De la democracia al fascismo |
DEB@TE (La pasión por la verdad) Maracaibo Abril 2002 |
Todas las convicciones democráticas de la oposición se fueron por el sanitario durante las 40 horas de Pedríto El Breve. Aunque se haya colocado e de moda la canción de "te lo dije que yo no fui” es evidente que las acciones fascistoides de] gobierno de Carmona no fueron obra de una sola persona, ni de un reducido grupo de tres o cuatro, como algunos pretenden hacer ver. Durante la tarde M viernes 12 escuché claramente por televisión cómo Carlos Ortega exigía furibundamente la disolución de todos los poderes públicos, incluyendo a la Asamblea Nacional. Cuando el dictadorzuelo leyó el famoso decreto disolutorio, el salón de palacio se caía de los aplausos y vítores. Particularmente llamativos fueron los gritos de ¡democracia! ¡democracia!, al momento de disolver la Asamblea Nacional. Luego se informaría por diversos medios que Allan Brewer Carías era uno de los autores del tristemente célebre decreto. Hoy nadie es culpable, Orlando Urdaneta resulta que no estaba donde estaba, ni fungía de director civil de un golpe militar. Brewer es uno de los que imita a Pedrito Fernández. Carlos Ortega pretende tragarse los videos de sus preciosas declaraciones. Los de Primero Justicia no detuvieron a nadie, no intentaron ningún linchamiento de diputados y ministros, no rompieron ni un plato los pobrecitos niños bien de Chacao y Baruta. Alfredo Peña no sacó a sus policías con fusiles M16 y subametralladoras para que dispararan a mansalva contra los manifestantes congregados en Miraflores. Mendoza no allanó ni saqueó a Venezolana de Televisión. Los únicos que aceptan su responsabilidad son los militares golpistas, los que supuestamente no respondían a ningún plan preconcebido sino que se sensibilizaron viendo imágenes televisivas y sobre la marcha decidieron nada más y nada menos que el derrocamiento de un presidente constitucional. Vaya manera de aceptar culpas. He llegado a la conclusión que cuando la oposición habla de democracia, debemos imaginamos a Hitler o Mussolini dando un discurso ante miles de fanáticos. Democracia para ellos es sinónimo de fascismo. Democracia es controlar totalmente los medios informativos, es pasar comiquitas cuando el país se estremece al borde de la guerra civil. Democracia son los juegos para estúpidos de Sábado Sensacional en vez de las trasmisiones informativas que los canales extranjeros difundían a todo el mundo Sobre la situación en el país. Democracia es liquidar por todos los medios a la oposición, desde la supresión absoluta de sus opiniones hasta el linchamiento brutal mediante turbas de sifrinos del este de Caracas. Democracia es desconocer todos los gobernantes y autoridades electos democráticamente. Democracia es actuar bajo la dirección de la CIA y el MOSSAD, es quitarle el nombre al país y botar hasta el cuadro del Libertador, es acosar una embajada con una violencia que el Ku Klux Klan envidiaría. Eso lo hicieron sólo en 24 horas de gobierno. Qué no hubieran hecho en una semana. Probablemente muchos de los dirigentes chavístas habrían arriesgado la vida, al ser descubiertos por las hordas de patoteros al servicio de Primero Justicia. El manto feroz de la dictadura carmonísta se hubiera extendido sobre el país mientras los medios desinformaban con noticias chéveres sobre la " transición" de la "barbarie chavísta' a la democracia mayamera. Nos salvamos en la raya. Y nuestros demócratas se revelaron como los fascistas que son. Por ello es imprescindible recuperar el concepto de democracia protagónica, democracia participativa, democracia autogestionaria, democracia popular, pues no es lo mismo que la palabra democracia que utiliza la oposición. Para ellos el imperio de su democracia es el imperio del fascismo, bendecido por el Departamento de Estado y el Fondo Monetario Internacional. Nuestra democracia protagónica admite a esa minoría oligarca. Su democracia fascista sólo admite a ellos mismos, el pueblo no tiene cabida. |
Roberto López Sánchez Director de Formación General, Luz |