Las apariciones y los
mensajes
celestiales
continua -2
UNOS NIEGAN LAS APARICIONES
Algunas almas consagradas -sacerdotes-, critican muy a la ligera las
apariciones y sus protagonistas. Tristemente la mayoría de las veces
ocurre sin conocimiento de causa. No han examinado los hechos ni se
preocupan tampoco por investigar.
Y son muchos los fieles que, confiados,
se ven arrastrados por ellos, dando a la vez "su vaticinio", (a veces
mucho más duro y despiadado que el anterior), sobre algo que desconocen
por completo. Así se forma una cadena de incredulidad y un rechazo radical
que es muy difícil de quebrar.
Si conocieran mejor, si examinaran los hechos detenida y
concienzudamente, serían más prudentes en sus juicios.
Los protagonistas
de esta u otra aparición son perseguidos por propios y extraños.
- Por los
extraños porque no conocen, y al no conocer no pueden comprender, y al no
comprender criban todo hecho y actitud con su mente terrena. Y una
aparición -siempre que sea verdadera- es algo sobrenatural. De ahí
proviene la controversia.
- También porque muchas personas se fían de lo que hayan oido, sin
examinarlo ni interesarse ellos mismos. Los videntes también son
criticados, y a veces perseguidos, por los propios "amigos", pues surgen
"rendecillas" en esa pequeña "familia aparicionista", y raramente será que
todos se sientan bien tratados, de acuerdo a lo que creemos ser nuestros
méritos y esfuerzos. De ahí surge el litigio.
OTROS SE PASAN
Hablamos aquí de apariciones verdaderas, con gran
probabilidad de ser ciertas, no de "jolgoríos aparicionistas", que también los hay.
Hay lugares donde se emiten juicios y se desprecia otras apariciones,
supuestamente "demoniacas". O quieren
garantizar la veracidad de la propia aparición:
"Sí, porque nosotros
obedecemos a la Iglesia. Si el mensaje dice así, pero el obispo dice lo
contrario..., nosotros obedecemos al Sr. Obispo."
Esto nos dijo una vez un seguidor muy sincero de una "aparición"
dirigida por unos sacerdotes, sus "capitanes", y ellos son los "soldados",
y tienen formado un "ejército". ¡Sí!,
de verdad. Y con esa frase ya -
ni usted ni nosotros - no podríamos tomar muy en serio esa
"aparición". Pues si ellos mismos creyeran en la veracidad de "su aparición",
entonces, aunque no lo pudieran comprender se dirían:
"No
lo comprendemos, pero lo ha dicho la Santísima Virgen y obedecemos."
Pero no, pues si los "capitanes" dicen así...,
así ha de ser, diga lo que diga la "Virgen". (No se merece más comentarios
el asunto.)
También es cierto y comprobado, que algunos dirigentes
espirituales -sacerdotes-, en algunos lugares de aparición verdaderos,
callan algunas cosas; quizá para no entrar en controversia con la
autoridad eclesiástica.
Cambian la Segunda Venida
de Jesús, la cual se anuncia en todas las
apariciones verdaderas, por el sucedáneo "bueno,
lo cierto es que Jesús vendrá en el corazón de cada uno."
Lo que, a nuestro juicio, no nos parece muy lógico ni
inteligente.
Si anteponemos la autoridad terrena a la
autoridad - supuestamente
celestial - de
una aparición con la esperanza secreta de que sea reconocida, o aprobada
prontamente "su aparición" por el Sr. Obispo, es que ni ellos mismos creen
verdaderamente en esa aparición.
Unos dicen:
"¡Sí!, esto es como Fátima, es lo mismo que Fátima..., es la continuación
de Fátima..." Pero por los hechos que vemos, y los dichos que oimos, parece que lo
dirigen a su antojo, con pautas de comportamiento muy humanos.
Y,
tristemente, aquí concretamente, no nos referimos a las típicas apariciones -con niños-, o personas que, por su condición social, nunca pudieran
tener la cultura y desenvoltura demostrada en los mensajes, sino a unos
cuantos sacerdotes que dirigen una aparición, su "aparición",
por el
centro de España.
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