EL
Alma cómo curarla
En
el alma se encuentran las huellas de los
bloqueos que originan las enfermedades. Pero también
oculta las claves para la curación.
Trabajar con el alma es una forma de limpiar nuestro ser
de los errores del pasado para sanar.
La
enfermedad de el alma puede originarse
en la niñez, en un acontecimiento de la juventud,
o en un sentimiento destructor. Puede ser la consecuencia
de una antigua culpabilidad, o de una decisión errónea.
El origen de la enfermedad puede estar en vida o en alguna
de nuestras encarnaciones anteriores. En cualquiera de los
casos, la enfermedad siempre tiene razón de ser y
elegirá el camino correcto para afectar directamente
al órgano que corresponda. El alimento de una enfermedad
son los pensamientos no liberados que emitimos todos los
días. Por esta razón, el primer paso para
sanar es perdonarnos y perdonar, tomar conciencia de los
problemas y liberarlos.
Es
en el alma en donde quedan plasmadas las
huellas de lo que somos y fuimos. Allí están
alojados nuestros bloqueos, nuestros errores y esperanzas.
Es allí donde aparece el origen de las enfermedades.
Por eso, trabajar con el alma es una forma de limpiar nuestro
ser de los errores del pasado y desandar el camino que provocó
la enfermedad.
EL
método de la incisión etérica
Para
curar a travéz de este método se debe alcanzar
una gran concentración, además de una obertura
de el alma.
Lo etéreo será el principal elemento de esta
forma de actuar. Los pasos a seguir son sencillos.
-Después
de haber localizado la zona a tratar (nunca el corazón
o la cabeza, ni para casos de fracturas o inflamaciones),
después de haber acallado la razón y encontrarse
en armonía con la persona que le ha pedido ayuda,
coloque dos pulgares juntos y en contacto con la piel en
la zona afectada. Tal como lo haría un cirujano,
haga una incisión en el cuerpo etérico de
la persona, en el lugar exacto del órgano, siempre
con los dedos sobre la piel, como si intentara abrirla.
La presión a ejercer debe depender de la sensación
particular de cada persona y de el alma de cada
individuo. El cuerpo etérico se sentirá abierto
por un ligero picor en los pulgares o por la propia sensación
interior.
-Luego
separe los pulgares intentando dividir con ellos los dos
labios etéricos que se han formado por el corte.
No piense en nada; debe convertirse en la prolongación
y no preguntar acerca de lo que está haciendo o sintiendo.
-Una
vez que haya abierto un orificio en el plano etérico
de el alma de la persona tratada,
conviértase en el canal de luz. Sienta cómo
esa luz penetra en su séptimo chakra, se para a la
altura de su corazón y fluye por sus brazos, luego
a través de las manos para terminar en la punta de
los dedos.
-A
continuación, escuche el silencio en usted y coloque
una mano sobre el puño del paciente y tres dedos
en la otra mano, pulgar, índice y mayor, unidos sobre
la obertura etérica practicada con anterioridad.
Escuche el sonido de la zona debilitada y deje que nazca
en usted el canto que llevará a cabo la curación
de el alma.
-Una
vez finalizado la curación, cierre la abertura practicada,
acercando los labios etéricos y luego aislando alrededor
con la palma de la mano. Una vez terminado, agradezca a
los guías de la energía del amor que han presidido
la tarea.
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