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Otros números
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Número uno
Carta al director
Las
carpetas clasificadoras: ¿cómo decorabas tu carpeta escolar?
Los presuntos afines : nuevo ataque de El Zurdo
Mi tío Jacinto: Born to lose recordando
las películas de CIFESA
El Guateque: la venganza
de los no invitados reflexiones sobre la película de Blake Edwards
"Los que se van no volverán": homenaje a los músicos españoles
desaparecidos
Donde aperece y desaparece
un pequeño personaje: reflexiones sobre los adorables sobrinos
El divorcio explicado a los hombres
por Alex Tornasol
" Sí, yo fui un mod cutre al que le gustaban Brighton 64"
Homenaje a los primeros mods españoles
Alan Betrock, el
primer fanzineroso
Luna, el final de una ilusión
el primer artículo en internet sobre este grupo de Ponferrada
Lecturas inquietantes: Fanzines
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Número Ocho |
¿Presuntos afines?
Este fanzine se puede explicar, robando las palabras al
escritor Bruce Chatwin, como la anatomía de una inquietud ante este mundo
moderno repleto de iconos a reivindicar y fuerzas contra las que luchar.
El Efecto Orégano, desde su número uno, ha pretendido ser una aventura
iniciática a la búsqueda de presuntos afines que compartan nuestras filias
y fobias, nuestros afectos y animadversiones, nuestros yin y yang . Y
creemos que poco a poco este objetivo se está cumpliendo: ya tenemos diez
o doce lectores que siguen nuestras páginas y que incluso se impacientan
cuando nuestra publicación, como todo fanzine que se precie, se retrasa
en sus buzones.
Los filisteos pueden esperar nuestra integración en su
sociedad. Todavía existe alguien que nos lee, todavía podemos seguir siendo
, como escribió Nicolás Sicodelo en nuestro primer número, " la
piña bizarra de las últirnas filas, la otra gente surgida de la mutación,
hombres lobo y mujeres pantera (carne de cárcel, de manicomio, de feria
de fenómenos, de hoguera), brutos mecánicos de corazón boscoso...Nada
más y nada menos".
^^
Carta al director
En otro tiempo, cuando las bandas pop aún mantenían la saturación y el
efecto larsen al final de los temas por razones trascendentes y no sólo
por mera estética, cuando los tres (que no cuatro) botones de la chaqueta
eran una parte de show, pero no todo el show... cuando las canciones evocaban
a Tom Wolfe muy sutilmente, y, lo que es más importante, la gente se enteraba
de qué quería decirse con "La Casa de la Bomba"... en tal tiempo,
en fin, a principios de los ochenta, tuve una banda.
Luego, claro, uno se hace mayor y hombre de provecho (¿?), pero, ¡mirá
vos! va y se compra una rickembaker, aquella que no tuvo en el momento
procesal oportuno. También vuelve a juntar a la banda, por aquello de
que hace falta hacer un concierto con la ric.
Esto no es esencial, claro, pero si importante para entender las cosas,
en fin, algunas cosas. Cada tanto recuerdo aquellos tiempos.
A veces pienso que hemos tenido la suerte inmensa de vivir un momento
histórico formidable casi como quienes vivieran los veinte y los treinta,
y que no podemos ser conscientes, como ni Tzara, ni Marinetti, ni Lisitzkij,
ni Buñuel, ni ya puestos Ridruejo o Gecé, o Kelsen o García Valdecasas
o De Castro o Garrigues (¿por qué será que sospecho que al otro lado de
este libelo hay un jurista?) fueron realmente conscientes de lo que estaban
viviendo, a pesar de estar conformando el sustrato intelectual de Occidente
(vale decir, el sustrato intelectual punto final: lo siento, seré tachado
de eurocentrista pero francamente tengo suficiente con dedicarme a ello;
me sobran africanidades, asiatismos y aún oceanifilias -surf excluded-,
del mismo modo que paso de cuestiones esotéricas: si justo le va a uno
para intentar no perderse con el mundo real, ¿cómo va a meterse a gnosis
y seudometafícias de tercera?)
Vaya: que me ha sorprendido la publicaçao de su digna dirección, por
la trastienda ideológico-estética que parece sustentarla (puritita sorpresa,
oiga... ya pensaba yo que, como todos mis compas son ministros, DGs, etc,
como que la con(s)ciencia había desaparecido, pero no...les seguiré a
Vdes. la pista. Gracias por la sorpresa.
Vaya, que creo que nos podemos entender.
Hans
P.S.: Y si, claro, soy tintinófilo, y jamás jugué al jurbo (puagh), y
tengo los ejemplares (todos) de los tiempos gloriosos precomercializados
por Norma de "Cairo" así como bastante cómic más, y hago leer
a mi hijo (en fin, tempus fugit...) Guillermo Brown y lo hace con delectación...
^^
Las
carpetas clasificadoras: un viaje sociológico hacia un tiempo carpetovetónico
¿Has pensado cuál era uno de los momentos más especiales del inicio del
curso escolar? Estamos de acuerdo. Sin duda la decoración de la carpeta
clasificadora donde se amontonaban los apuntes de asignaturas como
Teoría General de la Informática o Semiótica lingüística que contribuyeron
a enseñarte cómo cumplimentar adecuadamente la solicitud de la tarjeta
del INEM.
Escoger los iconos a plastificar en la carpeta no era tarea fácil. Un
50% de tu pobre e insegura personalidad adolescente después de
todo, parece que la vida tampoco te ha cambiado tanto- se manifestaba
en aquellas fotos, dibujos, textos que envolvían conocimientos universitarios
o preuniversitarios depositados en grises fotocopias.
A mediados de los años ochenta (¡en el siglo pasado!) las alternativas
de ornamento eran diversas:
Carpeta Superpop: El Superpop, la revista juvenil para féminas
mediocachondas el SuperVale era ya para las declaradamente ninfómanas-
regalaba con cada ejemplar pegatinas de los ídolos del momento. Desde
Pedro Marín hasta Leif Garret, Iván o Tommy, el hijo guapo de la televisiva
serie Con Ocho Basta, se reservaron desde su mundo de adhesivo el privilegio
del contacto con los pechos de las adolescentes españolas todavía, todo
hay que decirlo o, en este caso, escribirlo, bastante pacatas y lejos
de las liberalonas devorahombres que nos hemos perdido - ¡ay!- la generación
de los nacidos en los 60.
Carpeta Snoopy: Los peanuts de Snoopy eran lo suficientemente
aburridos para triunfar en los tontos ambientes madrileños que gritaban
"Las niñas bien hechas...las de derechas". Los pijos exportaron
la moda de los personajes de Schulz por toda España y las carpetas de
los aspirantes a pertenecer al tonticlub de los niños bien se llenaron
de canes idiotas. Sinceramente tanto perro dejó un olor....
Carpeta política: En esta sección encontramos carpetas decoradas
con los iconos de movimientos más extremistas: batasunos, falangistas,
anarquistas,
bases autónomas,...Aqui no se admiten medias tintas. ¿Qué glamour podían
ofrecer los clavelitos pese a que estuviésemos entre tunos universitarios-
del PSOE o los círculos lima limón del logotipo de la extinta UCD (pese
a que Bárbara Rey fue su musa: ¿recuerdan aquel muslamen con una pegatina
centrando la vida y los ojos- del país en plena fiebre del
destape y el landismo?)? Ahora bien , como siempre, los más aburridos:
los etnicistas o los cristianos de base comprometidos con su fotos de
Gandhi .
Carpeta surf: En los años 80 el surf todavía no era en España
el deporte masivo que resulta en la actualidad y su práctica, en general,
estaba restringida a pijos que podían costearse el equipamiento necesario.
Por esta razón, portar una carpeta con fotos de oxigenados deportistas
era una manifestación de pertenecer a un selecto club de pudientes (aunque
uno se bañase siempre donde hacía pie en las mediterráneas playas de aquel
Benidorm - llenas de hombres en tanga como el de Tarzán - que magistralmente
describieron Los Nikis en sus canciones de ida y vuelta "Voy a Benidorm"
y "No vuelvo a ir a Benidorm")
Carpeta femenina: En este apartado aconsejamos preparar sus bolsas
de mareo. Carpetas enteladas con estampados Liberty; portadas repletas
de etiquetas de marcas consideradas de buen gusto como Liberto, Chipie
o Privata; fotos recortadas del Telva o - las decididamente más atrevidas-
del Cosmopolitan- con músculos modelos o afeminados triunfantes como Miguel
Bosé; y finalmente las imágenes de bebés porque la mujer española, pese
al divorcio, el destape y el libertinaje, seguía siendo en los 80 un ser
portador de valores eternos.
Carpeta esquelas: En plena onda afterpunk las esquelas de periódico
cubriendo carpetas fue una moda seguida en los centros de enseñanza españoles
por las mentes más negras de aquella generación. Aquella moda chummychumezsca
la padeció un afamado (hoy) lídercillo de Izquierda Unida que usaba como
ornamento de su clasificadora las esquelas de la hija de la folklórica
María Jiménez fallecida en accidente de tráfico.
Carpeta sin fotos: Este ya es un caso de psiquiatra freudiano,
del Dr Rosado o de cualquiera de las paradas de monstruos organizadas
en las tardes televisivas actuales. Probablemente os acordéis de él. En
clase no hablaba mucho con nadie, no hacía nunca pira, poseía unos apuntes
auténticas transcripciones toses incluidas de las magistrales
lecciones de nuestros profesores, vestía camisa de cuadros con el botón
del cuello cerrado (..pero mucho antes que los nuevos mods o los indies
pusieran de moda el look cateto a babor.)...¡y una carpeta limpia de fotos
o iconos juveniles, inmaculada hasta el final del curso! . Hoy probablemente
es juez (¿o se suicidó a finales de los noventa?).
Por no extendernos- conscientes de que no hemos comentado las imágenes
de futbolistas en calzoncillos "marconi" o las de Barón Rojo
en actitud de barrio- acabaremos este recorrido por los patios escolares
y las cafeterías universitarias de mediados de los años ochenta citando
brevemente los textos que decoraban los interiores de las carpetas
preparen nuevamente sus bolsas de mareo- y que eran propios de reuniones
de catequistas reprimidos, adolescentes comprometidos o pajilleros intoxicados
por los culebrones tipo Love Story. Unos pocos ejemplos: "Si quieres
a alguien, déjalo libre, si no vuelve, es que nunca fue tuyo", "los
verdaderos amigos se conocen día a día" o "El camino no es largo
cuando amas a quien vas a visitar" (a esta cursilería en los noventa
se la denominó nueva era).
Y terminamos esta pesadilla de vuelta a las aulas, como en una estúpida
película norteamericana, recomendándoles quemar sus viejas carpetas en
una hoguera que les libere de sus traumas pre y postadolescente...¡que
ya va siendo hora!
Don Pin Pon
^^
Los presuntos afines
«A Fernando siempre le llamó la atención la razón de los ataques de
Hannibal Lecter: el tedio. Tras escuchar durante años monocordes vomitonas
de gente irredenta a su propia mediocridad, el sufrido psiquiatra toma
la decisión de abandonar su inútil tarea de confesor sucedáneo para adentrarse
en el escabroso campo de la gastronomía caníbal. Fernando me dijo sentirse
vengado en Lecter como creador. Sin ser psicoanalista, también ha sentido
el tedio al proyectar una obra esperando llegar a presuntos afines, con
quienes comulgar en Lo Absoluto, y sólo encontrar consumidores, que devoran,
digieren y cagan con una facilidad pasmosa sin enterarse de nada y pidiendo
más. Sylvia Plath, Vincent Van Gogh, Friedrich Nietzsche, Arthur Rimbaud,
Emily Brontë, Ted Hughes, Juan Eduardo Cirlot, nombres todos bañados de
Misterio y de Riesgo, hoy son deglutidos, no seguidos ni amados ni interiorizados.
Valen tanto como la starlette más biodegradable o como las novelas/basura
del protagonista de "Misery" y, lo mismo
que éste, quedan a merced de sujetos que tratarán de adecuarlos a sus
pequeños mundos negando toda dimensión que se les escape. Las existencias
trágicas y las muertes prematuras de tanto nombre lleno de sentido giran
en el vacío como un hilo musical para ambientar las vidas liliputienses
de miles y miles de neci@s. La cabeza en el horno un día de Navidad, la
pierna gangrenada a la vuelta del Trópico, el desparrame de sesos una
mañana más amarilla que las otras, han acabado en peluches culturales
para adornar dormitorios pijoprogres de -ejem...- "jóvenes prodigiosos".
La obra de tanta ostra ilustre, el nácar elaborado capa a capa desde la
más inabarcable angustia, es considerado por sus consumidor@s como producción
en serie de la que exigen más, sin entender que, como las líneas de la
mano, cada creación es única e irrepetible en el transcurso de una vida.
Hoy Van Gogh no podría inspirar las "Memorias de Dirk
Raspe" como antesala de la muerte: lo más, un avispado
montaje semiplagiario a presentar en algún premio de indudable gancho
crematístico. Según Fernando, una obra de creación, como un país exótico,
solamente se concibe hoy desde la profanación turística y no, como en
otras épocas, desde el hallazgo viajero. Una obra digna de considerarse
algo más que un «producto» debería ser tratada como un objeto de culto,
como un milagro, o, si no, como una amenaza, y provocar pasiones extremas:
o quemada en la plaza pública o venerada en lo más hondo del corazón;
pero qué va, hoy se la seculariza, se la relativiza, se la tolera, y,
así, consumida, discutida, a veces conservada museísticamente, va perdiendo
día a día todo su sentido.
Los creadores que, en época como la actual de condicionamientos industriales
elevados a la máxima potencia, han procurado funcionar con integridad,
o bien han sido aplastados o han acabado por envilecerse "o
muerto o albanés: no hay más platos en la carta", diría mi padre-:
hoy el único creador puro es el destructor, el llamado "sociópata",
aquel que toma la palabra a los surrealistas para ir más allá del simulacro,
de la patochada. Travis, imperfecto germen de dios, crea cuando abandona
las preguntas y se rasura la capacidad de conformarse con la indignidad.
Lecter, el Cristo adecuado a nuestro tiempo, redime a los consumidores
comiéndoselos. Ante la mera enunciación de un concepto como "Hannibal
Lecter" -consumidor de consumidores- algunos eespíritus nos sentimos
reconfortados»
(esto escribía la amiga Yna Linne en mi página web)d
«Pero qué público más tonto tengo...»
(yo en 1978)
Una de las cosas más molestas que existen para un creador es que
alguien que nada tiene que ver con uno se arrogue el rol de alma gemela
y se dedique a dar la vara tomándose arbitrariamente confianzas que en
absoluto le corresponden y ensuciando con sus zopencas apreciaciones una
obra de la que solamente ha captado la cáscara (e incluso, a veces, hasta
en eso derrapa).
En mi caso, parece haber existido una relación mucho menos confusa con
quienes me odian porque, desde el primer momento, hubo algo en mí que
atacó su sensibilidad. Por lo general, y ya desde Kaka de Luxe, yo he
provocado aversiones que se han mantenido incombustibles hasta el día
de hoy (reflexionando a posteriori, las relaciono bien con mi apego a
la trascendencia y rechazo de la banalidad; bien por mi intrínseco espíritu
conservador, arcádico, arcaicista, frente a toda veleidad progre y/o ilustrada
en alguna ocasión he contado cómo a los tres años, apenas sabiendo
leer, contemplé un grabado dieciochesco con gente empelucada y enharinada
y sentí un violentísimo malestar, por lo que debo suponer que mi antiprogresismo
es prácticamente congénito, uno de mis instintos más básicos, más allá
de toda teorización y raciocinio-).
Generalmente, la hostilidad irreductible contra uno, aunque molesta,
resulta más llevadera que el agobio de los presuntos afines. No contamina
sino que clarifica, lo cual es reconfortante para quienes preferimos la
pureza a la corrupción. Por el contrario, poner el alma en una canción
o en una novela o en una tesis y que te venga alguien aplaudiendo y demostrando
a su vez con sus palabras que no ha comprendido ni un puto renglón es
de lo más descorazonador.
Hay un libro mío titulado «Fe Jones»: por razones extraliterarias,
fue lo más cercano a un best-seller que yo he dado en la narrativa. La
obra es muy ramoniana en su estructura (lo que me maravilló cuando, una
década después, leí por vez primera a Gómez de la Serna) y fallida precisamente
por su carga política, quijotesca (esto es, ineptamente bienintencionada)
y demasiado condicionada por la anécdota partidista del momento (por debajo,
afortunadamente, latía un fondo nihilista mucho más oscuro y poderoso
y reflejado con bastante más acierto en los 90, tanto en la novela
«La canción del amor» como en cuentos aparecidos en «El Corazón
del Bosque»-). Las dos tesis básicas de la obra (la transversalidad
disidente llevada a su máximo extremo y la sexualidad anómala), recogidas
en una misma situación (la protagonista acaba liándose con la activista
responsable de la muerte de sus padres) deberían haber indignado profundamente
al lector medio que alababa «Fe Jones». No fue así: en los medios
azules en los que se movió la obra, vamos, yo me convertí en un
nuevo Rafael García Serrano o poco menos y «Fe Jones» calificada
de nuevo «Eugenio o proclamación de la primavera» (algo aberrante
dada la muy distinta naturaleza de ambas obras- y que hacía suponer
que se había leído aquello no sé con cuáles ojos pero seguramente
no con los de la cara-).
Cuando diez años más tarde, tanto en «La canción del amor» como
en los cuentos corazonescos, incidí en la carga de fondo del «Fe Jones»
(pero con más madurez y sin el toque de la coyuntura partidista), se me
acusó de pornógrafo, y, al seguir yo mismo en la vida real los pasos transversales
de mi heroína (con, a finales de los 90, mi brote de sarampión proabertzale,
desde el que me empeñé en hacer explosivas transversalidades a lo
Duguin pero adaptando la cosa a la circunstancia ibérica-), los antiguos
lectores de «Fe Jones» huyeron en desbandada fusilándome con exabruptos,
anatemas y toda clase de manifestaciones de rechazo.
Supongo que esto fue una de las cosas que más me hizo reflexionar sobre
la inutilidad de veinte años de actividad política que no había servido
para nada más que arruinarme la carrera musical y arriesgarme a ser manipulado
como florero por tales o cuales siglas pero sin jamás interiorizar nadie
en las abundantes propuestas que yo brindaba desde mis múltiples panfletillos,
cuadernillos, articulillos, etc.
¿Conclusión?: para la gente con la que mantuve contactos políticos, yo
era un perfecto imbécil en el campo doctrinal pero que podía atraer militantes
al redil de turno por aquello de mi coyuntural carisma como estrellita
pop. Como confirmándome esto, justo en el momento de escribir las presentes
líneas, ahora que acabo de presentar unos discos nuevos y hecho unas actuaciones
y aparecido en espacios de tv, algún que otro ex-camarada (de los que
me dejaron colgado sin el menor escrúpulo en plena singladura corazonesca)
me manda sus periodiquitos y folletitos a ver si pico y vuelvo a salir
en la foto como en el 86. Por lo visto, la contumacia de estos elementos
en considerarme sempiternamente imbécil es infinita.
Es lo que más me duele. Que estos presuntos afines (con quienes
nada tengo que ver porque jamás he tenido que ver con las sórdidas
camarillas que sólo saben conceptuar a sus prójimos como marionetas al
servicio de algo-) no me concedan todavía, a estas alturas, el
beneficio de suponer que soy algo menos gilipollas de lo que fui. Es como
el insulto último.
Por eso, bienaventurados aquellos y aquellas que me odian con fundamento
e inasequibles a todo camino de Damasco. Y bienaventurados también esos
otros, tan pocos, que siguen dándome bola tratando de conocerme cada día
un poco mejor y sintiéndose a gusto con ello.
Y en mala hora dije aquello de «para presuntos afines»: de presuntos
líbrenme los dioses, auténticos, lo más auténticos posible. Así los quiero.
(http://usuarios.tripod.es/YNALINNE)
FERNANDO MARQUEZ
^^
Mi tío Jacinto: Born
to lose
"... hay muchos más secundarios de esos que si
hubieran nacido en Wisconsin
en lugar de hacerlo en Mataespesa de Riosequillo ahora
no se hablaría de otra cosa en Hollywood...."
No creo que hayas tenido la suerte de ver esta película, y si la has
visto es posible que la detestes porque a tu pose de intelectual de cafetería
de Facultad de Bellas Artes se le atragantan Pablito Calvo y el anagrama
de Cifesa y es de lo más lógico que ni te acerques a esta propuesta audiovisual
de blanco y negro, toreros, limpiabotas y hardcore sentimentosocial de
posguerra porque tus lecturas de suplemento cultural de El País te lo
impidan. Tú veras, yo pienso ponerla por las nubes.
A mi me gusta. Me gusta mucho. Y creo que me gusta tanto porque no es
una peli española al uso. Mira. No hay malos muy malos y buenos muy buenos;
son todos buenos. No hay miseria; hay pobreza con dignidad. No es un drama;
es una comedia donde no pasa nada bueno. No es picaresca Queveda del tipo
"todo esta mal, sucio y feo"; es Cervantes visitando el Rastro.
No es feismo de posguerra con Cela cagándose en una corrala; es ese "pues
qué le vamos a hacer" del que se las ha visto de todos los colores
pero que no desaprovecha un frasco de colonia ni un bocadillo de caballa;
no es neorrealismo italiano de bella ragazza de muslos turgentes y allí
va el Topolino del capataz; es realismo Gran Reserva de Vega Sicilia con
aromas de poesía y gustos de piedad en boca. No es un pseudointelectual
español refocilándose en el pus que le brota de las entrañas; es el caballero
español que pintó El Greco con su alma como única propiedad merecedora
de su orgullo y el Universo como sueño húmedo.
Pablito Calvo
La idea esta bien. Es Jacinto un viejo torero, acabado, mordido por una
cirrosis del peor vino, que aú pisa firme su pierna coja sobre el abandono
que adorna con la elegancia remendada de un pañuelo de milord, con la
mirada lejana, el paso corto y no fiándose ni de su propia madre. Es un
mix de Domingo Ortega y Pasmo de Triana después de pasar un siglo en el
infierno del ¿qué fue de?. Jacinto vive bajo un puente con su sobrino,
Pablito Calvo (y no me vengas con el rollo de que a ti te pone del hígado
Pablito Calvo porque te recuerdo que sigues siendo el mismo cursi al que
le gustó Cinema Paradiso y ni te quejaste del niño tísico-gominola de
la primera parte) que admira a su tío porque le quiere o le quiere porque
le admira; no tengo ni idea. Viven de lo que sale. Y lo que sale es el
amanecer de colillas en la plaza de Las Ventas, un paseo por el Retiro
y el Rastro (mozos de cuerda, venta de sellos, estafas de poca monta,
aparcacoches...). Y al viejo torero le llega la ocasión de volver al ruedo
para una Charlotada. Tú sigues el resto de la historia que yo ya la he
fastidiado bastante.
Ahora te cuento de los implicados. El que dirige es Ladislao Vajda que
es húngaro (igualito que Bela Lugosi y los autores de relatos de humor
que publicaba Calpe en los años 20-30 y de los que mamaron todos los humoristas
españoles de los 40 y 50) y que también es el autor de Marcelino Chusf
y Plaf. Los actores son un montón (pueblo de Madrid y paseantes de Rastro
y distrito de Latina incluidos) y no los encontraras mejores ni levantando
de la siesta de los justos a Charles Laughton.
La dignidad del fracaso
Pepe Isbert es el dinamizador de la economía castiza, Gila es el arte
de una venta bien hecha, Tip es la sobriedad del mejor controller de Arthur
Andersen aplicada a la sastrería taurina y... hay muchos más secundarios
de esos que si hubieran nacido en Wisconsin en lugar de hacerlo en Mataespesa
de Riosequillo ahora no se hablaría de otra cosa en Hollywood. Y por encima
de todos está Antonio Vico. Él es el que recoge toda su genética de generaciones
de cómicos de la lengua para explicarnos lo que es la dignidad del fracaso,
es el que anda erguido por simple impulso de su propio genio cuando la
sangre ya se heló hace tiempo, es el que odia la risa de la plebe pero
goza con la sonrisa imposible de atender de la vendedora de sellos, es
el que no calcula su fuerza porque nunca la tuvo, es el que se quedó en
el barco cuando la gente corría a los botes, es el torero que nunca mató
porque su miedo jamás estuvo a la altura de su imaginación, es el matador-maletilla
pintado por los muñones de Gutiérrez Solana, es Segismundo en su celda
recitando mientras alguien del público eructa, es Johnny Thunders refugiado
en una tasca de anís Las Cadenas... No sé, igual soy yo que empiezo a
ver la pendiente como un abismo y que tengo mi voluntad de ganar encogida
ante el miedo a perder. Bah, cómpratela en vídeo y que te frían un paraguas
que yo me bajo al bar. Y el domingo me voy al Rastro... o a lo que quede
de él.
Alex Tornasol
^^
El
guateque: la venganza de los no invitados
Las fiestas de tronío (las galas, las puestas de largo, las reuniones
en el yate del jefe, las cenas benéficas...) realmente se organizan para
los no invitados. El objetivo no es la propia diversión de los organizadores
sino demostrar a los excluidos que no forman parte de un círculo de privilegio.
Por esta razón, el Guateque es una película alegremente revolucionaria:
un no invitado llevará el caos a la fiesta de los privilegiados.
Peter Sellers es Bakshi, un nefasto actor hindú que arruina la película
que esté rodando al dinamitar accidentalmente los decorados. Por error
es invitado a una fiesta organizada por el productor del film en su mansión
de Hollywood. Desde su llegada Peter Sellers será el catalizador del caos
en que se convierte el guateque.
La película es una sucesión de gags donde Blake Edwards, junto con los
guionistas Tom y Frank Waldman, logran una obra genial cuyo momento culminante
es la escena del baño del elefante en la piscina de la vivienda entre
una nube de pompas de jabón, bailarines rusos, jóvenes beatniks y una
maravillosa Claudine Longet.
La cantante francesa, una de las voces feméninas más fascinantes de los
años sesenta, interpreta a una joven que quiere iniciar una carrera como
actriz con el apoyo de un director de cine que por supuesto, como es habitual
en el mundo del cine y quizás nuestras actrices más internacionales nos
lo podrían explicar, condiciona su apoyo a la carrera de la artista a
la mitigación de ciertas inquietudes masculinas de entrepierna.
En la fiesta Claudine canta "Nothing to lose", un tema compuesto
por Henry Mancini, el compositor de la banda sonora que perfectamente
podría estar incluida en cualquier recopilatorio de lo que hoy se llama
chill out y antes easy listening. Probablemente Blake Edwards intentó
repetir con esta melodía de la cantante francesa el éxito de Moon River,
la canción que Audrey Hepburn interpretaba en Desayuno con Diamantes y
que curiosamente popularizó Andy Williams, el primer marido de Claudine.
"El Guateque" es, además de la presencia fascinante de esta
actriz, un catálogo de la moda del año 1968 en los Estados Unidos donde
repasar vestidos de fiesta, delirantes tocados capilares o mobiliario
espacial. Y, por supuesto, una divertida venganza para todos los no invitados
a aquellas fiestas.
Mr Ringo Rango
Claudine Longet, la chica más guapa del Guateque
Claudine es frágil, etérea, ingenua, sonrisa pura...la mujer soñada.
¡Quién diría que años más tarde en 1976 sería detenida por matar a su
amante, el esquiador Spider Sabich! La historia nunca estuvo del toda
clara. Parece que los celos de Claudine provocaban continuas discusiones
(¡vaya con la mujer soñada!) y que en una de ellas la cantante disparó
con una pistola 22 mm al estómago de Spider. Hubo juicio y Claudine sólo
fue condenada a 30 días de cárcel como autora de un homicidio accidental.
Desde entonces Claudine se refugió en las montañas de Colarado, se casó
con su abogado defensor y su actividad artística ha sido nula. Claro que
estas historias (homicidios, retiros voluntarios, discografía escasa ...)
refuerzan el carácter mítico de estos personajes.
^^
Los
que se van, no volverán.... (breve homenaje a los músicos españoles muertos
prematuramente)
Todos los hombres mueren jóvenes, recordaba Robert Louis Stevenson, el
genial autor de la Isla del Tesoro, al médico que le advertía que no iba
a llegar a viejo si no cuidaba su maltrecha salud. Desde estas mediocres
páginas , queremos recordar a todos los cantantes y músicos españoles
que murieron jóvenes. La carretera, las drogas, la enfermedad, el suicidio,
el terrorismo, quizás el destino, nos privaron de su compañía. Algunos
se convirtieron en mitos, otros fueron rápidamente olvidados. Aunque la
muerte siempre gana, resucitémosles a todos por unos momentos.
La carretera
Parece ser que "rockero al volante, peligro constante" porque
la principal causa de muerte prematura de los músicos españoles ha sido
la carretera. Ya en los primeros años sesenta, Luis, el hermano del mítico
brinco Fernando Arbex, murió en accidente mientras realizaba el servicio
militar en la base americana de Torrejón de Ardoz. Bajista de Los Estudiantes,
grupo rockanrolero de los últimos 50, nunca pudo ocupar el puesto que
su hermano le reservaba en la primera formación de Los Brincos. Otro miembro
de los Estudiantes, Luis Sartorius, también desaparecería en los sesenta
víctima de un accidente de circulación cuando era uno de los directivos
del sello Novola que lanzó a Los Brincos.
En la década siguiente, los 70, fallecerían en la carretera dos de los
componentes del maravilloso grupo Los Angeles, la hippy -niña bien Cecilia,
cuyos ecos musicales, según algunos críticos, pueden escucharse en las
canciones de grupos contemporáneos como La Buena Vida, y el Jim Morrison
español , como exageradamente lo definió De Diego, Nino Bravo.
También Canito , el batería del grupo Tos, muere a finales de 1979 en
un accidente de circulación. El emergente pop español celebró un homenaje
a su figura el 9 de febrero del año siguiente en el que participan Secretos,
Alaska y los Pegamoides , Paraíso, Trastos, Mermelada, Mario Tenia y Los
Solitarios, Bólidos, Nacha Pop y Mamá. Sin duda nunca se han juntado en
un mismo concierto nombres tan entrañables e imprescindibles en la historia
de la música pop española.
Tras la muerte de Canito, Tos pasan a llamarse Secretos y se incorpora
como batería Pedro Antonio Díaz quien en 1984 morirá igualmente en accidente
de circulación. Los dos serán recordados en el disco "El primer cruce"
que supuso el regreso de los Secretos a los escenarios tras el parón que
siguió a la muerte de Pedro Antonio y el abandono del grupo de Javier
Urquijo. Durante algún tiempo hubo bromas crueles sobre la maldición de
ocupar el puesto de percusionista en este combo y había quien aseguraba
que el siguiente disco se grabaría con cajas de ritmos.
Otra nombre mítico de la música española víctima de la carretera fue
Eduardo Benavente quién falleció en 1983 mientras se dirigía a un concierto
en Zaragoza con su banda Parálisis Permanente. Junto a él viajaba, además
de Ana Curra y Rafa Speed, el batería expegamoide Toti Arboles que años
después moriría como consecuencia del consumo de sustancias tóxicas. Quizás
los dos ahora jueguen a las cartas en el cementerio como en aquellas negras
canciones de su banda.
Otros músicos que murieron en accidente de circulación - y sabemos que
nos olvidamos a alguno- fueron Tino Casal, hoy recuperado por la nueva
ola gay;, el rockero valenciano Bruno Lomas que, junto sus Rockeros, fue,
antes de sus conciertos para Fuerza Nueva, nuestro Johnny Hallyday ibérico;
o el cantante de los Payos (los autores de la veraniega María Isabel)
y más tarde Triana , Jesús de la Rosa.
Sobre la muerte en la carretera se han escrito escalofriantes canciones
como Volviendo a casa, un blues tradicional arreglado por Mermelada y
más tarde interpretado por los Secretos ( "... el sol está en lo
alto, pero hoy llueve en mi corazón.. no volveré por la Nacional VI porque
allí un amigo mío murió al amanecer) o Un accidente de Circulación de
Loquillo y los Trogloditas, canción publicada en el Ritmo del Garage pero
que nunca se tocaba en los directos del grupo ya que, según confesión
del pretendido escritor José María Sanz, les daba mal fario por coincidir
prácticamente su publicación con las muertes de Eduardo Benavente y Pedro
Antonio Díaz).
Las drogas
Después de la carretera, directa o indirectamente el consumo abusivo
de drogas ha sido la causa de la desaparición de otros músicos patrios.
El caso más conocido fue el de Enrique Urquijo quien murió de una sobredosis
en un portal madrileño en el año 2001, probablemente solo y triste como
en una de sus canciones. Sin duda el líder de Los Secretos demostró una
radical coherencia entre la melancolía de su música y su atormentada vida
interna.
Otros que demostraron correlación entre su música y su actitud fueron
los miembros del grupo punk vizcaino Eskorbuto, Josu y Juanma, que apostaron
por el no futuro y murieron en 1992 víctimas asimismo directas o indirectas
del consumo de drogas. Para el recuerdo quedan himnos de rebelión como
"Mucha policía, poca diversión" o " "A la mierda el
País Vasco", su feroz crítica a la izquierda abertzale por su falta
de reacción cuando fueron detenidos en 1983 por su "Escupe a la bandera".
La mala vida también tuvo que ver con las muertes de Ulises Montero (saxofonista
de Gabinete Caligari, Sindicato Malone,...), José Luis Encinas (músico
en discos de Mermelada, Mamá, Desperados,...), José Antonio Cifuentes
"Risi" (guitarrista y alma mater de Burning), Antonio Martín
(primer vocalista de Burning), Manolo Iglesias y Julián Infante de Tequila
o la más reciente de Carlos García Berlanga.
La enfermedad
La enfermedad acabó con la vida de Poch , el líder de Derribos Arias.
La extraña patología degenerativa - Corea de Huntington que sufría
Ignacio Gasca negaba su porvenir. Por ello la Banda sin futuro fue un
buen nombre para iniciar su carrera musical caracterizada siempre por
su creatividad y, quizás por el intento de negación de la realidad, su
imprevisibilidad. En 1998 el chico más tímido de la playa de Gros fallecía
olvidado. La movida estaba pasada de moda. Sin embargo, el nuevo interés
por aquellos años ha vuelto a poner en primera línea la figura irrepetible
de Ignacio Gasca "Poch".
La enfermedad también se llevó al bajista del grupo granadino La Guardia;
a Tina, una de las Grecas, responsables de los primeros grandes hits del
flamenco pop, y a la hada buena del pop español, Carmen Santonja, del
dúo Vainica Doble. Por cierto, Antonio Vega, pese a que muchos lo quisieron
enterrar, incluso con disco homenaje, sigue vivito.
Otros encontraron formas más originales si en la tragedia de la
muerte existen categorías- de morir. Por ejemplo, el guitarrista Miguel
del grupo punk los Desechables murió acribillado en 1983, arma simulada
en mano, intentando atracar una joyería regentada por un propietario de
fina puntería.
El suicidio
El suicidio no parece resultar atractivo para los músicos españoles (siempre
que no consideremos el consumo de drogas como una forma de autodestrucción).
Sólo Los Bravos fueron noticia en 1968, en pleno éxito musical, por el
suicidio de su organista Manuel Fernández que se disparó en el pecho con
una escopeta, días antes había intentado abandonar esta vida cortándose
las venas, según parece por su incapacidad para soportar el dolor causado
por el fallecimiento de su esposa Lo Rey , una joven modelo suiza, en
un accidente de circulación en Palma de Mallorca abordo de un coche pilotado
por el bravo.
Desgraciadamente, muchos años después, Los Bravos serían otra vez noticia
por la muerte en un accidente de motocicleta de Antonio Martínez, el guitarrista
feo y gafotas de esta genial banda que mezcló el pop más excelso con las
canciones más idiotas.
El terrorismo
Si la carretera o la mala vida nos ha privado de muchos músicos, el terrorismo,
de momento, sólo ha acabado con la existencia de un joven batería de un
desconocido grupo llamado Póker y cuyo asesinato fue causado , no por
aporrear mal su instrumento, sino por ser concejal de un partido aburrido
en un pueblo del país vasco más mestizo. Tras su muerte se convirtió en
héroe mediático actuando fantasmagóricamente en Las Ventas durante un
consternante homenaje a su memoria y al del resto de las desgraciadamente-
muchas otras víctimas del terrorismo.
Y en este punto, afligidos y consternados, antes de consultar la situación
de nuestro recibo del seguro de decesos, damos por terminado este negro
repaso por la música española.
Don Pin Pon y Don Clorato de Potasa, S.L.
Pd: Me voy a escuchar canciones que puedan levantar mi ánimo. Sin duda,
la elección son las tonalidades alegres de Los Empresarios, nuestro grupo
naif favorito.
^^
Donde aparece y desaparece
un pequeño personaje
Esta ha sido la peor de las semanas, esta ha sido la mejor de las semanas.
La pesadilla comenzó cuando mi hermana y su marido aparecieron el pasado
sábado para encargarme la tutela de su hijito, mi sobrino Robespierre.
"¡No te dará ningún problema!,¡Es encantador!,¡Verás qué amigos
vais a ser!", me dijeron para animarme. Cuando les pregunté "¿Cómo
funciona?", mi hermana puso esa carilla suya tan graciosa que antecede
a una patada en los cataplines. Un abrazo, un te escribiremos desde Bahamas,
un no dejes que se muerda las uñas, y cuando quise darme cuenta 40 kgs
de la más tierna infancia se habían adueñado de mi hogar.
Robespierre era un lote homicida compuesto de unas zapatillas deportivas
sucias que pesaban más que él, unos vaqueros rotos, una camiseta con manchas
de algo que más tarde catalogué como excremento humano de grado II y una
carita redonda y pecosa tras la que se parapetaba un cerebro absolutamente
vació rematado por una gorra de béisbol. Era un ser absolutamente monstruoso.
Continuamente exigía la compra de objetos absurdos. No paraba de engullir
porquerías que indudablemente hubieran acabado con la salud de un atleta
(por un momento esto me dió alguna esperanza, pero pronto vi que él era
inmune).
Sólo con acercarse a diez metros, uno ya tenía la seguridad de resultar
manchado por alguna de sus múltiples excrecencias. ¿Cómo librarme de él?
¿Cómo hacerle desaparecer sin sufrir el peso de la Justicia? Pensé disolverle
en ácido, medité la posibilidad de empaquetarlo y mandarlo por correo
urgente junto a sus padres e incluso me sorprendí a mí mismo con mis manos
rodeando su garganta. Una vez más, cuando la desesperación era mi único
horizonte, la Junta Educativa de su colegio llegó en mi auxilio.
El gobierno de esta Comunidad ofrece a padres en trámites de separación
y similares sin graduación la posibilidad de disfrutar de unas vacaciones
enviando a sus hijos a unos encantadores campos de exterminio que han
bautizado como campamentos de verano. Yo he apuntado a Robespierre a uno
que a primera vista resulta esperanzador: Campamento multiaventura.
Primero llevan a los niños a una zona recóndita de la montaña infestada
de osos, lobos, víboras, precipicios, aguas sin clorar y nativos armados
con hachas. Allí son vigilados estrechamente por un grupo de hombres y
mujeres despiadados, seleccionados entre el personal más experimentado
en psiquiátricos, cárceles y bares de carretera, a los que llaman monitores.
Una vez instalados someterán a los crios a una serie de pruebas.
El primer día los lanzan desde un puente atados con gomas a los tobillos.
Los supervivientes serán reagrupados para que desciendan en canoa durante
la mañana siguiente un río plagado de rápidos, cataratas y nutrias carnívoras.
Pasado este mal trago cuando amanezca nuevamente se organizará un cursillo
de tiro con arco. Conociendo la alegría natural de la infancia es de esperar
que el aprendizaje de la puntería degenere en batalla campal y que sean
muchos los muertos y heridos. Los niños vencedores en la experiencia bélica
disfrutarán en su última jornada de vacaciones de un concurso de orientación
en la montaña donde las alimañas y la agreste orografía del lugar completarán
el exterminio.
Esta mañana he llevado a Robespierre al dentista para que le saque unas
placas y así, más tarde poder reconocer sus restos mortales. Después le
he acompañado al autobús. Debo confesar que cuando nos despedíamos no
he sido capaz de reprimir una lágrima. ¡Diablillo!
Alex Tornasol
^^
El
divorcio explicado para hombres
Siempre hemos oído esa tontería de que el matrimonio te cambia la vida
y la hemos alojado sin rechistar en el rincón de nuestro cerebro que guarda
las cosas que se dicen sin pensar como "Mi suegra parece una bruja
pero en el fondo es buena persona". ¡Pero ya estábien! Lo que de
verdad te cambia la vida es el divorcio.
Cuando Doña Pura sorprende en un bar del centro a su marido Don Emeregardo
con sus ojos, que son dos, posados en las turgencias del escote, que también
son dos, de una señora que no es ella (de lo que Doña Pura se da perfecta
cuenta porque ella no tiene ni ese vestido con escote ni esas turgencias)
se inicia un complicado proceso vital que llamamos divorcio cuando no
lo llamamos "el asuntillo de mi marido con la pelandrusca esa del
cuarto". Y es un proceso curioso que va transformando al esposo en
un santo y a la esposa en una trotona. Vean cómo.
Ella confiesa a una amiga que está harta, que no se va amargar por el
muy.... y se compra unos pantalones elásticos y un bote de tinte L'oreal
de color "Rubio Putaco's". Mientras tanto él se corta el pelo
y adquiere un traje gris por recomendación de su abogado y comenta a la
cochinona de su secretaria que no deberían verse hasta después del juicio
(a la muy pendón le da igual porque ya ha quedado esa misma tarde con
el abogado de Don Emeregardo). Días después, los tres hijos del matrimonio
piden a su madre que les prepare una merienda y ella les responde que
se la prepare el pichaloca de su padre, que ella se va al gimnasio que
tiene hora en la sauna. Él decide actuar como un padre de bien y les lleva
a un Mc Donald's y les compra todo lo que le piden. En pleno éxtasis de
paternidad le promete una moto a su hijo mayor justo en el mismo momento
en que las manos de un forzudo masajista, que son dos, extienden aceites
por las nalgas de Doña Pura, que parecen cuatro, a escasos kilómetros
del Mc Donald's.
Llega el día del juicio y Don Emeregardo consigue la custodia de los
hijos y el disfrute del Seat Panda a cambio del piso y del BMW que serán
para Doña Pura. Doña Pura abandona los juzgados con prisa porque se las
pira a las Islas Seisleches o Sileches o Seychelles o cómo se diga, con
su masajista y monitor de aeróbic. Don Emeregardo deja al juez aún más
apresuradamente pues intenta convencer a su madre que les dé alojamiento
a él y a los niños hasta que arregle lo suyo del piso. Sólo una semana
después Don Emeregardo se acuerda de porqué se fue de casa de sus padres
mientras hace las compras para sus tres hijos que comen como seis y visten
como treintayseis. Y es en ese preciso instante en que él llora desconsolado
sobre el mostrador de las galletas cuando, a miles de kilómetros de allí,
los huéspedes del Hotel Lover's Paradise se quejan al encargado de que
las risas que está soltando Doña Pura en el jacuzzi no les dejan dormir,
y con esta queja van cuarenta y ocho.
Y Doña Pura vuelve del país lejano donde el sol broncea los cuerpos enamorados
y se encuentra casualmente con el que fue su Emeregardo (que ha adelgazado
cinco kilos de barriga que ahora se han trasladado a las bolsas de sus
ojos; que ha dejado por fin el tabaco para centrar todos sus esfuerzos
en la bebida; que esta pagando un profesor particular porque el psicólogo
del colegio le ha dicho que sus hijos han quedado muy traumatizados y
que necesitan apoyo; que hace solo unos días sorprendió a su secretaria
justo encima de la mesa del despacho de su abogado y justo debajo de este
último; que está buscando un pisito algo baratito aunque no sea
muy céntrico para mudarse allí con los niños). Y Doña Pura sonríe
con esa mueca de victoria que solo puede adivinarse en la boca de una
áujer despechada o en el hocico de una hiena que acaba de comer. Y Don
Emeregardo abandona sus proyectos inmobiliarios y arrastra su vencido
organismo hasta la azotea de la casa de su madre y ...
Alex Tornasol
tornasol@maptel.es
^^
"Sí, yo fui un mod cutre al
que le gustaban Brighton 64"
Una reivindicación de los primeros mods españoles
Probablemente, como en otros parajes, el film Quadrophenia fue decisivo
para el surgimiento de la aristocracia mod en España. Hasta ese momento,
aunque algunos estudiosos del fenómeno como Javier Morales (Ecos de Sociedad)
sostienen lo contrario, en nuestro país no se conocen grupos o personas
que abiertamente se definan como modernistas.
Sin embargo, para muchos jóvenes los primeros contactos con la cultura
mod a principios de los años ochenta no fueron a través de esos grupos
míticos británicos de 1964, 1965 y 1966 como los Small Faces, Animals,
Action o Mark Four, ni tan siquiera a través de las bandas como The Jam
o The Chords que en los años punk reclamaban una nueva explosión juvenill,
sino a través del descubrimiento de bandas españolas como los Elegantes,
Telegrama, Sprays y muy especialmente Brighton 64, el grupo que, antes
de la mágica era Flechazos, más abiertamente se definió por sonido
y actitud- como mods. Es curioso que estas bandas son generalmente ignoradas
incluso despreciados- por las actuales generaciones mods que pasean
sus hipsters y telas op-art por el Purple Weekend o el Euro yeyé.
No obstante, a partir de estos grupos fueron muchos los jóvenes que descubren
en los años 1980 1983 el universo de las vespas, las lambrettas,
las dianas, la Union Jack, el arte pop y op y demás iconos que integran
el imaginario mod junto, por supuesto, las bandas y sonidos imprescindibles
en cualquier allnighter. Es justo reconocer que en líneas generales la
cultura modernista de los primeros integrantes españoles de esta iniciática
tribu resultaba muy limitada. Faltaban publicaciones, locales musicales,
acceso a discografías selectas y, por supuesto, presuntos afines (la sensación
de marcianitis era total cuando los primeros mods se paseaban con sus
parkas y delirantes scooters).
En este sentido, resultaría muy interesante realizar un análisis sociológico
entre la primera generación de mods españoles (años 1980 1983) comparada
con la segunda hornada (años 1986 1990) para comprobar cómo rápidamente
evolucionó la formación y cultura modernista en nuestro país. Sin duda
cualquier mod de la segunda generación conocía muchos más grupos y ritos
estéticos secretos que los despistados y primerizos barbilampiños mods
de los primeros años ochenta que escuchaban a Brighton 64 y, su culmen
mod, a The Jam. Sin embargo, sin estos pioneros, sin Brighton 64, el mundo
modernista actual hubiese resultado imposible o, al menos dejádmelo soñar,
distinto.
Mr Parkinson
^^
ALAN BETROCK,
y el comienzo de los fanzines musicales
Pero, ¿es que no conoces a Alan Betrock? No, no, el Sr. Betrock no militó
en ningún grupo de pop o rock. Ni tan siquiera tuvo una corta pero intensa
(o larga y aburrida, depende del caso) carrera como artista de culto en
solitario. Nada de eso. Y, sin embargo, creo que su nombre y su historia,
debe figurar al lado de la de otros ilustres poprockeros. Y ello por la
simple razón de que sin él, y otros como él, seguramente nosotros, y otros
como nosotros, no estaríamos hoy en día hablando y escribiendo, y disfrutando
y admirando, y amando, la música de Ellie Greenwich, de P.F. Sloan, de
Phil Spector, de Graham Gouldman, de The Left Banke, de los Grupos de
Chicas, de Brian Wilson y los Beach Boys, de Badfinger o los Raspberries,
y también la de Blondie, los dBs, Richard Hell, Televisión, los
Ramones o Marshall Creenshaw. Y no sólo la música, también el cine y,
en definitiva, la así llamada "cultura pop", fueron estudiados,
analizados y dados a conocer, por los estudios y escritos de este ilustre
fanzineroso.
Nos guste o no vivimos en un mundo en el que prácticamente todo lo que
podamos apetecer lo tenemos al alcance de la mano: el ratón de un ordenador
o el teclado de un móvil. Lo que desde el punto de vista de un aficionado/amante
de la música pop significa que ya no hay nada que no podamos saber de
nuestros grupos preferidos, hasta el más oscuro detalle o ignoto dato,
todo se nos revela en cuestión de segundos, gracias a ese nuevo mundo
paralelo que es Internet. Ese imposible grupo de freakbeat británico,
un oscuro instrumental a cargo de un grupo de música surf de principios
de los 60, o esos one-hit wonders del medio oeste americano. Ya nada se
nos puede resistir. Pero hubo una época en la que todo esto no existía,
y si el pardillo de turno se preguntaba que había sido de aquel grupo
que tuvo un éxito con "Walk Away Renee", o si la versión original
del "Gloria" era de los Shadows Of Night o de Them, pues se
quedaba con un palmo de narices, porque muy pocos podrían responderle
con verdadera exactitud.
Los primeros 70 debieron ser muy duros para todos aquellos que crecieron
amando la música de los 60. Pareció como si en unos pocos años todo aquello
hubiese sido barrido de la faz de la tierra, y ya nadie lo recordase.
Casi de repente resultaba que era más interesante escuchar y hablar de
otro tipo de música, supuestamente más profunda e
importante. La era de los dinosaurios y los plastones insoportables de
alto minutaje estaba empezando, y con ella el (re)nacimiento de una industria
cada vez más ávida e inmisericorde. Pero afortunadamente, unos pocos fans
consiguieron lo que parecía imposible. Compilar información, analizarla
desde una perspectiva histórica, y difundir todo esto con verdadera pasión
y entusiasmo, logrando transmitir a una nueva generación todo el acervo
generado por la mayor explosión cultural juvenil del siglo. Lo que sin
duda alguna contribuyó de manera decisiva a crear la base de lo que a
los pocos años cristalizaría de alguna forma en el punk y la nueva ola.
Nombres propios como el de Lenny Kaye, que compiló, anotó y produjo el
mítico "Nuggets", en 1972; o Greg Shaw que publicaba la seminal
"The Mojo Navigator" a finales de los 60/primeros 70 y más tarde
la imprescindible revista/fanzine "Bomp!". Y Alan Betrock, nuestro
hombre, que comenzó publicando el fanzine "Jamz" para después
editar la mítica revista "The Rock Marketplace" (que, entre
otras cosas, fue una de las primeras revistas para coleccionistas). Lenny,
Greg y Alan, seguramente nadie sabía más a principios de los 70 sobre
la Historia de la Música Rock que estos tres titanes.
Siempre inquieto e inconformista, Alan Betrock funda en 1975 la revista
"The New York Rocker", que nacía como una extensión de TRM,
pero dedicada esta vez a cubrir la emergente nueva escena musical, sobre
todo la neoyorquina, y servir de vehículo para narrar los presentes y
futuros acontecimientos de la misma. Alan fue editor de TNYR hasta 1977,
abarcando el periodo crucial de la génesis, sedimentación y cristalización
de la escena surgida en el Bowery neoyorquino. Y su revista fue tan crucial
para esa escena como el CBGB o el Maxs Kansas City. Las portadas
de TNYR convirtieron en estrellas a
Patti Smith, los Ramones, Blondie, Television o los Talking Heads, antes
incluso de que fueran conocidos fuera de Nueva York. Y sus lúcidos y visionarios
editoriales le convirtieron en padrino de la escena, y en un gran "conceptualizador"
de los acontecimientos de la última gran revolución musical, el punk-rock.
Después de abandonar la dirección de TNYR a finales de 1977, tras once
números, Alan inició en 1979 su propia compañía discográfica, Shake Records.
Produjo y editó los primeros discos de los dBs y Marshall Crenshaw.
Más tarde produjo el LP Destiny Street de Richard Hell & The
Voidoids y el Beauty And Sadness de los Smithereens.
Por supuesto, yo no era más que un niño cuando Alan escribía y maquetaba
sus primeros fanzines, y un chaval cuando produjo las primeras maquetas
de Blondie o escribió "Girl Groups: The Story of A Sound", el
libro definitivo sobre los grupos de chicas de comienzos de los 60. Pero
su pasión por la música que tan bien conocía y amaba de alguna forma se
transmitió a cientos de seguidores que después hemos seguido su ejemplo,
tocando en grupos, creando y escribiendo en fanzines, revistas, o simplemente
descubriendo la maravillosa música que tanto le gustaba.
Alan Betrock murió el 9 de abril de 2000, a la edad de 49 años, en el
Hospital Calvary, en pleno corazón del Bronx, Nueva York. La causa, un
cáncer fatal que se le había diagnosticado sólo dos meses antes. Esto
sólo es un pequeño homenaje que le rendimos desde este fanzine, que seguro
que le hubiera gustado a Mr. Betrock.
Iñaki Orbezua
^^
Luna, el
final de una ilusión
Todos aquellos que hemos pasado gran parte de nuestra juventud arrimados
a un radiocassete o un reproductor de discos, con menoscabo de otros estímulos
que pudieran acaparar nuestra atención, e incluso de nuestros propios
estudios, podemos llegar a tener en un momento dado la sensación de haber
adquirido una especie de deuda con los autores e intérpretes de las músicas
que han marcado momentos especiales de nuestro paso por este incomprensible
galimatías al que llamamos mundo real. O al menos nos lo han hecho un
poco más soportable.
Si además, tras nuestro paso a la vida adulta hemos continuado con tan
curiosa e improductiva afición, que la mayor parte de nuestros congéneres
van abandonando paulatinamente -a lo sumo se compran el último CD de Sting
para oír en el coche- esa sensación de compromiso adquirido con el artista
en cuestión puede ser aún más patente, como si se tratara de un amigo
o un familiar cercano.
En el caso del grupo leonés Luna mi modesto tributo lo he rendido tratando
de mantener viva su memoria entre mis amistades y gente del entorno. Para
ello me ocupé de hacerles escuchar alguna canción de vez en cuando en
casa o en el radiocassete del coche ,O por poner otro ejemplo, en mi centro
de trabajo; escamoteándole algunos minutos a la oronda presencia radiofónica
de Luis del Olmo, autentica banda sonora del día a día en mi empresa ;
de un tedio desmedido para algunos e inconfesable objeto de culto para
una mayoría aplastante.
Esta especie de pequeño sondeo realizado entre personas mas o menos de
mi edad me mostró con una claridad casi cegadora que este conjunto musical
que yo recordaba con tanta devoción era totalmente desconocido para la
práctica totalidad de ellos. Y si bien alguno llegaba a recordar vagamente
la canción de su primer single -"Mi verdad"- la atribuía erróneamente
a un popular grupo español con nombre de juguete de construcción.
El grupo Luna estaba compuesto por Marián Fernández (voz), Carlos Blanco
(teclados), Berto Soto(bajo) y Diego González (guitarras) .Todos ellos
son de Ponferrada (León), igual que Del Olmo. En 1983 firmaron un contrato
con Ariola que dio como resultado la grabación de un LP titulado igual
que el nombre de la banda, la publicación de varios singles.
Es evidente que Luna gozó de cierto momento de popularidad, pero una
vez pasado éste, lo cuál sucedió antes de lo que nadie hubiera previsto,
cayó en un olvido total y casi definitivo. Tanto es así que mi proyecto,
hace mas o menos un año, de dedicarles un artículo en El Efecto Orégano
quedó finalmente descartado al hacerse patente el hecho de que estaría
hablando de un material sonoro totalmente desconocido por los lectores,
además de inaccesible.
Solamente ahora, después de haberse reeditado su primer y único elepé,
dentro de la serie "Lo mejor de la Edad de Oro del Pop Español"
editada por la compañía BMG, tiene sentido hacer algunos comentarios al
respecto de un grupo musical y un disco que puede estar al alcance de
cualquier persona.
En su edición original este L.P. fue publicado en la primavera de 1983.
De él se extrajeron dos sencillos, comenzando por el ya mencionado "Mi
verdad" y poco después el segundo corte del disco: "Es un sueño"
, gozando de una cierta popularidad que les llevaría, por ejemplo, a actuar
como teloneros de los británicos O.M.D. en su gira española de ese año.
No obstante, tan sólo unos pocos meses más tarde estarían ya totalmente
olvidados por el mismo público que les dio la popularidad .
Al escuchar una y otra vez los temas que componen este CD uno se pregunta
cual es el motivo por el que este proyecto no funcionó tal y como se esperaba;
por qué la popularidad de este grupo no estuvo a la altura de lo que potencialmente
podía dar de sí su estilo, de su comercialidad y, porqué no decirlo, de
su oportunidad con respecto a lo que se llevaba en aquella época, musicalmente
hablando. Tal vez una parte de la respuesta a estas preguntas la podamos
encontrar en las propias canciones.
"Mi verdad" es el tema que abre el álbum y sin duda alguna
el que alcanzó mayor éxito de cuantos lo componen. Con esta atractiva
carta de presentación Luna se muestra como una banda orientada fundamentalmente
hacia el sonido tecno-pop tan en boga en aquel momento, pero recordando
a veces la frescura y sencillez del pop de la primera mitad de los sesenta;
tal vez aprendida a través de los artífices del llamado "glam rock"
, o tal vez de primera mano. Al escucharlo se le puede encontrar un cierto
parentesco con el tema "Electricity" de OMD, no obstante tiene
un aire más jovial. Y ello a pesar de que el asunto del que trata, la
ruptura de una pareja, no es especialmente festivo.
Unos meses más tarde aparece "Es un sueño"; un single que sin
haber alcanzado la repercusión que tuvo el anterior es, en mi opinión,
uno de los momentos más brillantes del disco. En esta segunda canción
se adopta un tempo mas sosegado y melancólico que nos revela una nueva
faceta de las composiciones de Carlos Blanco y Marián Fernández, y que
como iremos comprobando, es un rasgo fundamental de su personalidad creativa
. Un aspecto éste que al parecer no fue bien entendido en su momento y
llegaría a distanciarlos del público. Su letra habla del anhelo genuinamente
adolescente de ir más allá de los límites de un mundo que resulta absurdo
e incomprensible y en el que los propios principios e ilusiones parecen
no encajar. Hay hacia unos mundos interiores que son el refugio y descanso
para los días adversos. Una deliberada ingenuidad: -"volaremos
sobre naves de cartón" - ayuda a crear el tono justo.
La última vez que recuerdo haber visto al grupo fue en el verano de l983
presentando alguna de sus canciones en uno de aquellos programas matinales
de El Gran Musical, que se hizo desde el Parque de Atracciones de Bilbao.
Un programa que también contó con la presencia de Alaska y Dinarama presentando
su primer elepé. Recuerdo la emoción de aquel día pese a la larga espera
bajo el sol y a que las actuaciones fueran en play-back, como casi siempre.
Un día diferente en medio de la monotonía de verano en la ciudad.
Es curioso, pero uno se siente un poco más mayor al ver que el escenario
donde tuvo lugar todo aquello también pasó a la historia para siempre
hace
ya muchos años. El Parque de Atracciones con su enorme noria y sus pirámides
de acero y plexiglás, permanece hoy silencioso y quieto en su lugar privilegiado
sobre un monte próximo a la ciudad. Parece como si hubiera entrado ya
a formar parte de nuestro patrimonio arqueológico. O que fuera el capricho
de algún extravagante escultor de vanguardia. O quizás un monumento a
todos aquellos proyectos e ilusiones que, aun habiendo tenido una breve
existencia, merecen ser recordados por largo tiempo.
Como las canciones de Luna.
Pablo Cornejo
^^
Lecturas inquietantes
No dejamos de leer todo lo que llega a nuestras manos: multas de tráfico,
menús de restaurantes chinos a domicilio y, por supuesto, fanzines.
Hula pop : Ingenuidad y buen humor se anteponen en Hula pop a
diseño o maquetación. Una publicación repleta de pequeños chistes y destellos
creativos. Un ejemplo, en su sección canciones parecidas han descubierto
conexiones entre Laura Pausini "Sergio se ha marchado" y Nosotrash
"La canción de aquel momento". Contacto: Francisco Gallego
Carlos V, 35, 5º A 28936 Móstoles (Madrid)
Le Touriste: Un fanzine que recoge textos sobre Los Modelos, La
Buena Vida, Los Caramelos o los Pulpops es una apuesta segura para todos
aquellos interesados por el pop español tanto de los años ochenta como
el actual del siglo XXI. Por sólo 4 euros además te regalan un cd maqueta
de Los Suspensos y una reproducción del fanzine Kaka de Luxe, auténtica
arqueología pop.
Contacto: César Prieto C/ Concepción Arenal 152- atico 1
08027 Barcelona
Otoño Cheyenne: Iñaki Orbezua y sus colaboradores plasman en cada
número del Otoño Cheyenne su amor por la música pop con artículos que
recuperan a figuras legendarias como Frankie Nitszche, Dion o Steve Wynn.
El prestigio de esta fanzine crece día a día y por ello este número incluye
artículos redactados en inglés dirigidos a la creciente comunidad de lectores
que a escala planeteria persiguen profundizar en sus conocimientos pop
. Contacto: otchey@teleline.es
"El virus púrpura": autodenominado fanzine de la contracultura
que en un A3 plegado en formato A4 (que me perdonen los legos en materias
de imprenta) recoge relatos, comics y, en definitiva, inquietud por compartir
filias y fobias. Para saber más dense una paseo por su web (www.elviruspurpura.tk)
Tremolina: pop y más pop tremolina@hotmail.com
^^
Llamada a los que hacen y deshacen el tiempo
Conscientes de que los fenómenos naturales sufren la misma lógica
de la economía y el productivismo que nosotros (calentamiento del
planeta, lluvias ácidas, nubes radioactivas,...), llamamos a los elementos
naturales e incontrolados a unirse a nuestra lucha y a azotar a todos
aquellos que nos desposeen de nuestra vida.
¡Que los Cúmulo Nimbus se agrupen encima de los edificios
oficiales!
¡Que la Tormenta se lleve a todos los patronos al diablo y tumbe
a los sindicatos!
¡Que el Huracán se lleve a la Bolsa con los que estén dentro!
¡Que el Rayo aniquile los ficheros informáticos!
¡Que caiga el Granizo sobre los embargadores!
¡Que la Luna ilumine nuestras noches en blanco!
Comité de Balade Movimiento de Parados
^^ |