Influencia sin poder de Carina Miller

(Bs.As., Grupo Editor Latinoamericano, 2000. 330 págs.) *

Por Enrique J. Aramburu, Ll Ab**

 

La Dra. Miller examina de qué manera un estado de poder reducido en el concierto mundial puede, utilizando los foros internacionales, ampliar sus capacidades e influencia sobre el sistema. Presenta en forma de libro lo que fue su tesis de doctorado en relaciones internacionales.

Sostiene que un país de escasa fuerza relativa (como es el nuestro) puede lograr que su fuerza se multiplique a través de su actuación en los foros multilaterales. Intenta descubrir hasta qué punto las instituciones internacionales han sido útiles a la Argentina para resolver cuestiones de política exterior que el país no ha podido solucionar por otros medios. Busca también establecer con cuánta eficacia la Argentina utilizó los recursos que encontró en esos foros.

Para ello establece primero que la Argentina es un estado mediano ya que no tiene el peso militar o económico suficiente para influir en forma unilateral en el sistema internacional; pero que sí posee un cuerpo diplomático bien entrenado, una red extensa de representaciones y personal preparado en el país capaz de apoyar a las personas que trabajan en el exterior.

El libro se estructura en tres núcleos, los que se corresponden con los problemas de política exterior analizados, más una introducción en el tema con la presentación del marco teórico y un capítulo dedicado a las conclusiones en el que registra las potencialidades y los límites de la utilización de foros internacionales que se le presentan al estado de mediano poder.

Los capítulos centrales, que constituyen la materia de análisis, son el dedicado a la controversia sobre la represa de Itaipú, el que analiza la situación argentina en la ronda Uruguay del GATT y el dedicado a la disputa con el Reino Unido sobre las islas Malvinas.

Por supuesto que no se agota aquí la lista de temas posibles (quedarían entre otros, por ejemplo, el desempeño argentino en el seno del Tratado Antártico para conseguir ser sede de la Secretaría del mismo); pero la selección de un caso comercial, uno político y uno con aspectos mixtos económicos, políticos y de derecho internacional nos parece muy acertada. Y la autora llega aún más lejos en el análisis del desempeño en el seno de un organismo internacional: aunque de soslayo, examina la variante que consiste en aliarse con un grupo dentro del foro.

En lo que respecta al primer tema sub specie, destaca que no se puede decir en rigor que la controversia de Itaipú en sí haya sido llevada a la ONU por las partes con el fin de buscar respaldo a su posición, sino más bien que lo que allí se debatió fueron principios generales de Derecho Internacional que respaldaban cada una de las posturas. Es importante la salvedad que hace la autora sobre la intervención del Paraguay en el diferendo con la Argentina y por qué considera la controversia como "argentino-brasileña"; la primacía de la política exterior del Brasil y que la Argentina percibía a este país como su adversario principal.

En el capítulo tres sustenta como argumento principal que los problemas multilaterales requieren soluciones de la misma naturaleza y pone de relieve la conveniencia de la participación en un grupo negociador. La conclusión es que el rol argentino excedió la relevancia que el país tenía en el comercio global.

Respecto de las islas Malvinas, lo que la autora demuestra es que la Argentina utilizó los numerosos recursos que la ONU había proporcionado para crear una fuente sistémica de presión sobre su adversario en esta disputa y de esta manera compensar su limitado poder.

Tenemos que tener en cuenta que el libro constituye a la vez un excelente resumen de los temas de política exterior tratados, lo que lo transforma en un punto de referencia para la temática de la negociación internacional. Y además, llena un vacío: por un lado toma en cuenta la actuación de los estados en el seno de las organizaciones multilaterales, por otro, analiza el caso de un estado mediano, situaciones ambas que escasean dentro de las obras dedicadas a los organismos internacionales.

La bibliografía, perfectamente categorizada de acuerdo con lo que una obra de estas características exige, se destaca por la riqueza de las fuentes consultadas y es muy rica también en entrevistas personales de la autora con los protagonistas de estas alternativas. Debemos lamentar la inexistencia de un índice analítico, siempre útil para los estudiosos de los temas aquí tratados.

Es éste un libro que demuestra que aunque el hecho de participar de un foro multilateral no remedia por completo la falta de poder de un estado mediano, sí le sirve para utilizar una serie de mecanismos que la compensan de alguna manera: por un lado posibilita la negociación en grupo, por otro pone a su disposición los recursos técnicos y de mediación de los cuerpos directivos de la organización de la que se trate y en tercer lugar, hasta le ofrece la posibilidad de negar consenso a alguna decisión de los países más poderosos.

Cabe destacar que la elección de los temas analizados es más que apropiada, tanto por lo importantes que son o han sido para nuestra política exterior, cuanto por lo representativos que resultan de las variantes que se le pueden presentar en su actuar al jurista o al diplomático. Los cuales se mueven,scientes, nescientes, en el marco del Derecho Internacional, tal como señala Henkin.

En suma, un libro para leer con atención.

 

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* Publicada el 27.12.00 en la revista jurídica Jurisprudencia argentina de Buenos Aires, Nº 6226, pág. 85.

** El autor tiene las profesiones de Abogado y de Licenciado en Letras por la Universidad de Buenos Aires. Ejerce la primera ante los tribunales de la Capital Federal y es Docente en la Facultad de Derecho de la misma Universidad. Ha sido Consultor del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo en el Uruguay.

 

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