El Solenodon paradoxus se ecuentra exclusivamenete en la isla de la Española, compartida por Haití y la República Dominicana. Este no fue conocido por la ciencia hasta que Brandt lo describió en 1833. Además existió, hasta tiempos posteriores a la colonización, la especie S. marcanoi, acutalmente extinta. En la isla de Cuba hay otra especie del mismo género, el S. cubanus (subgénero Atopogale), conocido como almiquí cubano. Actualmente, algunos biólogos consideran Atopogale como un género independiente. Todas especies de solenodonte pertenecen al orden Insectivora y a la familia Solenodontidae.
Solenodonte Haitiano
El Solenodon paradoxus se parece mucho a una musaraña, con la excepción de que es mucho mayor. Suele pesar entre 0.6 y 1.0 Kg, y medir entre 28 y 33 cm (la cola le suma otros 25 cm). Tiene pelaje marrón-rojizo en la mayor parte del cuerpo, siendo más pálido en la parte inferior. La cola, patas, hocico y las puntas de las orejas están desprovistas de pelo. Las patas delanteras están notablemente más desarrolladas que las traseras, aunque todas poseen garras igualmente aptas para excavar.
La cabeza es grande en proporción con el cuerpo y la cara es alargada, con ojos y orejas pequeñas, parcialmente ocultas por el pelaje. Una característica notable es el os proboscis, hueso localizado en el extremo de la cara que sirve de soporte al largo hocico cartilaginoso. La fórmula dentaria de la especie es 3/3, 1/1, 3/3, 3/3 = 40. El segundo incisivo inferior tiene un fino surco (Solenodon significa "diente acanalado" en griego) por el cual fluye saliva tóxica que es secretada por la glándula submaxilar, haciendo del solenodonte uno de sólo un puñado de especies de mamíferos que producen veneno. |
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Ambos sexos son semejantes. Los machos tienen el pene oculto y testículos que yacen dentro de la cavidad abdominal. La hembra, aunque tiene un período de estro irregular y que aparentemente no esta relacionado con las estaciones, puede tener dos camadas al año de 1 a 3 crías. Lo normal es que sobrevivan sólo 2 de las crías, que pueden pesar de 40 a 55 gramos, dado que la hembra solo posee dos mamas, la cuales están ubicadas extrañamente casi a los lados de la base de la cola del animal. Las crías son amamantadas por unos 75 días, aunque los jóvenes a veces permanecen con los padres mientras nacen y se crian posteriores camadas, llegando a cohabitar 8 animales en una misma madriguera. Dos adultos pueden asumir un comportamiento agresivo cuando son presentados aunque al corto tiempo se establece una clase de jerarquía y la coexistencia se torna relativamente pacífica.
Además de tener una mordida venenosa, el solendonte tiene glándulas en las ingles y axilas, que emanan un olor parecido al de las cabras. Sin duda se defiende de miembros de su misma especie. Aparentemente no es inmune a su propio veneno ya que se ha presenciado la muerte de ejemplares luego de haber peleado y recibido heridas leves. También, es probable que ataque brutalmente a otros animales juzgando por la manera en que un solenodonte en cautiverio atacó a un pollo, despedazándolo con sus garras antes de comérselo. En momentos de agitación puede gruñir como un cerdo o puede emitir sonidos como un ave. Sin embargo, cuando es perseguido se queda inmóvil y esconde su cabeza, por lo que se le puede capturar con facilidad.
  
Fotos recientes de Solenodonte Haitiano silvestre
Una razón por la que el solenodonte fue desconocido para la ciencia durante tanto tiempo es por sus hábitos nocturnos. Además, tampoco son muy numerosos, lo cual no le atribuye un papel importante como miembro de la cadena alimenticia en ningún ecosistema. Durante el día se esconden en madrigueras, árboles y troncos huecos o en cuevas, fuera de la vista. Cuando salen al exterior andan de manera rígida y tambaleante, siguendo un curso zigzagueante y errático. Los personas que lo han observado afirman que los solenodontes nunca corren en línea recta. Además, cuando se asustan y tratan de correr es muy probable que se tropiecen y terminen patas arriba.
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Tomando en consideración que el solendonote es un animal lento, torpe, sin habilidad alguna para evadir enemigos ni con buenos medios de defensa (no tuvo la necesidad de evolucionarlos dada la ausencia de depredadores nativos), se entiende que tan pronto perros (Canis familiaris), gatos (Felis catus) y, en especial, la mangosta (o hurón, como es llamada por los dominicanos) (Herpestes auropunctatus) fueron introducidos a la isla, su futuro comenzó tornarse oscuro. |
Los solenodontes comen una gran variedad de materia animal y vegetal, como artrópodos, gusanos y gasterópodos, así como pequeños reptiles; también se alimentan de raíces, frutas y follaje (sin embargo, algunos animales que han sido estudiados han rechazado radicalmente el alimento vegetal). Ellos exploran la tierra con su largo hocico, excavan con sus fuertes garras o destrozan troncos podridos. Los solendontes en cautiverio han sido observados bañándose con frecuencia y solo beben agua cuando lo hacen. Es posible que el hocico largo dificulte la bebida en otras condiciones.
El hábitat del solenodonte es normalmente en lugares boscosos o de matorrales rocosos, frecuentemente cerca de terrenos agrícolas, donde puede cavar sus complicadas galerías subterráneas. La disminución de ambientes adecuados, además de la depredación por parte de animales introducidos han contribuido con poner el peligro crítico a esta rara especie, cuyos números se han reducido vertiginosamente en las últimas décadas. De hecho, se le pensaba practicamente extinto hasta que en 1907 se encontraron ejemplares en el interior de la isla. Durante los principios del siglo XX no se le consideró como amenazado. En 1981, luego de exhaustiva búsqueda, se concluyó que el solendonte estaba funcionalmente extinto en Haití, sobreviviendo únicamente en las remotas montañas del sur. En 1987 aún era hallado en ambos países, aunque con un estatus severamente amenazado en Haití. Reportes de 1996 aún lo ubican en ambos lados de la frontera.
En la actualidad es probable que el solenodonte sólo pueda encontrarse en dos sitios en República Dominicana: en los Parques Nacionales Jaragua y del Este.
Basado en Solenodon Paradoxus por Adam Eatroff, Haitian Solenodon por Paul Massicot, Solenodon de la International Wildlife Encyclopedia y Solenodons de Walker's Mammals of the World Online. Traducido y redactado por Miguel E. Rodríguez.
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