Nuestra
Señora prometió en Fátima que el Cielo otorgaría la paz al mundo, si
sus peticiones de oración, "Consagración
de Rusia",
y reparación, eran
escuchadas y obedecidas: «Si hacen lo que Yo os diga... tendrán
paz.»
Advirtió
que Rusia sería el "instrumento" para castigar a la humanidad, si
ésta no se convertía. Rusia esparciría sus errores por todo el
mundo: ateísmo, materialismo, impiedad, fomentando guerras
y revoluciones.
(Esto lo dijo meses antes
de la revolución volchevique.)
Ella
hizo énfasis repetidamente en la necesidad de rezar el "Rosario",
y la importancia del "Escapulario
marrón del Monte Carmelo",
de realizar actos de reparación y sacrificio, para impedir el
terrible castigo.
Nuestra
Señora pidió la "Consagración
de Rusia" a Su
Corazón Inmaculado, debiendo ser realizada por el Papa y todos los
obispos del mundo, en un acto solemne y público, nombrando
específicamente a Rusia como objeto de esa Consagración.
Pidió
que los Fieles practicaran actos de reparación: confesar y
comulgar los primeros sábados de mes durante cinco meses
consecutivos; prometiendo gracias y su ayuda a los que así hicieran.
C. f. "los
Cinco Primeros Sábados".
El
Mensaje la Santísima
Virgen dió en Fátima, se centra en lo que ha venido a
llamarse el
Secreto de Fátima, que
Ella confió a los tres niños videntes: Lucía, Jacinta y Francisco,
en julio de 1917.
EL SECRETO DE FATIMA
Es
muy famoso, incluso mítico, el Secreto de Fátima. Consta de tres
partes. Las dos primeras fueron dadas a conocer oficialmente por el
Vaticano, a mediados del Siglo XX. La tercera parte, el famoso
"Tercer Secreto", en el año 2.000; pero ya antes había muchas
especulaciones.
La
primera parte fué una horrorizante
visión del INFIERNO “donde van las almas
de los pobres pecadores”, y contenía una urgente súplica de
Nuestra Señora, un llamado a la oración y al sacrificio, para salvar
almas:
«Nuestra Señora nos mostró un
gran mar de fuego que parecía estar
debajo de la tierra. Sumergidos en ese fuego, los demonios
y las almas,
como si fuesen brasas transparentes y negras o bronceadas,
... sin
equilibrio ni peso, entre gritos de dolor y gemidos de
desesperación que
horrorizaba y hacía estremecer de pavor. Los demonios se
distinguían
por formas horribles de animales espantosos y desconocidos,
pero
transparentes y negros. Esta visión fue durante un
momento. ...
Levantamos los ojos hacia Nuestra Señora que nos dijo con
bondad
y tristeza: "Visteis el infierno donde van las almas de
los pobres
pecadores. Para salvarlos Dios quiere establecer en el
mundo la
devoción a mi Inmaculado Corazón. Si hacen lo que yo os
diga se
salvarán muchas almas y tendrán paz".» c.f. Primer
Secreto.
La
segunda parte
profetiza la Segunda Guerra
Mundial, contine una solemne petición de
Nuestra Señora: la "Consagración
de Rusia",
condición indispensable para salvaguardar la paz mundial.
C.f. segundo
Secreto-
Predijo el Triunfo de Su Corazón Inmaculado así como la
conversión de Rusia, después de su
Consagración; pero en caso contrario,
nos advirtió de la destrucción de varias naciones,
si sus pedidos eran desatendidos:
«La
guerra terminará pronto. Pero si no dejaren de ofender a Dios
comenzará otra peor. Para impedirla, vendré a pedir la
Consagración de Rusia
a mi Inmaculado
Corazón y la
Comunión reparadora de los
primeros
sábados. Si se atienden mis deseos
Rusia se convertirá y habrá paz.
Si no, esparcirá sus errores por el mundo
promoviendo guerras y
persecuciones a la Iglesia.
Los buenos serán martirizados y el Santo
Padre tendrá mucho que sufrir; varias naciones serán
destruidas. ...
Por fin Mi Corazón Inmaculado triunfará. El Santo Padre me
consagrará
Rusia, que se convertirá,
y será concedido al mundo algún tiempo de paz.
En Portugal se conservará siempre el dogma de la fé.»
EL TERCER SECRETO
La
tercera parte es llamada comúnmente "Tercer Secreto";
fué escrito en 1944 por Lucía dos Santos, la vidente de Fátima, y ha
estado en posesión de la Santa Sede desde 1957. C.f.
Texto del Secreto
Esta
tercera parte, el Tercer Secreto, debía
ser la continuación de las palabras de Nuestra Señora, expresadas en
la segunda parte:
«Si atienden mis deseos
Rusia se convertirá y habrá paz. Si no,
esparcirá sus errores por el mundo promoviendo guerras y
persecuciones
a la
Iglesia. Los buenos serán
martirizados y el Santo Padre tendrá
mucho que sufrir; varias naciones serán destruidas.
... ..»
Fuentes
de información sumamente confiables piensan
que esta parte se refiere -entre otras cosas
- al caos en la Iglesia, su decaimiento,
desorientamiento de los fieles, (c.
f.
Texto del Secreto, Declaracione
de Sor Lucia), prediciendo la
tan ya extensamente difundida apostasía generalizada;
la pérdida de la Fé en la cúspide.
C. f.
Testimonios de Cardinales.
APARICIONES APROBADAS POR LA IGLESIA.
La
Iglesia Católica ha aprobado oficialmente las apariciones de Fátima
ya desde 1930. Cinco Papas han reconocido públicamente su aprobación
y creencia, y varios han visitado Fátima en peregrinación solemne.
Juan Pablo II atribuyó públicamente a
Nuestra Señora de Fátima el haberle salvado del atentado sufrido el
13 de mayo 1981. Al año siguiente, estando él en Fátima, declaró: "el
Mensaje de Fátima es más relevante y más urgente hoy, que cuando
Nuestra Señora se apareció por primera vez."
En
los años que siguieron a las apariciones de la Reina del Cielo,
en Fátima, se han publicado innumerables libros, folletos,
grabaciones, películas, como parte de un creciente movimiento
mundial de fé y devoción.
La
creencia en las apariciones y en el Mensaje de Fátima es hoy en día
sinónimo de una adhesión ortodoxa a las doctrinas, ritos, prácticas
y enseñanzas tradicionales de la Iglesia Católica Romana.
Aunque
muy severo en sus advertencias y avisos de
los terribles castigos que pudieran venir a
la humanidad, por sus pecados y la desobediencia de los hombres,
(ver "Declaraciones
de Sor Lucía de Fátima"),
el de Fátima es un mensaje de
afirmación de la vida, de fomento de la fe, de paz y de esperanza
para todos los Católicos; y todos aquéllos
otros de buena voluntad.
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