamada , las cuales cada vez resuenan más con mi propia evidencia de lo posible... que ya no me resulta tan fantasioso lo que dice allí, sino más bien cuerdo, anticipado y profundo, incluso deseable...
A veces, cuando me acuerdo de aquel hombre que me pasó el cuaderno, me da por pensar que si la palabra "ángel" significa "mensajero" fue, realmente, como un ángel encarnado lo que pasó fugazmente por mi vida, por mi propia caminada externa e interna en busca de Mi Verdad, impresionándome con su firme y callado ejemplo constructivo, con su personalidad de perfecto capitán de Acuarius y con aquel Mensaje... lleno de sabias instrucciones para readaptar nuestra mentalidad al momento evolutivo en que vivimos, del cual tuve el privilegio de ser el primer asombrado receptor.
Aunque, una cosa es saber lo que nos conviene y otra, la voluntad cotidiana de ponerlo en práctica, ya que todo a nuestro alrededor parece empujarnos al auto-olvido y al adormecimiento en el automatismo.
...Se está acabando
el Segundo Milenio, y siento algo así como un compromiso, una obligación de pasar lo que Xosé Fisterra me encargó, para "nuestra gente". Por eso lo traduje, lo empecé a extender oralmente, en las ondas de una Radio Libre con vocación acuariana y le pedí a La Vida que, si esto fuese algo que mereciese la pena, me hiciese encontrarme, sin demasiado esfuerzo por mi parte, con un buen editor que se interesara en publicarlo.Xosé llamaba Amazona Acuaria -él escribía, realmente, "Amazona Aquaria"-, a la Señora de su Inspiración, el Espíritu de la Selva y del Ciclo, algo así como Don Quijote llamaba Dulcinea al amor de su alma.
En estos dos nombres hechos uno, se funden el mensaje eterno de la Naturaleza al Hombre y el mensaje básico específico que la Era que actualmente estamos comenzando dirige a sus Hijos.
El mensaje que captó tiene más de visión de artista que de revelación de profeta. Es claro que hablo de aquel tipo de visión artística cósmica que tenían los bardos griegos y célticos... para resonar con esta llamada no se necesita tener un espíritu religioso; basta con ser una persona sensible de mente abierta.
La Selva tiene muchas voces, pero todas hablan de lo mismo. La Selva es el Corazón del Mundo y la Puerta del Astral. En medio de ella, la vanidad de la personalidad humana se vuelve tan insignificante que, de pronto, se puede producir un silencio en su constante parloteo.
El silencio es una puerta que se abre a las voces de nuestra Selva Subconsciente interna. De entre las nieblas de sus más profundos pantanos fue emergiendo hacia la comprensión del transmisor la Llamada. Xosé le dio, a su manera, esta forma, para por sí mismo entenderla.
Tuya es La Llamada de Acuaria, lector, si en ti resuena. Uno más entre los múltiples mensajes que La Vida arroja al viento continuamente, como arrojan sus semillas, a veces insignificantes en tamaño, los grandes gigantes del bosque.
De una manera o de otra, todos los Hijos de La Tierra son puestos al corriente de los planes de su madre para cada uno de sus momentos evolutivos. Nada nuevo, me parece, ya que todo el Programa se encontraba en los genes de la especie humana desde antes de que naciéramos. Es sólo un recordatorio para el corazón despierto, ese de antena alzada, que capta y reconoce.
Tampoco importa mucho reconocerlo y recordarlo. Lo que importa, es que el que lo reconozca y lo recuerde se anime a ponerlo en práctica. Cuando un número suficiente de reconocedores han dado el primer paso realizador hacia adelante, el avance global se precipita, dicen, por sí solo. Los científicos llaman "resonancia mórfica" a esa ley del subconsciente colectivo de la especie que muestra como un pequeño avance de un individuo o de un grupo hace avanzar, casi enseguida, a toda la humanidad en su conjunto.
Todos acabamos llegando, tarde o temprano, a lo más alto de nuestras posibilidades para cada período de nuestra eterna evolución. El Ser no se completa hasta que la más alejada de sus partes se reintegra en él.
Pero hay una diferencia entre hacer el camino conscientemente, alegremente, y con el entusiasmo del pionero, o hacerlo de forma pasiva e inconsciente, dejándose, no más, arrastrar por la incontenible marea general.
Para los entusiastas pioneros y pioneras de la Era de Acuarius es esta Llamada. A ellas y a ellos, "nuestra gente", yo creo que dedicaría el autor con amor su escrito, si por aquí apareciese de improviso.
Que algún día volvamos a saber de ti, Xosé de Fisterra. Caminantes somos, y en el Camino, a medida que lo vamos construyendo, nos vamos encontrando.
Manuel Castelin
Mapiá, Amazonia, Brasil, 1989
Isla de Mallorca, España, 1999
NOTAS POSTERIORES:
A través de las notas de su cuaderno, de mis propias andanzas por algunos de los sitios por donde anduvo Xosé y por conversaciones con personas que lo conocieron, he podido irme haciendo una idea acerca de algunas de sus fuentes de conocimiento y de información y de varios de los maestros y escuelas iniciáticas que le influyeron.
Tal vez algún día me atreva a escribir algo sobre ello, pero hoy por hoy no quiero contaminar este prólogo con especulaciones, ni hablar indiscretamente, sin suficiente proyección en el tiempo, de personas que aún están vivas y en activo.
Sin embargo, no creo que se quedase demasiado con alguna de ellas, ni que se comprometiese formalmente con ninguna línea iniciática en concreto, ya que se trataba de un espíritu esencialmente libre y móvil, que digería y personalizaba rápidamente cuanto conocía y comprendía, después de haberlo seleccionado intuitivamente como "resonante" o "no resonante" con la sabiduría innata de su propio corazón, o, yo diría mejor, de su Femenino Interno, al que debía estar muy amorosamente conectado por su sentimiento ancestral galaico.
Personalmente, y con todos mis respetos hacia él, a mí me parece que "La LLamada" es más un documento que retrata el momento mental final de la Era de Piscis, un resumen ecléctico de su misticismo esperanzado, que un mensaje del primer momento de Acuarius, cuyas claves tendrían que ser mucho más científicas que míticas o místicas.
El 11 de Marzo de 1998 comenzó
"La Llamada de Acuaria", un programa de radio que se emitía todos los jueves, entre las nueve y media y las diez y media de la noche, en la Emisora Libre "La Radio de las Buenas Noticias", de Palma de Mallorca, en la cual empezó a extenderse el mensaje de Xosé Fisterra para "nuestra gente".El 15 de Diciembre de 1999, a dos semanas del Nuevo Milenio,se colocó "La Llamada de Acuaria" en Internet, un medio en verdad bien acuariano, a disposición gratuíta de todo el mundo, enlazada al site "EL LABERINTO DE FINISTERRE", hoy <www.castelin.com>, y se fue enviando noticias de ella a los principales periódicos de Galicia y del Brasil, a la Universidad de Santiago y al Ayuntamiento de Finisterre (aunque no le prestaron gran atención), con lo que creo haber cumplido, finalmente, con la demanda de Xosé, el de Fisterra, en lo que a mí respecta. Si alguien se sintiese motivado, por la propia fuerza del mensaje, a tomarse el trabajo de traducirlo a cualquier otra lengua, ruego que me envíe una copia a mi dirección electrónica <castelin@hotmail.com>... Muchas gracias.
NOTA DEL 3 de MAYO DEL 2002:
Cuando presenté por primera vez en Europa este mensaje, el mundo me parecía mucho más estable que ahora mismo. Yo pensaba que los grandes cambios que se anuncian en él no se producirían, como muy pronto, hasta 2015...
Sin embargo, los acontecimientos se han precipitado y LA LLAMADA me está pareciendo cada vez más certera, urgente y actual. Por eso he decidido volver a ocuparme de ella, intentar traducirla por fin al portugués, para retornarla a su país inspirador, Brasil, y darle mayor difusión y accesibilidad, usando más a fondo los recursos de Internet.
Cotejo lo que me llega a través de los medios de comunicación de masas del sistema, con las informaciones astrológicas que me ha proporcionado mi amigo, el profesor de Astrología Claudio Boquet.
(Claudio me parece un sólido científico de la Astrología, no un místico y, en el campo de la predicción, prefiero prestar más oídos a los científicos que a los esotéricos. El esoterismo popular está lleno de superstición y de modas cíclicas repetitivas, que se extienden de conversa en conversa volviéndose más y más catastrofistas en la boca del siguiente conversador. Después nada ocurre, o lo que ocurre tiene poco que ver con lo predicho.)
Según Claudio Boquet, desde Junio-Julio del año pasado, el mítico 2001, comenzó un poderoso ciclo de oposición entre SATURNO, regente de la economía y del mundo laboral y material, y PLUTÓN, señor de la muerte y de los infiernos, la energía planetaria de enfrentamiento extremo de contradicciones, que busca producir una transformación profunda, una destrucción de lo que ya se cae de puro viejo y obsoleto y una renovación general.
Estas poderosas influencias cósmicas sobre el programa evolutivo de la Tierra y sus habitantes, causó, además de cambios climáticos inusuales y terremotos, una situación mundial de extrema tensión, que dio lugar a una regresión económica en los Estados Unidos, que influyó en todo el mundo, especialmente en los países más pobres, lo que produjo una exaltación del fundamentalismo islámico opositor, el terrible atentado de las Torres Gemelas en Nueva York y la guerra de Afganistán.
Entretanto, los congresos de Nueva York y Porto Alegre y el saqueo y el desastre económico del pueblo argentino vinieron a mostrar las teorías mundializadoras contrapuestas y las claras consecuencias de una globalización egoísta, parcial y manipuladora, centrada únicamente en el lucro económico de los expertos equilibristas del sistema, y no en el interés integral general y mundial.
Al mismo tiempo comenzó el progresivo recrudecimento del eterno conflicto entre israelitas y palestinos, etc... A nivel individual, la mayoría de las personas sintieron agudizarse sus conflictos familiares, laborales e internos. Todo lo que no era firme o verdadero se tambaleó o se rompió. El miedo al cambio y las rutinas dejaron de servir como falso pegamento.
El día 26 de Mayo del 2002, algo más de dos semanas después de que escribo estas líneas, tendremos un eclipse de Luna, donde se dará la OPOSICIÓN EXACTA DE PLUTÓN Y SATURNO EN EL CICLO. EL AUGE, EL APOGEO DEL CONFLICTO.
El 10 de Junio tendremos un eclipse de Sol, con alineamento de Sol-Luna y Saturno a sólo 2 grados, y con Plutón opuesto.
El 24 de Junio habrá otro eclipse de Luna, que supondrá la recapitulación de todos los eclipses anteriores.
El 1 de Agosto ENTRARÁ JÚPITER EN LEO: EL CONFLICTO EN SU MÁXIMA POTENCIA: crítica, caótica situación.
A finales de Agosto vendrá un momento de muchas posibilidades constructivas para quienes sean capaces de mantenerse firmes y concentrados en su proceso de regeneración personal, aunque el ambiente exterior parezca estar muy oscuro y confuso.
En Septiembre tendremos um trígono Saturno-Urano que apoyará el comienzo del avance para aquellos que estén conscientemente dispuestos a esforzarse por conseguir su evolución.
EL AÑO PRÓXIMO, 2003, entrará URANO EN PISCIS, lo que abre un nuevo ciclo muy facilitador de una introspección espiritual dirigida al cambio interno (es decir, a la auto-construcción previa de los constructores del mundo mejor de Acuarius), durante 7 anos.
Sin embargo, los TRES PRIMEROS (los próximos 2-3 años, hasta el 2006), marcarán UNA REACCIÓN CONSERVADORA EXTREMA de las fuerzas involutivas internas y externas, que se resistirán, por todos los medios, a desaparecer.
Lo primero que se capta, ahora mismo, es la progresiva renuncia, por parte de los gobiernos de centro-derecha que lideran los países occidentales, a un efectivo control, tanto sobre la contaminación y las guerras producidas por la minoría rica del planeta para perpetuar su irresponsable modo de vida mientras el planeta aguante, como sobre la libertad de acción especuladora y desestabilizadora de las grandes empresas multinacionales...
...Lo cual es parejo al aumento de la emigración ilegal, la explotación sumergida e incontrolada de un nuevo lumpenproletariado, el aumento del paro y la degradación de los derechos de los trabajadores occidentales, que tanta sangre costó conseguir.
La libertad total de mercado, propiciada por un neo-liberalismo salvaje que inhibe a los gobiernos de poner barreras a la temeridad codiciosa e inconsciente de los especuladores, destruye la ecología y las clases medias, al no poder competir los pequeños empresarios con los productos introducidos por los intermediarios, a bajo coste, desde países del otro lado del mundo, donde la población trabaja por salarios de verdadera miseria, APENAS PARA SOBREVIVIR.
Con ello aumenta el malestar del ciudadano ante un futuro incierto, a causa de la precariedad en el empleo, el stress, la ansiedad, la delincuencia, la inseguridad ciudadana, y el crecimiento, a consecuencia de ello, de la extrema derecha fascista y racista, como acaba de verse en las elecciones francesas, unido una propuesta, inclusive, de separación de Francia de la Unión Europea, que ha tenido un buen eco en los grupos más reaccionarios del Reino Unido, Italia (donde el empresario prácticamente monopolizador de los medios de manipulación de masas se aupó, a través de ellos, al puesto de presidente del gobierno), y en otros países.
En la LLAMADA DE ACUARIA se indica muy bien lo que conviene hacer en ese momento:
Sin dejar de ser colaboradores y universales, es fundamental CENTRARSE EN LA PROPIA AUTO-CONSTRUCCIÓN EVOLUTIVA Y EN LA DEL ENTORNO PRÓXIMO, DESLIGÁNDOSE DEL "CORREO DE LAS MALAS NOTICIAS", PROCEDENTE DEL MANIPULADOR Y SIEMPRE PESIMISTA DISCURSO VULGAR, ese que se expresa a través de los mass-media del sistema.
Llegó el momento del BUEN COMBATE: significa no hipotecar más tu atención, alimentando con ella la confusión imperante, por trágica que parezca, para no restar ni un gramo de energía-consciencia a lo importante: LA CONSTRUCIÓN PROPIA Y LA DE LA PROPIA OBRA COLECTIVA, LLENOS DE FE EN EL MUNDO MEJOR DE ACUARIUS, aunque se derrumbe en tu torno todo lo que parecía ser un orden sólido, así como los propios esquemas adquiridos. Aunque la mayoría de la gente que te rodea entre en pánico.
Llegó el tiempo de prepararse a seguir avanzando en medio de la presión de la tempestad. Indomables templos caminantes, valerosas naves en busca de un mundo nuevo, inalcanzables por el desaliento o por el miedo. Todo pasa, todo se supera y la Vida es eterna. Sólo cuidar de no traicionar a la propia Autenticidad.
Después de esos tres años de "firmeza a pesar de todo", los evolutivos podrán ver como su panorama se va despejando. Entretanto, examina tu corazón: si él se siente bien, aún cuando el exterior sea feo, es que vas por el buen camino.
Y el GRAN CAMBIO MUNDIAL, la globalización, no la egoísta y negativa, únicamente centrada en facilitar que los menos escrupulosos se hagan con el control dictatorial de la economía mundial, sino la positiva, integral, fraternal, justa, solidaria, verdaderamente democrática y niveladora, se dará si un grupo suficientemente numeroso de Constructores de la Nueva Era es capaz de convertirse en la levadura que transformará a la gran masa de la Humanidad.
Quien aguanta, gana.
NOTA DEL 13 de MAYO DEL 2004:
Desde 1999 ha estado en Internet la Llamada de Acuaria, muchas personas han entrado en ella y la han copiado y algunas me han escrito, pidiendo aclaraciones que yo he ido añadiendo al final. Entretanto, parece que no caben dudas de que, efectivamente, hemos entrado en los "algo más de dos años de REACCIÓN CONSERVADORA EXTREMA" anunciados por el astrólogo Claudio Boquet en la nota anterior. Una mafia desaprensiva de ultraderechistas totalitarios se ha apoderado del poder en la nación hegemónica, los Estados Unidos de América, e incluso ha arrastrado tras de sí, entre otros serviles sicarios, al último gobierno conservador de mi país, España, a una impresentable invasión y ocupación de Iraq que no parece sino una cortina de humo para ocultar a los ciudadanos la degradación general de los sistemas democráticos que adoptaron el modelo de globalización uniforme del capitalismo neoliberal, productor del acaparamiento de la riqueza mundial por unos pocos terroristas explotadores que, paradójicamente, justifican sus acciones bélicas e imperialistas, cada vez más controladoras y manipuladoras de los medios de información del sistema, con el pretexto de que están luchando contra el terrorismo fundamentalista de los países islámicos. El cual, como es lógico, se vuelve más extenso, duro y vengativo, cuanto más se humilla, se tortura, se asesina y se despoja a la población en nombre de los mercantiles ideales de libertad de la Sociedad de Consumo occidental.
Eso ha producido que mi país se haya tenido que vestir de luto el 11 de Marzo de este año por causa del atentado más brutal de la historia europea hasta ahora, al que los españoles reaccionaron retirando del poder, con su voto, al gobierno sicario.
Este cambio radical, según Boquet, marca el punto de inflexión de Saturno pasando por Cáncer en justo la mitad del período de reacción conservadora, lo que favorece, por efecto dominó o carambola, un movimiento de evolución y progreso (cuando entra Júpiter en Libra), del que España se hace punta de lanza. La oposición de Saturno y Quirón empezó hace un año y durará cuatro. Vienen, primero, dos oposiciones en Cancer-Capricornio que marcan el énfasis de lo viejo (estamos en la segunda) y luego siguen otras dos en Leo-Acuario. Claudio supone que significan el proceso de superación de la barrera evolutiva, cuya resolución puede verse hacia el 2006.
Da la impresión de que ha llegado el momento mejor para desconectarse, como dice LA LLAMADA DE ACUARIA, del "correo de las malas noticias del sistema" y de centrar toda la atención, no en continuar preocupándonos y alterándonos pasivamente como reacción a las consignas y acciones de los dirigentes mundiales y a los modelos de comportamiento, ambiciones, temores, prejuicios y consumos creadas por la publicidad alienante para manejarnos como a un rebaño...
Sino en planear y construir de forma consciente y día a día una sólida armonía basada en la propia verdad esencial y personal, empezando por responsabilizarse de adecentar, simplificar y fortalecer la serenidad interior, el discernimiento y el ánimo, de tal manera que sean capaces de adaptarse y capear cualquier manipulación o cambio estructural que pudiese producirse, al mismo tiempo que aumentamos la colaboración solidaria, cordial y armónica con la familia, los amigos y los círculos de afines, es decir, con aquello que constituye la sencilla realidad que nos realiza hasta donde llegamos.
Buena construcción, pues, camaradas, y confianza en que todo cuanto ocurre es para mejor, para quien entiende que su mundo y su vida es un producto de su mentalidad y para quien se mantiene imbatible en mantenerla auténtica y positiva.
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