dibujo de Antonio Flores Hernández
Su verdadero nombre fue Carmen Brannon Vega. Nació en Armenia en
1899 y murió en San Salvador en 1974.
Claudia Lars pertenece a la estirpe de las grandes poetas de nuestra
América. A esa lírica femenina (no por feminista, sino hecha por mujeres
plenas) que sacó a la poesía latinoamericana de su postración mojigata,
fruto de la sensiblería ochocentista; cantaron al amor con giros eróticos
estupendos, con limpia inocencia invocaron la fertilidad de su cuerpo,
su fecundación, el goce de vivir, madres que esperaban un mañana alegre
para sus hijos: materna pasión que las convertía en tierra que esperaba
la semilla de una nueva vida. Estas mujeres poetas son: Juana
de Ibarborou (uruguaya), Alfonsina
Storni (argentina), Delmira
Agustini (uruguaya) y la chilena Gabriela
Mistral (premio Nobel de Literatura, 1945). Gabriela en Chile, como
Claudia en nuestro país, no han tenido -entre las mujeres- quienes las
acompañen plenamente en la búsqueda del espíritu poético de nuestras gentes,
lo esencial de estos países. No tienen continuidad en otras voces femeninas.
Claudia Lars escribe una poesía transparente, sin que deje de ser profunda;
a veces su maestría formal la gana y olvidamos su mensaje, pero en cada
poema suyo se encuentra a un poeta manifestando vivencias, abriendo caminos
antes inéditos para nuestra sensibilidad, comunicando un estado de gracia
nunca antes de ella ni después encontrado en la poesía escrita por mujeres
en El Salvador.
Algunas de sus obras son: