Mi hija nació en el año 1947, el 14 de
setiembre. Es la tercera de mis cuatro hijas, las dos mayores fueron las
hijas del estreno del matrimonio, Elena y la cuarta, las dos menores, son las
hijas del reencuentro feliz de sus padres; yo todavía no trabajaba y las
atendía exclusivamente hasta que cumplieron 12 y 11 añitos. Cuando su padre
compró la Botica en Lima empecé a manejar el negocio y todas, colaboraban,
aprendimos a poner inyecciones, mi Elenita cerraba
los ojos al clavar la aguja, así aprendían, me ayudaban y por cada puesta se
ganaban sus centavos.
Siempre fue una niña muy callada y reservada además de ser observadora y muy
cariñosa con sus padres y hermanas, la preferida hasta de su abuela; cuando
la segunda murió y se casaron las otras dos, vivimos juntas como cinco años.
Hizo sus primeros estudios en el colegio de monjas del puerto de Huacho, con
las madres dominicas, por esos tiempos a los 10 11 años gustaba enseñar
catecismo a los hijos de los pescadores los domingos. En Lima terminó su
educación media: en la Gran Unidad Escolar Tereza
González de Fanning; el año 64 ó 63, no recuerdo
bien, ingresó a la Escuela Nacional de Educación Inicial creada por las señoritas
Barcia Bonifati, con sus compañeras que fueron la
primera promoción de especialistas, lucharon como pioneras del reconocimiento
oficial; con un grupo pequeño hablaban de organizarse como delegadas. Y se
dio tiempo para obtener su certificado de inglés en el Cultural Peruano
Norteamericano.
Trabajó en los jardines de infancia en
los pueblos jóvenes, y es aquí donde vio el abandono y miseria que existía en
su país, sufría porque se sentía impotente de hacer algo por ellos; aunque
llegó a organizar a los padres de familia con cartelitos en marchas al
Ministerio de Educación solicitando mejoras en los centros de estudio ya que
estos eran de esteras y los asientos de adobes y ladrillos, fue inútil, les
contestaban era prioritario arreglar las oficinas de los jefes.
Mientras trabajaba siguió estudiando, iba a "la doctoral" de la
universidad de la Cantuta, en Lima un programa que daba opción a las
normalistas para obtener su licenciatura en Educación, maestría y doctorado;
Elena llegó hasta el penúltimo ciclo del doctorado. Allí también se reunía
con un pequeño grupo de compañeros para hablar de política, pero ganó una
beca de postgrado en los Estados Unidos, sin embargo prefirió irse a Europa,
se casó, viajó a París y siguió estudiando; me acuerdo que se llevó todos los
textos de Mariátegui. Estuvo cuatro años y estudió
una especialidad de Educación para niños con retardo mental, allá la lucha de
mayo del 68 estaba aún fresca y diariamente había manifestaciones de apoyo a Viet Nam o charlas sobre la
revolución china; allá todo era política y por eso aprendió más política y
regresó al Perú con muchos más deseos de ayudar a su patria.
Un día vino a mi casa, me dejó a sus hijitos: una niña y un niño, se los
recomendó a su padre y a sus abuelas que los hemos adorado. Ella los había
matriculado en unos colegios y desapareció de la familia. Se fue a luchar
para cambiar el mundo, fue muy valiente porque quería muchísimo a sus hijos. Así
es la vida, da muchas sorpresas.
Cuando la visito, alegre me dice que está bien, que no me preocupe y que
sigue luchando por sus ideales.
Blanca Revoredo viuda de Iparraguirre
Madre de la Prisionera
La madre de Elena Iparraguirre
narra las visitas a la Base Naval para ver a su hija.
Campaña
Internacional Por los Presos Políticos en Perú
Comunismo en Peru
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Esta
obra fue escrita en la cárcel de alta seguridad de Callao, Perú, el 14 de
noviembre de 1999.
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